MARTÍN MOUREU
BIOGRAFÍA OFICIAL
Poeta inédito, nació en Ayacucho signado por Capricornio. De carácter precoz, de su temprana infancia datan sus tramas policiales “¿Quién me usó el cepillo dental?” y “¿Dónde se escuende el duende?”. En su adolescencia lideró la banda heavy metal “Esqueletor”, de escasa repercusión. Entre sus éxitos deportivos cabe señalar que llegó a jugar de 8 en Juventud Unida y que le pegaba con las dos. Su polémico “Ensalada rusa entre otras recetas” hubiera merecido la censura de la última dictadura militar. Con “La malcogida” (zamba de doble sentido) incursionó exitosamente en el folklore pero la consagración definitiva le llegó de la mano de “Foucault y su verdad de milanesa”, iracunda diatriba donde refuta al filósofo francés sin saber que era pelado. Cabe mencionar también que escribió un tema para Divididos: “El agua y el aceite”. Actualmente se encuentra preparando una traducción de Poe denominada “Del latido delator y de más relatos”.
BIOGRAFÍA NO AUTORIZADA
El autor del best seller “Cómo golpear a una mujer sin dejar marcas” nació en Ayacucho signado por Capricornio. Una tarea escolar dio origen a su primer cuento “El Bicho Pateta” que marcaría un antes y un después en la historia de la pornografía infantil de la Escuela N º 1, Domingo Faustino Sarmiento. Entre otras obras, cabe mencionar también “…de bulto bello”, secuela libertina de “Sombras suele vestir”, de José Bianco. En homenaje a las víctimas de la tortura militar tradujo el poema de Whitman: “Yo canto el cuerpo eléctrico”. En la década del noventa conducía el matutino radial “La hora del ajuste” en FM “i” (latina), donde introdujo el uso del reloj de ajedrez en el debate político y desde cuya tribuna pregonó la estatización de los servicios fúnebres. Durante la dictadura kirchnerista debió exiliarse en San Luis donde logró sobrevivir gracias a la explotación de un pequeño pool sojero. Su última novela “Prohibido girar a la izquierda” le merece un premio Clarín.
Nacimiento del agua
Sin motivo aparente se interrumpe
la trasmisión satelital dejando
un fondo lluvioso de pantalla.
Otra vez un documental de ballenas
que no termina como uno quisiera.
Una respuesta, acaso, observe
desde la repisa. Agua: anunciaba
la virgencita que muda de color
según el clima. ¿Quién podría
rechazar esa verdad revelada? Por
lo pronto, habrá que, definiendo
un contorno de situación, resignarse
a una noche sin tele, no queda otra,
recalentar los fideos a baño maría.
Más que acostarte en la cama esa,
herencia de mamá, placentera, te
debiera afectar de modo semejante
a la gravitación del mar cuando
dormimos de la playa a dos cuadras.
Agua: medio vaso aliado del celular:
alarma activada. A propósito, ponés
la radio sin sintonizar ninguna
estación, sumergiéndote en esa
lluvia finita que te hace dormir.
Como las ballenas, la realidad muere
aplastada por su propio peso.
Conforme tu cuerpo se concentra
en posición fetal, entrás a soñar,
a recordar en sueños, la placenta,
el nado prenatal, lo que sueñan
entre la panza los bebés, la marea
interior de la gran ballena blanca.
¿Qué tan estrecho podrá ser ese
margen de fluctuación, borde
entre lo flotante y lo sumergible?
Algo que escapa a cualquier
sano intento de comprensión.
Aun así no haya lágrimas si,
extravío, despertases de golpe,
tomate el vaso de agua, mineral,
asomate a la superficie y respirá
hondo, con calma, tomátelo que
en el dial esas interferencias
no enuncian tormenta eléctrica,
apenas un mensaje de texto cae
atravesando la radio con
una cadenita de la virgen
maría desatanudos o una
de esas que te conceden
los tres deseos.
La llorona
Mi vieja era medio rara,
le rezaba a la estampita
esa de Perón y Evita
antes de acostarse para
que a mí nunca me llevara
la llorona me decía.
Por eso que me ocultaba
abajo la cama mía
cada vez que se escuchaba
la sirena policía.
Cogollo
¿Viste cuando te bañáis con
el calefón enchufado?¿Cómo
confundirse yoga con yogur,
el buda y el budín?¿En qué
semeja puto cuadrúpedo a
centauro con cara de caballo?
¿Con coca cola nunca regaste
las plantitas?¿Nunca mordiste
un pan de la edad de piedra?
¿Átropos salta u ¿Atlas soporta
Atlas soporta? u Átropos salta?
¿Viste que los desaparecidos
todos reparecidos son?¿Tendencia
a quedar pelado o será una
ilusión óptica? ¿Con anteojos 3d
podría este desfasaje encauzarse?
¿Estás OK o ¿Estás KO
estás KO? o estás OK?
No vidente
Nunca te animaste
abrir los ojos
abajo del agua.
Nunca te animaste
a coger
con la luz prendida.
Nunca te animaste,
nunca
te animaste.
Según un trovero de fines del siglo doble equis
Que el gordo Gorosito,
el único en el suburbio
que tiene Direct TV
y un tele en el dormitorio
y su dormitorio propio,
nos cuente cómo en el cine
cogen con subtítulos.
Atrás de la vía
Salís de tu casa por Arenales.
Una pendeja que no sabés
te saluda por tu nombre,
en el bolsillo de atrás
se le nota el relieve
de un marlboro de diez.
No haberme volteado a la rolinga
el día ese que la apreté
en el baño de damas,
jugar a pasarnos el chicle
era el único lenguaje viable.
Reunión en torno
a un capot levantado, doblás,
NO HABRÁ NUNCA GORILAS EN LA GLORIA
reza un graffiti sobre el paredón
del Estadio y la letra
se parece a la tuya.
Superado el estupor inicial
la secuencia se acelera,
un remis que se pierde de vista
mientras el ruido gasolero del motor
te devuelve al 504 de tu viejo.
¿No te das cuenta estás
siguiendo el recorrido mismo
de hacer los mandados?
Otra vez te quedás con ese vuelto,
cosas que en un rato habrán
pasado y en unos días
no habrán pasado nunca.
Sin ir más lejos, mirá,
un perro meando
indica
el lugar del accidente.
hamacaparaway@hotmail
Si te además y más en putas
ganas, si en desatendida cama
masturbases tu insomnio, si a la insípida
rutina como al fideo recalentado
o de caída en un melancoholismo
que nos hubiera proletariado tal
resentimiento: capital simbólico
acumulándose en un cuarto oscuro de la
nuestra conciencia de clase. Ay
allá paraguay: cada cinco
cuatro mueren sin vista a la mar.
Tocaya la tacuara y de luna
subtropical. Relamiéndome
en seminal semántica te invito
amacanarte de antemano,
a placer conmigo y completo,
que poses no euclidianas
en mi hamaca paraguay.
Flujo candente en turbia madre-
selva, billetera de pura comisura,
así me abra la noche y media.
A cara me lame la manzana,
hamacando en mi cintura de cumbia
acabaremos cuánto hasta perder
la cuenta como si la deuda
externa no acabara. Encima
este físico bárbaro te pesa
lo que una billete de a ciento.
Sin tácticas (II)
Patria para firmar pactos de sangre
además la atracción que ejerce un cuerpo
en la naturaleza de otro cuerpo,
las ganas de rimar sangre con sangre.
¿Abreviarán el tiempo de la patria
los callejeros nombres de algún barrio?
Hoy encontraron dos cuerpos en mi barrio,
también dieron su sangre por la patria.
(Ver: “Un experimento con el tiempo”,
de Dunne, “La llama doble”, de Paz, “Cosmos”,
de Carl Sagan, Laercio: quinto libro.)
Y sin más (sin más pérdida de tiempo)
en sangre cuerpo barrio patria cosmos
la fórmula resuelta de este libro.
Copyright
Haz de este libro siete (7)
copias y repártelas
entre tus seres más queridos
que en una semanita a más
tardar serás gratificado.
Subyugantes textos, sisisi.
ResponderEliminarPor esas cosas que pasan en las redes de esta red, me llegó tu libro "Sin tácticas" a la bandeja de mi correo.
ResponderEliminarLo abrí, lo tanteé y lo leí... no puedo evitar leer. Uno, dos, tres, cinco , ocho poemas.... y acabé por bebérmelo todo.
Por eso te he buscado y, qué mejor sitio, que éste que nos presta Fernando Sabido.
Un placer,
Laura