domingo, 6 de noviembre de 2016

RUBÉN DE LA CRUZ (XENÓN) [19.494]


Rubén de la Cruz (Xenón)

Rubén de la Cruz (Xenón), nació en Alicante, en 1990. A los trece años comenzó a interesarse por la cultura hip-hop. Un año después escribía sus primeras rimas, y a los quince grabó sus primeros temas. Desde entonces, ha ido creciendo como artista y se ha embarcado en nuevas aventuras, como Síndrome Klap Records, su estudio de grabación, en donde comparte experiencias y conocimientos con otros artistas, a los que -y con los que- graba y edita. Hasta ahora, ha lanzado seis discos en solitario y otros dos en colaboración con Jonan y Aika.. 

El papel más importante de su vida siempre ha sido el que ha tenido enfrente: un folio vacío de sentimientos y muchas ganas de mancharlo. Con una madre cantante y un abuelo poeta, ¿qué esperábais?

Compositor, cantante a deshoras y artista consolidado en la escena del hip-hop nacional, ahora, con veintiséis años y una mochila llena de vivencias, se decide a sacar su primer poemario: Ya no tintas nada (Editorial Espasa, 2016).

Se define como un artista certero y emocional, cuya palabra daña o acaricia la piel de quien la lee. No será la última vez, eso está claro.

Rubén de la Cruz, más conocido por su nombre artístico, Xenón, es, según la crítica, ” una de las voces jóvenes más singulares del panorama musical y poético español”. Ahora acaba de publicar en ESPASAesPOESÍA su primer poemario: YA NO TINTAS NADA. El amor y el desamor en el siglo XXI. Nadie puede amar completamente a nadie si antes no se ama a sí mismo. “Escondí mi cuaderno donde nadie pudiera encontrarlo. Arquitecto de palabras, malabarista de sentimientos, defensor de injusticias o sencillamente un escritor que se aísla demasiado. Son algunos de mis rasgos más caracterizados, rasgos que plasmo en cada letra y destiñen dolor en forma de tinta. 


SINOPSIS:

Este poemario sabe a mentiras bajo una palmera,
a dolor del que marca, a lágrimas dulces, 
a noches sin dormir, a corazón abierto.
El conjunto perfecto de sentimientos para olvidar a alguien.
Escribimos para escupir dolor hasta que escupimos tanto que la boca
se nos queda seca y ya no queda más que el folio en blanco.
En este libro sucede exactamente eso.
Estuve escribiendo hasta que esa persona dejó de importarme.
Y entonces me di cuenta de que lo había logrado,
de que ya no la necesitaba: ya no tinta nada.


RESEÑA:

Hola, hoy os traigo un libro que he estado deseando desde que supe su futura existencia. Xenon es músico, compositor y escritor, y debido al tiempo que llevo escuchándole, leyendo cada cosa que escribe y más, no pude negarme a necesitar su poemario.
La verdad es que no tenía pensado hacer la reseña de este libro en este blog, pero debido a que he decidido eliminar mi blog personal para centrarme más en este, pues me pareció buena idea introducir algo nuevo en este blog, como es la poesía; no es Bécquer, pero es Xenon, o Rubén.
Me resultó una lectura muy amena; quizás porque me lo imaginé como sus canciones, y al ser la temática del mismo estilo pues es muy sencillo.
Este libro, poemario, trata de un chico, como en este caso es su escritor, que sufre por amor, y en el poemario, aunque lentamente, se va viendo cómo la persona de la que estaba enamorado cada vez pinta menos, se va olvidando el sentimiento tan fuerte, y de ahí que ya no tinte nada. 

Me he leído dos poemarios a la vez, este de Rubén de la Cruz (Xenon), y el de David Martínez Álvarez (Rayden) y sinceramente me ha gustado más este porque me parece una escritura más sencilla y directa de algún modo. (El poemario de Rayden seguramente sea mi próxima entrada, y para nada este párrafo es una crítica).

Personalmente este poemario me ha gustado mucho, y por ello lo recomiendo sin pensármelo dos veces; y que los héroes no van con trajes interestelares, pero igualmente pasan desapercibidos; y mejor, así puedes pararte a observar a esos héroes en silencio.



Ya no tintas nada (Editorial Espasa, 2016).



HOY PUEDES

Llenar estadios con tu música,
recitales con oídos deseosos de oír tu voz
o corazones que anhelan el cariño que sólo tú puedes proporcionar.

Puedes escalar el Himalaya,
navegar el Támesis
e incluso perderte en el Amazonas sin correr peligro alguno.

Puedes detener la guerra fría,
derretir la Antártida,
desabrochar cualquier nudo,
destapar cualquier regalo.

Hoy puedes.

Vencer a la muerte en su propio tablero,
iluminar la fosa de las Marianas,
apagar todas las luces de Tokio,
beber del Kani Bel,
saciarte con sus aguas.

Desenterrar la tumba de Gizeh,
ocultar los tesoros de Hoxne,
dar vida a quien la pide,
burlar las teorías de Darwin.

Puedes vencer al minotauro,
atormentar a Zeus,
dejar a Cupido sin puntería,
escapar de Caronte,
mirar fijamente los ojos de Cassiopea.

Puedes hacerlo.

Hoy puedes ser lo que tú más quieras,
sin nadie que te diga lo que debes ser.
Sin golpes que te derrumben o ciclones que sacudan tu orden.

Elige tu día y olvídate de la suerte.

La suerte es para los débiles,
tú vas a conseguir lo que te propongas.

De Ya no tintas nada, col. Espasa es Poesía, 2016




CUANDO CUESTA RECORDAR

Las hojas siguen cayendo si me despeino
y los ríos se siguen vaciando cuando lloro.

El hogar son las personas y yo aquí,
durmiendo en los cajeros más próximos.

Buscando el amor cual nómada,
de oasis en oasis,
de beso en beso,
de tinta en tinta.

¿Cuántas veces hacen falta para aprender?

Aprender a creer en uno mismo suena a utopía,
a música descafeinada,
a "tenemos que hablar",
a voz tota un domingo a las tres,
a llanto de un bebé,
lágrimas de cristal rotas,
a Asturias sin sus verdes campos,
a Andalucía sin sus sevillanas,
a imposible.

Pero hoy no.

El mejor de mis amigos se esconde bajo la piel,
y mi alma gemela resulta ser siamesa.
No necesito más.

A dónde vas tú sin ti,
con lo bien que te sientas.




SANGRADO

¿Quién necesita amor cuando tiene autoestima?

Yo.

El amor es lo único en esta vida que crece cuando se reparte.

Quiero llorar por no tener esa foto de perfil junto a otra persona
y un beso idílico de esos de cine.
Me apetece, qué coño.
Eso no lo tengo claro.

Cuando esa ausencia pesa,
nos aferramos con locura a la primera persona que nos muestra algo de cariño.

Golpe tras golpe,
herida tras herida,
sangre por sangre,
gratuita y necesidad.

Todo por esa puta manía de querer ser amado como si esa fuera nuestra meta.

Hay cientos de personas dispuestas a herirnos,
a tirar por el suelo cristales rotos de sus miedos,
y nosotros andamos descalzos.

¿A dónde vamos?

Si confiamos más en los anuncios que en el ser humano.

Mi consejo ante el espejo es sencillo: protégete.

Y si no, no pasa nada,
siempre podré ser feliz,
porque por encima de ti,
mi vida,
está eso,
mi vida.

Y mi vida soy yo.
Además, siempre fui mejor amante.




AMOR ENTRE METÁFORAS

No existe mayor cárcel que tus propias manos.

Vivo en inviernos que se pasean por veranos,
en aceras que cruzan carreteras.

Vivo entre alfa y omega.

Sangré por dentro por no partirle la cara a más de uno y mis puños se encogen.
Me abro la cabeza día a día para encontrar una salida a mis idas y venidas,
y el estómago también,
para que todas las mariposas escapen y sean libres.
¿A quién se le ocurrió la dictadura de encerrarlas dentro?

La libertad que experimento es sincera,
y puedo decir que estoy siendo cómplice de mi sonrisa,
pero aún tengo la piel reseca.

Ojajá me entendiera o me entendieran.
He cambiado y no soy el mismo,
no por el momento,
ni creo que sea para mejor,
pero me da igual, ¿sabes?

Me escapo entre líneas, música y libros,
y ellos encuentran en mí un hueco vacío.
Vacío de sentido pero lleno de ganas.

No me confundáis, tengo sentimientos.
Lo que pasa es que no los encuentro.
Juraría haberlos dejado ahí encima.
Pero no lo sé, no aparecen,
y mi madre está lejos para ayudarme.

Ella que siempre lo encontraba todo.

Sé que alguien los encontrará y me los traerá.

Yo procurararé no volver a perderlos.




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