MATÍAS CARDAL
Nació en Chanco, en las tierras del Río Maule, Chile, en 1927.
Poeta y escritor Matías Cardal
Escribe el académico Matías Rafide Batarce
Lo conocí en 1956, abordo del Américo Vespucio, un barco italiano que hacía el recorrido entre Valparaíso y Génova. El transatlántico recalaba en diversos puertos : Arica, El Callao, Buenaventura, Colón, El Canal de Panamá, Curazao, La Guaira, Las Islas Madeiras, Lisboa y Barcelona, ciudad donde desembarcamos para dirigirnos en tren a Madrid.
Matías Cardal había nacido el 25 de julio de 1927, en San Ambrosio de Chanco. Era y sigue siéndolo, un hombre solitario, tremendamente introvertido. Confiesa que escribió sus primeros poemas en las arenas que mojaba el mar maulino.
Estudió Leyes y Pedagogía en Castellano, obtuvo una beca del Instituto de Cultura Hispánica y otra del Consejo de Investigaciones Científicas de España, para realizar posgrados en Madrid y Málaga. Luego de graduarnos le perdí de vista durante mucho tiempo. Creo que viajó por varios países de Europa, desempeñándose en algunos períodos como Lector de Español en Bettingen, en Basel Stadt.
Su poesía proviene de una doble vertiente: la telúrica, de evidente génesis lárica y la metafísica o existencial. Ambas confluyen en imágenes sencillas, pero profundamente emotivas.
La vida es un viaje hacia lo desconocido. Atrás quedan siluetas en los árboles o sueños fugaces, que brillan un instante pero luego se hunden en el silencio o el olvido. Cardal escribe:
"Se me escapan rostros
descolgándose de un junco.
Un grillo de oro nada
entre las nubes.
Mi sombra atrapa el horizonte
en sus relojes múltiples.
Cada viaje transparente
es un cómodo olvido"
Andrés Sabella escribió, "Cardal trabaja la poesía con dedos finos, alados, como si temiera trizar las palabras. Muchos de sus versos conforman un delicioso hai-kai, fortalecido por las ventajas de la poesía más limpia de estos años"
El año 1978 fue particularmente importante para este escritor. Consiguió el Premio Pedro de Oña y el Premio Latinoamericano Jorge Luis Borges. En 1979, viaja nuevamente a Madrid, donde permanece durante un año. Escribe artículos sobre el quehacer cultural español, los que se publican en el Diario El Sur, de Concepción. En 1980, reúne esos artículos en un libro titulado Desde España. A partir de entonces, su producción literaria crece hasta superar la veintena de obras.
Algunos relatos suyos han sido traducidos al inglés, portugués y japonés. Una vez más lo perdí de vista, reencontrándolo en 1982, año en que organizó el Primer Encuentro Nacional de Poesía del Mar, con el patrocinio de las Municipalidades de Tomé y Talcahuano, y el diario El Sur.
Mantuvimos una correspondencia epistolar en forma espaciada. Solíamos vernos en los Encuentros de Escritores del Maule, que realizaba, en Talca, la Universidad Católica del Maule.
Su prosa narrativa, escueta y dinámica, puede calificarse de funcional y depurada, al mismo tiempo.
Otra de las facetas sobresalientes de este escritor es, sin duda, su labor ensayística. La tesis de doctorado El Ensayismo de Unamuno (1976) constituye un acercamiento profundo y comprensivo hacia la obra del gran maestro salmantino. En una prosa límpida y acrisolada, penetra en el pensamiento íntimo de su inteligencia y creatividad.
El amor por España y su cultura, se expresa también en obras como Desde España (1980) e Imágenes y Glosas Hispánicas (1999). Esta última es una reelaboración de sus crónicas anteriores, muestra un convencimiento cabal y certero de la literatura española y de las ciudades de la península. Allí aborda personajes y lugares desde una perspectiva de sutil nostalgia.
Advertimos un claro amor por su historia y su paisaje. Libro maravilloso para transmitirnos el embrujo de una España eterna, presente en sus sueños de ayer y de siempre.
Matías Cardal, de quien dijo Hernán Poblete Varas: "Es un hombre de talento, de oficio, con un extraño sentido de la existencia", vive actualmente en la ciudad de Tomé, oyendo la voz del mar y los gritos del viento.
(Tomado del libro Retratos Literarios. Cuarenta Escritores Chilenos Contemporáneos, septiembre 2003, págs 283 y siguientes, de Matías Rafide.)
MI PADRE INVENTÓ EL LITORAL
Mi padre inventó el litoral
y me dejó su pena hermética.
La espada del viento rompe la tumba
del sol en los arenales.
¿Hacia dónde galoparán los caracoles?
¿Hacia dónde remontará su vuelo el pez nocturno?
Siempre hay campanas sumergidas
abordando los naufragios
Ygente que viste de luto
andando en los arcoiris.
DESPEDIDA PARA RAFAEL AMPUERO
Cuando Rafael Ampuero
empezò a morirse
en mitad del invierno
y las visceras se le llenaron de escarcha
y la boca de oscuro silencio
un pez de nieve
volaba sobre el agua
como un rayo vivo.
Habìa que ver como la sal filtraba
ese triste arco
de los huesos hondos
y còmo la xilografia de la sangre
era una bandera rota
en la espuma verde
de la lluvia.
Cuando Rafael Ampuero
repartìa su nocturno
corazòn isleño
bajo el cielo torturado de julio
toros furiosos
corneaban la isla de los lagartos.
Habia que oir la dentellada
terrible del averno
cerràndole los ojos al vino
cuando se fundaba
su muerte proletaria.
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