viernes, 18 de marzo de 2011

3496.- RICARD RIPOLL



RICARD RIPOLL
(Sueca, España, 1959)
Profesor de literatura en la Universidad Autónoma de Barcelona. Dirige el GRES (Grupo de Investigación sobre Escrituras Subversivas), organiza coloquios internacionales (sobre la escritura fragmentaria, 2001; sobre las estrategias de lo ilegible, 2003; sobre Lautréamont para el 2006). Su obra se inscribe en una nueva textualidad nacida de algunas experiencias modernas de autoficción. Ha publicado las autoficciones poéticas Els encontres fortuïts (Viena, 2001) y La memòria dels mots (3i4, 2003) y la novela L’Espai dels Impossibles (March Editor, 2005), donde también ha publicado la traducción de la obra completa de Isidore Ducasse, conde de Lautrémont (Els Cants de Maldoror, les Poesies, Cartes).
Estos tres poemas pertenecen al libro aún inédito El vuelo atorbellinado de los insectos efímeros, de próxima publicación en la “Biblioteca Íntima” (March Editor, Barcelona).




Traducción: Ricard Ripoll



24. Tu cuerpo es un incendio. Contra la noche de esperanzas simuladas has construido unas ilusiones infranqueables. Las horas golpean el griterío de las estrellas al chocar contra los cuerpos silentes. Te desnudo sin mirarte. Aprendo la ceguera de esta larga noche de espera. Tu cuerpo es un laberinto. Y nada puede detener los infinitos que allí nacen. En ti he hallado la multiplicación de los caminos, la profusión de itinerarios que conducen al secreto. Para describir el cielo, mejor no emplear materia terrestre. Tu sexo en el horizonte, como un futuro improbable, dibujado bajo claridades esotéricas, marca el resquicio por donde introducir mis palabras. Cada palabra es un embate: contra el olvido, contra la soledad, contra el gesto equivocado que rechaza el encuentro de los cuerpos. Sobre tu piel escribiré con letra transparente el deseo que me abrasa, y quemaré el sentido para saborear para siempre la protección de tu guarida.





25. La Poesía es una ciudad: sus palabras son laberintos. Y tú, escondida tras las fábulas de otros tiempos, intentas escabullirte de la belleza que te acompaña, como si tuvieses miedo de tu desnudez, como si deseases alejarte de las imágenes que te acercan a mí, en medio de la sorpresa. Más allá de las primeras miradas, creas el horizonte de lo posible. Tus senos señalan el valle donde me pierdo al llegar la noche de las palabras sordas. No necesito descubrir qué cosas descubriré más tarde. Cada cosa llega a su tiempo. Sólo hay que tener paciencia.





26. La máscara es imprescindible. Y bajo la máscara otra máscara indica la pluralidad de las imágenes. Que nadie se extrañe al ver como vuelven las mismas palabras. No soy más origen que el espacio multiplicado, que la razón del rayo, que el inicio del goce. Y, en las palabras, mi proyecto eres tú. Tú, sin nombre, sin más pasado que el deseo de decir, esperanza de alcanzar la pasión de vivir.


[http://www.elcoloquiodelosperros.net/numero23/esp23ri.htm]

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