viernes, 2 de diciembre de 2011

NANNI BALESTRINI [5.265]



Nanni Balestrini 

Nació en Milán (Italia), en 1935.

Publicaciones:

English
Lawrence R. Smith (ed.), The New Italian Poetry, 1945 to the Present, University of California Press, 1981.
The Unseen, Verso Books, London, 1989.
Sandokan, Melville House Publishing, Hoboken (N.J.), 2009.
Two Short Stories: Let a Thousand Hands Reach Out to Pick Up The Gun, FIAT, Bandit Press & Shortfuse Press, 2010.

Italian
Poetry
Come si agisce, Feltrinelli, 1963.
Ma noi facciamone un'altra, Feltrinelli, 1966.
Poesie pratiche, antologia 1954-1969, Einaudi, 1976.
Le ballate della signorina Richmond, Coop. Scrittori, 1977.
Blackout, DeriveApprodi, 2009 [2001].
Ipocalisse, Scheiwiller, 1986.
Il ritorno della signorina Richmond, Becco giallo, 1987.
Osservazioni sul volo degli uccelli, poesie 1954-56, Scheiwiller, 1988.
Il pubblico del labirinto, Scheiwiller, 1992.
Estremi rimedi, Manni, 1995.
Le avventure complete della signorina Richmond, Testo&Immagine, 1999.
Elettra, Luca Sossella, 2001.
Tutto in una volta, antologia 1954-2003, Edizioni del Leone, 2003.
Sfinimondo, Bibliopolis, 2003.
Sconnessioni, Rome, Fermenti, 2008.
Blackout e altro, Rome, Deriveapprodi, 2009.
Lo sventramento della storia, Rome, Polìmata, 2009.

Novels
Tristano, DeriveApprodi, 2007 [1964].
Vogliamo tutto, DeriveApprodi, 2004 [1971].
La violenza illustrata, DeriveApprodi, 2001 [1976].
Gli invisibili, DeriveApprodi, 2005 [1987].
L'editore, DeriveApprodi, 2006 [1989].
I furiosi, DeriveApprodi, 2004 [1994].
Una mattina ci siam svegliati, Baldini & Castoldi, 1995.
La Grande Rivolta, Bompiani, 1999.
Sandokan, storia di camorra, Einaudi, 2004.


Short stories
Disposta l'autopsia dell'anarchico morto dopo i violenti scontri di Pisa in: Paola Staccioli, In ordine pubblico, Rom, 2002, S. 25-31.


Various
Gruppo 63, L'Antologia, (mit Alfredo Giuliani), Testo&Immagine, 2002 [1964].
Gruppo 63. Il romanzo sperimentale, Feltrinelli, 1965.
L'Opera di Pechino, (mit Letizia Paolozzi), Feltrinelli, 1966.
L'orda d'oro, (mit Primo Moroni), Sugarco, 1988; Feltrinelli, 1997, 2003.
Parma 1922, DeriveApprodi, 2002.



CIELOS (7 SONETOS)

CIELI (7 SONETTI)


cuando sopla el
nubes a pedazos
manchas manipuladas
sin contornos
desenfocados desparramadas
opacos significados
de aquí de allá
olvida la sensación
el inminente verano
deformación sin
transformación el
arrancan las flores
tantos días dispersos
volando bajo





Quando soffia il
nuvole a pezzi
macchie manipolate
senza contorni
sfocati sparpagliate
opachi significati
di qua di là
dimentica la sensazione
l’istante estate
deformazione senza
trasformazione il
strappano i fiori
tanti giorni sparsi
volando basso





cuando asoma la
una vez más la
en el vacío la sensación
rítmico separado
inminente repetición
la próxima vez
no se ve
aún más allá
regresa visible
coloreado diverso
caen sombras
perros lejanos
la montaña
no se ve





quando spunta la
una volta di più la
nel vuoto la sensazione
ritmico separato
istante ripetizione
la prossima volta
non si vede
ancora più in là
ritorna visibile
colorato diverso
cadono ombre
cani lontani
la montagna
non si vede





hace algún tiempo
que ya no vemos
los ocasos disuelven
dilatado entorno y
todo tiñe la
desgarra el aire
tentáculos tensos
toda la piel
despliega si
giran en la
horizonte interior
caja vacía con
la sensación que
ya se ha marchado





è un po’ di tempo
che non vediamo più
i tramonti sciolgono
dilatato intorno e
tutto tinge l’
strappa l’aria
tentacoli tesi
tutta la pelle
srotola si
ruotano nella
orizzonte interno
scatola vuota con
la sensazione che
è già venuto via





abre la boca
sin más palabras
ya no hay nada que
la lengua cortada
desgracias ay
con los ojos cerrados
a través de la cabeza
transparente ruiseñor
a través de todo el
violeta tiembla
vacío la sensación
la garganta desgarrada
relámpago atraviesa
abrupto consumado





apri la bocca
senza più parole
non c’è più niente da
la lingua tagliata
guai ai
a occhi chiusi
attraverso la testa
trasparente usignolo
attraverso tutto il
viola trema
vuoto la sensazione
la gola strappata
lampo attraversa
ripido consumato





mil pájaros
se marcha toda la
pelando las palabras
pasa de prisa
una vez más
ligero en el viento
músculos se relajan
enrollado otoño
por una sensación en el
se rompe en seguida
no se desprende
otros que llegan
empieza siempre así
y ya vuelan





mille uccelli
viene via tutta la
pelando le parole
passa in fretta
ancora una volta
leggero al vento
muscoli si rilassano
arrotolato autumno
da una sensazione all’
si rompe subito
non si stacca
altri che arrivano
comincia sempre così
e già volano via





ya no llueve
intensa dilatación
la sensación de
reaparece visible
en el movimiento
inmóvil en el
de la continuamente
tendiéndose hacia
abierto interminable
poco a poco
azul por doquier
en el último momento
a la derecha abajo
urraca atraviesa





non piove più
intensa dilatazione
la sensazione di
riappare visibile
nel movimento
immobile nel
della continuamente
tendendosi fino
aperto interminabile
a mano a mano
azzurro dappertutto
all’ultimo momento
a destra in basso
gazza attraversa





en la hierba
se mueve respira
tocando el fin
se detiene se inclina
entre el pulgar y el índice
amapolas y blancas
cintas allá abajo
el cielo filamentos
por fin la sensación
larga línea luminosa
nos salta encima
verde invertida
en se debate y
otra vez





in mezzo all’erba
si muove respira
toccandola fine
si ferma si china
tra il pollice e l’indice
papaveri e bianche
strisce lì sotto
il cielo filamenti
finalmente la sensazione
lunga linea luminosa
ci salta sopra
verde capovolta
in si divincola e
un’altra volta


Traducido por CARLOS VITALE

MÁS POETAS ITALIANOS






Traducciones de José Molina:


I

Habríamos podido omitirlo,
los árboles hacen mucho ruido,
pero qué cosa están haciendo

los caballos, cada uno por su cuenta
habríamos acabado por perdernos,
regresar, hacer

todo aquello que quieres, algunas
veces los árboles llegan 
a crecer en dirección del cielo

aspirando la explosión en el instante
inesperado, esperando que termine
de llover, inspirados del instinto

corriendo de una parte a otra
erizados, instigados por la histeria,
el corazón lleno de botones,

los dedos inmersos, colúbridos,
cómo eran hermosos desde la barca,
respiramos encima, fin. 




II

La tradición occidental separa
las dos funciones y si alguno nos mira
en general empero no superan

la altura de tres metros, azules
cómo eran bellos gimiendo
al ruido del muro caído,

cada uno por su cuenta atravesada
la distancia exacta entre aquí y los
dedos serpenteando en la playa,

y aferró la manija blanca
con el agua en los pulmones creando una
atmósfera particularmente íntima o

según algunos sofocante, toma 
todo aquello que quieres también
se adhiere a la piel, mientras que de 

la bomba todos hablan,
las palabras sirven a las ideas,
de otro modo nos corren.




III

Cuántas veces me lo
al caballo que se había acercado
al ruido del muro caído

y aferró la manija crujiente
con el paquete bajo el brazo – y dejarlo
donde lo había tomado y nadie

(hay tantas sillas) allí estaba
a recibir, controlar, a decir.
Qué cosa. (Pero lo dijo: ¿te quedas?)

Entonces un poco de silencio, entonces el
desayuno: y tomarlo para conservar
la raza, el sexo, la estatura

a puñados para hacer más
de prisa galopas también se
adhiere a la piel, ya que tiene fin.

La segunda razón (fue
sobre el punto de irse, pero 
 [vivazmente):





IV

Pero qué nos están haciendo
bidimensionales que habían previsto
se veían todavía es entonces

bastante difícil y quizá
ni siquiera necesario intentar
esperando que termine de llover

de traer conclusiones y alcanzar
juicios definitivos. Todas las 
veces nos quedamos sin saber

buscando de una y otra parte
en la jaula y sobre el cuerpo con
la otra mano habríamos terminado por

perdernos con la otra mano
habríamos terminado por perdernos
hasta que hacen mucho ruido o

si no acontecerá ningún imprevisto
al lugar común las chimeneas disuelven
las montañas lejanísimas blancas.





V

¿Quién faltaba? quién entre las rayas
blancas y azules entró
mañana por la parte del puerto

atravesando boca abajo
parido presbiótico acariciado
la vía si nadie nos

mira la tela la piel
el estribo calibrado
la vía si alguno nos mira,
los vidrios astillados no
agito la estafeta y la flauta,
el leño tirado sobre la playa,

descubriendo el agua en los pulmones,
la distancia exacta entre aquí y allá,
apenas enterados del suceso
corrió jadeando todavía
borracho, bidimensionales, la vela
se apaga y permanecemos en la oscuridad.





VI

Apenas enterados del suceso
cada cosa reencuentra su lugar,
entonces un poco de silencio, hay

continuamente necesidad de producir
la raza el sexo la estatura,
instrumentos que valen por

la exterminada y casi
indiferenciada platea, a
puñados para hacer más de prisa,

de mala gana atravesando boca abajo
el caballo que se había acercado,
y con frecuencia lo omito,

al menos hay tantas
sillas, un poco de tiempo ha
pasado, la vela se apagó,

pero confiemos todavía sin embargo
por un huevo en primavera de la
coloración azul de los prados.






I

Avremmo potuto farne a meno,
gli alberi fanno troppo rumore,
ma cosa ci stanno a fare

i cavalli, ciascuno per suo conto
avremmo finito per perderci,
fare ritorno, fare

tutto quello che vuoi, certe 
volte gli alberi riescono
a crescere in direzione del cielo

aspirando l’esplosione nell’istante
inatteso, aspettando che finisca
di piovere, ispirati dall’istinto

correndo da una parte all’altra
ispidi, istigati dall’isteria,
il cuore pieno di bottoni,

le dita immerse, anguiformi,
com’erano belle dalla barca,
soffiamoci sopra, fine.





II

La tradizione occidentale separa
le due funzioni e se qualcuno ci guarda
in genere però non superano

l’altezza di tre metri, azzurri
com’erano belli ansanti
al rumore del muro crollato,

ciascuno per suo conto attraversata
la distanza esatta fra qui e le
dita anguiformi sulla spiaggia,

e afferrò la maniglia bianca
con l’acqua nei polmoni creando una
atmosfera particolarmente intima o

secondo alcuni soffocante, prendi
tutto quello che vuoi anche
se appiccica alla pelle, quanto a

la bomba tutti ne parlano,
le parole servono le idee,
altrimenti ci mandano via.




III

Quante volte me lo
al cavallo che si era avvicinato
al rumore del muro crollato

e afferrò la maniglia scricchiolante
col pacco sotto il braccio – e posarlo
dove l’aveva preso e nessuno

(ci sono tante sedie) lì c’era 
a ricevere, controllare, a dire.
Che cosa. (Ma lo disse: rimani?)

Dunque un po’ di silenzio, dunque la
colazione: e prenderne per conservare
la razza, il sesso, la statura

a manciate per fare piú
in fretta galopi anche se
appiccica alla pelle, poiché ha fine.

La seconda ragione (fu
sul ponto di andarsene, ma 
 [vivacemente):





IV

Ma cosa ci stanno a fare
bidimensionali che avevamo intravisto
si vedevano ancora è dunque

abbastanza difficile e forse
neppure necessario tentare
aspettando che finisca di piovere

di trarre conclusioni e raggiungere
giuduzi definitivi. Tutte le
volte rimanemmo al buio

cercando da una parte all’altra
nella gabbia e sopra il corpo con
l’altra mano avremmo finito per

perderci con l’altra mano
avremmo finito per perderci
finché fanno troppo rumore o

se non accadrà nulla d’imprevisto
al solito posto le ciminiere disciolgono
le montagne lontanissime bianche.




V

Chi mancava? chi tra strisce
bianche e azzurre entrò
domani dalla parte del porto

attraversando bocconi
partorito presbite carezzato
la rotaia se nessuno ci

guarda la stoffa la pelle
la staffa calibrata la
rotaia se qualcuno ci guarda,
i vetri bavosi non
dimeno la staffetta e il flauto,
il legname gettato sulla spiaggia,

scoprendo l’acqua nei polmoni,
la distanza esatta fra qui e là,
appena avvertiti dell’accaduto
accorsi ansanti tuttora
alticci, bidimensionali, la candela
si spense e rimanemmo al buio.





VI

Appena avvertiti dell’accaduto
ogni cosa rinviene al suo posto,
dunque un po’ di silenzio, ha

continuamente bisogno di produrre
la razza il sesso la statura,
strumenti che valgono per

la sterminata e quasi
indifferenziata platea, a
manciate per fare piú in fretta,

a malincuore attraversando bocconi
il cavallo che si era avvicinato,
e spesso ne faccio a meno,

almeno ci sono tante
sedie, un po’ di tempo è
passato, la candela si spense,

ma fidiamoci ancora nonostante
per un uovo a primavera della
colorazione azzurra dei prati











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