martes, 28 de junio de 2011

4028.- SIMÓN ZAVALA GUZMÁN



SIMÓN ZAVALA GUZMÁN
Guayaquil, Ecuador. Poeta y Ensayista. Jurista. Licenciado en Ciencias Públicas y Sociales. Doctor en Jurisprudencia. Abogado. Estudios de post-grado en Derecho Internacional, Cooperación Cultural y, además, en Administración de Empresas. Estudios de Especialización en varios campos del derecho. Ha escrito y publicado múltiples temas de derecho y el libro “Indice de la Narrativa Ecuatoriana” como coautor. Ha desempeñado la cátedra universitaria y ha sido colaborador de los principales diarios de Quito y Guayaquil con artículos literarios, políticos y jurídicos. Ha ejercido entre otras funciones las de: Secretario General y Procurador de la Universidad Central del Ecuador; Asesor Ministerial en varias ocasiones; Secretario General del Consejo de Cultura de Ecuador, Presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Escritores en varios períodos, Ministro Alterno de la Corte Superior de Justicia de Quito, Magistrado del Tribunal Constitucional de Ecuador y Asesor Jurídico de Organizaciones Culturales y Sindicales. Su obra literaria individual sobrepasa la docena de libros, y ha publicado seis libros en coautoría con poetas de Ecuador y de otros países. Consta en antologías importantes de Ecuador y en múltiples publicaciones antológicas de América Latina y Europa. Sus poemas se han publicado en España, Italia, Israel, Cuba, México, El Salvador, Nicaragua, Puerto Rico, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Uruguay, Brasil y Estados Unidos. Ha sido premiado nacional e internacionalmente: Premio Latinoamericano de Poesía, Fundación GIVRE, Buenos Aires, Argentina, 1983; Premio Literario Internacional ABRACE, Montevideo, Uruguay, 2006-2007 a su libro “GRAFIAS” traducido al inglés por el escritor y traductor norteamericano Peter Thomas; y Primera Mención Concurso Hispanoamericano de Poetas, Editorial Zanún, Buenos Aires, Argentina, 2008. Algunos de sus poemas han sido musicalizados por los artistas chilenos Jorge Aravena y Mario Baeza y el uruguayo Leonardo Figuera. Su obra poética ha sido comentada favorablemente por estudiosos de la Literatura ecuatoriana y extranjera. Sus textos poéticos se encuentran publicados en múltiples revistas literarias y portales en internet.
Ha publicado libros en Ecuador, Perú, Chile, Uruguay, Argentina y Estados Unidos. Ha ofrecido recitales de su poesía en ciudades de España, México, Cuba, Puerto Rico, Colombia, Perú, Costa Rica, Nicaragua, Bolivia, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil y en las principales ciudades de Ecuador. Casi toda su obra poética ha sido traducida al inglés; y algunos de sus poemas han sido traducidos al francés, árabe, italiano, portugués, hebreo y alemán. Ha participado en múltiples encuentros de escritores en América Latina y Europa.






CAMINO HACIA LA LIBERTAD

Con las manos prestas a retomar
la biografía de los guerreros
con 1as palabras esperando el viaje.
hacia la poesía
con las ideas agazapadas listas
para el gran salto,
tenemos que abrir el tiempo.

No importa, por ahora, si nuestro.
puño anónimo es sólo una noticia
que encalla en los tejados.

Manos fuertes trazaron 1a ruta
de la libertad
aunque hayan violentado los
colores
esa policromía de los trigos
batiéndose entre vientos.

No se puede dejar que el tiempo
nos deshoje. ¬
Hay que ir al asalto de los días,
desbaratar las horas, asediarlas
con la pólvora de nuestros pulmones.
Tampoco hay que dejar a un lado
el vino del amor,
es necesario sembrar un bosque de
sonrisas. Plantar el sol.
Pero debemos poner las visiones
en nuestra realidad .
estar lúcidos frente a la certeza
del hongo de hidrógeno, al rumor
del que fue asaltado por desconocidos
y abaleado en el silencio a gritos
de una calle
donde pesa doblemente la noche.

Para abrazar la libertad
tenemos que hacernos una edad entre
el pasado y el futuro,
con el crepitar de las espigas
hay que construir
la ciudad de los relámpagos humanos,
pisar a los dragones de fuego. Sólo así
nacerá la libertad. De este encuentro
entre la memoria y 1os nuevos
acontecimientos,
de esta tormenta real de sueños
que se desata en nuestras mentes,
de este nuevo semen que debe caer
implacablemente
sobre la tibia piel de una manzana.








CANTO A LA ESPERANZA

Sólo cuando seas libre
entenderás el vuelo de los
pájaros
su proyectada sombra .
sobre la. espalda terca de los
siglos .
la dimensión exacta de sus alas.

Ojo, piedra, luciérnaga fantástica,
cabalgarás sobre la claridad
de tus ideas.
No habrá un resquicio para el
descanso de tu mente,
tu voz será un océano, una luz
que rompa el tímpano del tiempo.
Irás hacia el espacio
para que el golpe de tu huella
inicie el trazo perfecto de la forma.

Para entonces
ya no tendrás cadenas, ser alado,
verbo encendido
lengua simultánea
camino para siempre
hombre
te crecerán jilgueros en las
manos
y cruzarás
viajero ineludible
por todos los besos de la tierra
sembrando la esperanza.








PERSUASIÓN

Algo nos tira hacia la tierra. Corno
si nos llamara
su virginal sintaxis de ríos y semillas.
No sabemos
si es el leve ajetreo del arado
sacudiendo el polvo de sus huellas
o si es el árbol
que quiere detener el viento
entre estampidos de hojas y raíces,
o son aquellos huesos amarillos
que transitan
bajo el desvelo de los surcos
como queriendo prolongar su muerte.
Algo nos llama. Nos jala hacia la
marejada del yodo y los metales,
hacia el vínculo verde. A su torrente
de litorales frescos.
No nos cuesta, es verdad, andar por su
epidermis. Varios mundos lo han hecho.
Sobre sus cicatrices han ido trepando
sin agobio
los diluvios, las ciudades, los cíclopes,
y universalmente el hombre, labrador,
permanente de odiseas.
El ha sacado de la tenacidad sus
manos. Ha puesto el equilibrio
con sus dedos.
Frente
al despeñadero ha sido como una
indeclinable
aurora de corajes. Como un cincel que
escribe
la urgencia cotidiana de su barro.
Algo nos llama hacia la tierra desde
Todos los hechos. No importa que
ese grito venga
del espejismo quieto del desierto
o de la grieta
arteria natural que silenciosa pasa por
mapa.
Su voz es un pulso plural
un remanso de sonidos y frutas
un fuego geográfico que salta
ante el asombro. Así nos llama.
Sabe que volveremos









VORÁGINE

Si estuvieras aquí y me
preguntaras
en qué quicio tengo que
arrimar
la hora de mi sino,
en qué rampa debe anclar
la vela de mi barco,
detrás de qué telón
debo dejar mi drama cotidiano;
te respondería
de raíz
que mi hora está sobre el trayecto
y brota bajo el sol
y se derrama
como un intermitente
territorio de ojos;
que mi nave
es una arteria larga
verdadera
donde viaja la savia de la
tierra
como una muchedumbre vegetal
buscando el día luminoso;
que mi drama
es el drama del hombre,
la suerte del maíz, la resistencia
de la ciudad sitiada;
un drama
tras el cual hay un deseo colectivo
de quebrar el planeta
y poner alrededor del mundo
otro escenario.








PROYECCIÓN PARA El HOMBRE

Si alguna vez encuentras
que palidece tu presente
piensa
que no es sólo una imagen
o un sonido
reptando en el baúl de los
disfraces
ni una fuga
hacia la irrealidad.
Recoge tus palabras
recupera la sed de analizar
el mundo
ten hambre
convulsiona el día
sé siempre un sembrador de
puños.
Vuelca el paso al camino
de adelante
levanta la raíz.
Todavía falta mucho para
encender
la libertad de todos.










EL SUEÑO DE LA PAZ

Cuando vuelvas a nacer hombre del
universo
cuando vuelvas a ver florecer
tu memoria por
sobre las galaxias y los siglos
cuando la tierra este planeta viejo
y podrido
sea un pequeño grano de arena
en tu mano
cuando tus ojos plenamente
iluminados
por el recuerdo
de los muertos y calcinados en los
desfiladeros de la historia¬
vuelvan a ver
cuando tu pensamiento lúcido
y real haga
vibrar los acontecimientos en
tu mente
vuelve los ojos la memoria y la vida
hacia nosotros.
hacia estos cuerpos petrificados que
lentamente van -vamos- muriendo
en los fogonazos sanguinolentos
de las tanquetas y las bazucas
en la saliva envenenada de
los detentadores
del poder
dueños del hambre de los demás
en las pezuñas de los torturadores
y su picana
de los asesinos a sueldo comprados sin pudor
-si es que a algún asesino puede
comprárselo con pudor-.
en las manos, delicadamente cuidadas de
los verdugos siniestros que diseñan
las estrategias del imperio
en las guerras frías y sucias
y en 1as guerras
bacteriológicas y mercenarias
en las guerras de sangre y fuego contra
los pobres y los oprimidos
donde el fuego felizmente
es el generador de una nueva sangre
en las cárceles inmundas
donde se mata
-se pretende matar¬-
con sadismo la dignidad
del ser humano
pero donde queda su pensamiento como
un puño invencible,
en los basureros donde legiones
de hombres
mujeres ancianos y niños
se disputan a dentelladas
un desperdicio
maloliente
mientras la gula infla la panza
y los bolsillos
de los ladrones de cuello blanco
terno saint loren
corbata de la quinta avenida
en las calles lúgubres
en las tabernas en los parques
y cabarets
donde nuestras hermanas
y nuestras mujeres .
tienen que hacerse putas desde niñas
porque algo hay que comer
en los cadalsos en las letrinas
y en los cementerios
cansados de tantos despojos vivos
que quieren dormir en sus tumbas
un pedazo de sueño.

Cuando vuelvas a nacer hombre
del universo
y en tu paso por el tiempo
hayas desmenuzado
el significado de la alegría de la vida
-aún con todos los dolores¬-
y en tus retinas eternas lleves la idea de
construir otro mundo
otro planeta tierra
vuelve primero sobre estos desafíos
que se van quedando intactos
y siembra la paz y conviértete
en agua y sed en sol y luz
en pan y abrigo.
Haz entonces de tus manos la paz.
De tu boca la paz de tu cuerpo la paz
de tu sexo la paz. De tu palabra la paz.
Pero por sobre todo
por sobre la memoria y las vivencias
por sobre la poesía de modelar
un planeta
de levantar un nuevo fuego
para la libertad de todos
haz de tu mente LA PAZ para siempre.








POEMA CARTEL

Para que sepan
los que no quieren saber
los que andan pensando siempre
en darle a la realidad otro color
de acuerdo a su perspectiva
-léase oro-
es necesario decirles
que bajo los portales de las
iglesias
y los modernos edificios
de este Quito a desnivel
hay seres humanos que duermen
bajo el frío
que en los alrededores de la
ciudad
crecen los suburbios
como racimos gigantes
en busca desesperada de algún sitio
del que serán sacados a bala
de un momento a otro
que los basureros
son asaltados todos los días
por una legión de hombres, mujeres,
viejos, niños y cargadores de ilusiones
—antes de que lleguen los gallinazos—.
que ellos quieren pan,
un pedazo de la tierra que es suya
y un aire eternamente despejado
para que puedan volar libremente
las ideas,
y que si esto no se remedia en el menor
tiempo
habrá una hecatombe en el planeta
porque estos ajusticiados
por la injusticia
están cavando trincheras
en los cuatro puntos cardinales
del orbe
para meter en ellas
todos los huracanes que les sobran.








ELEGÍA PARA LA TIERRA
PROFUNDA

Caes en mi como una intempestiva clave
del renacer
del arrecife y su clamor sonoro
de un lejano y desterrado continente de tierra
que algún itinerante disipado ha olvidado

cráter de estalagmitas
nieve jamás hollada
el paisaje ultimado a dentelladas se queda
en el ojo del ciego que se ha vuelto demente.

Hay que destruir este planeta
matar al mar
cazar a la ballena.

Pobre hombre terrícola. Tu desalmado impulso
te empuja hacia la muerte.

Mi desnudez asume el cálido color del sol
y sus destellos permanentes.

Adorada mía, tierra profunda
constelación de papagayos astronautas
con la luna perenne de todas tus mareas
entierro la locura.

Tierra mía
hacedora de todas las cosas de la vida
alguien tiene que saludar la épica de tus
pedernales.

Déjame entonces que yo humano caracol
lleno de mar
te diga: bebo de ti la eternidad y existo.









SINFONÍA TERRÍCOLA

El haz voluptuoso de tu alegría
es la lumbre
de un comienzo entreabriéndose
en medio de la penumbra astral

es la vendimia de una nueva fantasía en celo
para el gozo de las resurrecciones.


En el imán de tu mirada mujer de
Andrómeda
se encuentra todo el universo
la atmósfera de otro cielo infinito que guarda
otro planeta tierra
otros árboles vivos que tiemblan con la vida
otros ríos de plata besando su corteza.


Después del rostro de los años hay otros
rostros que nos miran desde el poblado
espacio
el Big Bang conoce nuestro frágil instinto
los mares esconden abecedarios ignorados
islas remotas
montañas subterráneas algas fosforescentes.

Sólo el hombre es feroz. Sólo el hombre.

Acurrucado en su odio su horror muerde
el ansia de su muerte. Cada gesto de amor
en la naturaleza
es una cópula que se brinda para construir
otro suelo
un ostracismo menos

uno debe volver al vientre de su incendio
al rastro de utopía que se perdió
en otro éxtasis

el abedul presagia la visión de lo eterno
que hay que recorrer todavía
el mar vence los límites terráqueos
lanza diluvios bosques lácteos gaviotas
transparentes

la tierra madre eterna siempre nos espera
con sus dulces grietas abiertas
para vencer nuestra porfiada derrota.








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