viernes, 25 de noviembre de 2016

ANDREA BERNAL [19.642]


ANDREA BERNAL

Paula Andrea González Bernal (pseudónimo Andrea Bernal), Madrid, España, 1985. Es actualmente profesora de Filosofía y poeta.

Desde los 6 años, con sus primeras letras empezó a realizar versos, leyendo  a Gloria Fuertes.

Después en la vida se sumaron viajes, hasta que en la adolescencia descubrió a Lorca de mano de un profesor.

Después llegaría Virginia Woolf, Shakespeare, Lord Byron, Keats, Duras, Yourcenar y por supuesto la Filosofía.

Entre esos autores y muchos más, teme...."la lista sería interminable", navega. 

- Su primer poema "Primavera Viva" surgió cuando tenía 19 años y se publica en "Nueva Antología Hispano Americana" de Ediciones Lord Byron, que dirige Leo Zelada y se presenta en Casa de América de Madrid junto a poetas de la talla de Jaime Siles o Cristina Peri Rossi entre otros.

-Nace en 2013 su primer libro, "Los pájaros", de editorial Eolas. Con la ayuda de Héctor y Agustín...editor y maquetador, además de amigo.
Libro que apoyan y presentan escritores como Julio Llamazares, el poeta y maestro Antonio Colinas y Raquel Lanseros. 

El libro se presenta de la mano de dichos escritores en León (Palacio Conde Luna), Salamanca (Casa de las Conchas) y Madrid (Casa del Lector)

En  julio de 2016, se publica "Adiós a la noche", edición Isla de Siltolá, que sale a la venta a mediados del mes de julio, con posibles presentaciones en septiembre.

Un libro más oscuro, de pérdidas y esperanzas, donde se juega con la luz/oscuridad; la noche/y el día; desde un sentido íntimo, casi místico, haciendo reflexionar sobre el paso del tiempo y el alma humana, los enigmas que nos conducen a la noche.


Geografía

Distancia

La distancia obstinada
detiene el temblor del ocaso.
Es más sencillo tropezar con las sombras
cuando viene el ave inmensa.
Me pregunto si son ángeles a veces
detrás de nosotros mismos,
los que dejan caer sus plumas,
para recordarnos la cercanía con el cielo.
Sí,
yo a veces tiemblo también con
las estrellas,
 y me acurruco con el miedo
de las tormentas feroces.
¿Es el espacio un cuerpo?
¿También mi cuerpo está en lo alto?
Distancia obstinada,
vienen los dioses
de mi inconsistencia
sobre las manos.


Encuentro geográfico

Este país no es el mío.
Los niños juegan a la posibilidad de los encuentros.
Lo sublime está en otras lenguas,
también en la luna negra de Hong Kong.
Cómo acercarnos,
cómo acercarnos…
-hay un ave tendida y frágil que nos separa entre dos vías-
somos al fin y al cabo
dos desconocidos
en la posibilidad
de los infinitos aceros
de nuestra geografía.


Sobre la belleza, esbozo

Cuando nada se oiga,
o la nada misma,
el cerezo recogerá el viento de una tarde de mayo.
El silencio también crece sobre las parras fértiles,
y cubre su belleza
con un minúsculo canto de lluvia.
Ante todas las posibilidades de él,
yo fabriqué,
de seda blanca,
un techo,
para nuestra casa abandonada.
Lo absoluto es
solo
una parte de infinitud,
próxima a la belleza.



Am bos

Él me dijo que las palabras eran posibles.
Se puso la gabardina,
guardó vinilos,
se fue.

Ella me dijo que las palabras eran posibles.
Se puso su abrigo rojo,
encendió el mechero,
se fue.

Él buscaba música para encender bengalas.
Atendía a los naufragios de su propia isla.

Ella buscaba música para el alma.
Atendía a cada libro enfermo y a las flores.

Él se había partido un brazo navegando en el Atlántico y tenía el codo cosido.
Ella tenía cosida la espalda, 60 grados de escoliosis.

Él estudió la posibilidad de fresas corporales.
Ella devoraba como un tigre yuka, mango y mandarina.

Él quiso vivir la intensidad limitada, el apoteosis ecléctico de lo indefinido.
Ella solo

deseó un hijo.



Último acto

Cuando nadie piensa aún que el telón puede bajarse.
Y ruge el verde mar,
Y está aquel perro inconsciente de su vitalidad, diciéndome todo con sus patas.
Y estiro mis piernas por si el horizonte puede volverse aún más infinito.
Y me digo que la soledad no es un silencio,
Solo la consecución del último acto.


Tapices

Tapices,
yo os guardo como flor en puño.
Decidme si  es aquí donde debo estar o permanecer mudos.
He seguido vuestro rostro leve
demasiadas veces con las manos.
He tocado todos los colores,
a veces desgastados.
Las huellas de los animales se acercaban a mí.
Sí,
-es extraño-
Fuisteis más que forma o color.
Yo miraba absorta
y vuestras flores me seguían
generación tras generación.
Tapices.
Decidme
-dónde debo ir-
si permanecer en  esta casa,
o en  aquel interminable Palacio de Italia.
-O es volver a las tardes rosadas de La Toscana-
donde siempre estuve
-sin yo saberlo-




DE "Los pájaros", de editorial Eolas, 2013.

PRÓLOGO

La tumba de Edgar Allan Poe 

                                para Andrea Bernal

Dicen que cuando la vida acaba empieza el poema. 
Empieza el poema como un ensueño lento 
donde acaba todo lo existido, 
el siglo aterrado tras haber reconocido que la muerte 
triunfaba en esta voz extraña. 
Y la poesía es el rito de no existir, 
de no existir frente al espejo 
que cae una mano mordida por el sueño 
en donde la desesperación es poco 
y se celebra tirando de la cadena. 
Como decía Beckett: sale, no se mueve. 
Y aún estamos en la página esperando a Godot.

Leopoldo María Panero 
20 de Marzo de 2013 Las Palmas de Gran Canaria


Así explica la propia autora el origen y el sentido de este libro:

“Los pájaros” surge del intento de organizar unos poemas escritos en diferentes libretas durante años. Desconozco el motivo por el que un día se unieron para dar forma a un hilo común.

Tengo que advertir que la poesía llegó a mí como “desconocimiento” y continúa siendo así por el hecho de que nunca sé qué voy a escribir hasta que aparece una palabra.

De este modo siento en la poesía una realidad que se manifiesta como “conciencia”. No se trata, sin embargo, de una conciencia “moral”, sino de la propia vida o del tiempo.

En mi caso, identifico la poesía como una realidad que alberga una reflexión tanto de la vida como de la muerte. El poeta tiene la capacidad de tener conciencia tanto de una como de otra. Aunque pueda expresarse con palabras bellas, no es la belleza quien mueve su obra sino una búsqueda de realidad diferente que crea su “voz”.

Es posible que este hecho me encaminase a interrogantes que a su vez me hayan conducido a ver un mundo lleno de pájaros.

Esto es para mí el enigma más bello que puede otorgar la poesía.






Adiós a la noche, Ediciones de La Isla de Siltolá. Colección TIERRA, nº 86 (Poesía). Sevilla, julio 2016.


El libro «nace de una sensación y un momento vital muy distinto al de Los pájaros. No soy capaz de hablar de si es mejor o peor, pero nace de una conciencia diferente, y sí de más madurez vital» «Al igual que Los pájaros tiene cierta dureza difícil de definir, como una especie de peso del mundo que nos rodea que me preocupa y creo que intento expresar» «Es un libro que puede tener la apariencia de más oscuro por su título» «En el fondo está lleno de cambios de estado, de amor y desamor, de pérdida, pero también de esperanza. Decirle adiós a la noche es decir adiós a un cambio de estado. Juego con esa dualidad, luz-oscuridad, día-noche, que tenemos en la vida»
Andrea Bernal



Solo la noche
nos recuerda
las horas
que se abren
en los amantes


.



Adiós a la noche, 
otras de piedra vendrán, 
y estarán en silencio los dioses, 
y los muérdagos acurrucados 
verán levantarse los bosques...»






.


3 comentarios:

  1. Gracias, soy Andrea, gracias por incluirme en su página

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  2. Nada hay más fresco que la poesía juvenil, Estoy terminando Los Pájaros y al lado me espera Adiós a la noche. ¡A disfrutar!

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  3. Hasta hace dos semanas no conocía a Andrea Bernal. Ahora estoy terminando Los Pájaros y al lado me espera Adiós a la noche. No hay nada como la poesía juvenil cuando madura. ¡A disfrutar!

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