sábado, 24 de mayo de 2014

JESÚS ARELLANO MELÉNDEZ [11.806]


JESÚS ARELLANO MELÉNDEZ

Nació en Ayo el Chico, Jalisco, México  el 5 de septiembre de 1923; murió en la ciudad de México el 2 de diciembre de 1979. Ensayista, narrador y poeta. Inició sus estudios religiosos en Guadalajara, Jalisco; los continuó, en Montezuma, Arizona. Posteriormente estudió en las escuelas de jurisprudencia y en la UNAM. Fue editor de la firma Fuensanta, Metáfora y de la Dirección General de Publicaciones de la UNAM; corresponsal en México del Centre International D’Etudes Poétiques de la Maison Internationales de la Poésie con sede en Bruselas, Bélgica; fundador, director y codirector de El Ojo Literato, Letras de Ayer y Hoy, Litterae y Metáfora. Inventor de los “poelectrones” (poemas diagramados en computadora). Colaboró en Cuadernos del Cocodrilo, Cuadernos del Viento, El Caracol Marino, El Día, El Nacional, Nivel, Novedades, y Poesía y Letras. Premio Margot Valdés Peza 1950.

Obra publicada:

El canto del gallo Cuento: Por un vaso de agua, e.a. 1950.

Ensayo: Algunos académicos de la lengua, Moscos de Metáfora, 1958. || Cómo presentar los originales (plaquette), UNAM, 1970.

Poesía: La señal de la luz, Revista Fuensanta, 1950. || Poemas. Ahora y en la aurora (plaquette), Fuensanta, 1951. || Poemas de amarga posesión, GEAR, 1953. || Nuevo día, Metáfora, 1956. || Desatadura (plaquette), Metáfora, 1958. || Diálogo, Metáfora, 1960. || Poemes Choisis, Profils Poetiques des Pays Latins, Bruselas, 1961. || A golpes de palabra. Panorámica Poética, Luso–Hispánica, Lisboa, 1962. || Camino Libre, Cuadernos del Viento, 1962. || Limpia la madrugada, Metáfora, 1965. || Palabra de hombre, poemas 1956–1966, UNAM, 1966. || Manifiesto fulgor, Metáfora, 1967. || Poesía. La frente al frente y Manifiesto fulgor, Letras de Ayer y Hoy, 1968. || Clamor, Finisterre, 1970. || El canto del gallo (poelectrones), Metáfora, 1972; UNAM (Poemas y ensayos), 1975. || La existencia cosificada, EUNSA, Pamplona, 1981. || Poemas del hombre y de la tierra: antología poética (1955-1985). Altair (Númenor, Cuadernos de Poesía), Sevilla, 1994.


Antología: Antología de los 50 poetas contemporáneos de México, Alatorre, 1952. || Poetas jóvenes de México, Libro-Mex, Biblioteca Mínima Mexicana, núm. 23, 1955.



EL AFÁN

Endúlzate la hiel. Mira, la luna
resuena tu penumbra y a membrillo
sabe tu corazón. Tuyo es ya el brillo
del nervio que la vida te enlaguna.

Atornilla las cosas una a una
en el pulpo solar, y con martillo
sustánciate la voz hasta que el grillo
deshoje al fin qué célula te acuna.

Tarde recién de lluvia: la tormenta
prolifera con granos, y la arcilla
con sorbos capilares te sustenta.

Sólo estéril afán de leve astilla
impide que tu soplo se dé cuenta
de que ilusa la sangre se apolilla





TRES POEMAS SOBRE MI MUERTE  (1)



DESNUDA MUERTE SOLA

Inanidad de la palabra vana,
de la imagen tremenda, del gemido.
Inanes la congoja, el sentimiento
de soledad, el llanto. Y aun inanes
el yerto frío, el huracán de podre,
y el rígido aleteo de la nada
que circunda los ojos y el espíritu.
Inane el cielo negro, el luto, el álgido
estertor de las cosas, la tiniebla
de un nombre hueco ya para los tiempos.

Todo es trivial para decir la muerte.
Nada es decible de este No
inmenso y desolado
en que la angustia cósmica medita.
La muerte es muerte sólo.
La muerte es él: el muerto.

(1)  De: Jesús Arellano, Poemas del hombre y de la tierra. Antología poetica (1955-1985). Sevilla, Númenor, 1994.






ME MORIRÉ

Me moriré cuando las hojas caigan
como los años que madura el tiempo;
en otoño de olvidos,
desnudo de obras como tronco seco.

Me moriré. Lo supe en primavera,
Cuando el sol me nacía de los senos
Y vestía de rosas a la muerte.
Lo leí en los senderos
que en el aire los pájaros abrían
y se borraban con la luz y el viento.

Me moriré cargado de semillas
Como tierra entregada y fruto abierto,
podrido en las auroras
para dar azucenas a los cielos.

Me moriré como el amor y el día,
en noches de silencios,
perdido para el nombre y la mañana.

Me moriré. Me moriré. Ya veo
alzarse en las entrañas de mi vida
la nada antigua de mi albor primero.
Ya se canta en congoja mi destino.
Ya soy yo muriendo,
Latido germinal en agonía
bajo arenas y soles de desierto,
puro grito de tierra desoída
en el misterio azul de tu silencio.





UNA PERSONA CUALQUIERA HA MUERTO

Un cualquier día como éste, un día
cualquiera moriré.
Será una mera fecha
de horas veinticuatro
en que las gentes vivirán su tiempo
conforme y como “no ha pasado nada”.

Yo interminadas dejaré cien cosas
que me propuse culminar. Y sólo
quedará de mi vida
que en mi muerte se muere
la herida apenas de un leve recuerdo
que enseguida se quiebra y desvanece.

Y, sin embargo, algo terrible
habrá en la historia sucedido:
Y es que yo ya no existo,
que este cualquiera que es
una persona, un único absoluto
(un cualquier yo, yo mismo en este caso)
habrá dejado el mundo de la tierra.

Y el Dios que, ahora yo muerto, en sí me asume
ocupará mi puesto en nuestra historia.
Mi corazón entonces, en mi muerte,
se nacerá a una nueva primavera
 de siglos siempre en flor, siempre inmortales.

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