sábado, 21 de mayo de 2011

MADELINE MILLÁN [3.862] Poeta de Puerto Rico



Madeline Millán 

Poeta puertorriqueña residente en Nueva York, ha publicado cuatro libros de poesía: Para no morir por segunda vez (Buenos Aires: Senda/Vox, 2002); De toros y estrellas (Puerto Rico: Terranova, 2004); Leche/Milk (Buenos Aires: Godot, edición bilingüe, 2008. Premio Nacional de Poesía, PEN Club de Puerto Rico); 365 esquinas y Día Cero (Puerto Rico: Terranova, 2008 y 2009) son memorias donde combina poesía y narrativa; Contracanto/Del aire a la rosa (2013). Fue editora de una revista de cine latinoamericano, titulada Entreextremos. Algunas de las antologías latinoamericanas donde aparecen sus poemas son: El estruendo de las rosas (Madrid, 2006), La trilogía Poética de la mujeres de Hispanoamérica: pícaras, místicas y rebeldes (México, 2004) y (Per)versiones desde el paraíso: poesía puertorriqueña de entresiglos (Revista de poesía Aullido, Huelva-España, 2005). Se publicó en España Poetas sin tregua, Compilación de poetas puertorriqueñas de la generación del 80 (Ráfagas, España, 2004) y En la Barca Lusitana (Portugal, 2012). Coordina lecturas bilingües de poesía en “Cornelia's Street Café” (Manhattan) ; edita Noches de Cornelia/Nights of Cornelia (Buenos Aires, edición bilingüe, 2008), en la cual traduce a tres de los poetas. Varios de sus cuentos aparecen en antologías Cuando narradoras latinoamericanas narran en Estados Unidos (Buenos Aires, 2009). Madeline Millán es profesora titular en FIT/ State University of New Yo







Tango de la viuda

definitivamente viudo,
definitivamente solo,

definitivamente viejo,
Pablo de Rokha

Que como todo tango
El tango del viudo es para bailarse

Suena el teléfono
un hombre llora en la línea
al otro lado de esta isla
Palabras aterradoras prorrumpe:
“Está muerta, se mató”

Él, quien ha urdido todas las mentiras
matado y torturado en un país del sur
Me ha convencido con su única
credibilísima verdad

No me importa lo que haces,
lo que has hecho
y lo que harás

Fueron sus hipos llorosos, los mocos que no contemplé
Suspiros y los silencios que oí
Y ella, a quien no quiero nombrar

La historia más o menos así,
contada como si fuéramos amigos, los tres, bailando
Esas cosas trae la muerte

Alguien de carne y hueso pierde su rostro
En segundos se va volando por los espacios siderales

Mi viudo, antiguo bandido, fugitivo
Describe a su gran amor: la joven, la bella,
La de la eterna sonrisa

Eso contaba el cuarentón antes descrito
a su olvidada Julieta al otro lado del mundo
Hasta que una noche, una triste y larga noche
cuando anunciaba sus verdaderas nupcias,
Su bella irrumpe contra una palma
Aquella enhiesta, la que sobrevivió
huracanes, malas intenciones
no la sobrevive a ella a 100 millas por hora

Y volando, volando, volando
Sale volando con su cuerpo, lo entrega
a los aires tropicales de Palm Beach Road

Entre la chatarra sus pedacitos quedaron
No encontraron su rostro por ningún lado, dijeron las autoridades,
Ni su huella, pues, en el vecindario aquel

Zapatos solamente, los que siempre sobreviven la escena









Lección de baile 1

El baile y el bailador no se explican
Qué te voy a contar mientras bailo
Si no hay pensamiento, si se es otro sin edad
Intentarse una lección
Con palabras: un sonido de tacón sobre el tablado
Voz de animales en ritos no presenciados:
Un gallo que canta
Una gallina pone un huevo
Amanece, el movimiento inicia, ella muere
Comienza el tango

Mientras bailo no soy

Una abstracción de mi dolor una inmemorable reacción al recuerdo

El gallo canta la gallina pone un huevo, al unísono
Bailemos y hablaré de lo inevitable, querrán saber de una vez
Cómo amo, bailo, cómo moverás las caderas a mis cincuenta
A mis sesenta a mis setenta a mis ochenta

Mientras me abrazas desnudo contra desnudo
Tomando mi espalda y acariciándola sin luz, como ayer,
Con todos los ayeres cuando teníamos recién poquitas penas
Tan poquitas que podíamos olvidar y seguir el paso

El baile de ahora es un pie sobre la misma loseta
Despacio, sin prisa, contra el tiempo
Esa cuestión de ir a ningún lado, imperceptible el vaivén,
Secreto que me piden, callando
Y que dejo para otra ocasión










Receso

Celebramos la mañana y en la noche otros seres

No eres su enemigo, una cabeza o las vísceras del guerrero

Cuando se hace el amor a veces confundimos el terreno del combate












Lección de baile 2

La puesta del cuerpo como un sol nocturno

El cuello el cisne que se resiste a morir
o que en posición de buda no abdica y tieso queda

Eso que llaman sudor es necesario
Para emprenderla larga, de pieza en pieza,
sin parar porque la obra no está terminada

Estas lecciones son privadas, no sé si seré un bufona
o si me atreveré a interpretarte el amor que me duele

Ensayo frente al piano negro reflejada
Creo entender que quiero verme y tratar de no mentir
a la hora en que el bailador es el baile

Para que me veas bailar
Con el riesgo de perder todo artificio








Ay mira que mira mira, ay mira que anda y anda
Y te amo y no te tengo ay que mira, ay mira que anda anda
desde que te estoy queriendo no sé lo que me pasa

Conociendo el baile de adoré
y los ancestros, avatares que entiendo,
me inducen a ser la que te revele
algunos de los últimos secretos de mi especie











Lección de baile 3

Que tus pies no paren de llorar
Que la guitarra te consuma los nervios
y en nota aguda quieras cantar hondo

Ya no puedo cantarte mis memorias

Estamos unidos en la línea de un tango

No pido perdones porque tú no olvidas
Valparaíso no muere cuando le traicionan
En el aire sigue la música de siempre

No digas, entonces, que vienes a buscarme de otros mundo más bellos
y que pueblos más dulces habrías podido escoger
Qué manera curiosa de definir el amor: una condena
La historia continúa en los cementerios florecidos
y en pueblos donde nunca llueve

Dices que no pides qué que bueno: no hay culpable
Y no sabes que me pides que siga esperando
a que la línea se disuelva mientras bailo

Se mueve una lágrima, a lo lejos contemplo cascadas
Cielos diluvianos, mares que nos tragan y sobrevivimos,
Contemplando el movimiento, seguir vivo en lo profundo
De los mares que nos separan

El bailador no llora mientras baila
El dolor debe ser el baile mismo

No, no somos amantes porque el tiempo no te trajo después
En versículos de amor jamás conoceremos público
si yo con identidad de esposa y madre los destruyo
Un graffiti escribo en las paredes de una estación de tren
Como una adolescente confundida, más bien desesperada
Un garabato, no sé si moverme o quedarme
Al ver llegar el tren que nos separa
La rima, destruyámosla, bien me parece
Cantemos, olvidemos, arriesguemos un paso

Digo: Si bailaras más, menos disculpas, tablas, profecías,
Testamentos habría, pero tal vez no habría palabra

La muerte no sabe bailar, estas lecciones de baile se escriben
Cuando ya no hay danza, solo movimiento subterráneo

Hay quienes aseguran que el baile fue invención de Lucifer
En los túneles de un tren zigzagueando de regreso por este oscuro Manhattan







Lección de baile 4

Lleva el brazo detrás de mi espalda,
la mano apenas toca la curva de mi cintura
Una pierna desliza entre las mías, levanta mi brazo y la mano fuertemente
Hacia atrás y hacia adelante con mi cuerpo flexible, maquinalmente siguiéndote
Río mientras amenazas: Hands up!, como Eastwood de vaquero

Pistola en mano, vas matándome, sé que la muerte puede ser verdad

Everybody knows that the dice are loaded, canta casualmente Leonard Cohen

Nadie sabe, pero nadie sabe, que nuestro baile es a puerta cerrada
Nadie sabe que nuestros días están contados

Sin embargo, no soy la dócil de un tango,
no puedes estrujarme, ni tirarme impunemente a las dunas,
Arrastrada por el suelo cuando bailamos
hasta rabiar de rabias acumuladas
porque una cárcel nos limita el giro
De un guaguancó o un son montuno que no aprendiste en el sur
Yo, entre dos tangos, bailo metida entre tus piernas de dandy inglés
Ay Míster Charly, pocos conocen tu verdadero nombre y apellido
Cuando comenzaste a ser otro en los mares del Caribe en Manhattan

Nadie sabe tantas cosas que yo sé de incógnito

Hablamos sin palabras, tú empujas, yo me resisto
Tú me atrapas, y yo me escapo
Tú me doblas el cuerpo hacia atrás
Me lanzas al abismo, por el suelo
¿De qué son tus rabias si sabes que te amo?

Será porque no soy la que quisieras, siempre se es otro en el baile








El hilo



Por dónde

un insecto de extraña figura geometriza su casa
la entrada es la salida
paredes dan al cielo y cuando llueve
diamantes se suspenden bajo el sol desde su techo
en triángulo y ecuaciones ve una noche
esquina de la habitación habita
Su rincón igual sirve de mesa o cama
simple cae la mosca
simple su especie transparente llega
y se pierde
con su miedo
del cordón al ombligo








Observatorio, a unas horas de nacida




has venido con tu mancha en la frente

por unos días mi apellido es todo tuyo
por unas horas dormirás bajo la luz
en la sala de las incubadoras
qué civilizado y cruel es todo esto
no poder rescatarte y devolverte a la noche
no poder regresarte al mar del sueño
tener que despertarte, en medio de tu propia voz
aterrada de ti y de la luz que te ciega
con los puños tensos y apretados hacia adentro
sin devolvernos el golpe, qué culpa tienes
de estar rotulada y encerrada como bicho prehistórico
al otro lado de los cristales con murciélagos
retorcidos y hambrientos, y ahora leche
la forma adulterada de la soledad, acompañada
con los ojos cerrados, sin poder recordar
y apostarle a cuál de siete úteros sangrantes,
cuál tu verdadera madre que te mira
anónima entre todas, buscando tu cabeza









A un Ángel que pasa




     Para MAZ

      
Oigo al viento
los pájaros
los autos en marcha
sus bocinas a destiempo
no oigo mis pasos
oigo, para colmo, mi propia voz
con pensamientos que no significan nada
para otros y quién sabe si valen para mí
los guardo en un cajón
bajo llave por si un día
un ángel pasa a mi lado…




2




Oigo a Madredeus

oigo tu voz y recuerdo tu risa
no sé si vino primero la mirada
luego esos dos hoyuelos en tus mejillas
que te hacen parecer un niño malo
ese que se ha tatuado todas sus maldades
y no lo sabe como lo sé yo




3




Oigo lo que no hablo a otros

pero creo en el viento que me pasa




4




Oigo su risa nuevamente

aunque no sepa él qué habla
ni  qué cantan los pájaros
los autos en marcha adónde son llevados
las palabras de otros para otros a través de un canal invisible




5




Los sordos dan gracias por el pájaro

y nosotros damos por sentado este canto




6




Me oigo sin saber cómo le explico

el no tener que dar explicaciones
No tengo más qué decir si mis palabras
son usurpadas por el claxon




7




Todo lo que oigo será esa sagrada tierra de Lisboa

a lo largo de su otro mar en San Juan




8




Todo lo que oigo eres tú después del tiempo del tiempo





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Oigo tu voz que me habla y me pregunta y me pregunta vertiginosamente

Yo también estoy tatuada de historias que olvido
y no hablo del ayer: cada vez recuerdo menos y menos
si fui buena o mala, ni quién fui, y siquiera quién seré si he sido




10




Traduzco este milagro de creer que es bueno vivir

Que vale la pena abrazar a un poeta que es también mi amigo




11




Oigo el viento

Solo el viento








El concubino ¿existe? 




para ella la palabra concubina una llave pero no una casa




para ella un pasado histórico

para ella un hombre mirándola bajo la luz de otra palabra
como un libro viejo, forma de hombre y de mujer multiplicada,
numérica, apostada, perfumada, con un valor de cambio a la espera de él
en una casa habitada por su afortunado lugar en el planeta
el concubino no existe pero sí un concubinario
aquel hombre recibiendo en su casa a todas las de un sueño
para ella un hombre para él las mujeres compitiendo en el verso
por un esquivo corazón de animal solitario
un justificador de amores para no morir de amor
para ella el sueño de no tener el tiempo para no ser amada
para él la puerta abierta ella debe salir por la parte de atrás de su casa
ella se quiere quedar en el preciso momento del adiós
el concubinario si es que existe tanto como esa palabra casi inexistente
abre la puerta nuevamente así una rutina hasta el cansancio
la alcoba se convierte en una mesa en una cama húmeda
mojada  tibia ensangrentada de semen y saliva pero no importa
la puerta nuevamente como las ventanas cerradas para que nadie sepa
para él una llave con casa y la palabra concubino
que no existe









¿Qué sueña?




       A  J. Sabina




Que desnuda a una mujer primero

Para desnudarse después
O que se desnudan los dos lentamente
mirándose uno frente a otro como a un espejo
Que se hacen el amor dos veces tres
Que no anochece ni amanece
Que cantan gallos
Que no salen ni entran a un lugar
para borrarse el yo
que esa fue la única frontera
de velas e inciensos y patitos de hule
Que todo se enciende por abajo
Que por arriba el fuego destruye
y ellos de pie siempre desnudos
como si fueran más poderosos que el fuego
no se queman
Que se besan
Que no hay principio ni fin en sus lenguas
Que entraron al vértigo
Que lloraron de una alegría atroz
tan extraña que volvía a alojarse en la memoria
Con risas
Con deseos renovados
Y el fuego ardía
y el sol salía
la luna con su mar tranquilo y las estrellas
con su polvo cayendo sobre los cuerpos
y no despertaban jamás



Eso sueña un cobarde

solo sueña








Frescos de Lautrec 




Ella fue inocente como la cabeza del Niño-Día de Antonio en la Estación Atocha

Como una multitud de chicas a los 16 llevaba soles y lunas en los ojos
  
El nuevo mundo ha inventado la palabra puta en muchas lenguas
para emperatrices, meretrices, semíramis, cleopatras y helenas



Pues que a veces lo sean, pasa, pero que no haya otro vocablo

saliendo a defenderlas contra el imperio de putos magistrados
no pasa, ni debería pasar, por el ojo de la aguja de un camello



No hay putta o muchacha del antiguo latín que sea putus

Diosa menor de la agricultura en bacanales de la poda
prostitutas podridas metáfora venérea sí
siempre estará la madre putativa
pensadoras hetairas del colchón
geishas del señor o del bribón
ni puto en catalán ni putta
ah, porca miseria en italiano
para las pobres noches
de mi pobre Caviria



El hecho repetido será aquello de que:

en el amor como en la guerra el género
hace trampas y las palabras también



“Es un putas” no es lo mismo que “Qué puta”




Aquel desalmado oportunista legal, viejo verde, Malatesta

destartalado y podrido a los 60 quiso lavarse las manos
Y salió absuelto por la historia



Puto fue el padre que te germinó





2


Ella fue inocente como la cabeza del Niño-Noche de Antonio en la Estación Atocha
Como una multitud de chicas a los 16 traía anillos de soles y lunas en los dedos
  
En el pozo o puteal de las verdades de otro, muchacha,
no te dejes imputar
ni que se dispute tu reputación
  
Y aquel, con cara de yo no fui, que entre estas páginas muera
Mueran los hombres en la enciclopedia portando una pistola



Raquítica, enclítica, de falo envidioso y minúsculo eres,

canta un coro gregoriano de veinte voces que suenan benditas
Pero le re-contra canta con rancheras Paquita la del Barrio



—¡Ramera!—, repitieron los asesinos que perpetuaron el orden

—¡Bruja!—, si te salvas ahogada lo eres y, si no, mala suerte



Igual repiten los jueces, la vieja-nueva inquisición, la academia,

el manicomio, el hospital, la iglesia, pero no mi alcoba y el bar




3


La reputación de las Lesvias hace tiempo se ha restaurado en las pinturas



Aunque mi madre se llama así

santa no ha sido ni lésbica ni conoció a un Catulo
—que  buena falta le hizo—



Ni mujer putida, pútrida o maloliente no fue

Una santa puta ex católica romana, tal vez, amiga de San Puto
Enemiga de Sempronio y Pármeno
Todo haya sido por culpa de un bolero
De un bolero y de un beso
Año de 1960 y tantos



Hablo de mi madre y del nacer




Ella fue inocente como la cabeza del Niño-Día de Antonio en la Estación Atocha

Como una multitud de chicas a los 16 se prendía soles y lunas en el pelo









Formas de citación, Anselm Feuerbach




1


la tierra, en la que fui nacida,
está en la marina orilla adonde el Po desciende
sigue allí pero yo no



la intención fue que una extranjera

se llevara las flores a otro mundo con sones de cueca sola



la tierra en la que fuimos muertos

está en las orillas de una Laguna Azul
cochayuyos, algas enormes, flotan
en una lago sureño prehistórico
la pudrición de flores del mal tan hermosas
como otoños devorábamos al norte



este lugar al que huimos esquiva vicios del espacio exterior

conforma la caída del sol tras la cortina



no respiramos ni movemos el músculo

tirados en el diván de las lecturas seguimos de largo a pesar
de los otros atravesando los túneles a las seis a la salida del trabajo
a la hora del almuerzo parecemos muertos por la espada como una canción de Amanda te recuerdo y nos dan por desaparecidos en nuestra propia casa en las fosas en las catacumbas en los nichos en los páramos en los desiertos en las avenidas en los supermercados en el bar en los callejones en las fronteras en la esquinas donde doblo y no te encuentro en el rincón del cuarto en su esquina más negra sentados en la cama a la vera de la puerta trasera en el canto V estamos como el polvo de una estrella en todos los cuerpos que aman detrás de la cortina



es decir en la soledad del todo donde se lee la noticia del día

como los oráculos del libro de los muertos y al sur más al sur
de tal escritura nacimos y adiestramos el ojo, el oído, los pies para irnos de fiesta en el noveno círculo donde no hay más remedio que buscarte por una eternidad



fue tanta mentira la verdad en esta lengua provenzal y en mi lengua

imperecedera el beso fatuo te busca después de morirnos el calendario arranca la página danza en una llama como un canto fatuo danza que te danza la vida y ya no estamos en los lugares donde no nos vimos nuevamente jamás y no vimos la rosa y la rosa se abre más allá de donde abre el puñal



de roja una gota cae, y luego otra


   —piercing can dance upon the tongues—










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