lunes, 29 de noviembre de 2010

2172.- MARÍA CRISTINA ORANTES


MARÍA CRISTINA ORANTES. México D.F 30 de Agosto 1955.
Abogada y Notaria. Cofundadora del grupo literario de mujeres "Poesía y Más", caracterizado por sus recitales espectáculos de corte innovador. Miembro de la Fundación Cultural Alkimia, entidad promotora y difusora de la cultura en El Salvador. Vicepresidenta de la Fundación Poetas de El Salvador, institución que lleva a cabo el Festival Internacional de Poesía de El Salvador.
Publicaciones: "Libro de los Conjuros" con el Grupo Poesía y Más, y los poemarios "Llama y Espina" y "Paso leve que en el polvo avanza".
Ha ganado distintos premios a nivel nacional. Su obra ha sido publicada en forma dispersa y en antologías como "Palabras de la Siempre Mujer" (El Salvador, 1977); Colección de Juegos Florales de el CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y EL ARTE, CONCULTURA (El Salvador, 1997); Mujeres en la Literatura Salvadoreña (El Salvador,1997), Diccionario El Salvador (El Salvador, 2004), Trilogía Poética de las Mujeres en Hispanoamérica, Pícaras, Místicas y Rebeldes (México, 2004) y en las Antologías Virtuales http://www.elgatoconbotas.com y Antología Virtual Hispanoamericana http://www.palabravirtual.com.


A Aquellos Que Tienen Un Cielo Bien Ganado

Dicen que hay que dar gracias
por haber aguantado el huracán,
por haber esperado que pasara la noche.
Ahora es otro día
y hay que seguir, de frente,
levantarse en medio de tantos que quedaron,
allí, junto a nosotros.
Hay que seguir con todo a cuestas,
levantando el pasado con los puños
y sosteniendo el hoy con la mirada,
esperando un mañana…
Siempre entre ruinas,
apartando los huesos de los que fueron débiles,
los que no lo lograron;
y volver a caer y volver a surgir de entre más huesos,
entre cuerpos sin almas, entre sombras
y continuar viviendo por los que no pudieron
y ganar ese cielo prometido
viviendo la tormenta…




A Un Corazón Inconstante

Aprendí a conocer a la inconstancia
y a alargar el instante que me daba,
fui viviendo a medida que llegaba
el tiempo en el reloj: mágica instancia.

Tiempo de arena. Tiempo detenido
en mi mano alfarera que soñaba
aprisionar al viento que flotaba
sobre mi piel en beso convertido.

Abrí los ojos. Era un nuevo día,
a lo lejos el viento se mecía
en la barca de un tiempo sin frontera.

Ha de volver un día a mi ventana,
la tarde lo traerá, talvez mañana
suspendido en el hilo de mi espera.




Dos Mil Años Después

A las puertas de un siglo,
dos mil años después de los milagros
seguimos repitiendo las parábolas
y por el mismo camino, seguimos caminando.
dos mil años después hemos probado todo:
peeling, liposucción, bisturí mágico
que retrocede el tiempo sobre la piel
y la carroña que por dentro llevamos?
nadie ha inventado la cura milagrosa
para limpiar las manos de aquel que vende muerte
vestida de etiqueta en papelitos blancos.
Y el verdadero Dorian que vive en nuestro pecho
se sigue alimentando…
Conocimos la luna y fuimos más allá
pero aún no sabemos de donde es que venimos
ni para donde vamos.
Dos mil años después seguimos como entonces
Esperando…





Episodio

Yo comencé una historia que fue mía.
La tejí en el umbral de la mañana,
perfumé con su aroma mi ventana
y bebí de su luz al mediodía.

Así brotó en capullo la alegría
y se enredó en la vida cotidiana,
un año luz pasó y en la ventana
seguía yo tejiendo día a día.

Me convertí en silencio y otros brazos
tejieron luz y aroma entre mis pasos,
deshilvanando el tiempo detenido.

Volvieron nuevas siembras, nuevas podas,
otra historia inconclusa como todas…
Episodio en minutos resumido.







Herencia

Heredé vieja sangre contenida
en odre añejo pero no por ello
falto de aroma dulce y del destello
que en mi voz ha encontrado nueva vida.

un árbol de papel en cuya herida
cabe la antigua historia, el mismo sello
estampado en la sombra de un cabello
oculto en una joya adormecida.

Retratos, libros, óleos y papeles,
un nicho que resguarda rosas, mieles,
el nombre, las cenizas desterradas,

un legajo de notas musicales,
amarillas de tiempo y las señales
de la vida y la muerte entrelazadas.

S.S. Julio 18/03







Iceberg

Se iniciaba el ritual.
La espada viva abrió aquel vientre flor
y comenzó la búsqueda…
Fue abriéndose camino
hasta llegar al cáliz.
Se hizo la luz
al detenerse el tiempo,
no se supo si fue solo un instante
o cupo la eternidad en aquel sueño…
El trueno y el relámpago
sacudieron la piel asidos de la mano
y la vieja tormenta solitaria
se irguió en el centro de la vida.
Se derramó la fuente en la caverna.
Silencio.
El iceberg de sus ojos
cayó sobre la noche.
Sobre su cuerpo, la flor adormecida…







Quijote

Pincelada que baja desde el cielo
a repartir un bien incomprensible,
larga y triste figura
que quiere llevar miel entre las manos;
rayo de sol que besa los labios de la amada,
una amada que a los ojos del mundo
está desvanecida.
Hebra ambulante
intentando quebrar una muralla.
Insomne velador de armas durmientes,
con una lanza al hombro
y en la mirada un sueño,
poeta sin destino y sin fronteras,
filo que corta el aire,
seguidor implacable de molinos,
corazón palpitante en la vigilia,
vencedor de batallas incompletas,
sombra de una grandeza imaginaria.
Lanza y caballero,
caballero y lanza
imagen que confunde fuego y yelmo,
quemándose por dentro
y latiendo al galope del caballo.
Armadura que encierra
un puñado de huesos,
una herida sangrándole la historia
y un ánima desnuda de todo privilegio.
Fragor, bravura hidalga pendiente de un suspiro.
Magia y locura atadas en un sueño.






Mujer

Tendida bajo el ala de la vida,
De par en par abierta la mirada,
Bebiéndose de un sorbo la jornada
Que en el tiempo dejara suspendida.

Vuelta sombra la piel estremecida,
Mariposa que yace traspasada,
Blanca vela que ondea desplegada
En la quieta llanura humedecida.

Abeja laboriosa en la colmena,
Ardiente llama al viento que encendiera
Con sus pasos abiertos un destino,

Para andar y vivir la vida plena,
Enigma y solución que resumiera
A una mujer tan sólo en el camino.






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