lunes, 7 de noviembre de 2011

5095.- TITOS PATRIKIOS



Titos Patrikios nació en Atenas en 1928. Estudió derecho en la Universidad de Atenas y luego sociología y filosofía en la Ecole des Hautes Etudes y en la Sorbonne. Patrikios fue muy activo en el movimiento de resistencia contra la ocupación alemana, pero durante los años de la dictadura militar después de la guerra civil griega fue ‘apartado' dentro de los límites de su propio país, y luego exiliado en París y en Roma. Después de haber recibido el Premio Nacional a la Literatura en Grecia, los varios libros de Patrikios han sido editados por Kedros Publishers.






Los amigos

No es el recuerdo de los amigos muertos
lo que ahora me desgarra las entrañas.
Es el lamento por los miles de desconocidos
que dejaron en los picos de las aves
sus ojos apagados
que aprietan en sus manos heladas
un puñado de casquillos y espinas.
Los desconocidos transeúntes que pasan
con quienes nunca hablamos
que sólo alguna vez nos miramos un momento
cuando nos dieron el fuego de su cigarro
en el camino de la tarde.
Los miles de amigo desconocidos
que dieron su vida
por mí.










Dos personas

Si alguna vez viste en medio de la calle
a dos personas que llevaban esposadas
no es imposible que una de ellas haya sido yo
que me volvía a desterrar.

Y esa mañana tenía como tú
tantos sueños
sobre el trabajo que encontraría,
sobre un paseo en la calle y bajo las luces,
sobre un poco de sol...
Y a él
que de pronto los barrotes lo ataron a su cuerpo
también él tenía grabados sus sueños
en su duro rostro.
(Se lo llevaron en la madrugada a las 6 de lado de su mujer.)

Cuando veas en la calle a dos personas
con esposas
no creas nada más
no creas nada menos.

Dos personas
Como tú.











Los ejecutaron

Los ejecutaron en la plaza central
los ejecutaron en la cantera con su grave eco
frente a cafés en ruinas y monumentos,
y corrieron mujeres enloquecidas al encuentro de las ropas ensangrentadas,
los ejecutaron en la tapia de los basureros
entre vidrios filosos y latas,
los ejecutaron en la calle, en el umbral de sus casas,
en el campo de tiro de miles de cuarteles,
en la muda soledad de espesos campos cultivados,
los ejecutaban todos los días en vuestras manos,
en vuestra voz, en el forro de vuestra ropa nueva

Y vosotros, ¿los habéis olvidado?


*Véase La Jornada Semanal, núm. 715, 16/XI/2008.

Versiones de Francisco Torres Córdova











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