sábado, 23 de octubre de 2010

1571.- ROBERTO APPRATTO


ROBERTO APPRATTO (Montevideo, 1950) es profesor de literatura y de teoría literaria, a nivel secundario y terciario. Ejerce la crítica literaria en El País de Montevideo y en Diario de poesía de Argentina. Desde hace quince años, coordina talleres de escritura y de lectura. Ha publicado poesía (entre otros títulos, Velocidad controlada, 1986; Arenas movedizas, 1995; Cuerpos en pose, 1994; Después, 2004; Levemente ondulado, 2005) y narrativa (entre otros, Íntima, 1993, 18 y Yaguarón, 2008, La brisa, 2004, Se hizo de noche, 2007). Fue antologado en Prístina y última piedra (1999) y en Pulir huesos ( 2008) y es a su vez autor de una antología de poesía uruguaya del siglo XX ( Antología crítica de la poesía uruguaya 1900-1985) en 1990.



A los uruguayos hay que agarrarlos de golpe
o en reposo, antes de alguna actividad febril
que los ocupa por completo,
o así parece; cuando lo que piensan se traduce
en cosas, gestos, con un brillo que ni ellos mismos
conocen. Ahí se ve lo que podrían hacer
si nadie los estuviera mirando. Ahí se ve qué son
cuando no están concentrados en cumplir con la
INSTITUCIÓN QUE LOS AMPARA.
Así hay que agarrarlos, distraídos de todo
salvo el tiempo libre, en un estado
próximo al repliegue en su destino. Ahí,
cuando saben, exactamente,
qué es lo que tienen cuando no tienen
absolutamente nada, a la intemperie
de la INSTITUCIÓN QUE LOS AMPARA
o apenas por encima. Así.






2.

un principio romántico: un parque solitario y sombrío
y un lago en las afueras, en el atardecer, en la quietud
de un caserón en ruinas:
el viento suena en las alturas de un paisaje montañoso,
el mundo escrito con una nitidez resplandeciente,
con el sol que invade una espaciosa estancia
y lo toma de espaldas, en un alto de la inspiración
cuando imagina hojas que van cayendo de los árboles
al suelo: tiene el movimiento en la cabeza, pero no sabe.
el ensueño
es un viaje, la turbulencia que sacude el lago.
su sentimiento,
que deja a las colinas, al aire de alrededor, a la luna,
impregnados. la fuerza de lo que está escribiendo ahora
es inmensa, la profundidad de su imaginación
llega hasta un fondo de sí mismo que no conocía
hasta que pensó en ella un segundo,
un interior de túnel que el poeta
convierte en himno
a su soledad. ella sabe quién es él,
ella también tiene un interior que se enciende,
un infinito
que no es sólo el amor:
es bueno callar por un segundo.






4. [estrofas finales]
nosotros como uruguayos,
sentados contra la ventana,
miramos una cosa por vez,
sin usar subjuntivos;
cuando caminamos por la rambla,
por avenidas,
por un parque,
algo en nosotros piensa,
con prescindencia,
pero mucho rato,
en una idea general del sexo,
un ritmo,
un color:
el silencio forma parte de la discreción
y todos somos orientales.

nosotros como uruguayos,
sin embargo,
levantamos la voz: supongamos
una historia en el borde de lo moderno:
“y yo le dije”;
tal vez compensamos nuestras blanduras
con una fuerte necesidad expresiva,
tal vez nuestra pasión por la crónica policial
eleve el gesto hasta regiones estéticas;
tal vez nuestra tendencia a la soledad.
pero, como uruguayos, preferimos
un poema, una frase leve,
un couplé, un poster
que nos ilustren:
lo anecdótico absorbe nuestra respiración
con un cierto dejo de horror que no percibimos:
como uruguayos, a fuerza de sensibilidad,
no percibimos. somos
otra cosa, otra gente,
un fervor colectivo que cristaliza
en lo estrictamente individual.
¿será por eso que todo se olvida?
¿qué sólo queda una crema –que la cucharita
rápidamente saca de la taza-
sintetizada en furias instantáneas,
en inteligencias nocturna, de cantar por la calle,
de aspiraciones confusas a cosas
paralelas, amores lanzados
desde el centro mismo de nuestro lugar común?

nosotros como uruguayos, después de todo,
nada podemos aprender: en medio
de nuestra incesante fluctuación,
como patitos en la laguna del parque
cuando sienten en las plumas el aire de las grullas
del canto quinto del infierno
pensamos que está bien.
Un sentimiento de bahía
marca la permanencia, a cierta hora de la tarde,
de un tajo delicado, una dispersión,
una ironía: como si pudiéramos
equilibrar la profundidad de la tragedia
con una referencia a las variaciones del clima
decimos: está cambiando
como uruguayos

De Levemente ondulado, 2005









«I»

Es la voz de tu conciencia la que te habla
Y te dice: no has de sufrir.
Has de pensar en ti sobre todas las cosas,
Es decir en mí: sin distraerte
Con las ansiedades y los sentimientos de pérdida
Que te acechan a cada paso. Escucha:
Es la voz de tu conciencia la que te pide
Concentración y seriedad
Para pensar en tu vida.
Ésta es la voz de tu conciencia que te exige,
Desde ahora,
Escribir un poema por día.
Un poema.
No es una broma
Ni una exageración: un poema por día
Te ayudará a limpiar tu espíritu
Para no sufrir. Repito: no has de sufrir
Por los problemas amorosos, sino
Amar a ese poema que escribirás
Para no sufrir. La voz de tu conciencia
Vuelve a hablar: escúchame: no te pierdas
En los trajines del día. No duermas tanto.
No vayas al cine
Sólo para pasar el rato.
Debí haberte hablado antes. Debí
Haberte prevenido contra todo eso,
Pero esperaba que actuaras
Por ti mismo. De modo
Que me mantuve en silencio. Hoy,
Con una voz ronca, tal vez por desuso,
Pero fuerte,
He decidido hablar, y por eso me estás escuchando,
¿Me estás escuchando?
Hablo con una voz pausada, serena, para decirte
Que te quedes así,
Sentado, si es posible, en actitud de cumplir
Estrictamente mis palabras: es en presente,
Es en imperativo, que te digo que te concentres,
Que te mantengas alejado del alcohol
Y de las malas compañías; que estés solo,
Profundamente solo,
Aun en presencia de los otros,
Que no harán sino molestarte
Con textos imprecisos, torpes, mal puntuados,
La expresión indirecta y borrosa de sus almas;
La voz de tu conciencia te dice que no los escuches,
Que limpies tus oídos,
Que te pongas de una vez
A escribir el poema. Ése es el llamado.
El poema permanece en ti como una fuerza invisible,
El ritmo de un contrabajo que va y viene
Sobre las inclinaciones de tu espíritu, hasta el otro día,
En que escribirás otro poema,
Como se nunca hubieras escrito antes:
Con una pose ingenua ante la salida libre,
Indómita, de tus palabras. Yo las guiaré, yo,
La voz de tu conciencia, capaz de ver el dolor
Y la imperfección en lo que has hecho.
Me dirás que es tu vida, pero es también la mía;
Tengo derecho, por tanto, a decirte que te calles.
La voz de tu conciencia exige, perentoria,
El respeto del silencio,
Del ejercicio espiritual
De un poema por día, y lo seguirás aun cuando
Los demás te indiquen otro camino:
Serás un hombre si puedes desoírlos y hacer
Solamente lo que te estoy diciendo:
No pienses en otra cosa; sobre todo,
No pienses en eso. La voz de tu conciencia
Piensa por ti
para que no confundas el ritmo de tu vida
con el de tu corazón. Te lo dice, sólo por hoy,
esta voz, que advierte el desorden
en el uso inútil, operático,
de la fantasía, de la memoria,
de la ensoñación.
Deja que tu pasado,
a menudo abrumado por el dolor,
por la incertidumbre,
por la entrega absoluta a causas imposibles,
se evapore. Por eso te dice, una vez más,
la voz de tu conciencia que te quedes así, quieto,
y no sufras. Escribe tu poema, firme, sólido,
impasible, galvanizado en tu soledad, y estarás bien.
Ahora, con un gesto desprendido y generoso,
Con una sonrisa de aceptación,
sin otra cosa que tu propia fuerza,
Escribe lo que te dictaré: empieza así:

De Levemente ondulado (2005).







PARA DECIR URUGUAY Y OTROS POEMAS

Tengo para escribir cuatro poemas
todos al mismo tiempo, material
hay de sobra, puedo escribir más si quiero
pero alcanzaría con cuatro: tomo aire
y meto unas palabras en el primero,
paro con ése y sigo así hasta el cuarto
hasta que llego a una cantidad suficiente
de palabras en cada uno y termino,
no sé cómo pero termino más o menos a tiempo
para dar una vuelta y decirme: tengo cuatro poemas,
todos en un rato, y así día por día llego
a ciento veinte poemas por mes y a mil
cuatrocientos cuarenta por año, lo cual
está bien. Novelas
serían un poco menos.

Enero 2009







para decir Uruguay se dice
“Uruguay”. Uruguayos se dice
“uruguayos”.
una pausa, una respiración,
un momento de duda: es
“Uruguay”, “uruguayos”?
¿Realmente así?
se siente una angustia
durante el revoloteo de pájaros.
la esencia del Uruguay gotea
como un pensamiento simple entre las piedras.
el sonido selvático se desvanece
en la “u” prolongada
entre los límites que marca la maestra,
señalando con la tiza. ni ella
lo nombra: eso chiquito, “aquí”,
“este país”, “territorio”,
“en términos culturales”. por consideración
o pudor o miedo de tocar, las comillas
llevan el cuerpo a la distancia. ¿Es eso?

Julio 2009






Las ideas luminosas, los planes, los gustos que ahora sí, desde hace tiempo. Ésta es la escena donde me acomodo, me conmuevo cada tanto con un giro de la conversación en que se habla de las circunstancias de la vida. En eso estoy, justo aquí, a cualquier hora, el paisaje se ve en el acto, como un poema que se compone así: el lugar donde están las cosas es la tradición personal, de eso me acuerdo, todo en un punto. Una película es la prueba, evidente, de que las cosas son así, aquí estoy, escuchando el ruido de mi pensamiento como una lluvia continua, sin detenerme más que para darme vuelta en la cama para ver cómo son los acontecimientos. Lo casual es inevitable, el amor revela todo lo que no sabe, lo que sale de una frase que leí, y vuelve, al salir del cuarto, a la luz, como una teoría del sentimiento, con este o aquel evento marcados mientras me pongo a acomodar un libro, mientras considero la belleza natural del recorrido hasta aquí, la composición del cuadro: yo dije, ella dijo. el gesto se celebra solo, con la voz a un nivel más alto que el habitual y se mantiene a la misma altura, en el presente de la respiración, leve, horizontal, sin hacer nada

Julio 2009







durante
durante las primeras horas del día
durante las segundas horas del día
durante las últimas horas del día

como un caballo en su propia duración
por encima de los hechos del campo
a velocidad constante en el pasaje de la luz
a la noche durante

así el sentido por el cuerpo
durante las cosas del día
brilla
y aparece el silencio de la acción

así toda la vida el corazón
pone sobre la mesa la palabra tiempo
en la corriente blanca de las letras
todas las historias durante

Noviembre 2009


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