martes, 5 de julio de 2011

4080.- MILENA RODRÍGUEZ GUTIÉRREZ


Milena Rodríguez Gutiérrez (La Habana, 1971) es autora de los poemarios El otro lado (Renacimiento, Sevilla, 2006), Alicia en el País de Lo Ya Visto (colección Maillot Amarillo, Diputación de Granada, 2001) y El pan nuestro de cada día (Universidad de Granada, 1998). Ha publicado también el ensayo Lo que en verso he sentido (2007), sobre la poesía de Alfonsina Storni. Desde 1997 reside en Granada, España.




Arte poética

Escribir es un modo
de mantener silencio,
silencio de los ojos y la boca,
de timidez, o miedo.

Escribir, quién lo duda,
puede ser la manera
de seguir sin ser algo:
allá abajo, pequeños,
perdidos en el fondo del papel.




Poemas


EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA

Las mujeres se sientan detrás de sus sueños a esperar por los hombres
y los hombres no vienen.

Las mujeres les quitan la cáscara,
les echan sal y azúcar,
los ponen al fuego,
les dan vuelta y vuelta.

Y los hombres no vienen.

Y se pasan, se pasan...

Y los sacan del horno.
Y se van hasta el patio.
Y se los comen.
Solas.

(De El pan nuestro de cada día, 1998)



BLANCA NIEVES Y LOS ENANITOS

Pasan años y no crecen. ¿Quién dijo que eran siete? Son cientos, miles, tal vez millones; no logro verlos a todos. Nuestro rey dijo: "Creced y multiplicaos." Pero ellos escucharon sólo la segunda parte del mandamiento: sus oídos son también pequeños. De nada sirve que les eche agua, no logran más que ser semillas. Nos miramos pasar como seres que pertenecen a mundos distintos, o más bien los miro yo, porque ellos tienen que alzar la cabeza y eso es, quién lo duda, más difícil que inclinarla. A veces alguno me llama: "¡Blanca Nieves, Blanca Nieves!" y yo lo subo encima de un árbol y conversamos. Pero terminan por pedirme que los ponga en la tierra: se sienten extraños fuera de su ámbito. En otras ocasiones, yo me agacho y permanezco con ellos un rato, mas acabo por cansarme. ¡Ah, si supiera un conjuro, una palabra mágica que hiciera que aumentaran de tamaño! Pero en el bosque sólo las brujas conocen los hechizos y yo no soy más que una princesa del montón. Últimamente, he pedido a la luna que me convierta en hormiguita. Pero de ella ha salido una voz que me decía: “Blanca Nieves, Blanca Nieves, muchacha ingrata, soy la soledad. ¿Por qué te empeñas en dejarme si en este tiempo soy la única, la única, Blanca Nieves, que se ha puesto a crecer día tras día con tal de estar siempre a tu altura?”.

(De Alicia en el país de Lo Ya Visto, 2001)



TIERRA A LA VISTA

Se vive tan tranquilo en la ignorancia,
hospitalaria tierra
de corazón abierto para todos.

* * *

En la ignorancia no entran moscas,
ni sonidos molestos
(un ruido suena bien en la ignorancia).

No hace frío jamás en la ignorancia
y si el calor acecha
la ignorancia en su sombra te cobija.

Se come bien en la ignorancia:
sus bocados
alimentan más que pan y leche.

No hay sobresaltos nunca en la ignorancia,
ni inquietudes, ni dudas
(uno puede dormirse
en la ignorancia todo el tiempo).
Una fiesta perpetua es la ignorancia:
llanto allí
es palabra innombrable, de otro idioma
(en la ignorancia no entran lágrimas).


* * *

¡Ah, la ignorancia!...
Qué feliz era yo
cuando habitaba en ella.

(De El otro lado, 2006)



Publicado por las afinidades electivas







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