jueves, 26 de agosto de 2010

668.- ELOÍSA OTERO


Eloísa Otero (León, 1962). Periodista, escritora y destacada bloguer . Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense. Ha trabajado para diversos periódicos y revistas, como La Voz de Galicia, Atlántico Diario, Diario de Galicia, El Progreso de Lugo, Eco/Revista de Economía Atlántica, El Ideal Gallego y El Mundo de Castilla y León. Ha sido comisaria de la exposición "Visión del frío" (2006), organizada con motivio de la concesión a Antonio Gamoneda del Premio Cervantes 2006

Libros de Poesía:
La fuente dormida (1982). Grupo Editorial Margen, León, 1983
Cartas celtas (1995). Provincia, León, 1995
Tinta preta (1999). Provincia, León, 1999
Cartas celtas y otros poemas (2008). Ed. Leteo, León, 2008



Tres fragmentos "casi al azar" de Cartas celtas

“Lo siento por ti, pero voy a escribirlo todo”.

Tal vez así pretendías que yo me involucrase,

que contara mi versión de esta historia.
Tengo una pequeña ventaja: tus cartas:
Con ese regusto a lo perdido y lejano
de las frases.

Porque quizá se escriba también para que alguien
en concreto sepa…
y aquí la palabra sea ya presuposición, duplicidad,
pérdida.

Ya sabes.

* * *

NO TE FÍES DE LOS MINIMALISTAS

Escuece contestar un telegrama,
conciliar distancias.
No tienes por qué beber esa pócima,
pero si te la ofrecen así…

No hay antídoto. (STOP)


* * *


Tienes razón, soy todo cuanto dices.
¿eres tú el que pareces?
O.J.
(…) Traducción literal:
Si el lenguaje es reciclable esto no es un haiku (…)
Omar Jayyam, su nombre significa constructor
de tiendas,
su cuerpo a manera de jaima dice:
“Gardún negarí ze gade farsudeye mast”
(el universo que contemplamos
es como una cintura pequeñita para nosotros)…





De: Tinta preta



Hay cosas que se vuelven casi una historia
de subordinación
(una trama de personaje y frase
subordinada
a lo pequeño y hueco).
De ahí la búsqueda de gestos
que restituyan,
para los sentidos,
una vida normal
—desde la forma misma
de lo normal sin normas—.
Seguir los consejos de W. Benjamín:
escribir, anotar algo cada día.
Pero las cartas —dices tú—
son mucho mejores cuando ya no queda nada
que contar.

(…) Garrapateo.
Los dibujos son para que recuerdes
Las noches de la luna llena:
quien tiene dos casas pierde la cabeza.
quien tiene dos amores pierde el corazón.




DE LOS VIAJES

Mirar lo que está lejos
dentro del alma.
A. MACHADO


I (navegar)

Las anémonas ocultaron la botella y su mensaje
hasta que el corcho se picó y el agua
disolvió la tinta y el papel.


II (volar)

Un ciruelo y una flor.
(Sueño con la fruta madura)


III (errar)

Extraños silencios los que ponen en camino,
llenos de preguntas asaltadas (y la brújula
para qué la quiero
y el mapa
con las líneas de la vida).

Estoy que no trino. Ahueco el ala.
Lejos de casa. De la nata espesa
y el azúcar.
(Sin crear grandes obras,
sin pasarlo fetén)

El universo, la savia de la vida
es también esto: oler la tierra
húmeda en el luscofusco, recibir una cagada
de cigüeña en la cabeza,
pulsar ese botón extremo y añorar los bosques,
el fuego, el aullido de los coyotes,
la compañía discreta de otro neardental.


IV (emigrar)

Viajar es trazar en el mapa una deriva,
esquivar la catástrofe sin otro rumbo
que la propia chamba.

Pero la suerte se tuerce cuando calcas
la huella
y descubres un ángel
que te protege de todo menos de ti misma.

Si te hubieras quedado donde estabas…


V (explorar)

Recorreremos grandes distancias
con botas de siete leguas estelares,
para no volver.

Evocaremos el origen hasta alcanzar
un punto de no retorno.

(Distancia: la tranquilidad posible)


VI (rodar)

No hay lugar para los pies descalzos
ni orilla de la playa un sol
poniente rojo abismo verpertina
luz. No hay lugar
donde inclinarse o replegar la imagen
que construyes, el olor
ensimismado.


VII (correr)

Hasta virar a casa,
el cuartito, un renglón
y tú seguido









Con El Tiempo Parece Ir Asentándose
La Rancia Teoría...

Con el tiempo parece ir asentándose
la rancia teoría de quela permanencia es la forma,
condición inexcusable de ese silencio
de cuerda tendida que a veces se da.

Ser resulta repentinamente dañino a los muchos
recuerdos.
Panteísmo para aquella necesidad
con toda independencia de quien,
imagen y/o reflejo,
la formaba.
Resulta, de ese modo, difícil contarte
de las cosas.




Lo Siento Por Ti, Pero Voy A
Escribirlo Todo

«Lo siento por ti, pero voy a escribirlo todo.»


Tal vez así pretendías que yo me involucrase,
que contara mi versión
de esta historia. Tengo una pequeña ventaja:
tus cartas. Con ese regusto
a lo perdido y lejano de las frases.

Porque quizá se escriba también para que alguien
en concreto sepa…
y aquí la palabra sea ya presuposición,
duplicidad, pérdida.

Ya sabes.



Te Rescribo

Te rescribo: «La historia de la carta anterior
tiene algún viso
de verdad tan sólo,
la certidumbre de que pueda ser así,
o que se entienda así con ser de otra manera.»

Aquí nada resulta imperceptible:
la palabra es una estrategia.
No hay diferencia entre aquello
de lo que un libro habla y la
manera como está hecho,
y éste es en parte mi relato de tu historia
y de su voz,
pero también un embalaje.





Voy A Engañarte Repetidamente
De Ahora En Adelante...

Cuéntame la verdad, sí.
Pero a ver cómo me la cuentas.

Voy a engañarte repetidamente de ahora
en adelante: en todos los momentos de escribir.
Sin una sola seña
de cómo van las cosas. Para que sólo sepas
lo que pueda leerse
de los hechos:
señas y contraseñas, pendular.




LAS AGUJAS

Las agujas no servían para coser.
En tu casa
las agujas eran fuelles
muelles
antídoto y veneno
aguas hipodérmicas, sin ojo pasen
los camellos,
acupuntura
hipnótica.
La aguja era ouija
deletreando el más allá
bailando
perdidita en la nada
como una miga
de pan.


Está templada la casa
y no sé
por qué no vuelves.





LOS POEMAS

Como enredando hebras de lana virgen
alrededor de un huso
pero sin tiempo para hilar
la hebra
y que crezca larga con las caricias de los dedos
a falta de rueca
hilar al hilo
de los días, hasta que encayezcan
las yemas del índice, del pulgar,
del anular, qué taquicardia…
y sin tiempo para hilar un poema
para tramar
algo
con todas estas crechas, rizomas,
palabras esquiladas que grafitan por libretas
en hebras en tinta todavía
y aún por devanar
qué devaneo
y con mucha
broza.




***



Misión imposible:
centrarse
en la vida que discurre
como un río revuelto,
remolinos.

Dolmen, mámoa, petroglifo,
el vino en la metreta,
es oscuro el pasado, está seca la saliva.

Los recuerdos se trituran.
Llegó el tiempo de hablar sin ser vistos.



***


Un poema de Eloísa Otero para Antonio Gamoneda:

LECCIONES DE COSAS

"Vivir significa asumir la responsabilidad
de encontrar la respuesta correcta a los problemas
que ello plantea y cumplir las tareas que la vida
asigna continuamente a cada individuo.
La libertad esencial es la de elegir nuestra actitud,
sean cuales sean las circunstancias que nos rodean".

Viktor Frankl



— ¿El tiempo cambia las cosas?
— No. Hacer cosas cambia las cosas.
No hacer cosas deja las cosas como estaban.

Mides el tiempo.
Escribes para mantener la calma.

Escribes
y parece que no haces nada ruin,
pero no estás donde tenías que estar.
Es como si las palabras jamás fuesen tan buenas
como para justificar ese acto.

A. G.: "Tú deja que surjan los problemas,
y entonces actúa. No los crees antes de que aparezcan.
Y sobre todo no los multipliques".




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