domingo, 3 de abril de 2011

3666.- TERESA ABURTO URIBE


Teresa Aburto Uribe
Nace en el mes de Octubre de 1965 en Puerto Montt, Chile. A los cuatro años de edad su familia y ella se trasladan a Coyhaique (Patagonia Chilena). En 1975 y a raíz del golpe de estado en ese país, se ven obligados a emigrar a la Argentina, país que les acoge amablemente. Viviendo en la ciudad de Puerto Madryn, y ya con 12 años, descubre su vocación por la escritura mediante un juego escolar. Su primer intento de poema se llama "Está llegando la primavera", manuscrito extraviado en su momento. A los 14 escribe "Las maravillas del universo" y algunos otros que forman parte de los primeros poemas más elaborados y de mejor contenido. El trabajo literario continúa creciendo y la participación en diversos concursos literarios se hace frecuente llegando así a formar parte de la nómina de escritores inéditos de la provincia del Chubut (Argentina), situación que le permitía contacto asiduo por correspondencia con varios exponentes de la poesía patagónica argentina. En 1991 participa en la fiesta cultural de origen galés y gana el tercer lugar entre 143 participantes con el poema "Aquel Puerto Solo".
Sigue escribiendo y participando en diversos certámenes hasta que en 1994 escribe su primera novela "Las Fronteras del Corazón", cuyo contenido está ligado al tema del destierro dada la situación vivida en Chile en 1973.
En 2002 regresa a vivir a Chile, con el objetivo de descubrir su cultura original y continuar cultivando el arte de la escritura.






A LILIANA JALIF

Te doy, en este papel,
un pedazo del ser que me pertenece,
un poco
un poco del sol que me alumbra a diario,
un poco de Dios que me fortalece.
Te doy, en este papel,
insignificante espacio de inspiraciones,
un poco de mis tardes tan solitarias,
un poco de mi risa que existe siempre.
un poco de silencio poblado de locuras,
un poco de mi pasado y de mi presente.
Te doy, en este papel,
un poco de mis ganas de andar la vida,
un poco del calor de un verano sureño,
un poco de cordillera, de Pacífico y nieve.
En fin, te doy un poco de todo lo que soy,
porque soy esto que vea a diario,
con el Sur prendido entre los labios,
con las palabras como único puente.
Con un único tesoro, esta poesía
que se abre para vos en este instante
para hacer de la amistad un estandarte
para agradecer esta oportunidad
que nos dio la vida.





A NERUDA

A ese poeta que nació en mi tierra,
que escribió al mar
y a las estrellas,
que navegó los mares
para inspirar su pluma,
para buscar la musa
que guiara sus letras.
A ese poeta que le gritó al viento
todo el amor en cien sonetos,
que se inspiró en la vida
de su humilde pueblo,
que murió de pena al verlo muerto.
A ese poeta de la Isla Negra
que recorrió el mundo
sin olvidar su tierra,
a ese capitán de aquellos versos
que lo casó la luna
rodeada de estrellas.
A ese poeta le debo estos versos,
a ese gran hombre
dedico estas letras.





ANDARÉ LOS CAMINOS

Andaré los caminos buscando el horizonte
que me indicara mi padre
en las noches de aquel pueblo perdido
en la cordillera de Los Andes,
en las noches de leña ardiendo,
de frío, nieve y chocolate.
Andaré tantos caminos buscando mi vida,
mis afanes se multiplicarán día tras día
y pasaré los años andando distancias
y a cada paso lloraré tu ausencia.
Pero llegará el día, ya gastado el camino,
de dar la vuelta, de mirar al sur de nuevo
y regresar a tu lado,
a descansar los años bajo tu cielo,
a dormir las siestas mecida en tus olas,
a oler tu mar en las tardes de julio
cuando el frío corta el rostro
y la cruz del sur cubre tu cuerpo de mesetas
y el viento acaricia tu cintura de acantilados.
Llegará el día de recostarme de nuevo
en el calor de tus doradas dunas
con los ojos abiertos al cielo de enero,
apretando en mis manos puñados de arena,
acariciando mis pies el oleaje de espuma.
Entonces, cuando salga la luna
y el mar sereno refleje tu silueta iluminada
y los barcos detenidos en tu noche
me inviten a quedarme a la vera de tu costa,
y las estrellas dancen a lo lejos
al compás de un coro de gaviotas,
entonces te daré mi corazón
y se detendrá en vos, pueblo mío,
para siempre, en silencio, dormido.





DESEO DE LIBERTAD

Déjame volar libre por los prados,
déjame sentir las caricias del viento,
quiero cabalgar encima de una nube
acariciar el sol y perderme en el tiempo.

Déjame escalar la colina más alta,
déjame soñar que estoy sola en la montaña
quiero descubrir un refugio solitario,
quiero conocer de la libertad sus entrañas.

Déjame volar como lo hacen las gaviotas
déjame llegar a la playa más hermosa,
quiero dibujar en la arena mis sueños
quiero dormirme y que me despierten las olas.

Y déjame por fin, caminar con las estrellas
y déjame sentir que soy como una de ellas,
entonces al saber que todo ha terminado
volveré para decirte, lo que quería, he soñado.





ACRÓSTICO

A Puerto Madryn

Podré, quizás, distanciarme en el tiempo,
Una y otra vez podré dejarte,
En calles solitarias vagar mi cuerpo,
Rastrearé otros cielos para encontrarte.
Tomaré el sol en otras playas,
Oleré el perfume de otros mares.

Mas, todo puede ser posible, es cierto,
Andaré en la distancia y en el tiempo,
Daré mis horas a otra gente,
Rendiré mis noches a otro cielo,
Y mi vida avanzar como siempre, pero...
Nada alejar mi corazón de tu puerto.






CAMINATA

Rodeados por la quietud de la noche,
caminábamos taciturnos
por las calles vacías.
Te sentía al lado mío,
mas al mismo tiempo te ignoraba,
me sentía al lado tuyo
y al instante me marchaba.
Me encerraba en pensamientos,
caminaba... temblaba,
reaccionaba de pronto
y a tu lado continuaba
para seguirte escuchando
sin yo musitar palabras.
Y así la monotonía
se repetía, no variaba.
Caminamos, avanzamos,
sin llegar a nada,
solo a un gran silencio
lleno de palabras.







TIEMPO SIN MEMORIA

Te pienso luego de una larga noche,
luego de sombras y espacios fríos.
Te pienso luego de abismos simulados,
luego de silencios largos
y ojos dormidos.
Te pienso... y no estás ausente,
en mi despertar existe tu sombra
que danza pausada buscando su lecho
para aunarse en la realidad escondida
del tiempo sin memoria.
Te pienso luego de larga ausencia,
y es como si tu voz
me llamara a gritos
a reunirme con tu boca,
de la que emana un manantial de sal
perdido entre cielo y rocas.
Te pienso en mi despertar
y mi voz te llama... te clama...
¡Ay! si el tiempo
no fuera un cruel tirano
derrumbando a su paso espacios
dejándolos vacíos,
solo si el tiempo nos diera tregua
para recobrar lo perdido,
podría recuperar mi acento,
y tu, patria mía, podrías de nuevo
tenerme contigo.







RUTINA

De nuevo lo mismo de ayer,
las mismas calles, la misma gente,
la misma sonrisa, las mismas cosas.
Todo es igual, es igual mi nostalgia.
Todo es igual a ayer,
y tal vez todo sea a igual a mañana.
Todo es igual, nada cambia.
El mismo espejo en el que miro mi rostro,
la misma luz que alumbra mi almohada,
el mismo reloj, la misma cama.
Todo es igual, nada cambia.
Un escritorio, un teléfono,
un café a las cuatro,
y para no perder la costrumbre
unas cuantas carcajadas.
Un cumplimiento de horario
y un chau, hasta mañana.
Y de nuevo sola.
Todo es igual... nada cambia.
Nada cambia, porque yo no cambio.


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