martes, 14 de diciembre de 2010

BEGOÑA PAZ [2.461]


Begoña Paz

Begoña Paz Rey, nacida en A Coruña el 15 de marzo de 1965, es una escritora de Galicia en lengua gallega.

Terminó el primer ciclo de Filología Inglesa por la UNED, y un graduado en cultura y violencia de género, así como un "master en Literatura Hispánica (catalán, gallego y euskera) en el contexto europeo."

A pesar de escribir exclusivamente en idioma gallego, sus poemas han sido antologados en versiones bilingües español-gallego, junto con otros escritores del Estado español.

Narrativa 

A ferida, 2004, Xerais.
As mellores intencións, 2008, Xerais.

LITERATURA INFANTIL - Juvenil

Norocai, 2005, Baía Edicións.

Poesía 

A mala vida, 2011, Ediciones La Baragaña, Palma.

Volúmenes colectivos 

Narradoras, 2000, Xerais.
Tripulantes, 2005, Eclipsados.
Poesía para bacterias, 2008, Cuerdos de atar, Huesca.
23 Pandoras, 2009, Baile del Sol.
En defensa do Poleiro. A voz dos escritores galegos en Celanova, 2010, Toxosoutos.
La manera de recogerse el pelo, 2010, Bartleby.
150 Cantares para Rosalía de Castro (2015, libro electrónico).

Premios 

Premio Centenario de Ribeira de Novela Curta 2006, pola novela As mellores intencións.
Accésit no Certame Nacional Galego de narracións breves Premio Modesto R. Figueiredo (2006), polo relato O monstro no labirinto.
2º Premio no Certame de Relato Curto do Centro Galego de Barakaldo (2006), polo relato Sereas.




Nota previa: Los poemas originales están escritos en gallego. Aquí dejo la traducción tal y como aparece en el libro publicado por Ed. La Baragaña.
Begoña Paz. "A mala vida". Ediciones La Baragaña. 2012.


PRINCIPIO DEL FIN

Aquel día él se levantó romántico
y quiso dejarme algo
especial.
Se pintó los labios con mi
carmín
y dejó en un papel
la silueta
de un beso.

Cuando vi la nota,
le imaginé en calzoncillos,
con los dientes sucios
y mi carmín
fucsia
en los labios.



DESNUDAS

Las mujeres desnudas abrazamos el aire
y la gente en la calle se detiene a observarnos,
cada vientre colgante, cada vértebra hundida,
cada variz, cada estría, cada impúdica tara.

Las mujeres desnudas nos sentimos tan solas
todos saben qué piensan nuestras calvas cabezas
los temores que ocultan nuestras pieles desnudas
toda la ira que anida en nuestros pechos abiertos.




BLANCANIEVES ENVEJECE

Nunca imaginé
las canas
en mi
pubis.




VENTANAS

La oigo, una vez más,
a través de la ventana abierta.
"¡Cabrón! ¡No vales para nada!".
Él no responde.
Lo imagino sentado en la cocina
la cabeza entre las manos,
resignado y pelirrojo,
veinte años soportando sus gritos.

Ella grita, él calla.

De alguna cruel, insoportable manera,
el equilibrio funciona.


*



Sí.
Ahí fuera hay hombres
con musgo
entre los dientes.
Y están vivos.
Y niñas como barbies
de cráneos
rasurados.
Casi muertas.
Y coches como píldoras
para todo y
para nada,
y quilos de
sueños
que esparcen
por las aceras
de madrugada
para que los pisemos
de camino al
trabajoescuelacárcel de
todos los días.

Claro que a ti
qué te importa
Si te abriese
(como a una nuez,
por su lugar
exacto)
sólo encontraría
un manojo de palabras
(yo dinero escucha fantástico sé quiero),
una bandada de murciélagos
desorientados
golpeándose sin tregua
contra las paredes
de tu cráneo.



NIÑOS

A tiene los ojos rasgados y las orejas grandes.
Le gustan los documentales sobre naturaleza.
Dice que este año quiere viajar, pero no a Taiwan,
(alguien le contó que allí explotan a los niños)
De mayor quiere ser biólogo marino.
Vivirá en Vigo, tendrá novia, ganará el premio Nobel,
dejará que le llenemos la nevera los fines de semana.

B está muy delgado, tiene los dientes salientes
(dice que la ortodoncia no le pega con la ropa que lleva)
Cuando era más pequeño quería ser rico y famoso.
Ahora se conformaría con unas zapatillas de ciento ochenta euros
para presumir delante de los amigos. Como no hay dinero
presume de su locura. Soy peligroso, Mis padres me medican.
Cualquier día voy a matarlos a todos.




AMOR 1.1

Si un día
el ángel del amor
llamase a
mi puerta
bajaría las persianas
y me haría un ovillo
en el centro del salón
desnuda,
esperándolo
en lo más oscuro,
en lo más helado,
para que él
me encontrase
allí,
redonda,
entumecida
indefensa,
para que él
me incubase
en el nido
de su amor.



AMOR 1.2 (veinte años después)

Si un día
el ángel del amor
volviese a llamar a
mi puerta
lo invitaría a
pasar al salón,
le pondría unas aceitunas
y una cerveza
y cuando estuviese bien
cómodo (los pequeños
pies sobre el asiento)
y comenzase a parlotear
sobre lo bien que se
vive en la tierra
me arrojaría sobre
él (vuelo de plumas,
un par de rizos
rubios deshechos
sobre el sofá),
lo metería en el horno
hasta dorarlo
y luego me comería
hasta la última pluma
hasta el último
blanquísimo
diente.



GATO

El gato
me mira
desde el sofá.
El gato
es tan frío.
No hay afecto
en el gato.
Sin mover la cabeza
su mirada
me sigue.
He visto
tantas veces
esa mirada.
Sé que
si me levanto
vendrá a por mi.
Mojará
por última vez
los labios en la
cerveza y
vendrá a por mi.
El gato es
tan grande
y yo soy
tan
pe
que
ña.



AMIGAS

     ¿Recuerdas el ridículo
que hiciste, borracha,
en el Tarabelo?
¿Aquella vez que tiraste
al suelo una moto
—a patadas—
porque viste a Fuco con otra,
o cuando subiste con
aquel tipo a su trastero
—en el piso ya dormían
la mujer y los hijos—
con un paquete de cervezas y
una tableta de chocolate
para después?
Pero no te pongas así,
Uxía, seguro que a él
no le importa oírlo.
Te quiere tanto. ¿Verdad
que la quieres? Cómo no
vas a quererla. Siempre fue tan
¿especial?

La amistad, ese tesoro.




INFANCIA

E había berros
e armarios-cadaleito,
e máscaras
e portadas,
e libros terribles,
prohibidos,
e mesas de mármore
esnaquizadas,
e xigantes soterrados
baixo da torre,
e homes rá agochados
nas sombras,
ao pé da cama.
Mais
sempre
a voz mariña do pai
alí
salvándoa.




INFANCIA

Y había gritos
y armarios-ataúd,
y máscaras
y portazos,
y libros terribles,
prohibidos,
y mesas de mármol
destrozadas,
y gigantes enterrados
bajo la torre,
y hombres rana escondidos
en las sombras,
al pie de la cama.
Pero
siempre
la voz  marina del padre
allí
salvándola.




NA NOITE 

Cansada de vixiar a máscara, a muller 
senta ao final do día fronte do espello. 
Unha a unha vai quitando as engurras, 
as liñas amargas que cercan a boca,  
eleva as pálpebras, limpa cun pano 
húmido as canas, levanta os peitos, 
sacude do corpo os quilos de máis.  

Logo deitase na cama, a chorar.  
Pregúntase por que non vai arrolala 
a súa nai. É tan nova, está tan espida 
e ten tanto, tanto frío. 



POR LA NOCHE 

Cansada de vigilar la máscara, la mujer 
se sienta al final del día frente al espejo. 
Una a una va quitando las arrugas, 
las líneas amargas que cercan la boca, 
eleva los párpados, limpia con un paño 
húmedo las canas, levanta los pechos, 
sacude del cuerpo los kilos de más. 

Luego se acuesta en la cama, a llorar. 
Se pregunta por qué no viene a acunarla 
su madre. Es tan joven, está tan desnuda 
y tiene tanto, tanto frío. 




LISTA DE ESPERA 

Hoxe hai moita xente, di. 
Ás veces son tantos que temos 
que facer unha pequena selección. 
Repartimos os formularios, eles énchenos 
e logo pasámolos polo lector. 
O ordenador decide quen, como, cando.  
Meu compañeiro e mais eu 
xogamos a adiviñar os elixidos. 
O tremor é un indicio. Non sempre  
acertamos, claro. Tería que ver  
as caras dos que quedan atrás.  
A ansiedade nas súas miradas.  
As súas protestas sobre prazos, dereitos, 
 lugar na lista. É todo tan ridículo.  
Falta dignidade, sabe vostede?  
E un chisco de paciencia. 
A paciencia é indispensable 
para ingresar na nada. 



LISTA DE ESPERA 

Hoy hay mucha gente, dice. 
A veces son tantos que tenemos 
que hacer una pequeña selección.  
Repartimos los formularios,  ellos los cubren 
y luego los pasamos por el lector. 
El ordenador decide quien, como, cuando. 
Mi compañero y yo jugamos 
a adivinar los elegidos. 
El temblor es un indicio. No siempre 
acertamos, claro. Tendría que ver 
las caras de los que quedan atrás. 
La ansiedad en sus miradas.  
Sus protestas sobre plazos, derechos, 
lugar en la lista. Es todo tan  ridículo.  
Falta dignidad,  ¿sabe usted? 
Y un poco de paciencia.  
La paciencia es indispensable 
para ingresar en la nada. 








BLANCANIEVES ENVEJECE

Nunca imaginé
las canas
en mi
pubis.







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