Pablo Piceno
Nació en Wolfsburg, Alemania, hace 22 años; poeta, profesor de alemán, estudia Filosofía y Literatura en la Universidad Iberoamericana de Puebla, México.
Por cuatro años fue misionero religioso - y seminarista- del Camino Neocatecumenal, en México y Perú. Colaboró en las revistas Mosaico, Contratiempo (los dos de la Ibero), y Opción, del Itam. Adquirió recientemente la Beca de la Fundación para las Letras Mexicanas para asistir al Taller de Creación Literaria 2013.
3 de octubre del 2013. Llevan trece días de viaje cuando el motor se detuvo en el corazón del mar Mediterráneo. A tan solo dos kilómetros de la isla italiana de Lampedusa, a mitad de camino entre Túnez y la costa sur de Sicilia. A bordo van cerca de 500 africanos en el barco. Casi todos de Eritrea, más allá de Egipto, en el Cuerno de África.
El bote queda a la deriva. En su intento por ser descubiertos por algún barco, el capitán ordena a los pasajeros prender fuego a ropa y cobertores. Ocurre una explosión de combustible. El pánico toma el control del bote. Lo cuenta para CNN Hamid Mohamed, uno de los sobrevivientes. "Reunimos un poco de ropa y ropa de cama y las encendimos. Pero explotó el contenedor de benceno", dice Hamid Mohammed. El fuego se propaga, los pasajeros se amontonan sobre un costado y el barco se hunde..
Hamid tiene 18 años, y como el resto de los sobrevivientes, pasa más de cinco horas en el agua, entre los cadáveres de sus compañeros que flotan a su alrededor.
De acuerdo con reportes de la prensa italiana, el barco se hunde cerca de la playa Rabbit, también conocida como la Isla Conejo, que ha sido recientemente elegida como una de las mejores playas del mundo por Trip Advisor.
Según un estudio del Centro de Estudios e Inversiones Sociales italiano, Censis, en los primeros ocho meses de 2013 llegaron a las costas de Italia 21,241 indocumentados, frente a los 15,570 registrados en todo el 2012.
Y con la fuerza de las palabras bellas, nos recuerda que el naufragio de Lampedusa es la tragedia del mundo.
Lampedusa
el ancho mar de italia
como el agua bautismal
consagra cuerpos
a un dios consagración
le duele el cuello
la visión
le duele áfrica
al mar de italia
le duele ll’aria fresca
doppo na tempesta
un pescador corta una red
que pescó veinte negros
y extiende otra red
que pesca veinte peces
y ese es el oficio
de un pescador en italia
el oficio de un pollero
en tijuana
de la migra en guatemala
de cada asta levantada
en cada ancho mar
y traicionar la patria
es dar la patria a un forastero
darle pan al forastero
darle paz
ecco la carne viva de la orgía de las naciones
capital de babilonia criminal.
Habitaciones
te tuve te supe te pude perder
reponerme del miedo / la angustia / el intento ingenuo
despertar / repoblar mi cama / sacudirme el polvo que cae
lloroso ruidoso escamoso / cortarme la sangre
me llamen me callen me prendan en llamas me atrapen:
tu sales de mí / me desbocas / me colmas de amar
de habitarme.
autumn leaves
la víspera de otoño
la primera noche
para remediar los males de la tierra
para detener la guerra
canto un nombre.
en méxico no caen hojas
no sopla el viento
este otoño es otro otoño.
para detener el tiempo
canto un nombre
hace meses que no lloro
los dolores grandes callan
siento temblor en la sien
tosiendo por no resistirme.
canto un nombre
me pregunto cuántas lámparas
cuántos oriones contemplan
cuántos cuerpos alumbraste.
porque seas en mí / por verte
canto un nombre.
Solombra
I
todo es para
pero tú no te preguntas
por qué nunca
te preguntas
cómo resisto
sin verte.
II
ya alma quieta
estréllate y para deja de andar
no es frágil ni es el aire
quiébrate estate
tiemblas
III
cuando hay noches
surgen lámparas
en las noches
lámparas
ana
tú
IV
siempre puesto que
la tierra es ancha
caben llantos
dueles
siempre
V
dueles como la fruta
que madura pronto
y nadie atrapa
y no te atrapa
VI
toda la noche llueves sobre mí
sulamith
tu elixir de cenizas
VII
sabes lo que es la indefensión?
columbus espejo hacia atrás gentrificado
inviernos fríos ohio lívido
solo como un topo solo
se respira densamente el heroísmo de ser hombre
colmo inerme
inner joy outer flour turns into powder rain
órgano cardíaco petrificado
y no bajo tus párpados
mirarme
VIII
con el propio amor del ónphalos
que se exhibe en algún museo de algún lugar
pero que pertenecía a delfos y era
como bien se sabe
el ombligo del mundo
que nace con el desquicio de la razón
armónica
como el arte basural de un tal kurt schwitters
como se revelan los deseos más íntimos
así de íntimo como será saltar sobre tu ombligo mi cordón umbilical
en busca de un centro
con proprio quel amore
ámote
IX
ando buscando un bosque
detrás de este bosque
que huela a tu voz
5 poemas de “Metáfora del sol ilustre” (2016), de Pablo Piceno
Nota introductoria Mario Montalbetti
Cuando hay lesiones abiertas uno puede cubrirlas o examinarlas. Piceno se decide por lo segundo y lo hace con la ayuda de varios lenguajes, todos afilados como un bisturí nuevo. Se abren, entonces, y se exponen, las lesiones del fútbol, de la religión, de la culpa, las lesiones eróticas del porno, las lesiones del amor, las hipócritas lesiones de la cultura… Y hay más, porque todas estas lesiones terminan siendo metáforas que se trasladan de un lugar a otro sin descaro. Aquí no hay adornos ni desvíos. Todo, desde el corto circuito entre el gordo Ronaldo y Kafka hasta la auto-ironía (“Querido Pablo, no me digas que estás en crisis”) va directo a la nuca como un disparo de gracia. Aquí se abre un camino hacia un anti-lirismo que resulta indispensable en estos tiempos.
Mario Montalbetti
5 poemas de Metáfora del sol ilustre (2016)
de Pablo Piceno
Formas de aproximarse a la voluntad de un niño o de escucharlo:
Ponerse en cuclillas para que el niño hable a la altura del tutor, que entienda que no hay ventaja y que la auctóritas ha muerto.
Reprenderle apenas diga nada frente a un mayor; decirle: la autoridad se gana, no se habla al degustar los sagrados alimentos; decirle: if you persist in wearing your mask at the supper table; decirle: anda ya, Pablo, otro día te escucharemos.
Inoculándole primero el apetito venéreo autoinmune, destrozando el agujero de su cerradura estremecida, mandarle decir: Señora, si de verdad la violaron, como dice, que la niña se comunique con nosotros y nos cuente su versión. La escucharemos enseguida.
Asumirlo: eso de la disforia de género es un fenómeno complejo. Nunca se está bien seguro de que lo que el niño diga a sus tres o cuatro años realmente sea lo que quiere. Pero creo que si escuchamos de verdad, si un día cede nuestro ogro pedagogo, notaremos que hay niños que a partir de preescolar lo tienen bastante claro.
Suplicar: Pide Mon Père que le canten una canción de cuna y que se acueste uno de ustedes en su cama junto a él porque estuvo misionando mucho y está malo de sus reumas.
Poner al niño en cuclillas dejar que se acerque a ti el profesor David me trata feo porque me muerde la colita con los dientes me baja el short y el pantalón y yo le digo que eso no pero él dice que así se hace en el salón de pelotas primero metía su cola en mi boca me ponía una pomada luego algo le salía al maestro yo escupía. Los dos caíamos al piso al final.
Aguantar y sepultarse en vida: me duele aquí pero no te vas a enojar mamá pero no vas a ir a decir mamá no quiero que me dejen ir al salón de pelotas ya mamá.
*
Meterse ya de cuerpo entero en recuerdos ajenos:
Uno de los primeros días en el Milan, Ronaldo me preguntó si quería unirme a su grupo, mostrándome una revista de Playboy, o al grupo de Kaká, que tenía más cosas de Iglesia en el vestuario.
Pensar: mi vida se decanta entre esa revista de Playboy y las cosas de Iglesia -antes, ayunos prolongadísimos y un misterio glorioso por idioma conocido; ahora, Joachim Jeremias, Emmanuel Carrère y Giorgio Agamben hablándole en su idioma al misterio glorioso que no oye-. La memoria selectiva vuelve relevante lo que a nadie importa. Por qué Alexandre Pato no pudo decir: la enorme velocidad, el hambre de gol, la potencia de su pierna de apoyo al encarar contrastando la terrible hueva de Ronaldo en el campo cosechando una cuota insuperable: nunca se vio nada igual. La respuesta del vestuario es decisiva porque arriba del dolor no hay nada más. Y es urgente su extinción, su aturdimiento. Aunque apenas sea un espejo el paliativo ante la pena, y sea un espejo siempre. El de San Pablo que decía que entonces conoceremos como somos conocidos pero mientras un espejo muy oscuro. El del porno que es la imagen de la imagen donde creemos verlo todo, pixelado el figmento hasta el límite, el sentido supernumerario que degusta el resto inclasificable. La apódosis sin prótasis o su contrario. La prohibición, la inexistencia, el mutismo vuelto escándalo. La metáfora de la verdad porque acaso la verdad no puede ser. Porque esto es el dolor se ama lo otro y no hay preámbulo. Donde nace Dios que muera el cuerpo o su inversión. Renunciaríamos a todo por que la muerte se detenga.
-Y, bien, ahora que vuelves a Europa y tantos chanchos han pasado, ¿te arrepientes de lo que escogiste entonces?
-Kaká no se arrepintió de no quitarse los vaqueros cuando todos los demás posábamos en calzoncillos para ese Playing for the world al frente de Vanity Fair. Quisiera que me arrepintiera y yo también fuera noticia. La conversión a Dios y la aversión a sus creaturas y quedar todos tan contentos. Como si fuera tan sencillo. Prefiero ser de los calientes por si hay un Dios un día y no me vomite como a él.
*
También tuve mucho miedo cuando me acorralaron al patio y me golpearon con un balón de cuero durante muchos minutos que tal vez fueron segundos solamente. Gabriel quería que atrapara la pelota o que los dejara copiar mi tarea y que no dijera nada. Que si alguien me preguntaba, como Pándur esa vez y no quise decirle nada porque ya hacía un par de días que todo iba mejor. Una vez había aventado a Gabriel contra un locker y sentí que me temió por un momento, pero luego que fijó en mí su mirada, sus ojos verdes que satanizaban el mundo, me dejé golpear de nuevo y a partir de entonces le llevaba la botana que quisiera para que me dejara en paz. No oponía resistencia. Como oveja ante el esquilador que guardaba silencio. Salve, rey de los maricas, adivina quién te avienta el balón.
Cuando ya lo habían echado de la escuela, y no por mí, tuve muchas pesadillas durante meses. Que volvía y le decía a la niña por la que empecé a escribir que tenía una verga pequeña, como decía él, que me encantaba vérsela y era banca en el futbol. Una vez contó que el fin de semana se habían ido a masturbar los chicos a su casa pero que no me llevaban porque yo me excitaría viéndolos. Se lo dijo a su hermana que entonces me gustaba pero nunca llegó a considerarme hombre o alguien en quien fijarse. Ya no sé cuándo empecé a dormir en paz. Pero un día el mundo se acabará igualmente para él y quisiera que antes pueda recordar y lamentarse y pueda dormir también.
mi padre me llevaba a la campiña a cuidar cabras. agraces di.
me dejaba ahí un día meses semanas
yo tenía mucha hambre y cinco años y lloraba mucho
a mi padre le cabreaba que llorara me golpeaba contra un tronco
fuera de eso era un hombre muy calmo e ignorante como yo
eso aprendió mi padre de su padre a contar en pobre sardo
con su dolor y sus llagas. regresó por mí un día y todo iba muy bien
las cabras vivas el pasto elevado mi corazón hecho una bandiera bianca
che sul ponte sventava sin respuesta alguna. así años fui creciendo.
en la guerra mi hermana quiso chupar la poca leche
de los pechos agrietados de la mamma y no encontró
ella tenía mucha hambre y cinco días y tísica lloraba mucho.
a mi padre le cabreaba que llorara y golpeaba a mi madre contra un tronco
fuera de eso era un hombre muy calmo e ignorante como yo
alguna vez quise escapar pero las cabras me balaban locas y aprendimos juntos a crecer hasta que un día el padre murió con su barba agotada de caerse
la campiña muerta la pradera europea y las cabras. me quiso querer mucho
en sus frutos como un muro maduré y así llegué a ser quien soy
a veces puedo abandonarme un día meses semanas sin llorar.
a dónde irá esa infancia que perdí, ahora que pienso, esos días meses semanas
qué pastada la memoria quedaría que olvidé tan lo demás.
*
-
Nota introductoria Mario Montalbetti
Cuando hay lesiones abiertas uno puede cubrirlas o examinarlas. Piceno se decide por lo segundo y lo hace con la ayuda de varios lenguajes, todos afilados como un bisturí nuevo. Se abren, entonces, y se exponen, las lesiones del fútbol, de la religión, de la culpa, las lesiones eróticas del porno, las lesiones del amor, las hipócritas lesiones de la cultura… Y hay más, porque todas estas lesiones terminan siendo metáforas que se trasladan de un lugar a otro sin descaro. Aquí no hay adornos ni desvíos. Todo, desde el corto circuito entre el gordo Ronaldo y Kafka hasta la auto-ironía (“Querido Pablo, no me digas que estás en crisis”) va directo a la nuca como un disparo de gracia. Aquí se abre un camino hacia un anti-lirismo que resulta indispensable en estos tiempos.
Mario Montalbetti
Pablo Piceno en retrato por Rubén Ojeda Guzmán.
5 poemas de Metáfora del sol ilustre (2016)
de Pablo Piceno
Formas de aproximarse a la voluntad de un niño o de escucharlo:
Ponerse en cuclillas para que el niño hable a la altura del tutor, que entienda que no hay ventaja y que la auctóritas ha muerto.
Reprenderle apenas diga nada frente a un mayor; decirle: la autoridad se gana, no se habla al degustar los sagrados alimentos; decirle: if you persist in wearing your mask at the supper table; decirle: anda ya, Pablo, otro día te escucharemos.
Inoculándole primero el apetito venéreo autoinmune, destrozando el agujero de su cerradura estremecida, mandarle decir: Señora, si de verdad la violaron, como dice, que la niña se comunique con nosotros y nos cuente su versión. La escucharemos enseguida.
Asumirlo: eso de la disforia de género es un fenómeno complejo. Nunca se está bien seguro de que lo que el niño diga a sus tres o cuatro años realmente sea lo que quiere. Pero creo que si escuchamos de verdad, si un día cede nuestro ogro pedagogo, notaremos que hay niños que a partir de preescolar lo tienen bastante claro.
Suplicar: Pide Mon Père que le canten una canción de cuna y que se acueste uno de ustedes en su cama junto a él porque estuvo misionando mucho y está malo de sus reumas.
Poner al niño en cuclillas dejar que se acerque a ti el profesor David me trata feo porque me muerde la colita con los dientes me baja el short y el pantalón y yo le digo que eso no pero él dice que así se hace en el salón de pelotas primero metía su cola en mi boca me ponía una pomada luego algo le salía al maestro yo escupía. Los dos caíamos al piso al final.
Aguantar y sepultarse en vida: me duele aquí pero no te vas a enojar mamá pero no vas a ir a decir mamá no quiero que me dejen ir al salón de pelotas ya mamá.
*
Meterse ya de cuerpo entero en recuerdos ajenos:
Uno de los primeros días en el Milan, Ronaldo me preguntó si quería unirme a su grupo, mostrándome una revista de Playboy, o al grupo de Kaká, que tenía más cosas de Iglesia en el vestuario.
Pensar: mi vida se decanta entre esa revista de Playboy y las cosas de Iglesia -antes, ayunos prolongadísimos y un misterio glorioso por idioma conocido; ahora, Joachim Jeremias, Emmanuel Carrère y Giorgio Agamben hablándole en su idioma al misterio glorioso que no oye-. La memoria selectiva vuelve relevante lo que a nadie importa. Por qué Alexandre Pato no pudo decir: la enorme velocidad, el hambre de gol, la potencia de su pierna de apoyo al encarar contrastando la terrible hueva de Ronaldo en el campo cosechando una cuota insuperable: nunca se vio nada igual. La respuesta del vestuario es decisiva porque arriba del dolor no hay nada más. Y es urgente su extinción, su aturdimiento. Aunque apenas sea un espejo el paliativo ante la pena, y sea un espejo siempre. El de San Pablo que decía que entonces conoceremos como somos conocidos pero mientras un espejo muy oscuro. El del porno que es la imagen de la imagen donde creemos verlo todo, pixelado el figmento hasta el límite, el sentido supernumerario que degusta el resto inclasificable. La apódosis sin prótasis o su contrario. La prohibición, la inexistencia, el mutismo vuelto escándalo. La metáfora de la verdad porque acaso la verdad no puede ser. Porque esto es el dolor se ama lo otro y no hay preámbulo. Donde nace Dios que muera el cuerpo o su inversión. Renunciaríamos a todo por que la muerte se detenga.
-Y, bien, ahora que vuelves a Europa y tantos chanchos han pasado, ¿te arrepientes de lo que escogiste entonces?
-Kaká no se arrepintió de no quitarse los vaqueros cuando todos los demás posábamos en calzoncillos para ese Playing for the world al frente de Vanity Fair. Quisiera que me arrepintiera y yo también fuera noticia. La conversión a Dios y la aversión a sus creaturas y quedar todos tan contentos. Como si fuera tan sencillo. Prefiero ser de los calientes por si hay un Dios un día y no me vomite como a él.
*
También tuve mucho miedo cuando me acorralaron al patio y me golpearon con un balón de cuero durante muchos minutos que tal vez fueron segundos solamente. Gabriel quería que atrapara la pelota o que los dejara copiar mi tarea y que no dijera nada. Que si alguien me preguntaba, como Pándur esa vez y no quise decirle nada porque ya hacía un par de días que todo iba mejor. Una vez había aventado a Gabriel contra un locker y sentí que me temió por un momento, pero luego que fijó en mí su mirada, sus ojos verdes que satanizaban el mundo, me dejé golpear de nuevo y a partir de entonces le llevaba la botana que quisiera para que me dejara en paz. No oponía resistencia. Como oveja ante el esquilador que guardaba silencio. Salve, rey de los maricas, adivina quién te avienta el balón.
Cuando ya lo habían echado de la escuela, y no por mí, tuve muchas pesadillas durante meses. Que volvía y le decía a la niña por la que empecé a escribir que tenía una verga pequeña, como decía él, que me encantaba vérsela y era banca en el futbol. Una vez contó que el fin de semana se habían ido a masturbar los chicos a su casa pero que no me llevaban porque yo me excitaría viéndolos. Se lo dijo a su hermana que entonces me gustaba pero nunca llegó a considerarme hombre o alguien en quien fijarse. Ya no sé cuándo empecé a dormir en paz. Pero un día el mundo se acabará igualmente para él y quisiera que antes pueda recordar y lamentarse y pueda dormir también.
mi padre me llevaba a la campiña a cuidar cabras. agraces di.
me dejaba ahí un día meses semanas
yo tenía mucha hambre y cinco años y lloraba mucho
a mi padre le cabreaba que llorara me golpeaba contra un tronco
fuera de eso era un hombre muy calmo e ignorante como yo
eso aprendió mi padre de su padre a contar en pobre sardo
con su dolor y sus llagas. regresó por mí un día y todo iba muy bien
las cabras vivas el pasto elevado mi corazón hecho una bandiera bianca
che sul ponte sventava sin respuesta alguna. así años fui creciendo.
en la guerra mi hermana quiso chupar la poca leche
de los pechos agrietados de la mamma y no encontró
ella tenía mucha hambre y cinco días y tísica lloraba mucho.
a mi padre le cabreaba que llorara y golpeaba a mi madre contra un tronco
fuera de eso era un hombre muy calmo e ignorante como yo
alguna vez quise escapar pero las cabras me balaban locas y aprendimos juntos a crecer hasta que un día el padre murió con su barba agotada de caerse
la campiña muerta la pradera europea y las cabras. me quiso querer mucho
en sus frutos como un muro maduré y así llegué a ser quien soy
a veces puedo abandonarme un día meses semanas sin llorar.
a dónde irá esa infancia que perdí, ahora que pienso, esos días meses semanas
qué pastada la memoria quedaría que olvidé tan lo demás.
*
todo está en esa jugada / en ese mantra
ser más rápido es ser más productivo
recordar / la pierna de apoyo fue la izquierda
recordar / este hombre no tiene pierna de apoyo
avanzar un par de metros
recular / no tomar vuelo / recordar //
es el dolor por lo que estoy / el hambre / en pie //
recorrer kilómetros en metros milimétricos
el invierno pasado pretendí frenar a Ronnie
que como bailar descalzo sobre una hoguera infernal quebró la pierna
la potencia supernumeraria de sus piernas me dejó en ridículo
peor cuando jalé su camiseta y me dejó caer con ella y cuando vi
Ronaldo había rebasado otros tres la traía puesta galopaba a puerta cerrada
atravesó la puerta con cuatro gambetas levantó el Camp Nou entero
y es patético: lo quieren a pesar de lo que fue y de la vergüenza de perderlo todo ante él
que lo perdió todo después / ya juega póker y en la órbita mayor su mantra resta
nadie pensará en serio que Ronaldo algún día triunfará en algo
aunque como dijo // yo era niño y mis amigos eran mejores que yo
sólo que yo lo tomé todo muy en serio //
un día me hundí profundamente en un peñasco me fundí con el balón
y vi la glória y a nosso Senhor decirme la Santíssima Trindade adónde había que ir
así recorrí cada estadio y nadie sabe cómo hice pero todo está grabado lo verán
y dirán eso no es normal yo digo que no fue normal yo tuve suerte vi la glória do nosso Senhor enfrente de la portería y ascendí a la eternidad muitas das vezes
ainda sinto me falar me batucando la Santísimma Trindade me levando dentro
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