domingo, 5 de junio de 2011

3896.- MÓNICA CAZÓN


Mónica Cazón (Marta Mónica Mabel de Fátima Luna Juárez Robles de Cazón) nació en San Miguel de Tucumán (Argentina), en 1969. Es secretaria bilingüe (diplomada), profesora de Ciencias de la Educación y escritora que cultiva diversos géneros literarios.
Libros publicados:
* Cuentos para jugar (niños) año 1998
* Cuentos para soñar (adolescentes) año 1999.
* Retazos de mí (microrrelatos) diciembre 2008.
* Cejuelas (microrrelatos) octubre 2009.
* Vida rentada (poemas) en imprenta enero 2010




El que no fue

Ese hombre sabe que no es mi mejor opción.
Las conciencias tiemblan en las puertas del infierno
donde tiende sus trampas el mañana.
Decidido a renunciar reclina la cabeza,
pontifican sus dedos y mis vestidos caen.
Sin esforzarse, ese hombre que siempre se ha esforzado,
sabe que la casa no le pertenece.
Ese hombre insiste, acecha,
derrite el pavimento con sus pasos,
reivindica el amor de los domingos,
y busca algún espacio
donde desplegar su reposera,
para verla pasar.
Ya no sufre,
y amanece a ciegas surcado por sus alternativas.
El borde de mi cuerpo dibujado en sus dedos,
la poda de todas las tristezas del jardín.
Ese hombre sabe que no es mi mejor opción,
sin embargo su diestra convierte al mundo,
revierte, atesora, multiplica,
ha compilado la antología de mi historia







2010

No soy poeta
no escribo sobre eclécticos ángeles
ni el desolado ser es el protagonista.
Ofrezco un stock básico y absolutamente necesario.
Por elección modero el vino
y hasta le imprimo otro sabor,
para espanto que no nos une tanto
No me desvelo ni desangro
y el ritmo de los versos no es lo mío.
Entiendo que la luna tiene ciclos,
el corazón sístole y diástole
y ovulo puntualmente.
Los siglos han demostrado que la historia se repite
habrá otro Nerón
otro Newton
y con viento a favor varios premios Nobel de la Paz.
Sostengo que los pies caminan seguros por el suelo
y que practicidad más raciocinio
le han redituado ganancias al morral.
Soy una corresponsal del cemento y la moneda.
No, no soy poeta, apenas un aggiorno de pretéritos escribas
pero insisto.








Una cuestión de poder

He doblegado las tempestades todas, las pesadillas,
incluso esas que temías, las tuyas,
el olor de la derrota, y aquel remoto telegrama de despido.
No es imposible hacerlo.
He dominado el dolor de muelas,
destripado ciudades y tus gestos extraños,
calmado el llanto de mis niños,
y las bocanadas de recuerdo que aún conservan
la voz de mi madre y su sinecura inútil.
No es imposible hacerlo,
se puede comprar la realidad, caminar por los trapecios
y azotar cualquier explicación,
con renuncias, y alguna que otra mentira
a la hora del sueño.
Pero eso de perderte, es otra cosa,
conozco la imposibilidad total de dominar
el reino de la pérdida.
La tuya,
esa que deja postrada la cordura del mundo,
sin un submarino imaginario,
sin rotación ni traslación,
sin plenilunios
Conozco la imposibilidad total, absoluta
irreversible
irreparable.
Certifico que entiendo lo que afirmo
eso de perderte
es otra cosa.








Arte culinario

Clásico
la soledad encarece la carne,
agota la sal, las especias,
los garbanzos que busca
en los frascos que guardan los secretos.
Y justo es mediodía,
y el caño gotea, los ojos gotean,
pero es así con la cebolla.
Entonces ella repta desnuda de todo,
abierta de brazos y de piernas,
desgarrada su túnica
de sacerdotisa de banda ancha.
Clásico,
así de clásico es con la cocina;
para colmo el corazón
rehogado en trozos de juliana.






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