jueves, 24 de marzo de 2011

3640.- SELVA CASAL


Selva Casal (Montevideo, Uruguay 1930), poetisa de la generación del 60, con un mundo infernal, quebrado, sin resguardos y mucha desolación. Entre sus obras figuran "El infierno es una casa azul", "Vivir es peligroso", "El grito", "Los misiles disparan a mi corazón", "Perdidos manuscritos de la noche".







Los misiles apuntan a mi corazón

Los misiles apuntan a mi corazón
la puerta se cerró
el viento quedó solo
ahora quien puede recuperarle
nadie
donde están los que matan
los asesinos son dulces en mis manos
y mi vientre es un campo de batalla
no conozco a los que me aman y ellos no me conocen
me arrancaron de un vientre de una espada
la noche fulguraba
el sol es triste y duele
es maravilloso estar vivo
es maravilloso estar muerto
arden las ramas las estrellas
mi corazón ardía
el paraíso es así fulgura y duele
huyamos
tocarás mi ventana con una hoja amarilla
y me levantaré desnuda
si sabes mi locura
despiértame
de prisa mátame
no sé quién soy no existo
pero amanezco siempre sorprendida
como de haber estado en algún sitio oculto
aprendí a deletrear tardíamente los colores
y la luz toda fue
yo no quería aprender a leer a escribir
yo no quería nada
me arrastraron
me sujetaron del pelo
me golpearon
los maestros
las instituciones los estados
ahora los misiles la otan
ahora se me caen los ojos
voy por el mundo como un estallido
porque mis amores se asemejan al viento
porque este es un bosque precioso
donde también suceden asesinatos
los misiles apuntan a mi corazón
nos suceden catástrofes
siento una angustia cósmica
nuestros huesos al aire
me abrazo a este planeta me derrumbo
perseguimos mamuts perseguimos la luna
no estamos quietos nunca
todos
en la luz y en la muerte
somos contemporáneos
bien lo saben los dioses las estatuas
el desatino atroz de vivir en un cuerpo solo
ah qué bien ya es domingo
resucitaremos otra vez
no volveré a la escuela esta vez no estudiaré leyes
como en 1960
fue será distinto
en el tiempo de la justicia
pienso en un mar oscuro
en bestias flores
acaso ellos se salven de la perversidad
animales queridos orugas incipientes
las moscas roen nuestras entrañas
la carne constelada de las vacas es azul y renace
las arañas no nos perdonarán
ni los monos que devoramos vivos
al hombre que ayuna tuve en mi vientre
y me dio vergüenza comer
porque nosotros comemos
y envenenamos el mar y las hormigas
Cristo ven
termina simplemente mi esqueleto
Buda ven
entrañas de los niños asesinados
de la niña que fui
vulnerada asesinada
en una escalera
entonces vi cosas hermosas y grité
moría y era hermoso
mi padre se asustó
caían estrellas yo caía
holocausto
las espadas apuraron el miedo
a quien apuntan directamente estos misiles
este reto a la vida
a quiénes esta furia
a quiénes sino a mí.

De El infierno es una casa azul, 1999.






En mí es de noche siempre

Qué tengo yo qué tengo
por qué no tiene fin ya mi delirio
y en mí es de noche siempre
el mar duerme yo no
cansados de girar duermen los astros
cuajada iba la noche de diamantes
bajo el inmenso ojo lunar
hasta dónde los mares primeros repican
tal el caos y el orden
el miedo de pronto aparece
ellos duermen yo estoy alerta
de continuo el mundo me requiere
no es sangre brasas es lo que por mí circula
cuando has nacido no hay dónde esconderse
nosotros convivimos con la nada
perdemos el recuerdo
los días son manzanos ardientes
fruto de una crucifixión
a la que no hemos asistido
cómo podemos seguir viviendo
para ti el holocausto
la sorpresa de ser
como una bengala velocísima desaparezco
hay cuerpos.

De Ningún día es jueves, 2007.







ESTOS FUERON LOS DÍAS SOBRE LA TIERA

Estos fueron los días sobre la tierra
nuestros días
cuando éramos tan pequeños
como sombras de sueños
es cierto que vivíamos al borde de las cosas
sin jamás descubrirlas
y que las tardes se arracimaban dulces
en el umbral de casa?
y que había fechas para sonreír para llorar
y yo no estaba nunca
porque siempre era tarde
porque siempre era ayer.

(De: El Infierno es una casa azul
y otros poemas,
Libros de Tierra Firme, Bs.As.,
1999)







UNA NOCHE DENTRO MÍO UN SOL AMANECIÓ

A Virginia

Yo vi la tierra suspendida
en el pico de un pájaro
y era azul
una noche dentro mío
un sol amaneció
yo he volado sin alas
he vivido sin vida
recuerdo un tren
cruzando un bosque
de noche
eso fue la vida.


(De: El Infierno es una casa azul
y otros poemas,
Libros de Tierra Firme, Bs.As.,
1999)




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