domingo, 21 de noviembre de 2010

2011.- LUCIANA FAVRETTO

Luciana Favretto. Italia.
Umago d'Istria, 1940 - Messina, 2001)
Nacida en Umago d'Istria, vive la experiencia de la guerra y del exilio. Llega a Trieste en 1953, cuando la población istriana se ve obligada a abandonar su tierra.
Publica sus primeras poesías en la revista literaria Pagine Istriane. De Trieste se traslada a Messina, desde donde colabora con artículos y poesías en la revista Umago viva.
En 1973 obtiene la medalla de oro en el concurso Leone di Muggia. En 1988 da a la imprenta el volumen Poesie, editado por Italo Svevo. En 1992 algunos de sus poemas son incluidos en la antología L'Eco del tempo, ediciones Lint. En 1996 y en los años sucesivos entra a formar parte de la Antologia dei poeti contemporanei a Messina e provincia, publicada por el editor Armando Siciliano. En 2001 apareció su libro Acquerelli di parole (Il Gabbiano), del que se ha editado una selección en español, a la que pertenecen estos poemas (Acuarelas de palabras, traducción de Teresa Albasini Legaz, Emboscall, Vic, 2003).




NOCHE

Niña
sumergida
en abismos de miedo...

Invocaba una pequeña luz
que rompiese el muro de tinieblas,
una mano que me salvase
con dedos de amor.






PRIMAVERA LEJANA

Primavera lejana...

El cuenco de las manos
recogía espumas
en la orilla
de una playa encantada.

La vida empujaba
con latidos y perfumes
dentro de mi cuerpo en flor.







DESENCANTO

Creía en los milagros.
Luego descubrí el rostro de la vida
y lloré
como ese día lejano
cuando me dijeron que era mi madre
la que me traía los juguetes
el 6 de diciembre
día de San Nicolás.








POESÍA DE MARZO

Piedras brillantes
en la tímida agua
en Miramare...

¡Delicado bordado
de flores de almendro
entre las asperezas del Carso!

Felicidad:
en el suave azul
olvidar por arte de magia
el largo dolor del viento,
las tardes rojas de lluvia,
un bagaje pesado
de melancolía.









EN GRIGNANO

Discurre el agua entre las piedras
en este sendero de sombra...
El aire tiene un sabor dulce de glicinas.
Llueven sobre el barro
las tiernas corolas
con levedad de mariposas...

En el verde intenso
me deja sin respiración
la sangre de una rosa.








PARA RENACER

Pincha la hierba
que no ha reverdecido
pero está tibia de sol,
sabe a violetas
y a paja.

Tal vez sabría renacer
si un día me despertase
con todo este azul,
con tu rostro oscuro
contra el cielo,
con tu sonrisa
y tu mirada de agua.







ATARDECER

Y ahora que el sol se pone
nuestro día
se tiñe de oro:
luz preciosa
al borde de la noche.






ANTONIO

Cada día me salvas, niño,
cuando te me presentas
en el vano de la puerta
descalzo
con el pijama de colores:
el chupete en la boca,
la almohada bajo el brazo.
Quieto a la espera
de mi invitación de amor
para correr a mi pecho
y dar vueltas
en la breve cocina
apretado contra mi corazón.









DESPERTAR

Me despiertan
pájaros que anuncian el alba,
una flor de luz
que leve se abre
y suavemente perfuma
un nuevo día que nace.





Traducción de
Teresa Albasini Legaz


http://www.eldigoras.com/pdi/03lfavretto10b.htm


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