domingo, 24 de octubre de 2010

1579.- EMAD FOUAD


Emad Fouad nació en la aldea de Al Faronija en el Delta del Nilo de Egipto en 1974 y se estableció en Bélgica en 2004. Su último libro de poemas, "Contusión de una mordedura de remordimiento", fue escrito casi en su totalidad en Gante, pero publicado en El Cairo, al igual que sus colecciones anteriores.

Emad Fouad pertenece a la generación de la década de 1990, que se rige por los pies métricos y no cultiva el poema en prosa. Otras características de su poesía son el uso intensivo de símil, su mezcla de dialecto egipcio y árabe clásico, y sus dibujos detallados, que adquieren proporciones microscópicas en sus últimas colecciones.




Sudor

Levantas tu mano en nuestro enredo
y acaricias tu nuca caliente.
Miro mi mano
y encuentro todas las gotitas de sudor
encima de mis dedos.





Seducción

¡Quién dijo que la seda necesita un encaje
para que la mirada nos seduzca!






Codicia

Cuando entraste
estaba ocupado ecribiendo.
Nuestra cama estaba a punto de gritarme:
<<¡mira, mira!>>
Pero, igual que siempre,
esperaba tu presencia entera.






Regreso

No sueltes tu cabello ahora
para que los pájaros
no regresen pronto
a sus nidos.






Fracaso

Mi inteligencia me ha fallado.
La gota de sal,
que mis labios pensaron que era sudor de tu mejilla,
era una lágrima.







Escucha

Escucha con tu corazón
el gemido de una rosa,
pasando por de abajo de neustra ventana,
Creció en la sombra
sin que nadie la mirara.






Feminidad

Tan pequeña que es la rosa
y las dos mariposas que vienen de lejos
compiten para ganar su aroma.
La rosa mira con sus ojos femininos
y elige,
se inclina hacia el lado de donde viene apresurada
otra mariposa más bella y más brillante.





Doncella

Susurra la muchacha al oído de su padre
al ver los racimos de uva tan cerca:
Mira,
después de que sus tallos se llenaron de néctar
las uvas se abrieron revelando el jugo abundante.







Somnolencia

Cuando entras en casa
no hagas ruído con tus tacones altos.
Hay algunas mariposas dormiendo en el rincón
esperando nuestras velas esta noche.
También nuestras voces de anoche
que dormitaban encima de nuestra sábana azul.

Picadura
No era tu enemiga
aquella abeja que se aprovechó de la distracción
y que picó tu seno izquierdo.
Está perdonada:
pensó que era una rosa
que iba a esconderse bajo el lino
de tu camisa blanca.

Poemas escogidos del poemario Harír (Seda),
Beirut 2007.




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