viernes, 24 de septiembre de 2010

1265.- ATUKWEI OKAY



Atukwei Okai 

Nació en Accra, Ghana, en 1941. Obtuvo el master de Literatura en el Instituto Literario Gorki, Moscú, en 1967. Master en filosofía de la Universidad de Londres. Desde 1968 es miembro de la Sociedad Real de las Artes y durante 20 años (1971-1991) fue Presidente de la Sociedad de Escritores de Ghana. Hoy en día es Secretario General de la Asociación Pan-Africana de Escritores. Colaborador de numerosas revistas y muy reconocido en el panorama internacional, Okai ha recibido numerosos premios y reconocimientos. Entre sus publicaciones se encuentran: Flowerfal (Colección de Poesía, Writers Forum, 1969); The Oath of the Fontomfrom and Other Poems (Colección de Poesía Simon and Schuster, 1971); Longorligi Logarithyms and other Poems (Ghana Publishing Corporation, 1975); The Anthill in the Sea – Verses and Chants for Children (Ghana Publishing Corporation, 1988).





MANDELA LA LANZA

Tú finges
tú finges

Finges
haces así me amas
Pero la verdad
Ahora es como lluvia:
Él que no ve,
Sobre su piel lo siente,
Y con
Un dolor paralizante,
Erosiona
Los muros todavía húmedos de
De nuestros recios castillos
Armados en mis sueños,
La verdad terrible
Es ahora como el sol-
Donde no es
Visto, es sentido;
Pellejo de tus palabras
Muestra una cola cuenta-cuentos
Escalas sin salida
Mis ojos comienzan a fundirse








MODZAWE

para S.K.M y L.K.

Debe trazarse una línea en alguna parte.

Y cuando con su toalla de baño
Tirada en su hombro mañanero,
Dios sale de su puerta abandonada por el amanecer
Por el camino invisible que lleva
Al río-mar del sol naciente,
Me atravesaré en su caminar, y
Plantando un pie y un cuarto
Firmemente en la tierra débil,
Lamentaré hasta sacar el mundo-infierno
De mis adentros y luego gritaré:
¡Alguien se ha robado
Los huesos de mi bisabuela!

Permite que los seres humanos sean seres humanos de nuevo.
Permite que los seres humanos sean seres humanos de nuevo.
Permite que los seres humanos sean seres humanos de nuevo.

Cuando el fantasma mismo de Dios quita los cabellos de mi calavera,
Mientras el cielo silencioso de todo esto es testigo,
Le rogaré al sapo trotador que le enseñe a mi cuero
Cómo andar de puntillas contra la corriente en el silbido de la serpiente,
Cuando Dios mismo desarma mi brazo,
Mientras el viento salvaje de todo esto es testigo,
Reanudaré la canción que doma el hechizo
Del veneno del pitón y el beso de la doncella.

Cuando las nubes blancas y tiernas
En el cielo encima saludado por el sol
Encostran en un pedazo nacido de piedad
De carbón más oscuro que la oscuridad,
¡Desciende O Dios! ¡Desciende O Dios!
Sobre el calabozo-jungla mamífero
Y ayuda a tus discípulos a enseñarme
A olvidar esas mismas cosas
Que no debería olvidar:
El respirar, el pensar y el soñar

¡Desciende O Dios! ¡Desciende O Dios!
Al eco-llanto-retumbe y música del
Dodonpo y el Odono
Y el Bintim Obonu festivo,
Ábrete paso por la zona Zaana
De la luz once años luz.
¡Desciende O Dios! ¡Desciende O Dios!
¡Alguien se ha robado
Los huesos de mi bisabuela!

Permite que los seres humanos sean seres humanos de nuevo.
Permite que los seres humanos sean seres humanos de nuevo.
Permite que los seres humanos sean seres humanos de nuevo.





KWABENYA

Vivir en Kwabenya
Y estar sin un burro europeo
Es realmente retornar a la gente del pueblo
Ser uno con el grillo
Ser uno con el conejo
Ser uno con la mantis religiosa

La rana, la liebre y el tronchador

Y en ese contexto
Movilidad es igual a

Tu destino (mientras el cuervo vuela)
Dividido por la posibilidad de conseguir un levantamiento
Multiplicado por la posición corriente del sol

Multiplicado por la filosofía de la tortuga
Dividido por la geometría territorial del caracol

Más el ‘ser o no ser’
Protocolo político del camaleón.





LAVANYO CONCERTO

(a Angela Davis y Wole Soyinka)

Cruz. Emblema. Esvástica. Hoz.
Cruz. Martillo. Diluvio de fuego. Salivazo.
La suma es el centro de nuestro sistema.
La torre inclinada. Dos piedras. Revolución.
La torre inclinada. Dos piedras. Revolución.
Emplazamientos a Roma. Estaca Ardiente. La Inquisición.

El sol no es el centro de nuestro sistema.
¡El Cordobés! El Cordobés
Hay algunas cosas que tengo que confesar;
(Los toros y toros que matan ustedes en la arena)
Cuando a los vientos toda cautela se arroja,

Aun tienes cosas a las cuales apegarte.
Los toros y toros que matas en la arena.
Solo no tienes posibilidades de portar una honda.
Los toros y toros que matas en la arena.

Pero cuando Galileo Galilei
Fue lanzado entre el podrido círculo de la burla,
El toro embistiendo que lanzaron contra él
Estaba armado de cuerno a pezuña
Con el garrote del odio y la espada del miedo

Y con la palanca al rojo vivo de la rabia.
Galileo Galilei en la arena
Estaba solo; su única arma y amigo
Era el tiempo; y el tiempo era un mero infante entonces.
(Y para que el tiempo madure en el tuétano)

Ciertamente tienes que venir mañana;
Centurias y centurias después del mañana)
Y ellos dijeron: Galileo Galilei,
Escuchamos que estás fuera de casa en tu cabeza,
Tememos que debes ser clasificado entre los ciegos.

Puedes pensar todos tus pensamientos; puedes,
Pero tus ideas no verán la luz del día;
Tus dolorosas toses de mediodía nuestras plegarias de medianoche.
Y tú dijiste: dos son una multitud; incluso los
Elementos lo atestiguan; los cielos

Escuchan la evidencia; el universo otorga el juicio.
No pongan márgenes de moldurita sobre lo que
Pudiera imaginar; y ningún censor
En cielo o infierno me llamará censor
Mi suspiro o pecado. Ustedes vuelven a contar un mal cuento

Diseñado a su gusto. Pero colapsados árboles cuentan
Otra historia. Cuando en el regazo de
Un Dios humano ciego, yace la verdad, yaciendo como
Los labios a punto de desatarse de un infierno-
Escapó Judas Iscariote apartado

Entre la infeliz jungla de buscadores
De la verdad que no separarán
Cuando se separen, orugas canoas
Todos gatean umbral de la autopista adentro
De una rabia sin contornos; pero la semilla,

Oh Dios, ya está en el suelo; las
Lluvias han descendido a él.
¡Elavanyo! ¡Elavanyo! Mejores
Tiempos no pueden estar demasiado lejos. Yo
Me siento aquí a mirar las estrellas. Elavanyo.

Ey.....Galileo Galilei...Mis ojos
están encharcados, sus dientes se aprietan, tus labios
tiemblan, y nuestra canción en solo desciende
hasta una escala de silencio; Coros de Aleluya
rompe sobre la piedra-temblor de una catarata anticerteza.

Traducciones de Rafael Patiño




Un salto mortal de media noche


Nelson Mandela, el guerrero africano.
¡He aquí al hombre, un hormiguero en cuclillas
en medio del mar!

¡He aquí al señor de la tierra cuya cesta
retendrá todas las aguas!
Nuestros enemigos, en cuclillas desde lejos, gritaban:
¡abelenkpe!

Tú tomaste y mantuviste tu posición en la cima de la Meseta de Montaña,
espetando tu respuesta que al Nilo dividió
¡nketie nta!
¡Abelenkpe, nketie nta!
¡Abelenkpe, nketie nta!

Cavaron diabólicos calabozos en donde
e atrevieron a soñar que enterrarían tu
respiración viviente.

Intrigaron y osaron encerrar con barricadas
los territorios sin fronteras de tu alma
entre piedras rivales de las ruinas
altas y gruesas de Zimbabwe.

A plena luz del día lucharon por envolver tu alma
en los confines restallantes del corazón de un
alquitranado fascista …

Y dentro del vientre de una ballena, pusiste en escena
un salto mortal de media noche.

¡Tú eres aquel hombre que fumaría una pipa
sentado en la punta del cañón
de un arma de fuego!
(Que disparen mil tiros, que ni
aun un solo cabello de los nuestros será tocado!)

¡Cuando cavas en la tierra, el agua
siempre brota en complaciente respuesta!

(Que disparen mil tiros, que ni
aun un solo cabello de los nuestros será Tocado!)

Tus luchas hoy rinden frutos
y flores tan coloridas
como las mariposas de Oyibi.

Oh León-guerrero africano,
Madiba,

Fuiste tú quien ahuyentó con crepitante y atronador
látigo espinoso
a los sucios cambistas del templo de nuestra tierra.

Desde las esquinas del planeta tierra,
tu saga se cuenta y recuenta como un cuento.

Los elementos mismos entonan el himno de tus alabanzas.
¡O León-guerrero africano,
Madiba!

Blandiendo la lanza Herero-Zimbabwe que canta
obre Osagyefo el Kwame Nkrumah,

a los avasalladores de nuestro pueblo despojaste y borraste
de la cara de nuestra sagrada tierra.

¡Nuestro pueblo te ofrece su corona!
¡Nuestro pueblo hisopea sobre tus hombros!

¡Avanza y acepta su ofrenda!
¡Avanza y cíñete la guirnalda!

¡Madiba, he aquí la corona!
¡Madiba, he aquí el hisopo!


Notas:
Abelenkpe: El nombre en Ga de un suburbio de Accra, Ghana; también significa “Maíz es lo que estoy masticando” (en el idioma Ga).
Nketie nta: (el idioma Ga), significa “Cacahuetes es lo que estoy masticando.”




Concierto Oblogo

(para Sam Ofoe Quao y Naa Amerle Dowona-Hammond)

Jiráfico caminas en tu sueño cola-de-tortuga supersónico,
yo elefánticamente danzo en mi sueño de antílope.
Mi corazón de hipopótamo empieza su empinado deslizarse
serpentino...
No se atrevan oh no se atrevan a sofocar mi grito de dinosaurio.

Tus ojos plantan una mina en el tuétano de mi alma,
el campo de mis sentimientos de ninguna manera yace baldío.

¿En cuáles aguas chapotean mis deseos?
las cigüeñas de mi alma vadean mares superficiales,

Mis sueños te esperan, dulce golondrina de verano;
Vuela, vuela con tu nimbo sanador.
Un fuego intenso toca
tu rubia y sensitiva flor frágil

Una lira finamente encordada vaga ociosa...
Tu ardoroso e imparable amante apasionado

aprende que el génesis del goce
engendra más de lo que han conocido las centurias;

Que en las tumbas de mármol de Troya
ninguna flor jamás ha crecido.

Díscolamente caminas en tu sueño península de témpano-arcilla
embriagadamente danzo en mi letárgico sueño náufrago;

Mi cruda alma de rinoceronte empieza su empinado reptar
serpentino...
No se atrevan oh no se atrevan a sofocar mi grito de dinosaurio.

Sobre Teherán
entrando
a una velocidad
de trescientas millas por hora
a una altura de 10.000 pies
sobre el nivel del mar,
la punta del monte ararat,
en la temprana niebla del alba oscura,
se yergue como el pezón inocente
en el seno solitario
de una mujer muy oscura

Yaciendo supina
y mirando a un firmamento
lavado con nubes al pastel
tan tiernas como
el inocente aterrizaje
de la garra de un gatito
sobre la cabeza
de una gota de rocío
exiliado de
la desierta república
de un oasis.

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