lunes, 29 de noviembre de 2010

TERESA AMY [2.169]


TERESA AMY 

(15 de octubre,1950). Poeta y traductora nacida en Montevideo (Uruguay). Tiene el “Diplôme de Hautes Études, Option: Traduction”, de la Alianza Francesa, siguió cursos de lingüística en la Facultad de Humanidades, y de traductorado, también en la Universidad de la República (Uruguay), así como el curso de lengua y gramática checas para extranjeros en la Universidad Karlová de Praga, ciudad en la que vivió un año. Se desempeñó como docente de idioma español y de francés en la Universidad del Trabajo del Uruguay. Ganadora del Premio Anual de Literatura en Uruguay por su libro “Jade”. 

Poesía:

Publicó: Corazón de roble (1995), Retratos del Merodeador y otros poemas (1999), Cuaderno de las islas (2003), Cortejo mínimo (2005), Jade (2011), “Brilla: 20 poemas para Marco” (2014)

Textos suyos se incluyen en la Antología de poesía Cincuenta poetas uruguayos del medio siglo (1955-2005) (Gerardo Ciancio, selección, prólogo y notas). Montevideo: Archivo General de la Nación, Centro de Difusión del Libro, 2005.

Traducciones :

La editorial Ácrono, de México, publicó en 2002 su traducción de la primer antología en español titulada La más larga de las noches,.en colaboración con Alfredo Infanzón, de la obra del poeta checo Jan Skácel.

En 2003 esa misma casa mexicana editó su traducción, en colaboración con Lazar Manojlovic, de Lamento por Belgrado, del poeta serbio Milos Cernianski.

En su libro Cortejo Mínimo se incluye la traducción de Salón de la luna, del escritor macedonio Vlada Urosevic.



Saudade de Knossos

a Alfredo Fressia

el rey Minos mandó pintar los frescos del príncipe y de
la rosa moderna, rosa magenta, rojo cereza
marfil japonés de María, Blue moon, Altissimo,
Masquerade, Bucaneer amarilla, Parade,
Hansa, Souvenir de Léonie, ramilletes de Cécile Brünner,
Viennot sombreada : Híbridas de Té, aprovechan
las mutaciones con un tallo muy largo, trepadoras antiguas,
costeras, cortesanas, achatadas, heredadas rosas antiguas
de robusta floración damasco aparecen a raíz desnuda,
los vientos fuertes les quiebran las ramas, los deseos,
en la arena gruesa se descomponen, en los conos,
injertos y trasplantes, se ve un pedazo de pie (silvestre)
En la Biblioteca del Emperador (entre seiscientos libros
sobre rosas), sobre la representación de la rosa, en
la estación de variedades de la Malmaison
también está la rosa putrefacta de la herida
la rosa de Hiroshima
la bella rosa audaz, ilícita y estéril amada del poeta

(De Cuaderno de las Islas, 2003)



Palabras en la Estudiantina

I

a Eduardo Faget, in memoriam

- ¿baila? -
y adelantás el cuerpo
para que no me niegue
tensa percibo
olor a brea mezclado con perfume
un cuello de camisa clara, mangas cortas
vestido a lo paisano, pienso,
y Xandre que había dicho
arrastrando con un dejo de envidia:
"la gente de zapatos blancos
baila bien"
miro la llama de la vela, arriba
en la capilla cavada en la pared
no es momento de pensar, pienso,
quién habrá ofrecido ese conjuro
para atraer qué sed
(esta noche voy a preguntarle
a Eduardo);
ponés las manos impacientes
en la mesa,
me levanto y estiro la falda
en la cadera:
en cuanto a vos
no te mimetices nunca,
me gustan a muerte tus zapatos.

de Corazón de Roble (Vintén Editor, 1995)



Postal

" y tú ? "
Único texto (de la tarjeta)
Me cuestiono - a veces ando
cuestionando -
me - que no dice " y vos ? "
y que la diferencia
está en dos copas
de vino:                           uno para la noche, chambré,
otro picante (y pálido); en dos
guantes:                           uno en la mano que me
obliga la nuca,                                  y
otro que me alisa el vello
de la cruz; en
dos niñas:                    una que salta a la cuerda (cuando
paso), otra que se chupa
la mano en silencio. Y me mira. En
el reverso, un brazo desnudo entra
en los pliegues de un sillón. Sin remitente. Razón
de más para no contestar -
te.

del libro Corazón de Roble ( Vintén Editor, 1995)



2 re-creaciones de Teoría, de Wallace Stevens

I

Soy lo que me rodea. El bosque, manchas oscuras, husos, a través del rectángulo abierto en un muro de piedras. El lila de la noche atrás de todo. El zumbido de una flecha desde un caballo en comba por el aire a lo hondo del bosque. Es como lo rodeo. Los pasos callados por la alfombra. Una mirada en el sentido de su puerta. Un vestíbulo negro. La alpaca del collar, en óvalo deslizado en la madera a seis pasos. El lado izquierdo de mi cuerpo al levantar el brazo corriendo los altos cortinados de su lecho.
Estos son retratos del merodeador. Del que es lo que acecha.

II

Entonces te voy a mostrar unos retratos. Estoy en mi cuarto, percibo con fuerza la lámpara, las vetas de la puerta del armario, los verdes que surgen de pronto del bordeaux de la colcha, el montón blanco de papeles a tres cuartas, una corbata todavía anudada, un zapato negro como un barco manchado hacia un rincón, el cono esmerilado del licor; de pronto: un vaso. Tal vez una de mis manos. Sólo una. Sé que comprendes esto: lo contrario es cuando llegas y está el sombrero con tul en la mesita al lado de la puerta, tu par de guantes suaves, el llavero con emblema brillante. De esos procesos, a ti y a mí nos separa un vestíbulo negro. Y luego nos reencuentra el alto lecho en el que somos "los protegidos por cortinados".
Son sólo ejemplos para no irse.

del libro Retratos del Merodeador y otros poemas (Vintén Editor, 1999)



Una película del Este

fue altísima,
un torbellino sostenido de escorpiones
al centro debatiéndose y débil ya
por la succión en los muslos las piernas
formidables cazadores ajustaban las ligas como
a través de un tul petrificado pasaban
las imágenes ¿sería para siempre?
¿sólo esa noche? ¿la doble condición de casa y sangre?
¿muda? No había cañaveral hacia abajo ni
piedras firmes ni agua bendecida:
un estertor se disolvía y escapaba cada vez más fuerte
desde donde veía con tanta sed la copa: la medida del duelo
el hilo de un reflejo que iba penetrando
sin importar ya nada ya lejos sin remedio

del libro Cortejo Mínimo (Artefato editores, 2005)


Isla de Jersey

(a Yaşar Oğuzcan)

en la ciudad vieja de Rodas te busqué
luego en el jardín de Durrell
luego en una calle de Rangoon
luego en el hotel del león de piedra
luego en el mercado de Hvar
pero en la isla de Jersey te esperé
en mis oídos el rumor de la orilla del mar:
eras como cuchillos afilados en mi tiniebla
eras un cuerpo lejano
quizás eras un puñado de cal en mi garganta
me dabas tanta sed
ni el agua del mar, ni de los viejos ríos recorridos
me saciaban
encontré pescadores que me enseñaron sus artes
y dormí con ellos
estaba recelosa
estaba abatida
tenía miedo
era yo hasta mis huesos
me transformé en una cueva junto a la casa de mi abuelo
y en la marea
los pulpos y mi zorro no pueden consolarme


Explicación

una isla es una sombra única, una tierra inaudita,
una toma en primer plano de película americana
un terreno de gitanos sin tiempo
una cueva,
la duna con el lobo muerto
el jardín de Cerniansky en Londres
la Villa Cleóbulo de Durrell detrás del cementerio turco
el consultorio de Freud con almohadones de terciopelo
su sala de espera
Lou al atardecer en el vagón de un tren
la Casa de los Aduaneros y la angustia de Montale
la habitación 303 del Hotel Gellért en Budapest
el balcón sobre el puerto de Poros
la noche de Theodorakis en el Herodes Atico
el viejo cuarto del seiscientos uno
la sala en penumbra en el campo y la araña en el rincón
el acuario de Dubrovnik
una conversación sobre poesía
una poesía
la angustia de la traducción de una poesía
la isla de Egina
tu mirada
una cueva en la isla de Jersey
una batalla en los Balcanes
un anillo en el fondo del lago de Ohrid
un guía tamil tras los rastrojos
la sombra en un cuenco de laca
el milagro del jade turbio
la obsesión del amante del norte
la habitación de Emma y León en el Hotel de Boulogne
un barco en la calle del horizonte
la rua Aurora
un fado de Misia
un abanico japonés cerrado
el soldado en su monasterio
un poeta muerto por la espalda,
un canto de duelo,
el tiro de gracia
un acorde de bajo
un galpón con conejitos colgados de las vigas
la sangre en las heridas
el aria de una ópera,
una altura terrible
un salto ciego en la piscina
una iglesia bizantina
al caer la tarde el olor de los cerezos
el aura de tus sienes
el balido de una cabra en la nieve
una llaga viva,
el broche de mi madre una medusa perlada
el espejismo de una estrella en la arena
un castigo en secreto
un amor en secreto, un secreto:
la mirada de un cuadro de mi padre


Villa Cleóbulo

decorados marinos /pliegues/
el mercurio del día
sobre el jardín /sonoro, rítmico/
deliciosos cerezos crecen junto a la sombra de la mesa
copas de cristal opacas /no rubí, ni esmeralda, mucho menos
diamante/: cenagoso espesor
de lo turbio del jade
incendiada tiniebla en la opacidad de la sombra interior
de casa japonesa
escribes tu diario en la isla
al otro lado del cementerio turco el mar destella en la roca
prisma de luz incandescente /¿es también contra ti?/
cenagoso espesor de tu copa dañada compartida
al confín del imperio:
escribe de la judía pálida /mesalina
marfileña/
de su ordalía de anémonas escribe en tu jardín
también contra nosotros:
tu pura soledad lo vela todo




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