JULIETA MAHAN ARANDA
Nació en Valparaíso en 1915 y falleció el 25 de diciembre de 2012, en Viña del Mar. Cursó estudios en el Colegio Inglés de las Religiosas Pasionistas. Participó en el Curso de Literatura de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso para Personas de la Tercera Edad, dictado por el profesor Augusto Sarrochi. Perteneció a la Agrupación de Poetas Itinerantes Rubén Darío. Publicó poemas en las antologías: “Zarpe de los Poetas Porteños”, “Reflejos Poéticos”, de ALIRE y “Luces de Valparaíso”. En 1998 publicó el poemario “Pasos Esquivos”. Posteriormente hizo la publicación de su segundo libro, “Desvelos”. Obtuvo el primer lugar en el Concurso Adulto Mayor 1994, organizado por la I. Municipalidad de Valparaíso y el primer lugar en los Juegos Poéticos de Invierno 1998, de la Sociedad de Escritores de Valparaíso. Algunos de sus textos fueron dados a conocer en la revista La Mano, de Valparaíso.
LA NIÑA ENFERMA
En su alba cama de rosa y espuma
descansa la niña de inmensos ojos,
grandes uvas de plata y cristal.
Irradia ternura su frente amorosa,
su cabello rueda esplendor y belleza,
húmeda, fresca su boca de sueños
rosa brillando sus soles, besando las flores
a su tierno soñar…
Su cuerpo abrazado de mar y de cielo
se dibuja en su alba cama de espuma y rosa.
Sus ojos esperan vigilantes…
interrogando al silencio,
deslizando su encanto, belleza y asombro,
la niña de inmensos ojos de uva de plata y cristal.
¡ESTUVISTE!
Con un temblor de cruces
entraste a mi habitación
dormida, tu voz sonó entera
y bella.
Mi alma quedó intranquila
en el riachuelo de sueños
Si un centelleo inocente
trasluce mi ventana
el espejo sigue el reflejo
pienso que me llama
Fue realidad estuviste
en mi habitación dormida...
REÍR
En este caminar de risa...
Me asalta una sonámbula duda
la vivirá mi corazón mientras viva
Es aspirarla inmóvil, serena
Esos brazos amarrados sin ternura...
Sólo sintió su loco orgullo,
analizó los minutos de su vida
al mar impaciente que le ofrece
sus olas brillantes sin vida
BESOS SIN VIAJE
Tendida en la luna
besó mis pies.
El beso de sus labios
fue fulgor extraño
quedé bebiendo la dicha
en mi pequeño claustro.
Aprendí su serenata
eco sin palabras.
Se llevó el recuerdo
de mis pupilas.
Lamento del alma
amenizó el olvido.
Dejó en mi pecho
imposibles realidades.
Nunca sabré cuánto
me habría amado.
Quedó el silencio escondido
jamás podré escucharlo
PASOS
Correrán sin temor
en la arena candente
sin un llanto oprimido.
Estos pies incansables
pasarán por los riscos
en busca de rostros dulces
y palabras reales.
Me fugaré con el olvido
sin meditar el mañana
ETERNIDAD
Ya ni su silencio espero
En las noches de tinieblas
habla en mis sueños
desde la eternidad.
Ese amor se esculpió en mi piel
Fui cobarde a su alcance
¡ciega, trizada ! grito su nombre
se quiebran mis labios
se congela mi llanto
Viviré con el alma a tientas
fatigando preguntas
inventando respuestas
a ese gozo del
tímido ciervo huí.
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