domingo, 5 de septiembre de 2010

BERTALICIA PERALTA [892] Poeta de Panamá



Bertalicia Peralta


Nació en la ciudad de Panamá el 1 de marzo de 1940. Realizó estudios de pedagogía, periodismo y relaciones públicas en la Universidad de Panamá; de educación musical en el Instituto Nacional de Música. Ejerció la docencia a nivel secundario por dos años. Ha ejercido el periodismo cultural, la divulgación e información en entidades del Estado; ejerce crítica literaria, musical y teatral; trabajó para Radio y Televisión Educativa del Ministerio de Educación de Panamá. Ha escrito también guiones para televisión y libretos especiales para radio. Fundadora y Co-directora de El Pez Original (1968-1970), revista de la nueva literatura panameña. Ha editado en poesía: Canto de Esperanza Filial (1962); Sendas Fugitivas (1963); Mención Ricardo Miró 1962-; Dos Poemas (1964); Atrincherado Amor (1965); Los Retornos (1966). Un lugar en la esfera terrestre (1971); Himno a la alegría (1973); Ragul (1976); Libro de las fábulas (1976); Caja flotante (1979); Piel de gallina (1982); Frisos (1982); En tu cuerpo cubierto de flores (1985); Invasión U.S.A., 1989 (1990) ; Leit Motif (1999). Obra cuentística: Largo in crescendo (1967); Barcarola y otras fantasías incorregibles (1973); Puros cuentos (1988). En 1971 obtiene el tercer premio en el Concurso Internacional de Poesía “José Martí”, en Perú con Un lugar en la esfera terrestre. En 1973, su libro Libro de Fábulas es mencionado en el certamen de poesía latinoamericana de Casa de las Américas, en Cuba. Incluida en Poesía Joven de Panamá, editado en México por la Editorial Siglo XXI, 1971; Siete, antología comentada por los autores, Panamá, 1971, Poesía rebelde de América, Editorial Extemporáneos, México, 1971; Prosa joven de América, Editorial Sep-Setenta; de la Secretaría de Educación de México, 1972; Poemas al Che, Editorial Causachún, Perú, 1972; Por Chile, Panamá, 1973; Antología poética Centroamericana, Biblioteca Rodante, San José, Costa Rica, 1974; Antología general de la poesía panameña, (Siglos XIX-XX), Agustín del Saz, Editorial Bruguera, Madrid, 1973; Itinerario de la poesía panameña, Rodrigo Miró, Editorial Universitaria, Universidad de Panamá, 1975; Antropología crítica de joven narrativa panameña, E. Jaramillo Levi, Federación Editorial Mexicana, 1971; Himno a la alegría, Mención del Premio Universidad, Poesía, Universidad de Panamá, 1974, Las fábulas, Separata de la Revista Penélope, Panamá 1973; ha sido ganadora del premio Itinerario del Cuento del Instituto Nacional de Cultura (INAC), de Panamá con Muerto en Enero, cuento publicado en revista Casa de las Américas. Su obra ha sido traducida al inglés, francés e italiano y portugués. (Tomado de: Peralta, Bertalicia. Libro de las fábulas. /Jaramillo Levi, Enrique. Flor y nata -mujeres cuentistas de Panamá-, Editorial Géminis, 2004. P. 231).




Te miro y me cercioro

Te miro y me cercioro que cada día
estás más lejos de mí
y me divierte comprobar que el aire
nos circunda igualmente

en esta ciudad y en otra
debe pasar lo mismo a tantos conocidos:
es la hora de alejarse

recordaré el hueco sereno de tu vientre
o el color de algún pañuelo
quizás alguna palabra recogida en otros labios

alguien ha de decir un nombre y yo
quedaré paralizada un instante
un ave graznará y luego
sonreiré a esos ojos nuevos que desearán
para sí todo este amor que ahora te entrego

Del Libro Piel de Gallina

Piel de gallina

A los gritos de un niño
que cae de un balcón
se me pone la
piel de gallina

y si leo en los diarios
la crónica de la tortura
se me pone la
piel de gallina

cuando conozco cuerpos
trenzados sin amor
se me pone la
piel de gallina

casi nunca ocurre algo
que deje de conmoverme
y me ponga la
piel de gallina

Del Libro Piel de Gallina


Si tu corazón te pide

Si tu corazón te pide el ropaje
del amor
nada puedes hacer para engañarle

no hay manto de avaricia
que sea capaz de hartarle
ni halago hipócrita que le reprima
ni suficiente oro en el mundo
para comprarle apaciguamiento

lo que vale a tu corazón ansioso
es sólo la compañía piadosa
cálida
del trabajo compartido
del alimento para las largas horas de vigilia
del susurro tiernísimo de los dedos
sobre la espalda
y siempre
y sobretodo
los ojos límpidos y confortables
-nido de ave en celo-
de ángel ciego del canto liberador

Del Libro Piel de Gallina


La casa del silencio
La casa del silencio
rómpese a menudo
y se escucha en el cielo
el tránsito del aire

sobre mi testa terca
prodúcese su impacto:
reconozco en mí misma
la imagen fiel del canto

capullo liso vuelve
a conocer mi mano
y en la ruta del labio
sangra lenta la herida

Del Libro Piel de Gallina

Un minuto de silencio
Nueve de enero, número inicial
principio germinal de independencia.
Lúgubre silencio letal de palomas
soltadas en el centro de la vida
donde nacieron los soldados de la Patria
donde murieron: quemados sus ojos
acongojados por dentro
ultrajados en su casta y en su sangre
violados en su lengua y sus hijos
acogotados, sumidos en la ira y la barbarie
los militantes de la Patria nueva
de la Patria sangrante
de la gimiente Patria
de la despedazada, dulce, buena Patria
con su pecho abierto por la metralla
la soberbia, la odiosa conquista del imperio
de Estados Unidos por el crimen.

Yo no he llorado por los muertos
por las rosas que acumularon sus ojos
abiertos y estrellados
no he llorado aún por las manitas
de las niñas morenas
que colgaban gaviotas en la tarde
por los patines y tambores abandonados
donde comienza la frontera
donde colocaron letreros
en idiomas extranjeros
con cintas y galones y estrellas y águilas
y luces de bengala
y escuelas de adolescentes engreídos
y altaneros
a quienes cerraron el alma
a quienes quitaron las tablas
de los diez mandamientos
quienes no tienen arcilla para hacer
estatuas de borricos, pájaros
o pequeños ángeles sin alas.

Compañeros: una campana para su memoria:
Hay semen de mártires regado en las plazas
lágrimas de madres, viudas, huérfanos
acumuladas a la orilla de los templos.
Hay multitud de huesos clavados en tierra
y cadáveres redondos y fríos vestidos de banderas
a lo largo de calles y campos.

Hay oraciones tendidas hasta el cielo
con una urgente condición de reto, árboles caídos
frutas doloridas y un rencor de decenios descendido
en torrentadas ardientes por los ríos:
un rencor absoluto y solidario un odio colectivo
que vamos a llevar hacia el lugar que tiene
nuestro dolor de sexo ultrajado
de corazón apedreado
de lengua amordazada
de nidos agredidos
de pezones silvestres y dulces
como cuajados labios de azucenas.

Compañeros: una voz
que se detenga en esta fecha
en este nueve de enero amanecido
en este momento extraño de la muerte
en este instante supremo de la vida.

Estandartes y coronas
para guardar el alma de la Patria
que no puede contenerse en veinte fosas
que no es capaz de convertirse en viento
para viajar en rutas penetradas de cruces:
quiero gritar a todos que no es posible
amar a los soldados yankees
que no es posible comprender palabras
envueltas en duras balas
ni es posible conocer a ningún John
ni hablar tranquilamente a Mary
Compañeros: un grueso manto
repleto de flores
y verdes celajes para cerrar
sus ojos para siempre.
Oíd: todos los otros: testigos
de esa noche de exterminio
los que nos penetramos con ellos
hacia las puertas de la muerte
los que paseamos banderas
encima de carros
cargados de cadáveres
los que corrimos con las venas
rebosantes de rabia
dolor y angustia
nosotros, compañeros,
que sentimos en la carne
el golpe seco de las balas
el último gemido de los mártires
vamos a gastarnos la existencia
para sembrar de mástiles la tierra.

Hablo de mástiles que tienen nombres
hablo de niños con sus cantos
y sus juegos partidos en mitad de la noche
por los acantonados habitantes
del Canal Zone.
Hablo de edificios apagados y convertidos
en objetos de rifa de la grotesca
soldadera yankee.
Hablo de labios que no llegaron a conocer
otro calor que el de la pólvora.
De crucifijos que se estremecieron
en medio de la noche
y se tiraron del miedo hacia las calles
dejando las velas encendidas.
Hablo de los mártires del nueve de enero.
Hablo del nueve de enero.
Hablo del lúgubre silencio letal de palomas
asesinadas en el centro de la vida;
Hablo de brazos destrozados,
de vísceras arrebatadas
de gendarmes apostados para matar niñitos.
Hablo de este dolor augusto.

Compañeros: un minuto de silencio.


Cuando seas mayor Padre

Cuando sea mayor padre
y entiendas
que las cosas son así de sencillas:
uno nace lleno de alegría
y vive
hasta los siete años con ella
luego
le presentan la familia
cuatro tíos once primos
el lugar donde vivió el abuelo
le enseñan qué es un hogar
le tienen la comida caliente
le dan hasta una cama y sábanas
navidades con juguetes
niño-dios
y uno conoce el nombre que eso tiene:
dicha
entonces se cumplen los quince años
y uno sigue creciendo
la madre es buena
la casa es buena
el silencio que va cubriendo los actos
cotidianos es bueno
uno lo cree así
se está seguro de algo
hasta se es capaz de reír a carcajadas

pero padre cuando sea mayor
comprenderás cuando llega la época
de la desnudez
cuando no se tiene con qué cubrirse
y uno se da cuenta que las lecciones
de la escuela no le han servido de mucho
y que uno es más triste
que un caracol abandonado
por el mar
que uno es más solitario que el árbol
primero se quedó sin hojas
que se ha estado tanto tiempo como un tonto
preguntando por un sitio increíble
que no existe que no ha sido creado
se está definitivamente
como un pichón de golondrina
queriendo entrar al huevo nuevamente.

Reminiscencias
Durante toda una mañana
contemplo niños jugando en el parque

en mi infancia yo fui como ellos
también disfruté del aire y lancé mis
manos como mariposas
hacia la copa de los árboles

ahora en cambio ellos siguen corriendo
mientras yo permanezco
y no recuerdo en qué preciso momento
mis manos ya no fueron más mariposas

A una mujer
Eres más fuerte que una máquina
hasta ahora has hecho el trabajo
tuyo y el de otros

eres más inteligente que el tiempo
has ganado más batallas que los
que las han provocado

eres más suave que el rocío
más ligera que el viento
y todavía preguntas ¿qué hacer?

pon tu corazón donde lo cubra la ternura
anida tus manos junto al fuego sin temor
no desanimes no cedas no des un paso atrás
no tires por la borda lo ganado
el futuro sólo guarda para tí
despejada la senda nueva vida

Del Libro de las Fábulas

Concurso De Belleza

Se requiere mujer hermosa;
senos mirando al cielo de por lo menos
dieciocho pulgadas cada uno
torneando suavemente una
cintura tierna que las manos
puedan abarcar dentro de veinte pulgadas
más abajo treinta y seis esta vez
sobre la pelvis
todo será canjeado por un viaje alrededor
del mundo automóvil último modelo
maridos eventuales presentacioens en TV
anuncios publicitarios
y el mejor maquillaje a prueba de agua
que se conozca.


Dos Amigos

Dos amigos por la vida andan
juntos como hermanos
se trenzan por la misma vía
van como tiburones jadeantes invencibles
reman con sus dos fuerzas contra
una corriente que luego de discutida
y analizada
resulta lamentable a ojos vista

hasta que un día
uno de ellos ciego cogido por la cola
rompe el hechizo

-el amor no basta-
los dos amigos se hablan luego
sólo de vez en cuando
ya no se miran a los ojos
justifican un encuentro casual
con intermitencias
aisladas
de allí en adelante
seguirán siendo tiburones
jadeantes enflaquecidos
con un par de tristezas sobre el río.

La Única Mujer

La única mujer que puede ser
es la que sabe que el sol para su vida
empieza ahora

la que no derrama lágrimas sino dardos para
sembrar la alambrada de su territorio

la que no comete ruegos
la que opina y levanta su cabeza
y agita su cuerpo
y es tierna sin vergüenza y dura sin odios

la que desaprende el alfabeto
de la sumisión y camina erguida

la que no le teme a la soledad
porque siempre ha estado sola
la que deja pasar los alaridos
grotescos de la violencia

y la ejecuta con gracia
la que se libera en el amor pleno
la que ama

la única mujer que puede ser la única
es la que dolorida y limpia
decide por sí misma
salir de su prehistoria.




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