martes, 2 de agosto de 2011

4379.- DIANA P. MORALES


DIANA P. MORALES. Sevilla, 1973. Comenzó a escribir a los siete años

y ganó su primer premio literario a los catorce. Estudió Filología
Inglesa en la Universidad de Sevilla y Experto Universitario en Guiones Audiovisuales por la Universidad de Málaga. Su actividad laboral siempre
ha estado ligada a la escritura: desde hace más de doce años es coordinadora
y profesora de talleres literarios, tanto por internet como presenciales,
para el Ayuntamiento de Sevilla o la Fundación Caja Madrid.
En la actualidad es coordinadora de Portaldelescritor, donde además
imparte cursos de Poesía, Relato y Novela. Ha sido crítica literaria para
las revistas FREEK Magazine y Arto! de Madriz y ha publicado relatos
y poemas en diversas revistas y libros conjuntos. Ha colaborado como
guionista con la Agencia Storyline Creativos.
Ha obtenido más de una docena de Premios y Menciones literarias,
entre los que destacan:
* Finalista del Certamen de Guión de cortos del Festival de cine
Iberoamericano "Ibértigo" (2005)
* 2º Premio "Villa San Esteban de Gormaz" de relato (2001)
* Finalista del Premio Nacional de poesía "Poeta Mario López" (2000)
* Finalista del Certamen Nacional Creación Joven de poesía (2000)
* Finalista del 1er Certamen Internacional Worldonline en las categorías
de poesía y relato (1999)
* 2º premio de relatos en los certámenes "Antonio Machado" (1992)
* Finalista del Certamen Andaluz Creación Joven en la categoría de
Poesía (1991)
En la actualidad, sus dos primeras novelas están en proceso de publicación
y se encuentra trabajando en una tercera. También es guitarrista
y cantante del grupo de pop-rock independiente Salieri.

WEB DE LA AUTORA: http://www.dianapmorales.com/






- II Premio "Villa de Montoro", categoría juvenil (1998)



VIAJE AL INTERIOR

Tengo hambre de tu boca, de su sabor a desierto,
de su ingravidez extrema, de sus moléculas tristes
de los límites oscuros y sensuales de tu aliento.
Me contagio del temblor de tus labios frutales.

Tengo hambre de tus ojos, expansibles, enemigos,
como auroras boreales incrustadas en mis huesos.
Me recuerdan al paisaje de los viajes siderales:
el espacio se nutre del origen gris de tu mirada.

Mis manos, que dibujaron la pendiente de tus hombros
son dos pájaros cenizos esculpidos en tu espalda,
encadenados al latir de tus pulmones paralelos.

Quiero dormir el sueño de tu frente peregrina,
conocer tus pensamientos pequeñitos como almohadas,
y despertar,sorprendida, en la orilla de tus dedos.




SOLITARIO

Si la furia traviesa de la tarde
no arrancara tus uñas de mi cuerpo,
me dormiría en el hueco de tu estómago.

La soledad me tira de la oreja
mientras destruyo el adjetivo
que convierte estas horas
en malditas.

El perfume de tu ropa es el envase
donde habitan, obedientes,
mis dos manos:
acércate a las dunas de mi aliento,
al enigma fluorescente de mis brazos,
ven,
te necesito.

Ése es el grito que la curva de mi cuerpo
lanza a la órbita terrestre de tus átomos,
implorando que convierta mis palabras
en satélites ardientes de tus ojos.

Ésa es la parábola que surge
de las tiernas ecuaciones matemáticas
que carcomen las arterias de mi carne,
que se anuncian con banderas
al hacerse crucifijo en mi garganta.

Acércate ahora que el capricho de las letras
construye un edificio en mis entrañas.





ECLIPSE

Aunque no pueda verte
sé que siempre estás ahí,
esperando, al otro lado
del perfil de mis adverbios.

Cuando escucho el sonido
de tus venas alocadas
todo el aire se hace
mariposas.

Aunque no puedo verte
estoy segura de tu cuerpo,
estoy segura de que estalla,
como el agua estalla en ondas,
cuando mi voz se sumerge
entre tus hombros
y se pone a hacer burbujas.

Aunque no puedo verte
conozco tu carácter
de satélite: recibes
la apagada sintonía
de mis huesos.

Sé que estás ahí,
-aunque todo está oscuro-
cuando tu piel esponjosa y evidente
se extiende sobre mí como una manta.





POEMARIO "ME ROBAN LOS OJOS" (EXTRACTO)


Finalista del Certamen Andaluz Creación Joven de poesía (1991)



uno

Octubre es como una ráfaga
-soledades inciertas caminan-
lento
voy huyéndome.


El silencio.
Más noches.



dos

Ríos oscuros aferrándose
Nada es seguro. ¿Quién
lleva el caos por bandera?
Me rodean
miles de ventanas onduladas
como ténues mariposas mensajeras
el crepúsculo en el borde de
sus alas es el
Pánico sin límite.s Hay un
límite detrás de cada esquina
Las esquinas cabalgan como
héroes. Los héroes
se enarbolan a sí mismos
súbitamente izadas sus cabezas
Me cosieron
intensos precipicios a las manos.
Ahora soy
Altazor estrangulado
y no creo en el principio de las cosas.





tres

cada poeta es el preludio de un abismo
y su noche
un lugar ensangrentado
que proclama al mundo
que están solos.

Cada noche
el silencio les d
la bienvenida.
La poesía es el horror del subconsciente.



POEMAS 2007-2008 (INÉDITOS)



RUMMIKUB EN LA ANTILLA

Humeaba un Octubre atolondrado
el sirimiri regaba a lunares
ese paisaje de moscas y partículas;
alguien citó a Einstein, pero se impuso
un Monopoly . Álamos al fondo
subrayando la orilla de la noche.

Se ha cuajado ese magnético instante:
ardiendo con más fuerza en la distancia,
como todos. Y el té con miel, la sal
omnipresente y “ El apartamento” .
Hollín de tardes frágiles y quietas
como yeso que sueña ser estatua.

Quedan los dados, fósiles incómodos,
y aquella anécdota de las polillas.
Queda la flecha de frío que entraba
por el portón: apenas lo notábamos.
Tu turno, juega ya ¿tienes un seis?
...niebla de carcajadas que se esfuma.

Como ceniza rendida ante lo inevitable,
la lumbre aúlla un eco ya perdido.
Yo avivaba la candela.



ERA OTOÑO, RUMOR DE ESTIÉRCOL

El tren languidece entre chirridos
con la fatiga de una torpe vaca;
un aire de chicharras se me asoma.

Iban al tropel los animales:
un reguero pardo que
se descorchaba en la colina,
largo y musical, como el origen de la memoria.

Ahora también se rasga en dos el campo:
la súbita cremallera
de los raíles. Voy deprisa.

Entonces, junto a mí
la vaca se erigía como un precipicio:
excesiva y perdurable.

Se van
desentumeciendo los vagones
con el monótono latido de algo que respira
-metal que suena o gime-
y un sosiego que se queda ahí, enganchado en la corteza.

En paralelo, el sencillo trayecto de las bestias
la espuma de hojarasca chorreando en las pezuñas.
Su olor a leche se mastica: conseguí rozar
una quijada.
Atrás quedaron esas primeras veces.

Se trenza ahora la tierra en un rebaño de átomos
entumecidos como ciertos recuerdos.
Todo se oxida.

Entonces erraban las vacas perfiladas en el lodo;
hoy, al fondo, la ciudad con sus tallos quietos.

Estamos llegando. Era otoño
-ese rumor de estiercol y osamentas-
lo recuerdo bien.

El tren tirita.

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