domingo, 25 de marzo de 2012

6341.- TOMASA OCHOA CORDERO

Tomasa Ochoa Cordero. Nació en Montalbán, Carabobo, VENEZUELA, el 15 de enero de 1915. Falleció en Valencia de San Desiderio el 20 de enero de 2011. Poeta y pintora. Publicó los siguientes volúmenes de poesía: Canto uno, Montalbán; Mi canto es del viento (Separata, 1981); Páginas en el espacio (Ediciones del Gobierno de Carabobo, 1991) y Viento de sequía sobre el arado (Ediciones del Gobierno de Carabobo, 1996). Participó en exposiciones artísticas llevadas a cabo en Carabobo y Aragua, destacando la admisión de sus obras en tres ediciones del Salón Michelena. El viento seguirá susurrándole versos sencillos e inmediatos y, con la vista recobrada, pintará estampas arraigadas en la tierra y el corazón.




QUERELLAS A MI PUEBLO


Aquí me tienes
mi terroncito de tierra dura
vengo a contarte algunos recuentos
de mi desenvolvimiento.
No te pongas triste
si es que me ves llorar.
Es que hay algunas frases que zapatean
en lo agudo de mi garganta
sin poder brotar,
porque son duras
tienen espinas y suelen mi voz hincar.
Ay, si supieras cómo me han tropeado
las otras tierras.
Es que nunca has debido dejarme ir.


(Mi canto es el viento, 1981).










15 de enero


a Montalbán


Pueblito mío
si algún día volviese a ver
¿Cuántas cosas sabrás?
aun distante sé como eres
y no escapas de mi alma
a oscuras te amo sin límite
gracias por recordarme
en mi cumpleaños.


Valencia, 15 de enero 2000/ hora 8:20 PM







Eclipse '91


Vé y dile a Gabriel
que transité por un paraíso sin luz
y muchas veces fui quemada.


Ya me ves, escaleras arriba
doblada de cicatrices.


julio 11, '91


Tomado de "Viento de sequía sobre el arado" (1996).








Sepulturero


Navegando en agonía
esclava de mis andares,
rompí camino al final
y me iba capeando la tierra.
No sé que quiso decir.
Aunque no le di respuesta
sé que deben bajarme.
quiero sentir allí los inviernos
y saber de lo que hablan las noches.


DE Páginas en el Espacio, 1981








Ámame


Nútreme de esperanzas
en cualquier noche como otras
aunque de cansancio
la luna desvanezca
y los luceros curiosos
no puedan abrir sus ojos.






Agonía


Si te dijeran
que el azul de tus ojos
lo robaste del mar
y el enfado de tu sangre
a la noche gris,
yo diría
la calma que hoy reflejan tus pupilas
pudo ser mía.






Once


Mirada triste de mar ausente,
ojos que roban sin ser vistos,
aguas turbias que aclaran al verme
si el viento agita sus cabellos.
Recuérdenme
y por vida santa
díganle si lo ven
que estuve aquí.








Víspera de los inocentes


Nunca digas que eres
el hombre a quien amo.
De enterarse el mundo
mi mente quedaría sin luz
y mi sangre sin calorías
ya que es un enigma
este amor sagrado.





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