miércoles, 11 de enero de 2012

5631.- FÉLIX PITA RODRÍGUEZ



Félix Pita Rodríguez
Poeta, narrador, ensayista, autor teatral, periodista, crítico literario, traductor, escritor de radio y televisión, son estas las vertientes más significativas de la actividad literaria de Félix Pita Rodríguez, nacido en Bejucal, pueblo de la provincia de La Habana, el 18 de febrero de 1909. Realizó sus estudios primarios en la escuela pública de su villa natal y entre 1926 y 1927 viajó por México y Venezuela, movido por el afán de aventuras.

Colaboró en las principales publicaciones en las que se expresó el vanguardismo en Cuba, como la Revista de Avance, Social, Atuei y el suplemento literario del Diario de la Marina.

El carácter bohemio de su vida en esos años lo llevó a visitar París (1929) - donde al igual que Alejo Carpentier y el pintor Carlos Enríquez estuvo en contacto directo con las principales figuras del movimiento surrealista - , Italia (1930), España (1931) y Marruecos (1932).

En compañía de Juan Marinello, Alejo Carpentier y Nicolás Guillén formó parte en 1937 de la delegación cubana al II Congreso de Intelectuales para la Defensa de la Cultura que en plena guerra civil española tuvo lugar en Valencia, Madrid, Barcelona y París. Visitó Bélgica en 1938 y de regreso a París se desempeñó como Jefe de Redacción de La voz de Madrid (1938-39).

Al regresar a Cuba en 1940, ocupó hasta 1943 la dirección del magazine dominical del periódico Noticias de Hoy, órgano oficial del Partido Socialista Popular. En forma paralela a su actividad periodística se desempeñó como autor radial y fue electo en 1943 por la Asociación de la Crónica Radial e Impresa como el mejor autor dramático, a la par que incursionó en forma ocasional en nuestra vida teatral con su obra "El relevo", estrenada en 1944.

En 1946 obtuvo el Premio Internacional «Hernández Catá» –el más prestigioso de los convocados en Cuba para cuentistas- con su relato "Cosme y Damián". Como autor de radio y televisión se desempeñó con posterioridad en Buenos Aires (1949) y Caracas (1958-59).

A su regreso a Cuba tras el triunfo de la Revolución en 1959, llevó a cabo, hasta su deceso, una destacadísima labor en nuestra vida literaria. Fue Vicepresidente de la Unión Nacional de Escritores de Cuba y Presidente de su Sección de Literatura, miembro del jurado de los principales concursos nacionales e internacionales convocados entre nosotros, como el Premio Casa de las Américas y el auspiciado por la Unión Nacional de Escritores Cubanos (UNEAC). Como representante de nuestros organismos culturales viajó, entre otros países, a la Unión Soviética, China y Viet Nam.

Tradujo del francés diversos textos de literatura vietnamita, de manera señalada el Diario de prisión, de Ho Chi Minh, y poemas y cuentos suyos han sido traducidas a numerosos idiomas como el inglés, francés, italiano, alemán, ruso, polaco, checo, chino, búlgaro, húngaro y el vietnamita. En 1985, como reconocimiento a la totalidad de su obra, obtuvo el Premio Nacional de Literatura, y en 1986 el Premio de la Crítica por su libro De sueños y memorias.

Por su señalada contribución a la cultura nacional le fueron conferidas la distinción «Por la Cultura Nacional» y la orden «Félix Varela». Falleció en La Habana el 19 de octubre de 1990.


Poesía
Corcel de fuego, 59 pp., F. Ayón, La Habana, 1948.
Las crónicas. Poesía bajo consigna, 95 pp., Ediciones Nuevo Mundo, La Habana, 1961.
Las noches, 34 pp., Ediciones La Tertulia, La Habana, 1964.
Historia tan natural, 109 pp., Ediciones Unión, La Habana, 1971.
Tarot de la poesía, 92 pp., UNEAC, La Habana, 1976.
Poesía, 352 pp., Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1978.
Cuento
San Abul de Montecallado, Colección Lunes, México, 1945.
Tobías, 140 pp., Editorial Lex, La Habana, 1955.
Cuentos completos, 169 pp., Ediciones Unión, La Habana, 1963.
Niños de Viet Nam, 107 pp., Editorial Gente Nueva, La Habana, 1968.
La pipa de cerezo y otros cuentos, 251 pp., Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1987.
Aquiles Serdán 18, 112 pp., Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1988.

Otros títulos significativos

Poemas y cuentos, 295 pp., Ediciones Unión, La Habana, 1965.
Viet Nam, notas de un diario, 129 pp., Ediciones Unión, La Habana, 1968.
Elogio de Marco Polo, 157 pp., Ediciones Unión, La Habana, 1974.
Prosa, 454 pp., Editorial Letras Cubanas, La Habana, 1978.











Cédula 


No sé si alguna vez fui un cerezo silvestre.
Tal vez fui nieve, mirto, vilano, lluvia fina;
acaso un verde, trémulo, insecto del rocío.


No sé si alguna vez fui un cerezo silvestre,
pero a veces un ámbito de ramas en el viento,
cierta expresión de alturas debatiéndose.


Acaso allí.


No digo que no fuera, ni digo que es posible:
estoy contando cosas que no tienen remedio.










Su nombre puede ponerse en verso


(Félix Pita Rodríguez - Pablo Milanés)


Porque usted, presidente Ho Chi Minh,
poeta Ho Chi Minh,
sereno campesino vietnamita Ho Chi Minh,
tiene setenta y siete años de lucha en vida entera.*


Y porque usted ha dejado de ser todo, sus nombres,**
y una voz, un aliento, una mirada,
para ser solamente y nada menos,***
que tierra y sangre y huesos de la patria.


Por todas esas cosas y por muchas otras,
que es difícil encerrar en jaulas de palabras,****
y porque para usted la dignidad del hombre es
más alta que el pan, más alta que la gloria,
más alta que la propia supervivencia.
Su nombre Ho Chi Minh puede ponerse en verso.


A usted puede cantársele
como se canta al mar y a las montañas,
porque cantarle a usted, presidente,
poeta, campesino,
es cantarle a la tierra hermosa y atormentada de Vietnam,
que no tiene ya la forma de la vara de bambú
con una cesta en cada extremo,
sino la forma gloriosa de la única puerta
por la que puede entrarse al mundo del futuro.




El texto no varía en las distintas versiones registradas por Pablo Milanés. En la versión grabada por Rolando Alarcón se presentan las siguientes modificaciones:


* tiene setenta y siete años de lucha y vida entera.
** y porque usted ha dejado de ser sólo sus hombres
*** para ser una mente y nada menos
**** que no pueden encerrarse en jaulas de palabras
(1968)












WILLIAM BLAKE


Todo fue por olvido William Blake
A pie juntillas puedes aceptar
que no hubo ni siquiera la sospecha
de una pequeña mala voluntad.
Burocracia celeste solamente,
falta de seriedad
en el taller de arcángeles en serie.
Incompetencia acaso del tornero
o el montador


Pero tú que inventaste la ternura,
William Blake,
lo sabrás comprender:
San Pedro está muy viejo
y se olvida de todo.
Es el arterioclerosis, desde luego.


(A menudo anda loco entre las nubes
preguntando azorado dónde dejó sus llaves
y resulta que acaba por encontrarlas siempre
en su llavero, sujeto por un broche al cinturón).
Todo fue por olvido, te repito.
No vayas a pensar que alguien lo hizo
Porque te quiere mal.


Se que fue muy molesto para ti
Ese olvido tan torpe de mandarte sin alas.


El pobre de San Pedro puso tu credencial,
como es vieja costumbre,
bien oculta en el fondo
de tu cordón umbilical:


"Arcángel William Blake. Va a cumplir
una misión secreta en Inglaterra
Debe nacer en Londres este año".
Y luego te expidió, sin comprobar,
-como es su obligación-
que había salido
sin defectos de fábrica
¡Que incómodo el descuido para ti,
William Blake!


Es de viejo sabido
Que un arcángel sin alas, en misión en la tierra
Pasa las de Caín.












PAOLO UCELLO


¡Ah Paolo Ucello!
Por ir buscando
lo que no se puede encontrar
cayó de bruces en un hoyo
sin perspectiva


¡Qué traspiés
puso la noche en sus zapatos!


Pintó un amaranto y era el Arno
embalsado en un almirez;
una cúpula y era la lluvia
deshilvanada y del revés.
El podestá vio una paloma
una magnolia y un leñador,
donde él veía una madona
con la serpiente bajo los pies.
¡Qué Paolo Ucello,
siempre mirando
más allá de lo que se ve.










LAUTREAMONT


Tan desarmado y ciego,
tan espina desnuda,
tan rostro de la muerte
en un espejo.


Tan calcinada furia,
tan sombra, tan escorzo,
tan de todos perdido
y de sí tan ajeno.





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