jueves, 26 de agosto de 2010

667.- CAROL ANN DUFFY


Carol Ann Duffy (nacida en Glasgow, en 1955) es una poetisa británica

Libros de poemas

Fleshweathercock and Other Poems Outposts, 1974
Beauty and the Beast Carol Ann Duffy & Adrian Henri, 1977
Fifth Last Song Headland, 1982
Standing Female Nude Anvil Press Poetry, 1985
Thrown Voices Turret Books, 1986
Selling Manhattan Anvil Press Poetry, 1987
The Other Country Anvil Press Poetry, 1990
I Wouldn't Thank You for a Valentine (editor) Viking, 1992
William and the Ex-Prime Minister Anvil Press Poetry, 1992
Mean Time Anvil Press Poetry, 1993
Anvil New Poets Volume 2 Penguin, 1994
Selected Poems Penguin, 1994
Penguin Modern Poets 2 Penguin, 1995
Grimm Tales Faber and Faber, 1996
Salmon - Carol Ann Duffy: Selected Poems Salmon Poetry, 1996
Stopping for Death (editor) Viking, 1996
More Grimm Tales Faber and Faber, 1997
The Pamphlet Anvil Press Poetry, 1998
Meeting Midnight Faber and Faber, 1999
The World's Wife Anvil Press Poetry, 1999
Time's Tidings: Greeting the 21st Century (editor) Anvil Press Poetry, 1999
The Oldest Girl in the World Faber and Faber, 2000
Hand in Hand (editor) Picador, 2001
Feminine Gospels Picador, 2002
Queen Munch and Queen Nibble (illustrated by Lydia Monks)Macmillan Children's Books, 2002
Underwater Farmyard (illustrated by Joel Stewart)Macmillan Children's Books, 2002
The Good Child's Guide to Rock N Roll Faber and Faber, 2003
Collected Grimm Tales Faber and Faber, 2003
New Selected Poems Picador, 2004
Out of Fashion: An Anthology of Poems Faber and Faber, 2004
Overheard on a Saltmarsh: Poets' Favourite Poems (editor) Macmillan, 2004
Another Night Before Christmas John Murray, 2005
Moon Zoo Macmillan, 2005
Rapture Picador, 2005
The Lost Happy Endings (with Jane Ray) Penguin, 2006





Talento

Esta es la palabra cuerda floja. Ahora imagina
a un hombre cruzándola en el espacio
entre nuestros pensamientos.
Nos deja sin respiración.

No existe la palabra red.

Quieres que caiga, ¿verdad?
Lo suponía; se tambalea pero lo logra.
La palabra aplauso se ve escrita sobre él.

Traducción de Victoria Martínez Vega



Palabras, extensa noche

En algún lugar, más allá de la extensa noche
y la distancia entre nosotros, pienso en ti.
El paisaje se aleja lentamente de la luna.

¡Qué sensación tan agradable! O afirmo
lo contrario y digo
que es triste? En cualquier caso canto
una canción imposible llena de deseo
que no puedes escuchar.

La lala la. ¿Ves? Cierro los ojos e imagino
las oscuras colinas que habría cruzado
para llegar hasta ti. Porque te amo.

Traducción de Victoria Martínez Vega





Arrebato

Piensas todo el día en mí, yo pienso en ti.
Los pájaros cantan al abrigo de un árbol
Arriba en el cielo, la esperanza de la lluvia,
el inmenso azul,
sin ser el paraíso, se extiende infinitamente
sin rumbo.
¿Cómo es que nuestras vidas transcurren
Tan lejos de nosotras, mientras atrapadas
en el tiempo esperamos la muerte?
Parece que nada cambiará
el patrón de nuestros días, nada alterará
el ritmo que creamos disminuyendo
la asonancia de la felicidad.
Entonces es cuando llega el amor,
como el vuelo súbito de los pájaros
de la tierra al cielo tras la lluvia. Tu beso,
evocador, desensarta, como las perlas,
esta cadena de palabras.
Los inmensos cielos nos conectan,
uniendo aquí y allí el deseo y la pasión
en el pensamiento del aire.






'(Una) Hora'

El tiempo del amor es escaso,
apenas una hora,
brillante como una moneda caída,
enriquece el amor.
Pasamos una hora juntas,
no la gastamos en flores
o vino, sino en la inmensidad
del cielo estival junto a una acequia.
Durante miles de segundos nos besamos;
tu cabello
como un tesoro en la tierra; la luz de Midas
convierte tus miembros en oro.
El tiempo transcurre,
somos millonarias en la ironía de la noche.
Ninguna oscuridad acabará
con nuestra hora reluciente,
ninguna joya puede compararse
con el canto del cuco
colgado de la brizna de hierba de tu oreja,
ni un candelabro o un faro te iluminarían mejor
que ahora. El tiempo odia al amor,
desea empobrecerlo,
pero el amor teje oro, oro, convierte
la paja en oro.

Versión de Victoria Martinez de la Vega




San Valentín

Ni una rosa roja ni un corazón de raso.

Te daré una cebolla.
Es una luna envuelta en papel de estraza
Una promesa de luz
como el delicado desnudo del amor.

Tómala.
Te cegará con lágrimas
como un amante
Te reflejará como una
imagen movida, llena de dolor.

Intento ser sincera.

Ni una bonita tarjeta ni un besograma.

Te daré una cebolla.
Su beso ardiente permanecerá en tus labios,
posesivo y fiel,
al igual que nosotros,
mientras vivamos.

Tómala.
Sus aros plateados formarán un anillo de boda,
si así lo deseas.
Es letal.
Su aroma se aferrará a tus dedos,
se aferrará a tu cuchillo.

Traducción de Victoria Martínez Vega





Los delfines

Mundo es donde se nada, o baila,
así de simple.
Estamos en nuestro elemento
pero no somos libres.
Fuera de este mundo
no puedes respirar por mucho tiempo.
El otro tiene mi forma. Sus movimientos
arman mis pensamientos. También los míos.
Hay un hombre y hay aros.
Y una culpa constante que fluye.

Ninguna verdad encontramos en estas aguas;
no hay explicaciones que tiemblen
en nuestra carne.
Fuimos benditos y ahora ya no lo somos.
Después de viajar en este espacio
por días aprendimos a traducir.
Era el mismo espacio. Es el mismo
espacio siempre y encima de él está el hombre.

Y ahora ya no somos benditos, pues el mundo
No se hará más profundo para soñar en él.
El otro sabe
y por amor me refleja como soy.
Miramos nuestra piel de plata centellear
como el recuerdo de otro sitio.
Hay una pelota colorida
que hemos de balancear hasta que el hombre
haya desaparecido.

La luna ha desaparecido.
Circulamos por gastados surcos
de agua con una misma nota.
Música de la pérdida irremediable
en el corazón del otro que petrifica el mío.
Hay un juguete de plástico.
No hay esperanza. Nos hundimos
hasta el fondo del estanque
hasta que el silbato suena.
Hay un hombre y nuestra mente sabe
que moriremos aquí.

de Standing Female Nude, en La Generación
del Cordero, antología bilingüe;
selección, traducción y prólogo de Pedro Serrano
y Carlos López Beltrán; Trilce, México DF, 2000
Carol Ann Duffy (Glasgow, 1955)





Educación para el tiempo libre

Hoy voy a matar a alguien, algo.
Ya estoy harta de ser ignorada y hoy
jugaré a ser Dios. Es un día cualquiera,
de esos grises en que hasta las calles
se aburren.

Con mi pulgar aplasto contra el cristal
una mosca.
Eso hacíamos en la escuela.
Shakespeare. Era otro idioma y ahora
la mosca es otro idioma.
Ahora respiro talento en el cristal
y escribo mi nombre.

Soy un genio y aunque no haya
oportunidades puedo ser lo que sea.
Pero hoy cambiaré el mundo.
El mundo de algo. El gato me rehúye. El gato
sabe que soy un genio y se ha escondido.

Tiro al pez al baño y jalo la cadena.
Veo que es bueno. El periquito tiene miedo.
Una vez a la quincena camino dos millas
hasta el pueblo y firmo.
No aprecian mi autógrafo.

Ya no queda nada que matar.
Enciendo la radio
y le digo al hombre que habla con una superstar.
Me corta. Tomo el cuchillo del pan y salgo.
Brilla de repente el pavimento.
Te toco el brazo.




El curriculum de la señora Schofield

¿En cuál de las comedias de Shakespeare
Portia le dice a Antonio “debes
preparar para el cuchillo tu pecho”?
¿Quién, enloquecido por los celos,
mató a su esposa? ¿Y qué bruja de Escocia
sabía que llegaba Algo malvado? ¿Quién dijo
“es esto que veo una daga”?
¿En qué tragedia?
¿De quién es el acero desenvainado
que llevó a Tibaldo a la muerte?
¿A quién le dijo “et tu” el César agonizante?
¿Por qué?
¿Ya sabes lo que significa “hay algo
podrido en Dinamarca”? Explica
cómo la poesía acecha a los humanos
al igual que la luna enamorada
a la tierra en llanto, a la tierra en risa.
Cómo hacemos de ella oraciones. Nada
viene de nada: dilo de nuevo. ¿Qué rey
lo dijo? Podemos comenzar.




Taza y Plato, de Oppenheim

Ella me invitó a un almuerzo en piel. Lejos de
las risotadas de nuestros hombres,
revuelta nuestra vida secreta.

Recuerdo sus ojos, la delgada soga
de su columna.
Esta es tu taza, susurró, y ésta mía.

Tomamos el líquido dulce y caliente
y hablamos sucio.
Mientras ella me desvestía,
sus pechos eran un espejo

y había espejos en la cama.
Ella dijo Poné
tus piernas alrededor de mi cuello,
así, bien. Sí.

en Standing Female Nude,
Anvil Press Poetry, 1985


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