Jun Tiburcio
Nació en Chumatlán, Veracruz, México en el año 1960, es un poeta del lenguaje totonaco (tutunaku), y su pueblo de familia es Chumatlán, Estado de Veracruz, México.
“Bendiciones” contiene el poder del enojo en forma de palabras de un ritual religioso.
La asociación cultural Chambra D'Oc otorgó el Premio Ostana por Escritura en Lengua Materna al poeta de origen totonaca Jun Tiburcio, por su obra La Vida del Colibrí.
México.- El escritor y poeta de origen totonaca Jun Tiburcio fue premiado por la organización cultural internacional Chambra D'Oc, en la ciudad italiana de Ostana.
El premio, por Escritura en Lengua Materna, fue entregado a Tiburcio como reconocimiento por su obra Xlatamat jun / La vida del colibrí, que presentó en el 2014 durante el Festival Cumbre Tajín.
El poeta nació en Chumatlán, Veracruz, y es considerado un artista multidisciplinario, pues ha incursionado en la pintura, escultura, escritura, poesía e instalaciones visuales.
Jun Tiburcio ha encabezado exposiciones en Canadá, España, Australia, Venezuela y Nueva Zelanda.
Su libro, La vida del colibrí, fue editado por el Centro de las Artes Indígenas y recaba poesía en torno a la vida de los colibríes, como aves sagradas, que a través de su color y movimiento, representan el amor. El escritor y poeta de origen totonaca Juan Tiburcio, fue reconocido por la organización cultural internacional Chambra D’Oc, en la ciudad italiana de Ostana. El premio, por escritura en lengua materna, fue entregado a Tiburcio como reconocimiento por su reciente trabajo Xlatamat jun / La vida del colibrí, que presentó en el 2014 durante el frestival Cumbre Tajín. ¡Un verdadero talento mexicano!
Taskulanatlon
Kakuwinin katlawalh chichini xatutunaku,
kaj matsiswanimakgólh tama luwanan.
Kakisikulanatlawa xa tutunaku kintlatikan,
tama luwanan ka ki lakgapalamakgólh.
Kakimakgalhtokge xa tutunaku,
tama tatsokgni xa luwan ka akgsaninan.
Kakintlini xa tutunaku,
akan tliy luwan ka lixkan kiwaniy.
Kakixakgatli xa tutunaku,
ntama xtachuwinkan luwanan kimatasiy.
Bendiciones
Bendíceme en totonaco, Dios mío,
porque en español me maldicen.
Ilumíname con el sol totonaco,
porque me opacan en español.
Dame sabiduría totonaca, Dios mío,
porque en español me llaman tonto.
Dame letras en totonaco,
porque las letras españoles mienten.
Cántame en totonaco,
porque en español me ofenden.
Háblame en totonaco,
porque en español me gritan.
Blessings
Bless me in Tutunaku, my God,
because in Spanish they say bad things about me.
Illuminate me with the Tutunaku sun,
because the Spanish sun makes me dull and hazy.
Give me Tutunaku wisdom, my God,
because in Spanish they call me stupid.
Give me the Tutunaku alphabet,
because Spanish letters lie.
Sing to me in Tutunaku,
se the sound of Spanish offends me.
Speak to me in Tutunaku,
because in Spanish they always shout at me.
Bénédictions
Bénis-moi, mon Dieu,
parce qu’ils me maudissent en espagnol.
Illumine-moi avec le soleil totonaque
parce qu’ils m’assombrent en espagnol.
Donne-moi la sagesse totonaque, mon Dieu,
parce qu’en espagnol ils m’appellent bête.
Donne-moi des lettres en totonaque,
parce que les lettres en espagnol mentent.
Chante-moi en totonaque,
parce qu’ils m’offensent en espagnol.
Parle-moi en totonaque,
parce qu’ils me hurlent en espagnol.
Traducción al español por el poeta
Spanish translation by the poet himself
Translation from Spanish into French by Lidia García Garay
Translation from Spanish into English by Alexander Best
En México, los organismos e instituciones encargados del rescate y la difusión de las diversas lenguas indígenas tienen un arduo trabajo. Aquí presentamos tres materiales enfocados a distintas regiones del país, que fueron creados para apoyar esta titánica labor.
El oficio de publicar en lenguas indígenas
Los usuarios de una lengua como el español —utilizado por la mayor parte de la población mexicana— no pensamos en las dificultades que pueden tener los hablantes de alguna de las otras 89 lenguas (más sus variantes) de nuestro país —sí, lenguas, pues de acuerdo con el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), deben ser tratadas como tales y no como dialectos— en las áreas de educación, impartición y administración de justicia, salud, asuntos o trámites de carácter público y en el acceso pleno a la gestión, servicios e información pública. En México, 6,695,228 personas de cinco años o más hablan alguna lengua indígena como lengua materna. Obligarlos a hablar el español como lengua oficial ha generado cuestionamientos importantes, en los que la primera pregunta siempre es: ¿por qué?
¿Por qué los hablantes de lenguas indígenas deben usar el español al hacer cualquier trámite oficial? ¿Por qué no se les puede proveer de una educación en su lengua materna, además del español? ¿Podría darse el caso de que hablar español sea una decisión personal de estos hablantes indígenas? ¿Puede mantenerse viva una lengua sin hablantes? Todas estas preguntas se debaten en instituciones especializadas en culturas originarias, lenguas indígenas y educación pública. En esta ocasión, en La otra L decidimos hablar de algunos autores y editores que optan por escribir, publicar y difundir las letras en lenguas indígenas.
La naturaleza y el hombre
Uno de los grupos indígenas mexicanos que actualmente lucha por conservar su identidad y su lengua es el de los totonacas, los cuales, hasta la fecha, sostienen un vínculo inquebrantable con la naturaleza, buscando nuevas formas de existencia sustentable, y celebran las antiguas ceremonias que los abuelos practicaban para pedir permiso y agradecer a la tierra por sus bondades.
Ejemplo de este esfuerzo identitario es Jun Tiburcio, poeta totonaca (o tutunakú, como él dice) y maestro de educación indígena, nacido en 1959, en Chumatlán, Veracruz. Xlatamat jun. La vida del colibrí es su quinto libro de poesía, en el cual presenta temas de reflexión y filosofía y muestra el paralelismo entre la vida y las costumbres de esta ave y del ser humano. El maestro habla al respecto:
Este libro fue hecho después de analizar las actividades que hace el colibrí: su nido, su pico y cómo lo introduce en la flor que no puede fecundarse a sí misma. Nace la semilla y esto contribuye a la diversidad de la naturaleza. Se alimenta de la miel de las flores porque necesita mucha energía, porque tiene mucha velocidad, necesita ejercitar su cuerpo y que sus plumas brillen.
Para la cultura totonaca, el colibrí es un animal importante, pues se dice que da buena suerte y trae los mensajes de las deidades, además de que invita a la reflexión sobre las diversas formas de vida que existen y la concepción de la otredad en el mundo actual. Es importante mencionar que la primera formación escolar que tuvo el poeta Jun Tiburcio fue en totonaca, su lengua materna, pero posteriormente se trasladó a Papantla para continuar su educación y fue ahí donde conoció el español, así como las costumbres mestizas. Al ver la marginación de la que las lenguas originarias son objeto, él busca difundirlas y remarcar la importancia de éstas como forma de comunicación fraterna entre pueblos de todas las latitudes:
El colibrí nos hace reflexionar sobre muchas cosas porque también afina su canto; en la primavera canta y nosotros también debemos afinar nuestra voz. Debemos escribir, leer, hablar en lengua y en muchas lenguas porque tenemos muchos vecinos que hablan otros idiomas; esto desaparece las fronteras y se logra sólo con la educación.
Por eso el poema dice:
Haz valer tu habla,
que persona ajena no valorará,
sino nosotros mismos.
Escribe tu lengua,
estúdiala,
háblala,
escúchala.
La edición de este libro, La vida del colibrí, es un esfuerzo conjunto del difestatal de Veracruz, el Centro de las Artes Indígenas (cai) de Papantla y la Editorial Tres Corazones, que busca difundir la obra de artistas de la región del Totonacapan.
Hablar con el corazón
El maestro Victorino Torres, lingüista de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (enah), es el creador del poemario Moyol nohno tsani: hablar con el corazón, ilustrado por Agustín Santoyo y coordinado por María Baranda. Este interesante y valioso proyecto fue elaborado con la intención no sólo de difundir la lengua, sino de crear una estrategia de rescate, pues al maestro Torres le importaba que los hablantes no perdieran su lengua originaria, ya que esto es parte fundamental de su identidad. El libro fue editado con el apoyo de la Secretaría de Cultura de Morelos. Para entender la intención y el proceso de este proyecto, es necesario recordar un poco de nuestra historia. Cuando los españoles llegaron a nuestro país, fueron los frailes franciscanos quienes aprendieron el náhuatl y empezaron a trabajar con los niños y jóvenes para lograr la evangelización. Es por eso que al maestro Victorino se le ocurrió crear un material ameno y cercano a los niños, de forma que ellos pudieran volver a familiarizarse con su lengua y notaran que es importante, pues, en palabras del mismo maestro, muchos ya no quieren hablarla debido a la discriminación que sufren:
En nuestro país, existe una gran marginación y burla hacia todas las lenguas originarias. Sólo entre 6 o 7% de los habitantes del país habla alguna de ellas. Los padres de estas comunidades optan por ya no enseñar la lengua a sus hijos porque el español les será más útil en su vida, es lo que les pide el sistema. Es por esto que los niños quedan con un vacío cultural, además de que se da un choque lingüístico en las escuelas, ya que los maestros enseñan en español. Así, el pequeño aprende que su lengua (y, por tanto, su identidad) no son importantes.
Para la creación de los textos se eligieron poetas de Coatepec, Morelos, ya que en ese lugar de la región, la única lengua originaria que se habla es el náhuatl (cabe mencionar que, de acuerdo con los datos del inegi, hasta el año 2010 había 1,544,968 hablantes de náhuatl en México). Los poemas que aparecen en el libro fueron creados a partir de una misma idea: se eligió una palabra (corazón) y se les pidió a los autores que la interpretaran de manera libre, de forma que cada uno tuviera la oportunidad de construir su texto y decir lo que quisiera, dándole un significado simbólico o literal. El resultado fue toda una gama de discursos que reflejan la cosmovisión náhuatl, tanto antigua como actual.
Primer vocabulario tepehua-español-tepehua
Este vocabulario contiene 1,000 palabras y 2,000 frases, y su objetivo es revitalizar la lengua tepehua. Es un trabajo académico realizado por un grupo de especialistas conformado, entre otros, por el doctor Salomé Gutiérrez Morales, etnolingüista, y el maestro Efraín de la Cruz Tiburcio, maestro de educación indígena desde hace 16 años, integrante del Comité Interinstitucional que realiza los trabajos de normalización de la lengua tepehua para los estados de Veracruz, Puebla e Hidalgo y titular de la Academia Regional Tepehua de la Academia Veracruzana de las Lenguas Indígenas (aveli).
Al crear este libro, se pensó en fomentar la escritura y el uso de las lenguas indígenas como política pública que facilite los procesos tendientes a la atención de las lenguas originarias, generando materiales lingüísticos bilingües de calidad académica y de utilidad para que los propios pueblos continúen construyendo su historia y avanzando en la fortaleza de su lengua.
Lucía Tepole, directora de la aveli, quien presentó este libro hace algunos meses, dijo:
La lengua tepehua es muy rica y vale la pena aprenderla, conservarla, fortalecerla y revitalizarla. No sólo tiene riqueza lingüística, sino que nos habla de las historia de los pueblos indígenas. Hay cerca de 5,000 hablantes de lengua tepehua; es una lengua que va caminando, evolucionando, pero no perdiéndose.
Este proyecto tomó como base el tepehua hablado en las comunidades de Tlachichilco (Veracruz) y Pisaflores (Hidalgo), aunque hay otras zonas de Veracruz donde también se habla, como Ixhuatlán de Madero, Tecomajapa y Agua Fría; en Hidalgo se habla en Huehuetla.
El vocabulario está dividido en tres partes: sección tepehua-español (que contiene frases además de las palabras, ya que es importante el contexto), sección español-tepehua, y el esbozo gramatical, pues es precisamente la gramática la que hace diferente a un dialecto de una lengua indígena (se le llama “esbozo” porque es el corazón del aprendizaje).
“Somos los hablantes los que vamos a dar fortaleza a la lengua indígena. Nuestra lengua debe ser promovida en las escuelas para leer y escribir. También debe haber medios de comunicación en lengua”, dijo el maestro Efraín, quien ha publicado seis libros relacionados con el tema y ha participado permanentemente en las prácticas para la normalización del tepehua. Es conveniente aclarar que esta lengua es hermana del totonaca, pues comparten muchas palabras debido a la proximidad geográfica en la que cohabitan.
El libro se editó gracias al aveli (organismo público dedicado a fortalecer el uso y la escritura de las lenguas originarias) y al inali. Solamente en Veracruz perviven 15 lenguas originarias y existen alrededor de 650,000 hablantes de éstas, lo que representa 9% de la población veracruzana.
Lo que viene
El panorama que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (unesco) pronostica es desesperanzador: en un periodo de 100 años se perderán alrededor de 3,000 lenguas de las 6,000 que ahora existen en el mundo, es decir, habrá una pérdida de 50% de los códigos lingüísticos. Aunque parece que la humanidad se empeña en olvidarlo, las respuestas se encuentran en el respeto al otro. Rescatar la visión y la riqueza lingüística de los pueblos indígenas es un primer paso para descubrir nuestros propios orígenes y ampliar nuestra visión del mundo, de forma que México sea un país de inclusiones y no de marginaciones. En nosotros queda esa responsabilidad.
Entrevista con Sylvia Schmelkes sobre las funciones del INEE
25 mayo, 2015
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