lunes, 25 de julio de 2011

4281.- ALFONSO CORTÉS BENDAÑA



Alfonso Cortés Bendaña. (León Santiago de los Caballeros, Nicaragua, 1893-1969). Entre otros libros publicó: La Odisea del Istmo(1922), Poesías (1931), Tardes de Oro (1934), Poemas Eleusinos (1935), Las siete antorchas del sol (1952), 30 Poemas de Alfonso (1952), Las rimas universales (1964), Las coplas del pueblo (1965).





La gran plegaria

(selección de poemas)





UN DETALLE

Un trozo de azul tiene
mayor intensidad que todo el cielo;
yo siento que allí vive, a flor
del éxtasis feliz, mi anhelo.

Un viento de espíritus pasa
muy lejos, desde mi ventana,
dando un aire en que despedaza
su carne una angélica diana.

Y en la alegría de los gestos,
ebrios de azur, que se derraman...
siento bullir locos pretextos,
que, estando aquí, ¡de allá me llaman!








LA DANZA DE LOS ASTROS

La sombra azul y vasta es un perpetuo vuelo
que estremece el inmóvil movimiento del cielo;
la distancia es silencio, la visión es sonido;
el alma se nos vuelve como un místico oído
en que tienen las formas propia sonoridad:
luz antigua en sollozos estremece el Abismo,
y el Silencio Nocturno se levanta en sí mismo.
Los violines del éter pulsan su claridad.









LA GRAN PLEGARIA

El tiempo es hambre y el espacio es frío
orad, orad, que sólo la plegaria
puede saciar las ansias del vacío.


El sueño es una roca solitaria
en donde el águila del alma anida:
soñad, soñad, entre la vida diaria.









LA CANCIÓN DEL ESPACIO

La distancia que hay de aquí a
una estrella que nunca ha existido
porque Dios no ha alcanzado a
pelllizcar tan lejos la piel de la
noche! Y pensar que todavía creamos
que es más grande o más
útil la paz mundial que la paz
de un solo salvaje...

Este afán de relatividad de
nuestra vida contemporánea --es--
lo que da al espacio una importancia
que sólo está en nosotros, --
y quién sabe hasta cuándo aprenderemos
a vivir como los astros--
libres en medio de lo que es sin fin
y sin que nadie nos alimente.


La tierra no conoce los caminos
por donde a diario anda --y
más bien esos caminos son la
conciencia de la tierra... --Pero si
no es así, permítaseme hacer una
pregunta: --Tiempo, ¿dónde estamos
tú y yo, yo que vivo en ti y
tú que no existes?









YO

Muchos me han dicho: --El viento, el mar, la lluvia, el grito
de los pastores... Otros: --La hembra humana y el cielo;
otros: --La errante sombra y el invisible velo
de la Verdad, y aquellos: --La fantasía, el mito.


Yo no. Yo sé que todo es inefable rito
en el que oficia un coro de arcángeles en vuelo,
y que la eternidad vive en sagrado celo,
en el que engrenda el Hombre y pare lo infinito.

Por eso, mis palabras son silencio hablado,
y en la fatal urdimbre de cada ser, encuentro
difícil lo sabido y fácil lo ignorado...

Yo soy el Mercader de una divina feria
en la que infinito es círculo sin centro
y el número la forma de lo que es materia.










IRREVOCABLEMENTE

Por donde quiera que escudriña la mirada,
sólo encuentra los pálidos pantanos de la Nada;
flores marchitas, aves sin rumbo, nubes muertas...
Ya no abrió nunca el cielo ni la tierra sus puertas!
Días de lasitud, desesperanza y tedio;
no hay más para la vida que el fúnebre remedio
de la muerte, no hay más, no hay más, no hay más
que caer como un punto negro y vago
en la onda lívida del lago,
para siempre jamás...






Selección: Nicasio Urbina
"Mi posición es que a los 34 años, Alfonso Cortés había formulado el sistema poético más sutil y trascendental de la historia de la poesía hispanoamericana. Dice Sábato que la diferencia entre el artista y el loco, es que el artista puede ir hasta la locura y volver. Alfonso Cortés no volvió, y si volvió lo hizo dejando tras de sí su visión hierofántica. Sin embargo nos dejó su poesía." Nicasio Urbina

http://www.elcautivo.org/

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