sábado, 16 de julio de 2011

4197.- NURIA DEL SAZ


La poesía de Nuria del Saz (Sevilla), es fuertemente intimista. Nace de los sentimientos más profundos, expresados a través de una voz lírica que siente la necesidad de trascender sus límites, en una catarsis. En la expresión poética, la autora encuentra el lenguaje que le permite estar en comunión con el mundo, de ahí la constante presencia, en sus versos, de la naturaleza, como espejo de su interior. Busca, además, el ritmo y la sonoridad de las palabras, la visualización de imágenes, para conseguir una estética a la que otorga gran valor. En cuanto a la temática, el eje central es el amor, el predominio de los temas en torno a él: unas veces, sujeto activo, presentado como buscador, indagador, artífice y centro de la historia, mediante un yo femenino; otras, sólo testigo pasivo del hecho amoroso o del desamor. Asimismo, el amor aparece en distintas fases de su concepción y desarrollo, desde las etapas idílicas, abstractas, idealizantes o imaginadas hasta las más concretas, eróticas y cotidianas, que se presentan como el verdadero éxtasis. El ser amado suele ser un ser próximo, pero desconocido, incógnito y temido, a veces tan próximo como el compañero que duerme a nuestro lado. En otros poemas, el amado permanece distante por lo inaccesible, por la propia incapacidad de la voz poética de llegar hasta sus sentimientos o por la imposibilidad física de la aproximación amorosa.

Publicaciones
"Alma atrapada". Poesía. 2006.

Otras publicaciones
"Femigrama". Poesía. 2008.
"Poetas en el Camino". Poesía. 2008.

Premios
Premio Tiflos de Poesía. 1995. Poesía. Organización Nacional de Ciegos Españoles.





Hay sol ahí fuera, vagabundo.
Hay nubes azules que te añoran
Y camapanillas agitadas al viento.
Y un valle verde… esperando
En algún lugar.
Y un amanecer alegre, y otros tristes.
¡Hay tantas cosas ahí fuera, amigo mío!
Tantos paisajes por descubrir
Tras los cristales de tu corazón.
Hay luciérnagas, hay libélulas, o dragones,
Hay música en las gotas
De lluvia… Brisa húmeda
En la flor profunda de tus ojos,
Vagabundo, amigo mío.
Hay un arpa en cada arcoiris,
Una manzana roja en cada sonrisa,
Un beso en cada pétalo,
Y una caricia en cada pensamiento.
Hay momentos
De amor en mi recuerdo
Y miles de recuerdos
En mi corazón.
¡Hay tantas cosas aquí dentro, amigo mío!
Tantas sensaciones por descubrir
Tras la niebla de la razón...








Marzo

Contemplo aves de ciudad,
Trapecistas sobre antenas,
Pasajeras de la nada…
Los jardines son naranjos
Que acurrucan azahares,
Que recuerdan el pasado.
Fuentes, cascadas sonoras;
Vaivén de hojas… Voz del viento;
Arcoiris es intento







BESO EN LA PIRÁMIDE

Y llueve...
¿No sientes la lluvia? Tus cabellos están mojados.
Deben de permanecer allí, ¿los ves?
Esbeltos, altísimos, rascando el cielo
de la Gran Manzana; lejanos.

Y llueve...
Gotas y gotas, humo y humo, calor y sirenas.
¿A qué mundo pertenezco? Amo a los dos.
En ambos planetas viví, en los dos
dormí sin cadenas.

Y cae la lluvia sutil...
Eran infinitas avenidas.
De cristal construían los pájaros sus nidos,
mientras las ardillas lamían el sirope
de un trozo de pastel de azúcar.
¿Puedes aún sentir su aroma dulce?
¿Oyes en la lejanía el murmullo
del planeta? Desde tan alto... ¡Vuela!
¡Vuela! Y cuando el sol se marche más allá
de la Pirámide, con los ojos cerrados...
¡Bésame!








Imaginados invisibles

Un instante en la inmensidad...
Y te has quedado en mi piel para siempre.

La fragancia fría del invierno
Te trajo envuelto en tu aroma.
Ese perfume fresco, a ti,
Que me visita de vez en vez,
Me saluda de lejos,
Me habla... me sonríe...
Y, luego, se va.

Dormíamos en un paisaje de nieve
Cubierto de ansias, de besos leves,
Imaginados invisibles,
Sentidos con el alma,
Contenidos, libres, breves.
Dormidos, con los ojos abiertos,
Las manos tendidas
Y el pálpito sostenido en cada segundo.

Un instante en la inmensidad...
Y te has quedado en mi piel
para siempre.

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