martes, 7 de septiembre de 2010

927.- DULCE CHACÓN


Biografía de DULCE CHACÓN:
Nace en Zafra (Badajoz) en 1954 y muere en el año 2003.

Aunque a la corta edad de once años muere su padre, ha sido tiempo suficiente para inocular en su hija la pasión que sentía por la poesía. A su madre, le debe la que hereda por la lectura. De la conjunción de ambas pasiones nace la palabra de Dulce Chacón.

Desde muy joven empieza a escribir poesía, novela y teatro aunque no es hasta 1992 cuando publica su primer libro de poemas, género en el que confiesa sentirse más cómoda... “porque la capacidad de sugerencia de la poesía es superior a todo lo demás”.

Socialmente comprometida con lo que acontece en su entorno, forma parte de la Plataforma de Mujeres Artistas contra la Violencia de Género, tema que aborda en su primera novela que lleva por título “Algún amor que no mate”.

También contribuye con la fuerza de su única arma, es decir, su palabra, con la Plataforma “Cultura contra la guerra” en la actividad pacifista que este colectivo despliega frente a la guerra de Irak.

Como integrante de 'Mujeres contra la guerra', viaja junto a otras representantes del mundo de la cultura hasta Irak con el objetivo de conocer de primera mano la realidad de ese pueblo y manifestar su oposición al ataque liderado contra el mismo por el gobierno del presidente americano Bush.

Gusta también de ir por los colegios tratando de atraer a los a los más jóvenes al mundo de la lectura... “el otro día vi una encuesta que me dejó estupefacta, y decía que en primaria había un 80% de apasionados lectores, y que cuando llegaban a secundaria quedaba el 8%. La lectura es apasionante, la prueba es que a los niños les encanta leer, les encanta los cuentos. Lo que pasa es que no sabemos cuidar eso ni transmitir la pasión de la literatura. Cada edad debe tener sus libros. Ahora los niños leen a Harry Potter, pues que lo lean, porque a lo mejor, dentro de unos años, eso les lleva a Proust”.
Como poeta publica los libros de poemas 'Querrán ponerle nombre' (1992), 'Las palabras de la piedra' (1993), 'Contra el desprestigio de la altura' - con el que logró el Premio de Poesía Ciudad de Irún en 1995, y 'Matar al ángel' (1999).

En la narrativa nos deja, 'Algún amor que no mate'(1996), 'Blanca vuela mañana' (1997), 'Háblame, musa, de aquel varón' (1998), 'Cielos de barro' (Premio Azorín 2000) y 'La voz dormida' (2002).

En “La voz dormida”, premiado como Libro del año en el 2002, nos presenta una realidad ficcionada que le lleva cuatro años de recogida de testimonios personales y narra la historia de las mujeres que se vieron obligadas a guardar silencio tras la guerra civil, esas voces acalladas, que permanecieron en la sombra... aún incluso cuando las de ellos, los vencidos, fueron recuperadas.


Mujeres que sufrieron una doble pérdida. Por un lado, la de un gobierno legítimo votado democráticamente en las urnas, por otro, la de unos derechos civiles como género conquistados en la República, que les concedió un estatus jurídico del que ya no volvieron a disfrutar en muchos años.

Dulce Chacón procedente de una familia conservadora, siente una gran inquietud por conocer la otra versión de lo acontecido y situar la memoria histórica en el lugar que le corresponde. Considera que la guerra civil acabará cuando las personas derrotadas también puedan contar su verdad... “no es ira ni revancha, sino un deseo legítimo de recuperar una memoria olvidada y secuestrada”.







La construcción de un sueño

Siempre hay tiempo para un sueño.
Siempre es tiempo de dejarse llevar
por una pasión que nos arrastre hacia el deseo.
Siempre es posible encontrar la fuerza
necesaria para alzar el vuelo
y dirigirse hacia lo alto.

Y es allí, y solo allí, en la altura,
donde podemos desplegar nuestras alas
en toda su extensión.

Solo allí, en lo más alto de nosotros mismos,
en lo más profundo de nuestras inquietudes,
podremos separar los brazos, y volar.



CIUDAD DE MUJERES




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Si la mar engaña

A Juan

Habladora la mar, habladora:
puso a mis píes diecisiete caracolas
y nada me dijeron.
¿A quién puedo pedir que me resuelva
la palabra instante?
Sé que hasta aquí me trajo el azar,
el color de tus ojos es regalo de dioses
que yo no conozco.
¿Diecisiete días
hacen un instante?

:pregunto a la mar
y a tus dioses.







A JOSÉ COUSO.

Nadie nos dijo
que la desolación llevaría
tu nombre.

¿Hacia dónde mirar?

¿En qué rincón podremos
amamantar esta tristeza
tan recién nacida?

Nadie nos dijo
que el dolor nos vencería
en tu perfil.

¿Dónde encontraremos
un lugar para el llanto
después de haber mirado
la boca del cañón que te miró
y miraste?

¿Dónde?

¿Dónde,
cuando sólo nos queda
el hueco que anidó un disparo?

Nadie nos dijo
que con tu sonrisa se contaría
la historia.
Tinta desolada
que rescribe Bagdad.







Contra el desprestigio de la altura

Si la fascinación fuera hermana
de la cautela
el precipicio no tendría
un balcón.

No penséis en escaleras.

Preguntaos
si no es mejor abrir los brazos
y hacer que el cuerpo se adelante.

Si tuviera peldaños el azul
¿qué sería del águila?

Dejad que la cautela
encuentre su linaje

Publicado en 'Cuatro gotas'
por Eliago Ediciones, Castellón 2003








Automutilación

No tiene
sino un surco
en la espalda.

Un tajo.

Allí
donde dio cobijo a un sueño.

No tiene dolor
sino memoria
del espanto.

Un hueco

y el recuerdo de su mano
asistida de furias.







Después Del Accidente

A Lourdes Gutiérrez

Despierta, amor,
¿qué es esa palidez?

Nunca has dormido así.

Despierta,

dormir es un incómodo letargo,
es un caparazón sin prisa
? y hacia dentro ?
y crea hábito de lugar,
inmóvil.
Muda es la prisión

… y ayerme dijiste
hasta mañana.

¿Por qué tienes
afilada la nariz?

Despierta, no insistas
en esa quietud.

Abrázame otra vez.




Matar Al Ángel

Nadie escapa
a la desmesura de la rosa.




Conozco el perfil
de la distancia

agazapada en rostros íntimos
el acto de ocultarse
la delata.

Es mi ojo
el que pregunta.









ARENA ENTRE MIS DEDOS QUE RESBALA

Sólo te tengo
el tiempo
en que te escapas.

Placer y dolor
coinciden.
Tenerte
levemente
perderte.

Tú me diste
la palabra mientras.

(De Contra el desprestigio de la altura,
Cuatro gotas, Castellón,
Ellago Ediciones, 2003, p. 88).





QUERRÁN PONERLE NOMBRE


Se encontrarán
el tiempo y el olvido
en un ángulo recto,
en un espacio silencioso y solo
donde el vértigo se hace
con la línea que deshace la memoria.
Llegarán cada uno por su lado,
el olvido
con las horas muertas en los brazos
y el tiempo
con los recuerdos por morir.
No habrá lugar allí para ninguno,
desde el vértice verán
la extensión blanquísima
donde desaparecen
blanquísimos
los sueños.
Sin asco lo verán,
sin sorpresa y sin asco,
sólo un tenue dolor que se insinúa.
Y querrán ponerle nombre."




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