domingo, 3 de abril de 2011

3667.- MANUEL GUERRERO


MANUEL GUERRERO CABRERA
Lucena (Córdoba), 1980. Licenciado en Filología Hispánica ejerce como profesor de lengua y literatura. Pertenece al consejo de redacción de la revista Saigón, publicación de la Asociación Cultural Naufragio (ganadora del Premio Andalocio 2009 «Un año de cultura en Córdoba» en Literatura) que dirige. Son los estudios de autores y obras literarias lo que destaca entre sus publicaciones, no sólo en revistas de ámbito andaluz, nacional e internacional (Saigón, Angélica, Isagogé, etc.), sino también la obra Estudios críticos de Literatura del Siglo de Oro (Juan de Mairena y de Libros, 2008) y Tango. Bailando con la literatura (Wanceulen-Moreno Mejías, 2009). En cuanto a la poesía, es autor de El desnudo y la tormenta (Wanceulen-Moreno Mejías, 2009), de los poemas que se imprimieron bajo el título de En la plaza del Potro (en Angélica. Revista de Literatura, 11, Lucena, 2002-03) y de varios publicados en distintas revistas andaluzas, destacando los aparecidos en Saigón.






POEMA XIIII

Recuerdo tu rizoso pelo negro
y en mi me - moria
he enrevesado el mío con el tuyo
y lo he besado nuevamente.

Rizo mareado
pues me aturde y me turbo de acordarme.

Pero voy a ún sin sentido
si en tu memoria me muero.






I’M YOURS

Hoy he comenzado
el libro de Hamlet que me regalaste.
La primera página
contiene sorpresas
duraderas desde el tiempo
pasado al presente.
Tu letra surge.
Tu letra dice
«I’m yours», que eres mía,
como lo es el libro y tu letra.

Ahora mismo,
al escribir este verso,
tengo el libro, tengo
tu letra que dice
«I’m yours», que eres mía,
mintiéndome,
porque no te tengo aquí.






LA LLAMA

Sacudieron las ramas todo el oro fulgente,
como un viento, un tornado, que apareció preciso
y convirtió tu pelo en deseo esplendente,
como mi mano quiso.

Al roce de tu piel, mis labios comprendieron
que hay seda comestible, que alimenta tu vello.
En tu seda, mis labios densos se entretuvieron
con tu férvido cuello.

Hambre, sed y deseo aumentan por tu aroma,
tus pechos locos crecen de lengua, labio y diente,
como cierva que gime, cuyo dolor desploma
sobre mi cuerpo urgente.

De tu amoroso vientre, espejo cristalino
del huracán, la seda y mi deseo humanos,
surgieron nuestros besos, como pulso divino
de los cuerpos ufanos.

Al final, en el fondo, en los mismos costados,
una llama de amor, la que unió nuestros huesos,
se aviva tiernamente, en los cuerpos gastados
de enamorados besos.

(El desnudo y la tormenta, Moreno Mejías, 2009)





No hay comentarios:

Publicar un comentario