martes, 25 de enero de 2011

LEONCIO LUQUE CCOTA [2.899]


Leoncio Luque Ccota

Nació en Huancané – Puno, Perú el 02 de abril de 1964. Estudió Economía en la Universidad Nacional del Callao  y Lengua y Literatura en la Universidad Nacional Federico Villarreal. Realizó estudios de Maestría en la Universidad Nacional Enrique Guzmán y Valle (La Cantuta), en la mención de Didáctica de la Comunicación. Es docente, promotor cultural, bibliotecario y escritor. Fundador e integrante de los poetas de Noble Katerba, grupo poético  que hiciera su aparición en el año 1990. Participa del colectivo de poetas del Lobo Estepario y publicó regularmente sus poemas en la revista: Poesía para Kemar. Fue editor de la revista física y virtual de Trombosis Literaria. Actualmente desarrolla Talleres de Creación Literaria y Talleres de Lectura en la Biblioteca Municipal del distrito de San Luis, además de promover la Feria del Libro Escolar como docente en la institución educativa “República del Perú” de Villa El Salvador, donde labora como profesor de Literatura. 

Ha publicado los siguientes poemarios: Por la identidad de las imágenes (1996) En Las grietas de tu espalda (2001) Crónicas de Narciso (2005), Exilio Interior y otros poemas devastados (2011), “Igual que la extensión de tu cuerpo” (2014), ganador del Premio Copé y “Dejo mi sombra. Entrega de memorias” (Ediciones Universidad Central, 2016), ganador del Concurso Internacional de Poesía “Fernando Charry Lara” Colombia, 2015.

Además de las muestras antológicas Entre exilio y desierto (2010) y Crecer como un cauce (2011).

Ha participado en múltiples encuentros y festivales de poesía nacional e internacional como en el 4to Encuentro de poetas del Mundo realizado en Santiago de Chile en el año 2008. Sus poemas han sido publicados en revistas y diarios de los medios, como  en diversas páginas webs. Ha organizados encuentros y festivales de poesía.

Fue premiado con el 2do. Puesto en Poesía en el concurso de "Horacio" en el año 2009.

En el año 2011 realizó el Festival de Poesía San Luis: Emilio Adolfo Whestaphalen ­ - Lima, Perù.



EXILIO INTERIOR Y OTROS POEMAS DEVASTADOS

A  La Rinconada, Pamplona Alta, San Juan de Miraflores y a la líquida Lima gris, donde es necesario vivir con branquias en la falda de los cerros.
A las mujeres de Pamplona Alta.
A  mi madre Damiana, que me dio la vida,
A mi esposa Felicitas, la compañía de la vida y  a mi hermana Elvira por caminar  valientemente


Había días que la ciudad quedaba vacía, en que todos corríamos a los cerros a detener el tiempo con nuestras manos pequeñas. Entonces todo lo podíamos todo lo queríamos también y jugábamos a perdernos en la niebla. Nos metíamos en las cuevas, cómo nos gustaba asustarnos con el eco y los búhos que repetían nuestra risa.

Armando Agüero Collins



I.                  Exilio interior

Con las metáforas no se juega. El amor puede surgir de una sola metáfora.

MILÁN KUNDERA

Hace tiempo que empecé a escribir esto mismo,
cuando la calle me hablaba al oído desde el amanecer,
cuando pregonaba a mi puerta su unanimidad
abriéndose como una flor de incompatibles altavoces.

SEBASTIÁN SALAZAR BONDY


EXILIO

Tú no sabes  N A D A
De esta  historia
Ni de esta  sonrisa trunca
De fines de
S  E  M  A  N  A.

Exilio
&
Penas   interiores
De   alguien mío
Se   a r r a s t r a    en  Pamplona

P  A  M  P  L  O  N  A
Es mi morada inexacta de ojo gris
&
Tumba muda.

Aquí
La vida culmina para muchos
Sin importar qué piensas
Qué encuentras,
En     cada     paso.

Lo bueno

&
Lo malo
Son          P A  L  A  B  R  A S
      DISPUESTAS   A   VOLAR
A cualquier lugar
En mapas de pergamino.

Yo te veo partir, Casandra
Hacia donde nadie
Te espera.
Donde mi mundo
Es neblina
&
LAS    PALABRAS   son 
Heridas que sangran
En la  ORFANDAD
Espesa
& ácida.

Aquí,
Nuestra piel es como
Un corazón de arena





Llena de mariposas oscuras
Recorriendo el mundo.

Yo inauguro caricias ajenas
En cada paso de tu cuerpo,
Que se moldea con el viento.

La SOLEDAD dibuja
Un  amor tosco
En tu cuerpo de neblina.
Tú eres mi
Universo  lírico expandiéndose
Como rayo de sol
Por el mundo
Donde
ES
CU
CHAS
Mi  lamento
AL PIE DEL CIELO.




JUNTO AL CIELO

I

Casandra,
en esta noche Se teje
Nuestra  AMISTAD  
Donde se aprisionan ranuras de luz
En    voces  DiStInTaS /
Junto
                               Al  cielo,
Escapando
Del rincón de las partículas confusas
De este pueblo.

Las luces de bengala con sus humos de colores
Iluminan la noche
EXPLOSIONAN gritos
Los toros locos corren
Y los castillos de fiestas patronales
Revienta como nuestra vida.

H o m b r e s / M u j e r e s
En  su cuerpo MUDO





Embriagados / Claman /
Por  los recuerdos
Que llevan en su alma desolada.
Casandra,
Ellos dejaron los andes
Antes de venir
A estos infecundos espacios.

Ahora FUMAN / B E B EN
Con su danza aparente,
En improvisada fiesta
De alegría.

La noticia de los que tienen fe
Se esconden
En Templos /
Para golpearse el pecho.

Los recuerdos en el  alcohol
Se mantiene vivo
& los labios frescos tiemblan
Para olvidar
A la familia que dejaron
En el campo de terror.


II

LA    DESESPERACIÓN  
Se extravía entre la arena
& el viento, los niños juegan
Sin darse cuenta.

De casa en casa
El miedo  / Sale disparado
Entre historias cercanas como
Grito blasfemo que queda tallado
En quebradas frías
De donde salieron.

Un pueblo latiguea
Con su música de viento,
La costumbre se pierde
Como un aDIÓS
En el    T I  E   M    P      O.

Aquí
La   H I S T O R I A           
Se construye
En un  espacio
Maduro pero violento
Para nuestra partida.



Cada mañana
La noche nos lleva
A la reflexión desdibujada
Que cubre nuestra alma
Después de caminar
Por la ciudad.

Una lista de crónicas
E S P E R A  N
AL PIE DEL  CIELO
Para ser leída /
&  uno se desespera.
Y nos llegan informes
De una amistad tejida en el  alcohol
Que se derrama /
En un cerro de Lima.

Los años que ya no conozco en mi memoria
Desaparecen como
Lagartijas  entre la arena
Junto al cementerio
Donde busco mis raíces.
&  las huellas quedan /
En nuestra desmemoriada muerte.

Yo alargo mis pies



Sin  medir la consecuencia de lo que viene
&
La noche

Se    
R
E
                C
                I
                P
                I
                T
          A

Como sombra  / Apagando
Mis   O j  O   s
Que
Purifica la  ARENA.



EL CIELO SE DESVISTE

Caminando
CoNvErSaNdO
Dejando vestigios
Bajo este espacio
Tengo
    M  I  R  A  D  A  S          
Que pueblan
Hombres Mujeres
Con sus costumbres
De PUEBLO oscurO.

A lo lejos
Una melodía andina se repite
&
Los perros ladran
Al silencio
Llamando
A la noche.

Los dos caminamos
E

Inventamos
Nuestra historia
De la escalera / Al cielo
Que
Nos invita
A observar
La ilusión
Que encalla
En nuestro paso,
Viniendo del Sur.

Una flor silvestre deja  / Su cuerpo
Anclado en el tiempo y nos sonríe.
El   deseo inacabado de la agonía
Oculta cuerpos AJENOS.

La  tarde se vuelve ojerosa
Con las nubes tapando el sol
Como     H  I  S  T  O  R  I  A     inconclusa.

Hoy vemos
Un cúmulo de piedras arrinconadas
De   a  q  u  e  l       CERRO
Que  / Se desviste
&   se llenan de luces.

Huellas de  piedra / MADERA / ARENA


Nos conduce a la soledad
De nuestros pasos.

Casas / Esteras
Niños abandonados
Lamen nuestro rostro.
La humanidad
Busca su identidad en la guerra
Mientras nosotros en recuerdos.

Nada queda / De Aquel el día,
En que poblamos los cerros, de alegría inocente.
Ahora solo vemos mujeres que
Se marchitan  bajo el sol
Buscando su rastro perdido.
Sólo deseos vanos de amor
Nos guían / Dando vuelta
Como remolinos en el viento.
Sólo PAMPLONA  / Como sombra oxidada
Nos envuelve.

Sólo la noche se enciende
En El HORIZONTE negándonos
El sueño.
Sólo la oscuridad / Se construye                
&

Anula  nuestros ojos.
Sólo la noche sube
A posarse en silencio
A esta arena domesticada.




POEMAS DE "CRONICAS DE NARCISO" 2005

Mira la máquina: ¡Cómo
se revuelca y venga!  ¡Cómo
nos desfigura y agobia!

Rainer María Rilke

CUARTO OSCURO         
                    
cuartoscuro                      cielo               estera
silencio de velas desgastadas en tus ojos
ojos lamiendo caobas                     maderas pútridas
enjambre de polillas furiosas
en esteras deshechas purificando la ciudad

cada noche trazo sueños en la esquina
busco el dulce lamentar
de una canción andina 

tu rostro se anuda en mi aliento como eco
tus manos se posan en mi sudor ácido para atrás
yo palpo el murmullo
carcomido en pequeños espacios
de sombras
sobre la arena blanca

yo soy el fantasma que viene
del viento  con la puntualidad exacta
en la punta del dedo

soy el  que goza  el tiempo y
se vuelve  muerto en  silencio
en línea recta

la emoción del mundo me despierta
            la soledad
es este cuarto en mis ojos
sobre esta página blanca

el silencio atrapa
nos pierde
y nos despierta  en espacios ajenos
donde se pierde tu mirada

la señal de tus labios
se carcome
y tú me obsequias un beso            
al cual ingreso como ráfaga de viento disuelto



SERZUL

                                                a alguien quién no llegó.

existir es ser nada
y ser nada      
es nada
es ser Uno mismo
menos uno
el no nacido
el no habido
todavía nada
el vacío

sólo canción de humo   
solo murmullo
solo espejo llorando desmoronado

de la voluntad de dios
no se espera nada
pero se espera todo

pero a pesar de todo
nacen dos seres
dos cuerpos sin venas
se apaga en mi sangre
y respira en el aire sin vida

yo admito los latidos
de interminable  soledad
que armoniza este mundo
donde se asoma la oscuridad
en el que  deliro tu nombre        
tu existencia impasible
donde mi deseo carece de forma y
la noche supera al día
y en donde unos aman a los uno
y a los otros
y otros se visten de amor a mitad del cielo

la felicidad  se ama en tu nombre
para darte la forma que mereces

el tiempo se detiene incomprensible
uno se vuelve viejo
historia pequeña
y la brisa sopla en la quietud de la pureza
y  construye  caminos idénticos
trazado en el desvelo de la noche

mis ojos en tus ojos pesa
mi sangre dormido entre monóxidos
comparte los sueños

en este camino congelado te espero
donde descanso sin afecto
y tú no estás conmigo
porque nunca naciste




MUERTE RONDANDO EN EQUIS                                     
           
el océano
qué esperamos del océano
¿acaso cuerpos bravíos y ardientes.?

todos desfilan desde adentro dentro de sí
todos como rostro de agua pura
todos como fila de espejo convexo
todos como cuerpo de marinero deshecho
todo como peces hermosos de aletas musicales
que frente a la sencilla mirada de una mujer
preguntan ¿cuál, cómo, qué, dónde?
preguntas sin respuesta
todo como agobiante música taladran la noche
y golpean en la playa
este cuerpo varado que descansa bajo
la sombrilla del viento
todo como amenaza de latido quebrado
de un corazón que despierta
todo como cada palabra    
que muere    se derrumba
al morir en nuestro rostro

en cada esquina en esta soledad 
de la noche se disipa caminatas sagradas
el  viaje es insoportable    
entre sueños             mimando tu nombre

la fe camina en busca de  belleza obscura
donde voy orando el padre nuestro
uniendo la unión libre con puntos seguidos...
que se repiten
¡oh déjame morir
no  me persigas
a  pesar de mi herejía
qué quieres  si no respondo nada
entre dientes!

qué quieres
si al final de cada pregunta 
en éste círculo sagrado vacío del alma
donde caigo   caigo  y
te amo.



SIENTO EN MI LO QUE SIENTO                

siento en mí lo que siento                      
la distancia azul      el aire libre
la muchacha egipcia          
el espacio      cerrado         
la voz modulando  
el cielo cuajado
en ramos de flores

siento en mí lo que siento
el hormigueo penetrando
por  mis venas
imágenes feroces recorriendo
en mi aliento

siento en mí lo que siento
los vientos                el amor solariego
la adivinanza de tu rostro
que se cuela a cada momento

los remolinos dando vuelta en mi cabeza
que recorre mi cuerpo                   sin decirte nada

siento en mí lo que siento
la irrupción de un  volcán que  se desliza        
en  cada camino      fangoso
cuando clausuro mis ojos             en la noche

no muero     
la muerte es espasmo
que no se recupera
y entonces golpeo el recuerdo
que sangra agua

no encuentro tu rostro protocolar en mi cumpleaños
no pregunto nada

en mis labios muere                     
como hielo descongelado
en penitencia

la soledad es bastarda       
creo poco o importa poco
si mi pena te contagia       
con sus fantasmas
flameando en una fiesta

creo poco e importa poco si te amo
como huella trazada         
en el espacio

creo  poco si te amo como relámpago   
que sale de mis ojos y
alumbra tu cuerpo en aroma

creo poco  e importa poco
si te amo con locura          
reprimiendo esa energía
que recorre como terremoto      
tu cuerpo salado y desértico

creo poco si te amo             antes o después
constante o nada    
imperfecto o puro
como este vacío en que vivo
impredecible            huraño
inconstante
manipulando mi vida       
como en disco rayado
que se repiten
con ese tono trágico
de cuchillo amenazante
preciso                      
donde reconozco  mi cicatriz de pelea

yo te escribo para decirte
estúpidamente tu verdad apabullada
oscura                        
en estos ojos que no dicen nada
desértico hasta el cien por ciento
que es tu soledad
que avanza
a la nada

siento en mí lo que siento
la oscuridad del mar          que te atrapa
en este vientre de miseria
que bordea al mundo
como revés de palabra que despinta
y juega maltrecha y tosca
y heredo todo como estigma
pegada a mi lengua

y el mundo sigue igual      al revés
como esta palabra
en que puedo construir lo nuestro
si yo quiero
sin la dirección obligada 
sin decir nada
recorriendo un río  un desierto
el cauce gastado en la tormenta
siento en mi lo que siento           
el agua
el aire
la tierra
que recorre
el campo



HISTORIAS                                             

ahora que tu pasado es historia  de sonetos
dónde estabas
cuando yo gritaba al final de todo
que es imposible vestir de oro
al mendigo

dónde estabas cuando te imaginaba
descendiendo del confín del desierto
con los sentidos en silencio
a la conquista  de la derrota

dónde estabas cuando
con esa caricia obscena
emergías confundido
en la historia de la ceniza

¿dónde estabas?

ahora los cuerpos se pudren
nuestro pasado
es vaso extraño arrojado al cadalso

ahora
nuestro cuerpo  es testimonio de existencia
donde las palomas mueren
inmolada en pleno vuelo



RECUERDO DEVASTADO
    
duele lo inevitable  
lo nuestro
como este cuerpo remoto e infinito
atado al viento

duele la húmeda inmensidad de tu cuerpo
encallando en tardes de verano azul
duele la tarde oscura danzando
atascado en el viento
duele la mejilla de quietas playas
lleno de sueños en pedestales de angustia

duelen estos ratoncitos de minúsculos seres
relamiéndonos el alma 
que nos observa
duele este siglo que se quiebra   y  se acaba
y nos envuelve en la soledad
del vacío          la nada
duele esta muerte atrapada en tus ojos

duele todo
el pasado que no sabemos descifrar

duele la hoguera funesta apagado de un manotazo
duele esta depresiva vaciedad del universo
los ojos de este inmenso cielo
el viento        la memoria tallada
encendido bajo el mar   que
preguntan de tu pasado

duele
a fin de cuentas   
no saber quiénes somos
caminando en el rumor de la gente
como voces mayúsculas de antología



A TRAVES DEL SUEÑO                      

                                                                                   a martín.
el dolor se aísla
como islotes en el mar
¿qué ha pasado?
observamos cuerpos hecho presagio
en tarde de crepúsculo

una caravana de mirada
por el camino ruedan maltrecha
la muerte es fértil
entre nosotros
y acaricia nuestra mejilla
a cada instante y
nos envía mensajes como madejas
en secretos murmullos
como si  la devastación se acercara
en la tarde

las calles son inmensas torreones de almas
colgadas que se glorifican en la puerta
de la iglesia

el sol opaca ese espacio
donde nada queda a pie
a una mirada

el silencio
es un  escenario de dolor
que se advierte
en los oídos

¿a dónde  vamos?

¿a qué lejanos espacios      vamos
sin habernos conocido  en la vida?



LA DESTRUCCIÓN DEL REINO                 

los milagros ya no existen
nuestros pecados son bosques viajando
en el dolor del abismo

la manipulación cede a la ciencia
nuestros ojos ascienden
a lágrimas de sufrimiento

somos viajeros de distancia que
inicia un camino envuelto en llanto
los tiempos han cambiado
las historias ya no son tiernas historias de muerte
bajando al llano

a diario vivimos  un tiempo diferente y virtual
las amenazas de un continente a otro
se prostituyen en alianzas 

las canciones son marginadas
en ríos caudalosos
de oscuros rumores
nuestros ojos están habituados a mirar guerras
como la destrucción de oriente
poemas enteros van retratando historias
de voces  iracundas flotando en el viento

las víctimas en el camino
no nos sirve de nada   
contra esta destrucción medieval
que nos amenaza a cada instante

nadie sabe como surgió
el caos 
los astros  cosechan  ruinas
señalando la desolación del reino




COMO ALGO NATURAL                     

la verdad se despedaza en vosotros
la experiencia se acorta

todo se vuelve desolado
en el recuerdo
lo que se acumula en un año
se pierde en un segundo

el viento se vuelve duro
piedra
con los siglos

el corazón se calma pero
la esquina viene lenta
como sombra sólida
salida de la noche

entre escombros la  humanidad
aclara tu rostro
el silencio se desborda
la verdad es natural

en estos caminos de antiguos cultos
la ojera se descubre adherida
a tu sonrisa

la voluntad del conflicto se extingue
como estatua tallada
en un viejo solar  que nunca cae

el día es un cuerpo transparente
que se disipa

la vida transcurre
en una angustia hecho triza
que no habla  nada

una piedra cae violenta en tu rostro
los avisos de reproche prolongan la vida

por estas calles desfilan
mendigos      almas muertas
bloqueando  la memoria
donde yo ya no existo
y no escribo más

en la tarde de Lima



S.O.S.                                   

cuando camino
soy el hormigueo en el preguntarnos
de por qué   para  qué
soy el camino callado en el presente
en el pasado

soy el futuro perdido en el
bostezo
interrumpiendo
con las proclamas de siempre

a la espera de algo
a la evolución  del tiempo
donde se muere  en la noche perpetua

¿acaso no nos importa    
la existencia del hombre 
en un lugar de la sombra?

¿acaso no nos importa la vida
la monotonía del tiempo
que espera
con los días perdido en la sombra?

¿acaso no nos importa
todo   esto que vivimos?



MORADA Y DOMINIO 
           
en qué cuarto oscuro me oculto y agonizo

en qué lugar
del desierto te busco en lamentos y
esperanzas de agua

en qué lugar espero           
el transcurrir de la estrella
que por todas partes
no nos dice   nada
             
acaso la tormenta
envejece nuestro sueño
la eternidad se prolonga
los inventos             la prolongación de la vida
te llama         y te despierta violento
flama divina
cabeza encendida               
muéstrame esa voz interior
que me  atormenta en este cuarto

muéstrame el aire que refresca
los huesos    
que no ve el sol
ahora
somos seres  mudos caminando
al paso del tiempo

acaso no  es suficiente esto
                      

EL MONASTERIO I                  


aula  de sabiduría perfecta.


no eres tú    
aquel que percibe la soledad del viento
y
llora como un ángel           en cada botella

mira paredes frías
y asoma sus ojos a través
de la memoria?

no eres tú    
aquel
que en la puerta
del monasterio       
pregunta por la edad del amigo
por las calles de buenos aires de
finlandia
comas
pamplona
madrid
parís
pidiendo una explicación
a los que se fueron
en menoscabo de una lágrima
que sacude el alma
en un  lugar perfecto
donde el tiempo se detiene
y la soledad se percibe húmeda
en los huesos?



LA SOLEDAD DEL FINAL ES OSCURA
                       
la soledad del final
es  ese mar vacío y oscuro

es el principio de aquella advertencia
que buscamos constantemente  en
peligro de muerte

son oscuras calles del asfalto que
nacen del viento
y te envuelven
y te llevan
a caminos que inventamos
y nos embriaga a seguir el
misterioso 

los abandonados
no entendemos nada de esto
la salvación carece de forma fija

en el refugio del desfiladero
construimos la salvación
y veneramos la memoria del destierro

el amor envejece en la mirada y
nos invita a la purificación del alma

la tristeza de nada sirve
sabemos
que descansamos como palomas desorientadas
al borde del suicidio

la soledad se construye en tus ojos
como agua en un charco de tristeza



PREGUNTAS INEVITABLES                        

¿qué sentido tiene vivir   
nos preguntamos
en esta oquedad de alma vacía
sí al final de todo   
somos la deducción de una pregunta?

si en el corazón del fuego
otros viven
sin mas indumento que su cuerpo
sin mas sangre que el viento

la sangre  desfila
y sufre la agonía del corazón

qué sentido tiene vivir     
nos preguntamos
si alguien nos traiciona y
nos muerde la nuca y
al estar amando 
te mueres como el sol en cada tarde
para no volver

qué sentido tiene vivir
nos preguntamos
si  no escuchamos la docilidad del silencio
y si al contrario   escuchamos guerra                odio
que instiga venganzas

¿qué sentido tiene vivir
nos preguntamos
si la brisa del mar sale afligido de tu boca
si las palabras salen fangosas
de tus labios

y la  parca
nos observa 
atento bajo su mirada



RECUERDO DEL TIEMPO                

la angustia
nace del tiempo
embadurna nuestro miedo

la soledad vive
en recuerdos

la noche desaparece 

el asombro
deambula en el tiempo
destruye el olvido
de la alabanza

nosotros
abandonamos el horario de
muerte

somos obstinados
jamás volvemos
sino en formas de costumbre

es extraña la vida
que abandonas
tapiza nuestro recuerdo en la piel
en nuestra piel
donde miramos
la gloria aturdida
en la tormenta



EN LAS GRIETAS DE TU ESPALDA - 2001


A Guillermo y a Martín, nuevamente.


De una soledad que sólo yo entiendo
Johnny Barbieri



MARTÍN, MARTÍN

¿Sólo esto, para la ventana?
Martín, Martín
¿sólo esto, cubriendo la noche,
con grandes brazadas de mástiles
tu partida?

¿Dónde tanta luz y cielo
escondiendo la mañana
a las estrellas?

¿Por qué el paisaje detenido?
¿Cuántas veces el silencio?
¿cuánto el tiempo, tu cuerpo
Oculto en el horizonte?

¿Por qué tanto sol
Amaneciendo en tu espalda?
Martín, Martín.

¿Por qué tantos recuerdos
Si no fue posible despedirnos?



QUÉ DE NOCHES HABRÁ EN TUS OJOS

¿Qué de noche habrá en tus ojos?
Martín, Martín
¿ O es eterno el tiempo
como las horas como los días?
¿O es castigo propio de uno,
lo que nos sucede?

El tiempo como la quietud,
Sangran las rodillas en el suelo,
¿Qué, no entendemos de la eternidad?

¿Y tus ojos envejecidos?

¿O es simplemente el tiempo
caminando y 
la derrota posando para los días?
¿Y por ello, todo esto?

¿Dónde estás los días de gloria?
Y ahora tú, desplomado en una
Pared, ¿dónde estás hoy?
¿Y el álamo en tu hombro?
¿Y tú madre y tus hijos y la 
gente que clamaba tu nombre y 
ese volcán, cada vez más alto,
cada vez más cerca?
¿Quiénes están alrededor de todo
esto, sentado,
entre pastizales sobre
ríos?
¿Cuál es el nombre de guerrero
que adoptaste ahora
y te acercas en mis sueños?

Martín, Martín.



QUE DE LA INVITACIÓN

¿Qué de los pájaros agoreros
bajo la mirada de los hombres?
¿qué de la bóveda perfecta, la aldea
Y el paisaje donde viviste?
¿qué de la invitación que te llega
para que conozcas tu tierra
marchando al caos?

Ya termina la fiesta, poco o bien.
Todo en honor al gigante
En alambique de un alcohol,
Los hombres montados
Sobre enormes ubres lloran.
Hoy es carnaval en el sur,
Y cambia el temporal.
¿Y crees que el mar
y los hombres, cambien ahora
aquí en la tierra?

¿ Y ahora quienes conocen el lugar
en que la tierra y el cielo
se confunden?

Hoy,
Los nombres de tu recuerdo,
Han venido.

Los astrólogos también,

Y todo los hombres del sur,
Te saludan.



LA FIRME BÓVEDA DEL CIELO

Y profana sabiduría de los 
hombre
y la firme bóveda del cielo,
y el gigante que en tu espalda
sostiene al mundo
y las mujeres que con su piel
de culebra cambian,
y los escorpiones que habitan
más allá de la tierra?

¿Allá, no hay
una fogata que desgaste el alma,
y atraiga nuestras miradas?

¿Y las grandes olas que son devoradas por el sol?
¿Y los marineros que creen
que más allá
lloran los cachalotes?
¿Y todo esto?
¿Qué?

¿Acaso no lo sabías?
Martín.



LA LLUVIA SE DETIENE

Para que todo esto
Termine
Voraz y lenta
Sólo, hay que dar un paso firme.

Una mantarraya se zambulle
En el cielo
Sobrevolando al mar.

Un león con una zancada trepa
A cima del monte.

La lluvia se detiene
Dibujando el cielo y
Desde el destierro
Se puede ver los pájaros
Que camina
Mareados.




INFINITOS CIELOS

Por qué bajo infinitos cielos
Otras bestias
Reciben un mismo castigo,
Otros caminos,
Otros ríos,
¿Acaso los hombres
no pueden ver más que
ésta bóveda
con los mismos problemas?

¿Acaso es incomprensible
las palabras, de cortas raíces,
que sólo descubren un ser
maltrecho
Un objeto,
Un fuego mal encendido,
Asomando su cabeza como
Un gran animal?

Abajo,
Más allá de todo esto
¿Qué nos observa?



LUCHA ENTRE DIOSES

Cómo una jarra de vino que pesa tanto
Como la mirada que sólo guarda la 
Imagen;
Como la duda, el miedo
La tregua que queda en el aires,.
Como la lucha entre dioses que es falso,
Igual a la magia.

Y entiendo, que esto se trata
de simples detalles,
y comprendo el desperdicio, el odio
la mirada
que puede herir la figura
que se dibuja en el cielo y
Hace llover cenizas por sí sólo.
Y el viento es mentiroso
con sus nubarrones;
cada árbol parece pequeño
en la polea con la montaña;
cada cuervo parece brujo y águila.

Los pájaros mueren acribillados
Por monos sobre la madera:
Los nidos y el cielo de otras miradas
Pretenden proteger el círculo vicioso;
La mirada del cuervo
Vigila en una de sus copas;
Las águilas palmean un nuevo tiempos
Hasta llegar as la cumbre del cielo
Donde se elevan los cipreses.



GRIETAS

Se adivina la eminencia del miedo
En el pico más alto.

La cría de un pájaro
Es un insulto a la naturaleza,
El insulto esta más cerca
En la queja
Que se repite cada día,
Y pesa tanto
La bóveda en tu espalda,
con esta nueva presa
que viene del mar,

y pesa tanto el aire como
el aleteo del mar.

Y, es imposible fabricar los nidos
en estos lugares
Que aprovechan los pájaros,
Para detener el vuelo
En las grietas de tu espalda.



EL SOL DUERME

Gigante con temor de pájaro eres
Martín,
Devoraste la ventana del mañana
En tu mirada.
Esas palomas del sur
Llegan, y se anidan en la falda
de la campana.

La tierra se interrumpe
En sus bosques
Mientras el sol duerme y 
Despierta a los veleros.

No permitas el sielcnio,
Y verás
Dibujar una mujer
Que cae sobre tu hombro
Suavemente,
Y no seguirás caminando
Escondido como nave fantasma,
Como ahora,

Que no te oigo.



TEMPESTAD DE UNA OLA

Qué es el sueño para soñar
Simplemente el cerrar los ojos
Sobre un mar que se defiende
Con la tempestad de una ola.
Sólo el gigante
Que abre sus ojos,
Y toda la tierra se parece
Despertar entre el polvo
Que levanta el hombre

La espiga del trigo
Se agita
En redimir la vida.
La proximidad de la tormenta
Sobre el cielo se desata
En un horizonte.

Se acercan los pájaros
Que desaparecen asustado y
Todo está quieto, en el
Día perfecto.
Los hombres creen que quizá
Éste sea el último día,
El sol refleja en la arena, 
En los tejados, y
Los pájaros, están devorando
la mañana a prisa.



PIEL ESPUMA

Esto fue todo,
Ella vestía piel espuma;

La mujer que la amaba
Preguntó:
¿Por qué, los mamíferos borrachos,
preguntan por cada vaso?
¿Por qué, la luna en escalera?
¿Acaso hay fardos de algas
sobre la playa
que descansan para ti?
¿Acaso las nubes, son cosechas de lluvias
derramadas sobre las mies?

Una marea de ron,
Entre las piernas exhalan
Los hombres,
En la tormenta del sur.
¿Qué de los barcos náufragos
que se ocultan de los peces
y amenazan a las quillas
y son vientos en las olas?
Hoy la luna desmayada
despierta a los albatros
por encima de una mujer
que en el sur 
esperan.



LA RAZA DEL ÁROBOL

A dentelladas frágiles
Y lentas
Se apagan los gritos de un Dios
Que se hunde en sus raíces.

La raza del árbol
Y el hombre acorazado va
Dentado,
La certeza del hombre en su
Laberinto se aclara.

La raza del árbol
Alcanzará
A mucha altura
A los sueños.

Y lo que podría suceder, es
Que una semilla sumergida
Llorara de todas estas
Desgracias
En las nubes.




DETRÁS DEL MARCO

La ira vasta
De los dioses,

La paz humillada,

La inquietud de su pasivo
Combate.

Ya no
Puede descifrar
El secreto del álamo;
Sólo se ve
Reposar el mar y
Y una mujer que se dispone
En manteles
Para la cena.

Detrás del marco
Una casa
Se construye.



BOSQUE EN UNA MADRIGUERA

Un enemigo siempre existe
en una aldea,
en un bosque
en una madriguera,
sobre todo, en tu cuerpo recostados
sobre la montaña,
oculta en un sol devorador
de pájaros.

El álamo crece
Sobre tus hombros
De volcán
Que estalla
Y toda luz es conciencia
Detrás de la ventana.

Y sobre los puentes
Ye en tu casa,
Están los labradores
Abajo, anidando la luna.

Y los halcones solitarios
En las manos descansan
Sosteniendo
La bóveda del mundo.



OJO INCENDIADO

Detrás de la mirada
El mundo está escondido
Sin saber si
Está de rodilla;

Y no se puede ver el mundo,

Tengo el miedo de las esquinas.

El vapor del miedo
Se derrama en el acantilado tuyo,
Cuando respiro.

Es de 
Reojo
La muerte
Que se acerca
Cada día mintiendo
En cada minuto
En cada respiro,

En la Tierra.




LA TIERRA

Es un grito
Se purifica
La noche

La tierra
Se esfuma
Después.




OCÉANO OPACO

Y los hombres
Más valientes lloran,
Mientras los niños sólo
Van al cielo.

Nadie entiende a las campanas
¿Por qué se alarman todos?
Nadie sabe ahora,
El nombre
De los pájaros,
El mar ha devorado, y
Está enfermo el gigante,

El miedo se derrama
Con serenidad
En el océano,
Los hombres van
A arrepentirse.

La tarde se incinera,
La noche se calma
S I E M P R E.



SOLEMNE CAÍDA

La parca hablaba con el gigante
“Todo es irremediable, todos
sabía que iban a morir”
leer algunos libros
le hubiera gustado
antes de los sucesos.

El hombre ve como la casa arde
Y todo, está mal en peor;
Las mujeres están mal siempre
Desde siempre.
Y los hombres
Más allá de las montañas sueñan
Con el fuego
Y delante de ellos
Otros hablan;

Hace mucho tiempo
Y sobre todo, los días
En que esto sucedía a menudo,
Es están conversando sobre 
el tiempo;

admirando, si todo
está en la playa, perdido
como en un naufragio.



TU NOMBRE MARTIN

El día en que te cubrían
las cenizas
La muerte grabó en la roca
Tu nombre, Martín,

Ignorando todo:
La casa con tus hijos,
La madre con tus hermanas,
Los días con sus mañanas
Y la gente durmiendo en la playa,

Y la mañana, la tarde, la noche,
Y algunos perros creyéndose
en fin,
Dueños de todo
De la casa y de la aldea.

Y de la casa
Sólo queda,

La tierra que es de noche y
Los recuerdos que hieren,
Todo y 
nada.



MANEJO DE LA ESPADA

Un honor mata a otro honor.

En la guerra, 
de nada vale
esto.

Si hubieras aprendido
El útil manejo de la espada
Estaría vivo.

La luz que estalla
Es aguaviento
De roca y fuego
Que se esparce.

El volcán ya no temería,
Pero 
Estás muerto
Martín
En copones
De flores artificiales
Cada fecha
en cada oración.



EL SILENCIO A LA ESPALDA

Los dioses amorales
Detrás de la ventana
En el frío
Van sobrevolando
Por la montaña.

La ciudad de Lima
Es instinto de vicio y
Es de todos los ríos
Que se juntan bajo
El silencio,
Dejando su mirada.

¿De quiénes, eran estos dioees?

Los camaleones de lomo negro
Se distinguen de los hombres
Por la ciudad; y
La ciudad
Ya no recuerda
A su espada,
Al monte, los ríos
La lluvia, las cascadas,
Detrás de ti
Avanzan.



CARÁCTER INMORTAL

Has visto tierra y mar
Por sobre las nubes,
Agitando los brazos
Desde la barca.
Ahora todos los hombres
No son gigantes y 
Los barcos confunden y
Ya nadie los recuerdan.
Las cenizas van cubriéndolas.

El paisaje es distinto.

El carácter inmortal de su suerte
Se define,
Bajo la bóveda del cielo
En cada oración;

Y qué decir,

Desde un monte
Observo las estrellas,
Desde donde puedo perdonar
A los hombres, siempre.



MI CUERPO

Así es una piedra
La piedra
Ya se sabe muerta.

Siento que la muerte
Ha sido
Justo conmigo.

Siento
Ya notorio la espera,
Anhelo
La bruma la mañana
la calma;

Así, es como los hombres
Podrían reconocer
Mi cuerpo.



POR LA IDENTIDAD DE LAS IMÁGENES - 1996

Para Guillermo, Damiana y a los míos.


Dadme un verano solamente y un otoño
Para que el canto me madure. - ¡Oh poderosas!-
Cuando se sacie de estos juegos,
Más conforme el corazón podrá morírseme en el pecho.

FRIEDRICH HÖLDERLIN


DIÁLOGO EN EL SILENCIO



POR LA IDENTIDAD DE LAS IMÁGENES

“Ya los animales, sagaces advierten
que en el mundo no estamos
como en nuestra casa.”

RAINER MARIA RILKE

a Feli.


¿Quién me escucharía en tal soledad de oscura morada
si llamo de súbito tu gesto? Pero yo te escribo.
Te escribo desde mi oscura cueva
desde Lesbos 
desde cualquier sitio

Allí
Paciente
Cuentos las hierbas
mis sueños no encontrados en su sitio,
y me consumo
en una fiebre jamás conocido por humano.
¿Quíén me escucharía en tal soledad de oscura morada
si llamo de súbito tu gesto? Pero yo te escribo.
Te escribo desde mi soledad
de funesto humano,
de oscuros hueso
cerca de la luz blanca
cerca de las ramas desechas.
Y luego
te cuento
que todos teníamos un camniar moderado
en sombra.
Pero también te cuento que había gente que olía a tierra
Y por las tardes
recitaba versos de D´Annunzio
casi perfectamente.
Poetas danzando,
en el semicírculo del espacio cósmico,
gente danzando y rompiendo el ritmo
y la pregunta Eterna:
¿Quíén me escucharía en tal soledad de oscura morada
si llamo de súbito tu gesto?

Como he pensado
andando en el tiempo
a través del tiempo
para decirte todo,
mientras caminábamos por Roma con Cátulo,
recitando estos versos
“¡Oh funesto tinieblas del Orco, que devoráis todo lo bello,
el mal sea con nosotros, me habéis separado de tan bellos
gorrión.”
Y así era,
y así fue.
Alguien dirá qué terrible
Pero lo bello es eso: LO TERRIBLE.
Ese caos que confunde
y que es la razón de nuestra vida
de nuestra bella vida.

(Alguien dirá que no teníamos Nada
de 
Nada poeta Catulo.

Qué éramos vagos
borrachos,
desesperado por la Nada
que rompíamos violentamente la tranquilidad del Sistema
que rompíamos el juego del amor por Nada
que colgábamos espantapájaros para los amantes.)

Pero, ahora quién podría escucharnos entre gritos de guerra
si somos amenazados por los animales sagaces
cuando nadie comprende o
nadie comprendía entonces
que somos animales deformes
que no estamos amoldados a sus cuerpos
y que no respetamos las reglas sociales
y no queda otra cosa que hacer Poesía
para romper el círculo
de todo los animales funestos
bebiendo fuego
en el candelabro de vino


UNA SOMBRA EXTRAVIADA EN TU SUEÑO


Mientras hablamos
El tiempo envidioso huyó, aprovecha el momento
Y cree lo menos que puedas en lo que vendrá.

HORACIO. Libro I- XI


En tal soledad te escribo desde cualquier sitio
si es posible desde Safo
recitando con ella este verso trágico o lírico
que son como palabras
que trotan desnudas sobre tu cuerpo de utopía
“El espectáculo derrite mi corazón dentro del pecho”
A UNA A,MADA
Grecia siglo VII a. De J.C.
A UNA AMADA EN LA DISTANCIA
SOLEDAD A MEDIA NOCHE A UNA AMADA AUSENTE
Títulos que aprendí de memoria 
escuchándola entre playas y peñascos y vientos
amando su voz erecta de menta y brisa felina
interrumpidas por naves de guijarros y por sangres
y por barcos
perfectamente construidos
para destruir a los valientes enanos.
Safo
tú caminabas turbulenta como eterno Elemento 
sin dar importancia a las futuras querellas sangrientas.
Pero de pronto
te paraste en la ribera de mis ojos
y repetiste llena de melancolía:
El espectáculo derrite mi corazón dentro del pecho”
Y agregaste luego estas palabras:
“Apenas te veo así un instante, me quedo sin voz
se me traba la lengua.”
y luego, de pronto, vi
la tranquilidad de los peñascos
como la consumación de la distancia de los siglos

y el mar
como todos los animales juntos
varados en silencio.

Pero tú seguiste
Recitando descalza
Con tu boca de flautas y ropaje blanco:
“No ven nada mis ojos y empiezan a zumbarme los oídos”
Y luego, yo
te vi, triste
como una gaviota blanca
húmeda de cuerpo y estampa
y te dije de pronto
arrodillado:
“Amad mi corazón una hora, pero mis huesos todo un día...”
Y tú
repetiste con un grito inescuchable
lo siguiente:
“Todos son iguales en el espejo del Reino”
Y yo
no respondí nada
como una manso animal desorientado
en el cosmos

Así fue Safo.
Yo fui una sombra extraviada en tu sueño
un cuadro rupestre
en el que te inspiraste dormida
como un salvaje en su lecho.



DEL TIEMPO Y VISIONES

Hemos contado los latidos
de la noche
hasta el amanecer.

FELIPE FLORES.


1.- LA NOCHE
Oh, la noche irrefrenable,
denso espacio
cuerpo azotado y devastado en el dedo gris
de una botella gris.

La noche.
Equilibrio Idólatra.
Lugar de batalla funesta.
Crematoria inútil
de nuestro ojo en el silencio
al costado de la miseria,
placer pagano alejado de escombros
como fuego de dunas melancólicas.
Arquitectura calcinada
de crepúsculo y alba.

Los tiempos, eran
tiempos ilustres de fábulas absurdas,
de mitos medievales
hecho miedo en tus ojos
como fuego de papeles inútiles.

2.- VISIONES
así fue,
así tenía que ser
Poeta Turco.

Eran los tiempos
los tiempos funestos
hecho ceniza doméstica.

Los tiempos
hecho tiempo violento.
Era así
un designio absurdo, fatal,
una profecía cubierta de escupitajo
ante de la guerra inexplicable.
Tiempo
en donde las miradas aullaban
en el pedestal de nuestro sueño siniestro;
y luego de allí
zanjas oscuras sombrías de mar
en tu espalda.

Así tenías que ser
me dijeron entre sueños y voces tronantes
de no sé qué años
o tal vez entes del oleaje en el mediterráneo:
“Así tenía que ser...”
me dijeron
entre sueños solemnes de árboles,
y del año que conozco
después que mis huesos reseco
han viajado lejos
sobre lienzos celestiales.

Y yo, sin embargo respondí muy suave
entre espasmos costumbres cotidianas:
“Así tenía que ser...”
convencido por laas dudas mortuorias del parpadeo
y los días hostiles que te traicionan
y te desnudan entre peñascos intactos.

3.- EPÍLOGO.
Así tenía que ser – dijimos –
por los caminos que andamos
y las huellas que dejamos
y las que aún nos consumen cubierta
con la lengua de los que presagian
nuestra muerte inevitable
y prematura al final del designio.



TIEMPO Y VISIONES

Andando el tiempo
los pies crecen y maduran
andando el tiempo
los hombre se miran en los espejos
y no se ven.

EMILIO ADOLFO WESPHALEN

Son los tiempos.
La potestad de envejecer en las lágrimas.

Los tiempos con sus secretas promesas al silencio
imprimiendo penumbras y
desoladas playas en tus ojos de mortal
como de pequeña criatura.

El tiempo
con sus secretas promesas que culminan en una tumba marinas
en el fondo delgado
de tu gesto al quinto día

Al viento y al tiempo bello
a los huesos marinos y bellos varados
en la estación del viento.
A la tierra calcinada de nuestra huella sombría
construida augusta
en el dolo del llanto ajenos

Al polvo eterno que ilumina la noche
con sus cabellos crecidos de miedo,
al cauce del siglo prestado
y a la eterna morada del hombre prosimio
y de su fin inevitable entre alimañas.

También al perfecto misterio que predica
el desaliento al diálogo,
a los que rodena con sus tejidos blanquísimos de fotogramas
y nos acaba y consume sucesivamente
con esa mirada negrísima de misterio
casi perfecto en el abismo.

Misterio perfecto

Casi en el tiempo equitativo.
Origen perfecto, casi perfecto
callado como la nada tangible.

Misterio de un Dios perfecto
con sus voz de pedernal de pantano y espanto.

Tiempo y misterio.

Desaliento improvisto descrito
después en la lluvia torrencial e infinita.

Blasfemia, engendrando sucesivas caídas de voces intactas
de prisa
verticalmente
y las estrellas que callan al final.



PREGUNTAS ETERNAS

¿Qué me detiene a estar aquí sentado
ante estos ángeles de insomnio,
entre estos llantos
que sucumben en avenidas como ríos?

¿Qué me detiene a estar aquí parado
entre estas moradas humildes
de añejas formas
en torno al fuego de los ángeles
que revolotean impávidas de miedo?

¿Qué me detiene a estar aquí caminando
entre ruinas frágiles de aromas ebrios
abandonadas por los dioses?

Y la pregunta eterna
posando desnuda perdida
en el estanque de los sueños
como pálidas historias.

Perdón memoria,
que infortunio son tus días hostiles
inerte reino del desconcierto.

“Que vano es el espacio lleno de nubes.”

y vano el oficio de escribir



BREVE RECUERDO DEL TIEMPO


PALABRAS DE SOLEDAD EN EL TIEMPO

Nuestro fieles y buenos amigos se han marchado
Se los llevó la muerte. Solíamos reunirnos
A cantar y beber en las tabernas. Ebrios,
Una o dos rondas antes que nosotros cayeron.
OMAR KHAYYAM.

A los nobles guerreros:
Valentín Parco López y
Johnny Barbieri.

Así fue
te acuerdas?

Eran los tiempos de viejas memorias
impregnadas de bellos ojos, de bellos labios,
nacarados y húmedos
cuando bebíamos en cántaro de paja eterna
tibios tragos llamado HUARAPO
o cualquier otro néctar del oráculo salinos
en ese orden natural
de las veredas, empapadas de huesos marinos
como fértiles bosques de pino rojo con
vientos de sauces.

Y la pregunta eterna, inmemorial, coronada
carcomiendo tu fósil de milenio.
¿Quién me escucharía en tal soledad de oscura morada
si llamo de súbito tu gesto? Pero te escribo.
Te escribo desde los suburbios de Edén
y te digo que la inteligencia naufraga mártir
en el silencio de los horrorosos ejemplos
como una oscura carne que clama
venganza
desde cualquier palabra de soledad en el tiempo.




CARL SANDBURG EN LIMA

Por Lima
Carl Sandburg agita sueños envejecidos
a las masas
y camina desnudo en su propia sombra
por callejuelas sucias
como retratos de penumbra y antorcha.

La puerta terca
de las tinieblas se cierra
como enfurecido párpado
a la hora del olvido.

Y él sigue caminando
cazando inasequibles estatuas de pisadas
e imágenes rupestres de nuestras vidas
recitando estos versos:
“Yo soy el pueblo, la chusma, la multitud, la masa
sabéis que todas las grandes obras que existen en el mundo
las he hecho yo.”

Pero tú Ahora
ya no estas presente
en este caos Hermoso
que se posa delicado
en el escenario de este movimiento.

Ruina de mis panoramas.



CARL SABÍA QUIÉN ERA QUIEN

Sí Carl
amigo mío, tú
si que nos comprendías
porque a menudo bebías vino en sueño
grabado en oro;
y llorabas de puntilla
sobre mis demonios
en la frontera del mundo.

Carl, viejo,
osamenta de ceniza.
Tú, sabías
quién era quién
en este barco ebrio,
desde donde
aprendíamos a desconfiar del mar funesto
(Tómbola irrefrenable de caminos
y tormentas)

Sabías quién era quien
Tú 
Sabías quien era Edmundo,
El Pueblo
la semilla entusiasta
el elemento Eterno
el todo pigmento,
la epidemia insurrecta de la sangre
en el párpado ajeno.

Sí, Carl, Tú
sabías quién era quién
El pueblos
El Verbo
Los grandes monumentos,
vestigios formas de soplo inhumanos
y mancha asolada de antiguos pueblos.



ESCRITO EN BASE A UN POEMA DE CARL SANDBURG

Aún así
te sigo escribiendo
desde un café maloliente
oculto
en sueño de historias
de tardes crepusculares
y de insultos lúcidos
que maduran nuestros cuerpos
como reliquias antiguas. O 
desde la lenta imagen de un poema Tártaro
que rasga el fuego de tu vestidura
o desde el pueblo,
la multitud de lánguidos osarios
que claman por la vocación del llanto
desde el poema de Carl Sandurg
recitándose en marcha de mortuorias masacres
organizado por los militantes del orden
que predican salmos como pólvoras
en el término del amor.

Te escribo aún así
desde esas dudas universales que deforman
nuestra profecía
como rostros de historias de un país lejano
como sueños de vocación de mareas frenéticas sin aves
en que se asoma y desgasta
nuestra huella rústica de dios vidente.



HISTORIA DE SUEÑOS


INÚTILES INTERROGACIONES

Inútiles interrogaciones
como pesados sueños
rapiñan nuestra sien
rostros
como chimeneas
pudren flores, ríos, cuerpos, piedras, playas, árboles y almas
en este mundo.

Sombras celestes sin bocas
predicen misterios,
la destrucción de las huellas.

Campanas de iglesias
predican danzas sangrientas en tu cuerpo
como anfiteatros de escenas terribles.

Silencio envejecido de oscuras moradas
reverdecen almas turbulentas
como productos del llanto y del odio:
y la vieja soledad de la infancia
con sus formas de labios armónicos
predicen adioses
en la hoguera de la ruina.

Palabras polifónicas sin sentido
van
cayendo
como cuerpos violentos
en la reyerta de los valientes intentos.

Huesos solitarios de la tormenta
moran en las esquinas
como náufragos de cuerpos sin rostro
abrazando en la arena húmeda
del último diluvio.
¿Y luego, qué hacer después de todo?

La esquina de mi morada
esfumándose
como sueños de campanas,
proyectando la estatua del viento
de nuestra armonía
de nuestras muerte prematura
amada
en cada espacio de nuestra memoria.


Las venas se vuelven cauces en tus ojos
como odres gigantes
causando temor a la ceguera.

Espina morada de la noche.
¿Qué cosecharemos
a través del canto?

Me pregunto.



RUINAS Y VOCES (Hiroshima Mon amour)

He decidido
escribir de esta manera eterno elemento
y nadie lo sabrá
lo juro.
Alrededor de tus ojos
naufragan ruinas en lágrimas.
Nada más
Amor me solo, Nada más.
Palabras vertidas al final del silencio.

Y era una
y varias imágenes sin piedad
moldeando el llanto,
amor me solo.
Y eran todas iguales.

Sombras quietas
exhibidas en el parpadeo ajeno.
(Pájaros intocables de acero
alejándose en desorden
después de la desolación)

Lluvia de pieles incoloras
cayendo como lienzo fuego.

Y era una sola
y varias como pétalos de pieles humanas.
Y era una sola,
y ahí estaba como voces oliendo a ceniza
A óleos innúmeros.
Y tú te quedabas gimiendo 
en el largo crepúsculo
de la locura y de la tormenta.

Sin embargo, era una sola
y varias muertes
amor me solo.
Ruido devorando motores dolores
cubiertos de sangre
de escupitajo,
máquina de llantos inconfesables
regado en la memoria trágica.

En los alrededores de tus ojos
naufragaban ruinas desolación
como crepúsculo al final del día.

Y nada más amor me solo
comienzo del dolor y frío.
Silencio encallado
sobre nuestra frente
y otras que comienzan a conocer
nuestro dolor en la caída de tus cenizas;
y yo que vuelvo a reconocer los muros,
los muros que quedaron solos
destruidos
como una perfecta playa.

Arena humana
oh arena de sangre y fuego,
te devuelvo mi vida
la palabra 
y al mismo tiempo
invoco
a borrar estas lágrimas
que se deslizan de ojo en ojo
como huayco por el mundo.

En el mudo lugar,
ahora, el silencio hace burbujas
como labio de espanto, y
el cuchillo lagrimea sangre
sobre la esfinge del amor
y el fuego lava tu boca
de pecados, en la víspera
de las ejecuciones eternas.




“Dejo mi sombra”, de Leoncio Luque Ccota 

Por Ricardo Ayllón.[1]

Leoncio Luque Ccota ha demostrado ya, desde su poemario anterior, “Igual que la extensión de tu cuerpo” (2014), ganador del Premio Copé, que la vuelta a las raíces, que el escuchar el llamado del lugar de origen, es siempre fuente viva para el corazón. Según lo que él mismo nos informa, “Dejo mi sombra. Entrega de memorias” (Ediciones Universidad Central, 2016), ganador del Concurso Internacional de Poesía “Fernando Charry Lara” Colombia, 2015, es la continuación del referido poemario. Pues sí, he aquí que volvemos sobre aquella voz en primera persona de aquel antepasado suyo legando para el lector la riqueza de su raza, de su cultura, su identidad y su memoria ancestral.

Y lo hace, como siempre, asentando el fuego de su palabra en la tierra, un elemento que desde su representatividad aviva en el protagonista lírico aquella emoción totalizadora que la constituye, es decir como fuente de vida, amparo y patrimonio; en suma, aquello que ha significado la madre tierra para el peruano andino, o altiplánico-aimara en este caso en especial. Pero esta conmoción consigue un particular acento con la carga de la muerte, de la partida, de la agonía humana del protagonista lírico que hace que el discurso funcione como un original autorresponso: “Pero yo aguardo con esperanza mi muerte / y permanezco atento como el sol, / que se anuncia en el morir” (p. 19).

Conozco poco los rituales de preparación para la muerte en la cultura andina, y debo entender que cada una de las culturas peruanas tiene sus singularidades en este aspecto, ya sea en forma de cantos, de danzas o discursos. En el caso de este libro, el lector ‘oirá’ la voz de la partida del protagonista quien va dando cuenta de los linderos de sus propiedades. En este propósito, nos presenta los elementos naturales, culturales, sociales de su entorno, manejando para este logro un lenguaje cuyo estilo consigue envolvernos súbitamente en una esencia que paladeamos como innata, natural, en el que no se ha hecho el mayor esfuerzo para su elaboración.

El paisaje, la labor agrícola, el trascurrir del día, la miseria, la soledad, la demanda social, ciertos hechos históricos, los dispositivos de la tradición oral que dan soporte a la personalidad aimara, y alrededor de ellos la presencia de personajes lindando (cada cual con su propia forma de ser) con el protagonista lírico, constituyen la envoltura de aquella entidad discursiva por la que avanzamos sintiendo que estamos frente a un necesario legado. A uno que no solo habla para sus congéneres (en la ficción poética), sino también para los atentos seguidores de una poesía que busca ofrecer nuevas versiones de nuestra íntima pero diversa cultura ancestral.

¿De qué forma concebir y entender esta diversidad sino se tiene la posibilidad de recorrerla físicamente? He aquí la creación literaria como una tabla de salvación, o mejor aún, como la versión anímica de un creador como Luque que en su necesidad identitaria jamás se desdijo de su cultura y sentirse salvado así por sus ancestros.

La cultura aimara se ve confortada, respaldada aquí, por el lenguaje que se deposita sin el prejuicio de pensar que llegará a lectores ajenos a aquella y, en el contexto verbal del español, pueda parecer disonante. No, todo lo contrario, aparece más bien para conceder sustento al ritmo, a la musicalidad resultante alcanzada por el autor tras darse el gusto de incluir vocablos de aquella lengua.  Y esto se nota mejor cuando caemos en la cuenta que los versos son más cortos respecto del poemario que lo precede. Tal brevedad (quizá debamos decir precisión) parece nacer también de una intencionalidad diferente al anterior libro (pese que este es su continuación), como si en este volumen el poeta siguiera el ritmo más detenido, ajustado, de la respiración de un protagonista lírico que siente a la muerte más próxima.

Estimo en lo particular que se trata, también, de un afán de simplificación, de procura de la sencillez para que el lector aproveche mejor los elementos del paisaje cultural propuesto por el poeta. Los versos se plasman esta vez con la contundencia natural de quien ya ha conseguido familiarizarse con aquellas raíces que llegan para refrescar su creación lírica en general. Las palabras atizando el fuego del reencuentro con un lector peruano (latinoamericano) que necesita no solo del conocimiento sino también del sentir de las entrañas terrígenas.

Las siete entregas de este libro reinventan, recrean, reimpulsan la emoción que buena parte de la nación aimara guarda para nosotros. Y Leoncio Luque nos despierta, nos saca de la sequedad y de la indiferencia occidental para que, como rezan algunos de sus más intensos versos, bebamos “como niños jugando con el cielo / sonriendo dentro de nuestra soledad / después de una sequía”.

[1] Ricardo Ayllón. Escritor, periodista y editor peruano. En poesía ha publicado: “Almacén de invierno”, “A la sombra de todos los espejos” y “Un poco de aire en una impura”. En narrativa, es autor de los volúmenes “Monólogos para Leonardo”, “Baladas del Ornitorrinco” e “Imberbes”. Su poesía y narrativa aparecen en varias antologías nacionales. Participó en la redacción de revistas literarias de alcance nacional. Como periodista cultural, es autor del libro de entrevistas “Las preguntas del Ornitorrinco. Diálogos con la literatura peruana”. Dirige el sello Ornitorrinco Editores.



MATE DE SALVIA

 I.          Siento el frío ahogado de la noche.
II.         Tomar un mate de salvia
III.        curaría esta pena, mientras ignoro la muerte
IV.         que se viene
V.          como avalancha
VI.        de hielo cubriendo mi sombra y memoria.

VII.       Por la derecha
VIII.     una lágrima desprendida como agua pura cae del
             [cielo.
IX.        El recuerdo al final de la noche devasta todo lo
             [vivido.

X.          Yo colindo con Santos inquieto
XI.         que en primavera se precipita,
XII.       con cada paso mal dado,
XIII.     que crucifica con su genio a todo hombre,
XIV.      que se cruza en su andar.
XV.        Y trata de recordarnos
XVI.      que la parca está en la esquina,
XVII.     aumentando su redondez con almas,
XVIII.   esperándonos siempre.



  
MUERTE PERFUME

I. Desaparecer por donde anduvieron los achachis[1] ,
II. colgado de tus ojos de cóndor mirando [apachetas[2],
III. señales de fe,
IV. como si, a través de estos caminos infructuosos,
            [se pretendiera
V. conmemorar todo lo vivido.

VI. Nuestra vida desaparecerá como todo desaparece:
[irremediable
VII. sueño con el umbral del tiempo, capturado por
      [congojas,
VIII. que desnuda mi visión.
IX. Todos hemos señalado los hitos en señal de propiedad
X. para no confundirnos en el caminar de los que vienen
XI. después.
XII. Mariano, que es de confianza fúnebre,
XIII. retiene la vida a pesar de su desgracia
XIV. y maquilla con la sonrisa inmortal
XV. espumas de su enojo.

XVI. Al margen de mi sueño, que atisba lo que viene,
XVII. la muerte se perfuma en el fuego de apachetas,
XVIII. con su memoria de piedras apiladas, ahora.




SUBSISTENCIA DE SUEÑO

I. En esta cabaña albergo el secreto de lo que soy,
II. la manutención de mis sueños inasibles,
III. la identidad de un país lejano,
IV. como sucesión intestada.

V. Esta parcela, como mis pasos retornan,
VI. entra media carga de papa,
VII. que se almacena
VIII. diligentemente en esta época del reino y endecha,
IX. al cabo de cada cosecha
X. la vida llena de anhelos
XI. en virtud del cual
XII. nunca nos faltó alimento.
XIII. Mis palabras sembradas en cada tarde
XIV. como cuando la miseria merodea
XV. buscando almas famélicas indignadas
XVI. para llevarnos al infierno.



CAMPO DE CEBADA
  
I. Campo de cebada más allá de mis pasos
II. se bifurca de súbito con el viento.
III. Por el pie,
IV. colindo con el mismo testador
V. que a solas habla de sus ideas
VI. de errar el tiro en la vida.
VII. Que alguna vez fue ajusticiado
VIII. por el juez de tierra
IX. por no cometer delitos por encargo
X. y no humillarse ante la soberbia
XI. de quienes gobiernan
XII. en esta sociedad fugaz,
XIII. llena de zanjas en el rostro
XIV. de los que sufren.



HISTORIA
  
I. Historia inventada
II. del mundo sensible
III. cuando todos duermen.
IV. Historia concebida a cada paso
V. como carnada en el desierto nos llama.

VI. Por la izquierda
VII. colindo con Pedro,
VIII. el vecino inoportuno de nocturna armonía
IX. que habla de éxtasis, petrificado en su rostro
X. de todo cuanto se le viene
XI. a la cabeza,
XII. y ampara su juicio sin piedad
XIII. en su memorial de borracho.

XIV. Es el primer cuento de esta historia
XV. para principiar otras que vendrán
XVI. como agua de manantial
XVII. y pulsación de vida
XVIII. en esta tierra de wala wala.



WANCHO LIMA 1923[3]

 I. Tica Huyo[4],
II. una antigua cabaña descuidada hoy,
III. pero construida para salvarse del aletazo
IV. de la desmemoria y
V. de la desconfianza
VI. y de la miseria crepuscular.

VII. En algún momento vivimos de miedo
VIII. en la perversidad de la injusticia
IX. de mil novecientos veintitrés,
X. que nos tocó vivir la palidez de la luna
XI. donde todas las estancias
XII. fueron calcinadas sin palabra alguna,
XIII. y la gente huyó despavorida,
XIV. como pudo, a los cerros más altos
XV. para vivir entre lagartijas y vizcachas.

XVI. Los recuerdo de warmis[5]
XVII. cargando los niños pasean por mi memoria,
XVIII. en brazo de miseria y hambre.


[1]Achachi: abuelo, antepasado, persona mayor. [N del E.]
[2]Apachetas: lugares sagrados que concentran energías. En estos lugares los amautas (‘educadores o historiadores tradicionales’) y yatiris (‘médicos tradicionales’ o ‘sabedores’ ) ofrendan wajt’as o mesas a la Pachamama (Madre Tierra), principalmente en el mes de agosto. Las apachetas también son denominadas apus o espacios sagrados donde habitan los achachilas o los primigenios antepasados, junto a los uywiris que son las deidades aimaras –según la cosmovisión andina– que alimentan y cuidan a los seres vivos de la Pachamama.
[3]En esta fecha hubo una revolución en Wancho Lima, que causó estragos en las comunidades por parte de los mistis (‘hombres blancos’) de Huancané, un movimientos indígena  que tuvo resonancia en esa época, tomado en cuenta por Mariategui. Lo encabezó Carlos Condorena. Esta famosa sublevación indígena en la que fueron acribillados en el Perú más dos mil campesinos, es un evento de gran importancia para el pueblo aimara.
[4]Tica Huyo: lugar donde hay muchas flores, cerca de la carretera.
[5]Warmis: mujer en aimara.






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