lunes, 30 de enero de 2012

IHOVAN PINEDA [5.720]



IHOVAN PINEDA

Ihovan Pineda. México. Escritor, poeta, ensayista y profesor de materias relacionadas con la teoría de la lectura y la redacción en la Universidad de Colima (México). Licenciado en Letras y Periodismo, y egresado de la Maestría en Literatura Hispanoamericana de la misma Universidad. Autor de los poemarios Estarnos queriendo y pasado mañana (2008) y De cómo las cosas han cambiado (2011), publicados ambos por la Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Colima. Principios de Incertidumbre, publicado por Puertabierta Editores y para el cual fue distinguido por el CONACULTA con la beca FECA 2013-2014 en la categoría de Jóvenes Escritores, es su tercer libro. Ha publicado a nivel nacional e internacional en revistas impresas y electrónicas: Tragaluz, Casa del Tiempo de la Universidad Autónoma Metropolitana, Trafalgar, Géneros de la Universidad de Colima, Revista de Poesía La Otra de la UNAM, South Carolina Modern Language Review de Estados Unidos, Crítica Revista Cultural de la Universidad Autónoma de Puebla, Círculo de Poesía, Revista Cronopios de Colombia, COFIBUK Literatura y arte y en Bitácora de vuelo. Su obra ha sido antologada en los libros En Memoria del Terremoto de la Universidad de Colima; Anuario de Poesía Mexicana 2004 publicado por el Fondo de Cultura Económica; Apuntes de literatura colimense publicado por la Secretaría de Cultura; y Fides Ediciones lo incluyó en su antología poética Locos de los 70´s. Asimismo, está incluido en el blog Poetas del Siglo XXI: Antología de Poesía + 10.000 Poetas de 177 Países, del poeta español Fernando Sabido Sánchez.



Cuando tú estás
yo soy,
cuando yo estoy
tú eres.


Somos estando,
y cuando no, también


Todos los días nos somos,
y a veces, por cuestiones de la vida
nos dejamos de ser,
y entonces los otros buscan que seamos
lo que ellos quieren ser


Pero tú y yo sabemos lo que somos
y lo que nunca en la ausencia
dejaremos de ser






Cae la palabra como gota
y no es solo la palabra
es la gota misma
que cae
y cae
y cae
hasta formar este mar
que no sólo es un mar
sino un verso que por siglos cayó como gota
y donde ahora tiembla la palabra que escribo
porque es gota
porque ya es nada
en el fondo de este mar
en el fondo de este instante blanco






Éste no puede ser: fue.
Está siendo lo que es.
Será sin haber sido.
Se irá siendo lo que fue.
Se irá lo que es siendo.
Será lo que siendo es.
Se irá enloqueciendo.
Triste por haber sido lo que se irá.
Y triste por recordar lo que será.






Guardé debajo de la cama el olvido,
y metí la memoria en un cajón vacío
junto a un trapo viejo donde envolví uno tus recuerdos.


Pero no sé qué pasó,
esa noche,
volví a soñar contigo.






Lo probable es lo que siempre sucede,
lo posible es lo que pudiera suceder


Tú andabas en lo probable,
y yo buscaba evitar lo posible


Pero me olvidé de lo probable,
donde tú buscabas lo posible


Ahora tú me buscas en lo probable
y yo te encuentro en lo posible


Qué dilema habernos encontrado en lo probable
de lo que alguna vez fue posible






En la esquina dejé al otro/
le dije que me esperará ahí/
y nunca volví






Para verte nacer
la tierra dejó de girar
por un momento


Gracias a Eugenio Montejo

http://www.laotrarevista.com/2011/06/ihovan-pineda/



Pequeños universos

Como en la Física Cuántica,
estos poemas,
también son pequeños universos



Soy lo que va de mí en ustedes

No soy yo,
soy ustedes,
lo que ustedes saben de mí,
lo que ustedes dicen de mí
y lo que creen de mí,
pero no soy yo,
yo solo no soy,
no me soy,
no me basto
me disipo,

me pierdo.

No soy yo,
sin ustedes no soy
y mis libros,
sin sus voces y cariño, tampoco.

Soy lo que va de mí en ustedes
lo que recuerdan de ustedes en mí.

No soy yo,
es lo que va de mí por la tierra,
lo que queda cuando me voy.

No soy yo,
soy ustedes,
lo que ustedes
alguna vez
dicen de mí.


Extravío

Te veo
y no te encuentro,
me ves
y no soy yo,
algo de nosotros se extravió
mientras nos buscaba.



Obra por contrato

La obra estuvo bien,
lo malo, es que edificaste tu imagen
como los templos:
a piedra y cincel;
tardará siglos en derrumbarse,
y antes, quizá, me derrumbe yo.



Uno es lo que recuerda

No hay recuerdos grandes
ni recuerdos chicos,
sólo hay recuerdos,
aunque unos tiemblan más que otros
y otros menos que los demás,
y la única forma de medirlos
es multiplicando la distancia por el tiempo
en que ellos fuimos,
o en que fuimos ellos,
o en que ellos fueron nosotros,
o en que nosotros fuimos ellos,
porque dicen que
uno es lo que recuerda,
o lo que recuerdan de uno,
o vaya usted a saber,
porque yo a usted la recuerdo,

y sucede eso.



Punto de singularidad

Hay un lugar
donde se detiene el tiempo,
donde está la respuesta
que nunca podremos observar,
y se llama “punto de singularidad”,
y ahí,
como contigo,
todo es y nada sucede,
como en la eternidad.














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