domingo, 29 de agosto de 2010

733.- HENRIK NORDBRANDT


Henrik Nordbrandt. Nació en 1945 en Copenhague (Dinamarca).
Varias veces candidato al Nobel, el danés Henrik Nordbrandt está considerado como uno de los máximos representantes actuales de la poesía nórdica. En la universidad estudió lenguas orientales. Huyendo de la rigidez de la época, pronto abandonó su país y se trasladó al sur de Europa. En 1966 publicó "DIGTE" a los que le siguieron "Partidas y Llegadas" 1974, " Armenia", " Mi vida mi sueño", "84 poemas", "El temblor de la mano en noviembre" y " El amor es como Bizancio" entre otros. Poeta que despierta el interés en su coctel de: - Amor, tradición y modernismo- embriagándonos con su estilo abierto que graba en el fondo la imagen. Jugador de la negación como elemento de retroceso y avanzada su poética es ética y sincera...dejando notaren sus última obra el adelgazamiento de sus versos sin perder la esencia de su significado.
En España ha publicado El temblor de la mano en noviembre (Bassarai, 2003), Nuestro amor es como Bizancio: antología poética (Lumen, 2003) y 84 poemas (Bassarai, 2005).







4

Veinte años tardé en comprender
que yo había nacido desgraciado
porque había nacido. Este conocimiento
me hace sentir a veces muy feliz.

48

En mi juventud viví en dos mundos:
el que conocía y el que no conocía
pero quería visitar. Ahora sólo tengo uno
y no sé si lo conozco o no.

De su libro El temblor de la mano
en noviembre (Bassarai, 2003)







Nuestro amor es como Bizancio


China contemplada a través de un aguacero
griego en un café turco

La llovizna
cae en mi café
hasta que se enfría
y se sobra
hasta que se sobra
y se aclara
de forma que se hace visible
la imagen del fondo.

La imagen de un hombre
con barba larga
en China, delante de un pabellón chino
bajo la lluvia, una lluvia torrencial
que ha cuajado
en rayas
sobre la fachada azotada por el viento
y en la cara del hombre.

Debajo del café, la leche y el azúcar
que están a punto de separarse
bajo el gastado esmalte
los ojos parecen apagados
o vueltos hacia dentro
hacia China, en la porcelana de la taza
la taza que lentamente se vacía de café
y se llena de lluvia
lluvia clara. La lluvia de primavera
se pulveriza sobre la marquesina de la taberna
las fachadas del otro lado de la calle
semejan un gran
muro de porcelana muy gastado
cuyo resplandor atraviesa las hojas de la vid
hojas de vid que también están gastadas
como dentro de una taza. El chino

ve aparecer el sol a través de una hoja verde
que ha caído en la taza.

La taza cuyo contenido
ahora aparece completamente transparente.







En la plaza de Israel

Ojalá nunca hubieras venido
así la noche tampoco habría pasado nunca.

Y ojalá no te hubieras quedado
así la mañana tampoco habría llegado nunca.

Ojalá no se hiciese nunca verano
así el verano estaría siempre acercándose.







Nuestro amor es como Bizancio

Nuestro amor es como Bizancio
tuvo que haber sido
la última noche. Tuvo que haber habido
me imagino
un resplandor en los rostros
de los que se agolpaban en las calles
o formaban pequeños grupos
en las esquinas de las calles y en las plazas
hablando en voz baja,
un resplandor que tuvo que haberse parecido
al que tiene tu cara
cuando te echas el pelo para atrás
y me miras.

Traducción de Francisco Uriz






Noviembre como plomo sobre formas
informes de yeso plomizo.
Unas se reúnen en torno a pozos vacíos.
Otras trepan por altas escaleras,
por altos muros infranqueables.
Sólo el sol es la tumba del último fallecido.



2

El año tiene 16 meses: noviembre
diciembre, enero, febrero, marzo, abril
mayo, junio, julio, agosto, septiembre
octubre, noviembre, noviembre, noviembre,
noviembre.


3

Cuando el sol luce por fin en noviembre
luce con tal fuerza
que hasta los ciegos se sobresaltan
al oír el estruendo de sus sombras.


4

Este es un buen país para morir:
en medio de la llanura infinita
hay una tienda de campaña.
La tienda está abierta
a los cuatro puntos cardinales.
Tú no puedes pensar más allá del viento
y las estrellas.


5

Así como una vez te encontré bajo las estrellas
en un portal vacío donde tus ropas flameaban
de manera que eras una nueva mujer a cada instante
pude finalmente ver cómo eras, bajo las estrellas.


6

En la corte del Sultán yo no era escanciador
sino uno de aquellos que lavaban los pies
a los huéspedes.
Vi donde habían ido los otros y por eso
nunca levanté la mirada hacia nada
que no fuesen estrellas.

De: El temblor de la mano en noviembre









Puentes de sueños.


Traducción Francisco J. Uriz. Visor 2.008.


Para este poeta danés es un libro único
en su trayectoria: los poemas son sueños
llevados directamente al papel, sin retoques
– contraportada del libro-.


Fondeadero

1

Fondeadero de finales de verano.
Sol en los costados de los barcos
que se prolonga en el agua todo
lo que alcanza la vista.

Hay más profundidad que en alta mar
y no se sabe lo que llega antes:

Esta idea o la sombra de una nube
que de pronto apaga el minio del viejo acero.



2

A lo lejos, en el canal, se levanta el viento.
Comienzan a caer gotas grandes y cálidas.

Abajo, en el fondo del agua enturbiada,
mis pies brillan como en el hospital.


3

Después de años embarcado regreso a casa
tarde, sudando en el atardecer

cubierto de llagas sangrantes y hojas amarillas
con tierra en los zapatos
y en el dobladillo del pantalón.

Voy a explicar el sueño que yo sueño
al mismo tiempo en que tiene lugar

en un gran salón de conferencias vacío
que huele a cloro.






Sueño sobre ejecución

Me puse en una fila de personas
que exactamente igual que yo
no descubrieron hasta demasiado tarde
que estaban haciendo cola para ser ejecutados.
Por lo demás, hasta entonces,
el ambiente había sido excelente.
Habíamos intercambiado cuentos y chistes
repartido cigarrillos y las botellas
habían pasado de mano en mano
y el tiempo era estupendo
ni demasiado frío ni demasiado caluroso.

Al verme ante el verdugo le indiqué:
Yo soy el inventor
del aparato que está usando
y hasta podría traerle el número de la patente
si simplemente espera un poco.
Pero no me sirvió de nada.
Mi cabeza salió volando
tras lo que me quedé un ratito mirando
cómo decapitaban
a los que habían estado detrás de mí en la cola.
Todo recién ejecutado exclamaba lo mismo
que por cierto también habían sido mis
primeras palabras en el más allá:
<< ¡Cómo se puede ser tan tonto!
Cómo se puede ser tan tonto!>>

de esa manera un sueño
con la ventana abierta de par en par
hacia los ruiseñores
y una vela encendida en la mesilla de noche
me proporcionó una nítida imagen sobre
la situación del hombre.







Pintura sobre yeso

Casi me había dormido
cuando un negro sentimiento
se introdujo entre los blancos
que recién habían empezado
a adquirir forma.

Fue violento como un terremoto
pero más duradero.
Todo se petrificó. Todo se agrietó.
Mi vida se convirtió en una pintura al fresco.

Al poder moverme de nuevo
yo dejaba tras de mí
un encarcelamiento milenario.

¿Qué importaba eso, si descansas
en brazos de otro?

En todo caso yo me marcharé.

Fuera de esta habitación oscura, mohosa
corre el agua bajo el sol
bosques resplandecientes llegan al mar

y por la tarde
flirtean los jóvenes en los puentes.

Esta noche mi sueño será ligero
como la sombra
de una piedra blanca en el fondo.







HE DEJADO AL SUEÑO SER SUEÑO

Dejé al sueño ser sueño.
El bosque quedaba atrás.
El lago no reflejaba ni un árbol.
En la estación del año contraria
se cerró una puerta de coche.
Me había subido
antes de haber oído el sonido
y en el camino de vuelta bajo el puente
la luna colgaba como una pieza de la máquina
que mis sentidos habían ensamblado
cuando ellos no podía llegar a mí.
La escarcha cubría la hierba.
Mi amada me esperaba en la cabaña.
Y el tiempo apenas había podido pasar
porque yo todavía no había llegado.





Poemas de flores

La lluvia de luz de las flores del manzano
se solidificó como estaño
y el jardín se aplanó.
Después de los años lentos
llegaron los rápidos.
Abrí un cajón
y me sentí triste.






Septiembre

Ahora lucha mi frágil sombra
contra la luz misteriosa en grava y paja.
Mi bicicleta está oxidándose a la entrada
del bosque
como una complicada idea
que uno ha abandonado
antes de pensarla hasta el fin
y el sonido del abedul hace añicos mi alma
que ha encontrado su propia agua clara
en torno a la que da vueltas todo el día.
Estoy colgado como una cortina en la brisa
ni dentro ni fuera y proyecto mi sombra
sobre una cama sin hacer
mientras diferentes mujeres vienen de visita
solas o de dos en dos
y me hablan de todos mis defectos.
El lugar, el tiempo y yo
nos jugamos a los dados quién hará esta vez
el trabajo de los demás.
El sol matinal cae en el escalón.
La primera escarcha del año brilla en las sombras.
Yo pierdo
y estoy una vez más solo en el mundo.




Piazza Duomo

Otoño, el otoño de los otoños:
La lluvia cae a cántaros a través de la luz.
El bronce se derrite y se solidifica.
La luz cambia de sitio con el bronce.


La muerte cambia de sitio con el bronce
que se derrite y se solidifica.
Los cañones se funden para hacer campanas
y las campanas para hacer cañones.


El ruido de los cañones fuera de las murallas
de la ciudad.
El sonido de las campanas en la plaza.
La lluvia cae a cántaros a través de la luz.
La muerte cambia de sitio con el sonido.


Espadas convertidas en arados, arados en espadas.
Cañones y campanas.
El estrépito de la guerra sobre campos negros.
El estrépito de Dios en la plaza.


La plaza, el sitio de todos los sitios.
La idea de un sitio
en otoño, el otoño de los otoños.
La muerte cambia de sitio con la idea.


La plaza está vacía. La lluvia cae a cántaros.
Los cañones se van acercando.
Las campanas se oyen ahora constantemente:
La idea de Dios. Es otoño.


Campanas en cañones. La plaza de Dios
donde está la iglesia. La lluvia muerta.
Los cañones se oyen ahora todo el tiempo.
La plaza está vacía. Es otoño.


La idea de un sitio: El sitio de Dios
está vacío. Las campanas suenan.
La muerte ha cambiado de sitio con el bronce.
La muerte ha cambiado de sitio con el sonido.


La muerte ha cambiado de sitio con la idea:
La idea de Dios, la idea de la Muerte,
el Dios de todos los dioses, la Muerte de todas las muertes.
La Muerte ha cambiado de sitio con el sitio.

Es otoño. Llueve a cántaros.






Una vida


Encendiste una cerilla y su llama te cegó
de manera que no pudiste encontrar
en la oscuridad lo que buscabas
antes de que la cerilla se consumiese
entre tus dedos quemándote
y el dolor te hiciera olvidar lo que buscabas.





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