martes, 31 de agosto de 2010

771.- MURIEL RUKEYSER



Muriel Rukeyser

Muriel Rukeyser (Nació el 15 de diciembre, 1913 en New York City. – Murió el 12 de febrero, 1980) Poeta, traductora y activista estadounidense, más conocida por sus poemas sobre igualdad, feminismo, justicia social y judaísmo. Kenneth Rexroth ha dicho que ella era la poeta más grande de su “generación exacta”.
Sus versos más conocidos son grupo de poemas titulados El libro de los muertos (1938), documentando los detalles del Incidente de la jerarquía del halcón, un desastre industrial en de el cual centenares de mineros murieron a causa de la silicosis.
Llegó a España en 1936 de manera casual. Fue enviada por una revista londinense para cubrir la Olimpiada Popular de Barcelona. Muerte en España. Barcelona en las barricadas fue el resultado de aquella impactante visita para la joven poeta. La evacuación en el barco Ciudad de Ibiza y la desolación de los 500 pasajeros volvería una y otra vez a su poesía.

Su poesía expresa la belleza y la pasión entre lo individual y los cambios constantes del mundo. Mariel era poeta, traductora literaria y activista política. Algunos de los temas sobre los que se apasionaba más era la justicia social. Comenzó su carrera poética ganando el premio Yale para jóvenes poetas en el año 1935 por el libro Theory of Flight. Publicó 19 libros de poesía y cuatro en prosa. En 1967 fue elegida para el instituto nacional de artes y letras. Ella no hablaba abiertamente de su sexualidad, tuvo un corto matrimonio durante los años cuarenta pero también relaciones lésbicas con otras mujeres. Un tiempo antes de morir comenzó a sentir el deseo de ser más abierta sobre su identidad lesbiana participando en conferencias de poesía lésbica. Los detalles de la vida privada de Rukeyser son motivos de especulación puesto que ella misma jamás escribió o habló públicamente sobre su identidad sexual. "Breathe-in experience, breathe-out poetry," escribió en su primer libro y así con ese método siguió el resto de su vida. La aceptación a concurrir a esa conferencia aparentemente refleja su intención de asumir su sexualidad.

Su obra ha sido muy importante para muchas lectoras feministas y lesbianas. Como escritora y activista desarrolló una gran cantidad de actividades durante su vida, desde cubrir las olimpíadas antifascistas en Barcelona en el año 1936, como corresponsal de una revista londinense, pasando por la enseñanza en una escuela californiana, hasta viajar a Hanoi en el año 1972 como embajadora de la paz donde permaneció en protesta silenciosa por el poeta prisionero político Kim Chi-Ha.

Sus poemas son generalmente muy personales y autobiográficos, comprometidos además con el pensamiento de izquierda de los EEUU y reflejan una visión estético política integrada que rechazan las separaciones convencionales entre los público y lo privado. Rompen el silencio también sobre temas no explorados como el sexo, la menstruación, las relaciones materno filiales, y el envejecimiento femenino.





MITO

Mucho tiempo después, Edipo, viejo y ciego,
recorrió los caminos. Sintió un olor familiar. Era
la Esfinge. Edipo dijo, "Quiero hacer una pregunta.
¿Por qué, no reconocí a mi madre?". "Diste la
respuesta equivocada", dijo la Esfinge. "Era la
única respuesta acertada", respondió Edipo.
"No", dijo ella.
"Cuando pregunté qué camina en cuatro patas
a la mañana,
dos al mediodía y tres al ocaso, contestaste
el Hombre. No dijiste nada sobre la mujer."
"Cuando dices el hombre", replicó Edipo,
"incluyes a las mujeres también. Todos lo saben.
" Ella dijo, "Eso es lo que tú crees."





EL POEMA COMO MÁSCARA
ORFEO

Cuando hablé de las mujeres danzando,
salvajes,
fue una máscara,
en la montaña, a la caza de los dioses, cantando,
orgiásticas,
fue una máscara; cuando hablé del dios
fragmentado, exiliado de sí, su vida,
el amor extraviado con el canto,
era yo, desgajada, sin habla, en exilio de mí.

No hay montaña, no hay dios, hay memoria
de mi vida desgarrada, yo misma desgajada
en sueño, la niña rescatada de mi lado,
entre médicos, y una palabra
salvadora desde los grandes ojos.

¡Basta de máscaras! ¡Basta de mitologías!

Ahora, por primera vez, el dios alza su mano,
los fragmentos en mí se unen con su propia música.






ESTA MAÑANA

Despierto esta mañana,
una mujer violenta en el violento día
riendo.
Tras la línea de la memoria
a lo largo del largo del cuerpo de tu vida
donde se mueven infancia, juventud,
la vida del tacto,
ojos, labios, pecho, vientre, sexo, piernas,
contra las olas de la sábana.
Miro a través de la plantita
sobre el alféizar de la ciudad
hacia las altas torres como libros,
entrechocándose voraces,
el río centellea, fluye corroído,
el intrincado puerto y el mar, las guerras,
la luna, los planetas, todo lo que puebla
el espacio en el sol visible invisible.
Violetas africanas en la luz
palpitando en un universo palpitante.
Quiero una paz arraigada, y deleite,
las riquezas salvajes.
Quiero hacer mis poemas sensitivos:
encontrar mi mañana, encontrarte entero y
vivo moviéndote entre la gente anestesiada.

Te digo a través del aire:
hoy una vez más
intentaré no ser violenta
un día más
esta mañana, despertando sin cesar al mundo
en el día violento.

Traducciones de Diana Bellesi



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De Velocidad de la oscuridad

VI. Miro a través de lo real...

Miro a través de lo real
vulnerable complejo desnudo
empeñado en el presente de todo lo que
me es esencial
el mundo de esa historia conduce al ahora.



VII. La vida notifica

La vida notifica.
Te aseguro
existen demasiadas formas de tener
un hijo.
Yo, madre bastarda
te prometo
existen demasiadas formas de nacer.
Todas emergen
en su propia gracia.



IX. A esto lleva el tiempo...

A esto lleva el tiempo.
Dilo. Dilo.

El universo está hecho de historias,
no de átomos.


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Esfuerzo en la conversación entre dos personas


Háblame. Toma mi mano. ¿Qué eres ahora?
Te lo diré todo. No ocultaré nada.

Cuando tenía tres años, un niño pequeño
leyó un cuento acerca de un conejo
que moría, en el cuento, y me escondí bajo
una silla:

un conejo rosa: era mi cumpleaños y una vela
dejó una llaga en mi dedo y yo estaba
predestinada para ser feliz.

Oh, crece para conocerme. No soy feliz.
Estaré dispuesta:

Ahora estoy pensando en blancas velas
contra un cielo como música,
como cuernos gozosos sonando, pájaros
inclinados y un brazo en torno a mí.

Hubo uno al que amé que quería vivir, navegando.
Háblame. Toma mi mano. ¿Qué eres ahora?
Cuando tenía nueve, era sentimental,
fluida: y mi tía viuda tocaba a Chopin,
recliné la cabeza sobre la mesa de madera
pintada y lloré.

Quiero estar cerca de ti ahora. Enlazaría
estrechamente los minutos de mis días,
de alguna forma, a los tuyos.

No soy feliz. Estaré dispuesta.
Me gustaban las lámparas en las esquinas
del anochecer, sencillos poemas.
Ha habido miedo en mi vida. Algunas veces
especulo
Qué tan trágica fue su vida realmente.

Toma mi mano. Golpea con tu puño mi mente.
¿Qué eres ahora?
Cuando tenía catorce, tuve sueños de suicidio,

y permanecí en una ventana empinada,
al atardecer, esperando la muerte:
si la luz no hubiera fundido las nubes
y las llanuras en la belleza,
si la luz no hubiera transformado ese día,
habría saltado,

Soy infeliz. Estoy sola. Háblame.
Estaré abierta. Creo que él nunca me amó:
amó las brillantes playas, los pequeños labios
de la espuma que cabalgan en pequeñas olas,
él amó el viraje de las gaviotas:
dijo con voz alegre: te amo.
Crece para conocerme.

¿Qué eres ahora? Si pudiéramos tocarnos,
si nuestras entidades separadas pudieran
llegar a unirse,
apretadas como en un rompecabezas chino... ayer
estuve en una calle llena, viva con gente,
y nadie dejó una palabra, y la mañana brilló.

Todos silenciosos, moviéndose...
Toma mi mano. Háblame.







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