domingo, 4 de septiembre de 2011

4600.- RENÉ RODRÍGUEZ SORIANO


RENÉ RODRÍGUEZ SORIANO
Nació en Constanza, República Dominicana, en 1950. Egresado de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Ha publicado más de una docena de libros en los géneros de cuento y poesía, entre los que sobresalen Raíces con dos comienzos y un final, Muestra gratis, Apunte a lápiz y Rumor de pez.





Amigo

te lo debía sanguilla y te lo pago
nunca haré tu poema ni hace falta
cada vez que alguien te nombre
aún por tu nombre o te recuerde
-flaco del carajo jodedor y buenagente-
desangrará la espita de la rabia
para abatir la noche uniformada
que te secó la risa con su ráfaga









Una raíz

he aquí hombre raíz la tarde oculta
que muerde las entrañas de esta tierra
que parcela tras parcela
destila hombres hambre y miseria
por los recodos del campo
he aquí una historia
una puerta de salida
con la entrada en la mano
para que la empuñemos








Desde la vida

ven empujemos la tarde
hasta el abismo de la noche
busquemos muy juntos los recuerdos
que una madrugada
sembré en las carnes de estas tierras
acércate
hagamos el comienzo del mundo
con suspiros sin serpientes
sin manzanas ni evas ni adanes
hagamos la vida con la vida
desde la vida misma


Tomados del libro: Raíces con dos comienzos y un final








Lunes ocho a eme

pongamos que uno salga temprano en la mañana
y encuentre extraviada una mujer en la acera
la empuje hasta el hidrante y se le beba el miedo
sin bordes sin espuma
ese no es un motivo para soltar la euforia
llegar a la oficina con manchas en los hombros
y tener que hablar quedo ante las secretarias
no vaya a ser te que adviertan el tufo de conserva vencida
ni razón para que el jefe llame a uno y le muestre
tarjetas con tardanzas trabajos atrasados
y un listado de quejas personales
no ha sido culpa de uno la tardanza y la espera
simplemente los lunes uno sueña despierto
y atropella la almohada
con los desperdicios del fin de semana









Fatua canción bajita
para la cremallera de tu falda rosa

una tarde una tarde se tiñó de carteles
levantó la sotana
y tomó los caminos por el lado más polvo de los vientos
cuentan los sin pabilo
que una niña muy niña que apenas si reía
espantó de las cercas los grávidos tractores
sucedió que a la luna que andaba de lechuza
se le zafó un disparo que alborotó a los ángeles
y a varios funcionarios
luego
salió la mancha dos del sol con su guitarra alucinada
y pobló la discoteca de amapolas y papel de sorbetes










A esta hora la velocidad
atropella un nombre de mujer


al décimo tercer cigarrillo
la madrugada pende en los pedales de la hora
con su nota más brisa
transita a más de cien con las luces altas
se come en rojo los semáforos
y espanta a las últimas sombras
con su trinar de goma desinflada
a esta hora la avenida es una mano muerta
que hurga sin reparos los más íntimos silencios
la madrugada tiene los ojos achinados
y guarda en su bolso de concha pedacitos de nada
un arete muy solo entre el baldío de los cosméticos
y un carnet para cruzar mi pecho enmarañado
a esta hora nadie sabe exactamente la fecha
un zapato azul extravía su lazo transparente
el patrullero puede salir en cualquier esquina
un borracho se cruza
otro maldice por las luces altas
con el último cigarrillo la madrugada sabe a poco
y uno se mete en ella con la sábana a toda vela









Acto de contrición
de las tres a eme

soy un tipo organizado
dócil madrugador callado
y aunque no lo aparente veamos
sobre mi mesa puede decirse de trabajo
unas fichas de libros que no recuperare
periódicos de ayer revistas varias
sin pergamino un superman descolorido
textos subrayados
un libro listo para imprenta
borradores clips gomitas
una agenda del ochentiuno
suena mari trini en un cassette
y entre las teclas de la smith corona un nombre oculto
un poema que no acierto a escribir









Otra historia
para matar el tiempo

hoy el jueves tiene calcetines blancos
sale solo y despejado
brea
pólvora
y miel almacena en su armadura
un martillo
semillitas
y un pincel en la sonrisa del puño
y en el cristal de la voz una malapalabra aguda
ríspida en claveles
tosca y cárdena heredad
para embarrar las esquinas de tiempo
y la oficina









La tarde se repite
en la trigonometría de la lluvia

sentado en el tercer pupitre este viernes se va por la ventana
una moto suena lejos y trae canciones de leo favio
viejas películas de fankie avalon
las muchachas van sin maquillaje no llevan bolsos
los muchachos hacen té de jengibre
alicia apaga la última novela del canal cinco
en el tiffany-bar roberto carlos deja oír una palabra amiga
con miguel la lluvia se deshace en las aceras
vuelve la brisa otra vez a la ventana
apago el cigarrillo
el flamboyán en la pared quiere salirse del cristal
y alicia me desgrana las letras en esta aula llena de ausencia
llueve afuera llueve y llueve quién sabe a dónde
y desde qué instante mis alumnos empezaron el fin de semana











Mientras buscaba un título
se me ocurrió no poner título

hoy sin fuerzas el camino se retuerce allá al final
las luces cierran filas en el baúl de la noche
a orillas de la hora entona un ritmo un grillo que se me antoja rock
un sacudión de sombras espantadas huye de los ladridos de un perro
llora un niño
ahora silencio
pasa un borracho
nunca falta uno en noche de domingo










Abuela

cientoscuarentitantas arrugas
cinco hijos muertos
mil lágrimas derramadas
cada noviembre
una herencia oscura
y dos nietos con puñales
cinco metros de tierra de por medio
esperando al notario
y una acta de defunción


Tomados del libro Muestra gratis





http://www.obsidianapress.com/rene_rodriguez_soriano.htm


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