lunes, 7 de marzo de 2011

HUGO GOLA [3.289] Poeta de Argentina


Hugo Gola

Poeta argentino. Nació en Pilar, provincia de Santa Fe, en 1927. Murió el 4 de Julio de 2015.

Cursó estudios en la Universidad Nacional del Litoral graduándose de abogado. Fue profesor de literatura en el Instituto del Profesorado (UNL) y en el Instituto de Cinematografía de Santa Fe (UNL) y coordinó el Taller Municipal de poesía de esa ciudad. Desde 1976 reside en México D.F. donde ha llevado a cabo una importante labor de enseñanza y difusión de la poesía moderna y contemporánea. Allí ha dictado cursos de literatura en la Universidad Iberoamericana y en la Universidad Autónoma de Puebla. Punto culminante de esa dedicación ha sido la creación de las revistas Poesía y Poética (1990-1999) y El poeta y su trabajo (fundada en el año 2000). En el año 1987 publicó el libro titulado “Jugar con Fuego”, Poemas 1956-1984, que reúne cuatro libros anteriores (UNL). Ese libro se publicó también en Francia en edición bilingüe, en la editorial Arcane 17, en 1989. Es autor, además, de una Antología de literatura para jóvenes (Universidad Iberoamericana, 1984). En l996 publicó el libro titulado “Filtraciones”, y en el 2004 la editorial Fondo de Cultura Económica de México publicó su poesía reunida que incluye la totalidad de su obra bajo el mismo título. Tradujo del francés y del italiano a varios escritores contemporáneos (Pavese, Valéry, Reverdy, Bachelard y Michaux, entre otros) En 2004 recibió el Premio Konex, de Poesía, por el quinquenio 1999-2003. En 2007 publicó “Prosas”, libro de reflexión sobre el quehacer poético y crítica literaria en Alción Editora, de Córdoba, Argentina. Y en la misma editorial apareció su libro de poemas "Retomas" (2009) y Resonancias renuentes (2011).



silbidos en el oído distraído...

es cierto
que de la
oscura gravedad
de algunos giros
nace
a veces
un resplandor
irreprimible
que desborda
la inactividad
de los días

sí es cierto

que la
gravitación
de unas
palabras
revela otras

no hay duda
no la hay
que aquellos
sonidos
afilados
abren la entraña
la perforan
sacuden la
superficie
entredormida
y traen su paso
hacia la hoja
tímida
ciñéndola
hasta estallar

fueron apenas
soplos
sílabas
silbidos
en el oído
distraído
pero la mano
moviéndose
ahora
por oír
la voz interna
que borbota
rumores
viene de
aquella
vibración

y enfila
plegarias
ecos de
aquel murmullo
astillas
de un tumulto
luminoso
de un derrumbe
armónico
apenas percibido
en el comienzo
del alba

(De: Retomas)
(Selección: Iván García)





a fuego lento

cociné
salmón rosado

no sólo para mí

su sabor
resultó delicioso

tal vez
por eso

precisamente
precisamente


(De: Retomas , Alción, 2009)



me hubiera gustado...


me hubiera
gustado
a mi también
como aquel viejo
de Wallace Stevens
en China sentado
bajo un pino
refugiarme
bajo un árbol
cualquiera
bajo
un sauce
o un fresno
a reposar
y repasar
momentos
vividos
mirar de paso
pasar
como aquel viejo
no las alondras
que no he visto
nunca
sino las bandadas
de patos
y bandurrias
renovadas
sobre ríos y
lagunas
en un cielo
total
sin una nube

reposar
mientras el viento
trae sus voces
y un silbido
tenue
acompaña intervalos
luminosos
u oscuros

el reposo
recupera
mas el reposo es
también
un salto

estar sentado
bajo un sauce
y sentir correr
el río
aunque no lo veas
y sentir volar
bandadas
de cuervos
o caranchos

alejarse
alejarse
sumergirse
en la imprecisa
sombra
dejar
que vuelen
las aves
en círculos
muy altos
y que vuelvan
aquellos
círculos

atrapar
ahora
aunque desde otro
extremo
como aquel viejo
de China
el vuelo de las
alondras
o el grito agudo
de los pavorreales
desde los
bordes que asoman
en las orillas

estaban allí
en reposo
y vuelven
perfectos
soberanos
imborrables


(De: Retomas , Alción, 2009)




ALTO EUCALIPTO GRIS

Se mueve
y baila
entra en las nubes
o queda
quieto

Horada el cielo
lo cubre
para mis ojos
que largamente
miran

Vuelve a bailar
incesante
sin pedir nada
moviendo apenas sus ramas

Pasa por el tiempo
se envuelve con el tiempo
me aplasta con su tiempo
alto eucalipto gris
indiferente
erguido
como yo quisiera estar
cuando me toque
bracear
en el oscuro río
caminar
sobre la arena blanca
del desierto

Bailaría también
tu danza
pero no aprendo
pero no puedo
balancearme así
todavía
en el aire oscuro
de la noche



SE OYE

un murmullo
a la distancia
el viento pasa



vuela una hoja
el sol se apaga
el agua cae



cierro los ojos
desde el silencio
oigo una rama




Si sólo fuera un soplo

el amor poco valdría
si fuera sólo un fuego
el paso de los días lo apagara
si un agua suave fuera
el sol lo absorbería con su llama imperial
qué es entonces
si no es soplo ni fuego ni agua?
tal vez sea una sed
que clama un llamado que no puede
ser oído una memoria que traspasa
los días un olvido que vuelve
y vuelve
más vivo que todo lo vivido






Hilos cambiantes.
Antología de poemas de Hugo Gola


(de Jugar con fuego)

Y además
mi corazón
tiene la culpa
porque nació
tan tibio y sorprendido
y yo también
un poco
y este cielo
y estás mañanas libres
y estas calles
por donde el aire estalla
y este gran infierno de los hombres
tiene la culpa

Pero
sobre todo
mi corazón
que no me deja
mi corazón
que me derrama
y me pierde

La culpa es mía
la traigo desde lejos
pero qué puede hacer
sino vivir así
y andar a cada rato
con un dolor
y un sueño
custodiándome

Qué puedo hacer
si el corazón
me vino enorme
y tiembla
por cada soplo liviano
qué puedo hacer
sino abrazarlo
o cuanto más
echarlo al aire

….

Aquí
yo
y el tiempo
y todo lo demás
y tu corazón
alto y presente
sediento todavía

Apresúrate
que crezco
hasta estallar

Oh qué dulzura
la de este cielo herido
la de esta nube
arrastrando
como quien dice
el ala
sobre mi cabeza

Quiero
aquí
todavía  no

Levanta corazón
tu puntería
no te derrames

Me moriré
de puro amor
vacío
me quedaré una tarde
en mi terraza abierta
con las manos sin frutas
de puro
puro
corazón que soy

…….


¿Ves esa niebla que anda como desprendiéndose del río, la
ves ahora, casi rozando el suelo, acariciante y huidiza sobre
los pajonales secos, amarilleados por la escarcha de un otoño
desmedido? Son nubes, nubes que han bajado, cansadas de
tanto movimiento puro, sin apoyo, deseosas de sentir la solidez
tozuda de la tierra, su beso opaco.

…….

De cuanta inclinación
estamos hechos
de cuántos hilos
decaídos
y sin embargo
somos
otra sustancia
una piedra
quizás
o una legumbre
un alambre sonoro
pero no un hueco

Quiero abrazar
lentamente
el aire
palparlo
reconocer
su agudo crecimiento
quiero beber
la espuma
toda la espuma de los soles
y la tempestad
y todo ese viento
azul
que asume la mañana
y tocar mis piernas
recorrer su lento límite
pero sabiéndolas
simples
y útiles
e inacabables
como cualquier estrella
o mucho más

Estamos tan ciegos
estamos hechos
con una inclinación
y una plegaria
y sin embargo
somos tan enhiestos
como la hierba
tan hondos
como el agua
la piedra
o el canto del océano
que nunca acaba
ni declina

Estallamos de pronto
y sin saberlo
cuando la tarde
doblega su rostro
y temblamos
como si el sol muriera
para siempre
como si acabara
detrás de esa cortina
liviana
que el teje el horizonte

Somos más que la hierba
y la plegaria
unidas
somos más que el cielo
infinitamente vacío
y desgarrado
y sin embargo
tenemos siempre el llanto
atado aquí
mientras la aves
renuevan su susurro
y los amaneceres
arrastran otra música

La tierra
no ganó lo que pensaba
se hizo más triste
con nuestra pobre luz
y comenzó a inclinarse
más allá de la pregunta
y a destilar
las últimas gotas
del sueño
a triturar los goces supremos
del aire
y la estación

Mas no alcanzó a saber
por qué la muerte
y el silencio
doblan la felpa tierna
de nuestras rodillas

No es el momento aún

Todo vendrá
sin embargo
con las nuevas legumbre
con los vinos sabrosos
de un verano
sin término

Todo vendrá
cuando los músculos
ensanchen el área de su luz
y las voces alcancen
la nueva esfera
que ya planea
detrás del horizonte
más allá de las estrellas
y de los surcos sangrantes
de estos días



(de Siete poemas)

VII

Shiki soku ze ku
 Ku soku ze shiki

                                   Los fenómenos no son diferentes de ku
                              ku no es diferente de los fenómenos
                                                                 Hannya Shingyo

La mañana tocó
el párpado
abrió abrupta
el ojo semidormido
la mañana
forcejeó
con su fuerza de luz
penetró debajo del párpado
y se incrustó
abrupta
bajo la telaraña
de sombras
dormida todavía
shiki fenómeno de luz
de la mañana
incrustóse debajo de la
telaraña
extendida
del párpado
bajo la sombra tenue
de la telaraña
juego de la luz
abrupta
y de la sombra
obstinada
la mañana
y la noche
encontrándose
bajo la bóveda
incierta
de un ojo
bajo el sol oscuro
todavía dormido
shiki soku ze ku
golpe
tamborileo
tenuemente
toque
despierta
deshollina los restos
de la noche
tendidos bajo párpados
de sombra
ku soku ze shiki
nada es distinto
no son diferentes de ku
los fenómenos
ni ku es distinto de
los fenómenos
luz golpea
tenuemente
sobre sombra
sombra y luz
intercambian
tenuísimos golpes
golpísimos tenues
cambian de máscara
una asume a otra
sumiéndose una en otra
en la espiral reversible
del ascenso arduo
del abrupto descenso

La mañana es ku
y ku es la mañana
claridad de sombra
párpados de luz
giran persiguiéndose
en el aire
dentro y fuera
piel        caparazón        cáscara

todas vuelven del revés
su sustancia
dan un vuelco
desenrollan el cuerpo
huidizo
de la espiral
traspasar la máscara
desovillar
el hilo anudado
volver a tejer
la telaraña de la sombra
minuciosamente
con el hilo de luz
del manto oscuro
sacar las hebras
una a una
y
pasarlas por la incierta
mañana que nace




(de Filtraciones)

El sauce sacude su follaje
la palmera sube alta
por encima del níspero

entreveo un cielo borroso
detrás de las hojas

pálido y seco asciende
el día del verano

temprano desde mi balcón
oigo el rumor del viento
y de los pájaros

¿es éste el silbido del zorzal?

a los sesenta todavía te confundes

…….


No más acopios
inútiles
ni enseres
ni baratijas
ni repisas
sólo paredes blancas
un pantalón
una camisa
una campera de cuero
un pan para cada día
una mínima cuota de carne
poca verdura
alguna fruta
qué más?
tardes vacías
para subir al cielo solitario

Recién ahora empieza
la gimnasia


…….


Las golondrinas
vuelven
antes se van
para volver
a su         a su
rutina
de golondrinas
volver
rutina
mas si uno
se va
si uno        uno
volver
no sé           no sé
ellas
nunca se van
pero uno se va
y volver
no sé        no sé
no es golondrina
uno
no sé qué es
uno
para volver
no sé
qué es


…….


Ni ave de verano
ni murciélago ciego
ni escorpión
ni trompo
ni salida

la garza que sube
solitaria
el insecto
que se arrastra
o vuela
la danza
sólo la danza
que arrasa voraz
y toca    vibra
enciende     se deshace
¿es ésa la sustancia?

del brazo
del ojo
de la flecha que perfora
cuerpo y aire
que enlaza    sube    recupera
la blanda flecha rígida
diurna
que sigue y sigue
hasta cruzar el blanco

no es así
no debe serlo
ni vos siquiera
ni el distante
ni nadie    nadie
oscuro
un poco más atrás
del sótano
en la ciénaga
en el nudo de la entraña
detrás del nudo
más hondo
donde nadie alcance
donde ya no haya
clave    ni llave
ni litigio
que se cierren las puertas
las ventanas
las rendijas
que se tape la luz
y todo caiga
a un pantano de sílabas
a una mezcla terca
final    escurridiza

es dependencia
el ave    el murciélago
el intento

si borra
que se borre todo
si se niega
que se niegue
que no quede cruz
ni sol    ni símbolo
ni barro    ni plegaria
que caiga al fin
la luz
la flecha
el blanco
que no quede rastro
ni rostro
ni salida
ni para el yo
ni para el tú
ni para el vos
ni el todavía

que te enceguezca el blanco
que arda la zarza
que el cielo se escurra
y precipite

….…


1

Caminó. Largo. Largo.
Calles oscuras. Con polvo
En la mañana. También en
tardes. Pasos medidos o perdidos
Caminata sin ir. Borrar. Borrar.
Siempre el mismo. Camino.
A veces, otro. A veces
también hasta el río
o hasta el lugar de los muertos.
En el calor. En la
mañana, en la tarde.
Bajo el sol y el polvo.
Insoportable la tarde
de verano. Y el
viento. El viento.
Sólo andar. Sólo.
Hasta el río. Sin mirar.
O mirando. Mirando.
El mirar a veces
ayuda. El mirar lo ya
visto. Acompaña el andar.
Poco que ver. Lo mismo
siempre. A veces con
viento. A veces sin.
O con lluvia, o sin.
Y si sin, el polvo.
El polvo que inunda
el andar. Que crece
y sube y estalla en el
aire. El polvo que cae
y detiene el andar.


2

El andar a veces
rodea el río o el lugar
de los muertos
que pensó su lugar.
Los pasos gastan
parte del tiempo.
Hasta el río
ida y vuelta. En horas
de sol. La caída del
sol. Entonces recoge
sus pasos. Se repliega.
El camino mil veces hecho.
Mil. Diez mil. Sin sorpresas.
Repasar lo sabido. Mientras.
Mientras. Repasar lo visto.
Lo mismo visto. Lo mismo
oído. Del camino. De los
ojos. Circular. En círculo.
De la casa al río y vuelta.
Ya sin mirar. Sin ver.
Un aire amarillo arrasa
el rostro.
Y todavía caminar.
En la tarde no.
En la noche. En la mañana.
Para iniciar. O despuntar.
Más solo. Ya sin. Cumplido
y vacío.
Repasar lo sabido. Todo en
suspenso. Cabeza desnuda.
El calor. El sol. Qué hacer?


3

El polvo blanco
blanquísimo. Casi arena
muy fina
casi polvo. Pero quieto.
Las suelas ardiendo. Esos
perros. Ya ni miran.
Semi-dormidos. No ladran.
No miran. No duermen.
El círculo otra vez.
Buscando. ¿Qué?
Como si hubiera. O mientras.
Mientras tanto. Qué más se
puede? El viento cruje
¿o es el polvo?
¿o es la noche que cruje?
¿o es el cielo?
que no había visto
ni mirado.
Nada fue allí. Nada hubo.
Nada allí pudo ser. Se creía.
Pero no. Nada fue.
Tiempo vacío. Pasos cir-
culares. Una vez hasta el río
y vuelta. Hasta las tumbas
y vuelta. Rodeado de zumbidos
y polvo y viento. Del propio
silencio. Lleno de pasos.
Del andar. De la ida y la vuelta.


4

Del mirar vacío. Del andar
vacío. Sin palabras. ¿A quién?
Al polvo? Al viento? Al río?
A las tumbas?
Retirado. Recogido. Pertrechado.
Aguarda. Para que nada hiciera
mella. Pero todo lo hacía.
Los pasos. Recorrer. El polvo
un día. Otro día. Y el calor.
Mientras. Mientras. Todo era
mientras. Lo supo. Lo quiso.
El río, las tumbas, el camino.
Nunca nadie. Nada allí pudo.
Ser. ¿Para qué, ya? Se cierra
el círculo cuando
la noche
cae.



(de Ramas sueltas)


Desde mi ventana
veo
las ramas oscuras
del jacarandá
el viento del atardecer
apenas las mueve

tan distinto del otro
distante y quieto
florido siempre
erguido
en la fosa
apacible
de la memoria

…….


Ella
afirma o interroga
en su enigmático lenguaje
“es el recuerdo, sobre todo,
asunto de ramitas, hojas, hierbas,
piedra” (H.D.)

y seguramente alude a la llama
viva de su propia memoria
pero ¿qué es el recuerdo para
otros?
qué es para vos el recuerdo?
también hay ramitas y hojas y
hierbas en algún fulgurante momento
pero no están sueltas, separadas,
únicas y ardiendo     para siempre,
ellas son parte de un río
que corre en la llanura
vuelan sobre la costa abrupta
y dejan de ser
cosas sueltas y vibrantes
se integran a un movimiento
arrastradas y pierden su
comienzo
se ocultan y aparecen
vuelven una vez
y otra
y otra
hay hierbas aquí y allá

…….



Como antes
llega ahora esa ráfaga
no es un milagro
lo que llega
una sílaba que suene
basta
un ruido mínimo
la sombra que cruza
la ventana
el cielo vacío
de septiembre
la hoja que cae
una luz que se apaga
y todo brota de nuevo
sube
estalla
desborda
como antes

…….


El momento final
será el del fin?
te aferras a este
pedacito de luz
a esta hora repleta
de objetos libros lámparas
o vacío si miras mejor
uno viene de qué sombra
y a qué sombra inútil va
va  viene  va?
poco   poco   se sabe
por qué tanto entonces
una nada -menos
que una nada-
perderla qué te da
o no es la pérdida
de aquello que no es?
qué es entonces
propongo pasar sin
prisa la línea
cruzarla como se cruza
un puente
por última vez
y llegar liviano
a la otra orilla
tal vez silbando
y nada más.



(de Retomas)

flores rojas
sobre un fondo
verde
y atrás
lejos
un cielo bajo
con manchas
negras

el cuerpo
se abre
de gozo

se expande
y fluye
en un ritmo
liviano
y lento

esa dicha

flor
árbol
cielo
súbitamente
se hunden
en un charco
de suburbio

la fiesta
se borra

poco a poco

…….

retornas
saltas
hacia atrás

lo que pasó
se desvanece

aquello
que pasó
la  lluvia
el barro
las palabras

ínfimos brillos
semiapagados

apenas
crestas
que huyen

atrás
las pocas
semillas

la humedad
el hilo
del agua

aquí
ni eso
el sol
se precipita

y cae
al vacío

caen
también

las cruces
los ríos
las miradas

…….


un trazo
un trozo
un tono
un toque
un punto
que vibra
una línea
que vuela
una mancha
de sombra
un círculo
puro
aquí
o en el
cielo
quizá sean
el augurio
la clave
el indicio
secreto
para la
vida
o para
esta tarde


…….


no es
tan probable
que reviva
la flor

arrancada
y puesta de
nuevo

sobre
el tallo

una vez
que
la vida
se
corta

ya no
vuelve
así es
ella

frágil
tenue
intratable











.

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