Anagilda Garrastegui
Poeta puertorriqueña: Intertextualidad y otros recursos literarios en su lírica.
Por Doris Melo
Anagilda
Garrastegui nació en San Sebastian, Puerto Rico, pertenece a la
generación de estudiantes de los años sesenta de la Universidad de
Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Como poeta se inserta en los años
cincuenta. Pertenece a la primera promoción de la Nueva Poesía
Puertorriqueña, que incluye a los poetas que habían ingresado a la
Universidad unos años antes, para el 1955. Influenciados por la
presencia de Juan Ramón Jiménez en la Universidad de Puerto Rico y por
la lírica de los poetas españoles que corresponden a la Generación del
veintiséis. Su admiración por Matos Paoli y la poética de Neruda.
La
poeta Garrastegui, publica sus primeros escritos en la sección Verso y
prosa de estudiantes del periodo universitario que dirigía Juan Ramón
Jiménez. Es durante esta época que Anagilda establece estrechos vínculos
con el poeta Hugo Margenat y Ramón Felipe Medina.
En
1956, inicia su vida literaria con el cuaderno “Desnudez “. Este , fue
escrito por ella cuando apenas contaba 24 años y con él, resultó
ganadora en una competencia junto a otros poetas de renombre en la que
fue reconocida por su altura lírica. Poetas como Juan Antonio Corretjer,
Manuel Joglar Cacho, Luis Hernández Aquino y Félix Franco O.
Su
estilo es sencillo y el verso se percibe libre de rebuscamientos y
artilugios. Anagilda, dedicó estos versos del cuaderno Desnudez a Juan
Ramón Jiménez y a Zenovia su esposa. En este poemario se pueden apreciar
motivos recurrentes que aparecerán más tarde en su poesía. Muchos de
los versos de “Desnudez” contienen sorpresivas imágenes de original
simbolismo hábilmente enmarcados en un ámbito filosófico de conciente
otredad.
Hugo
Margenat comentando sobre la profunda sencillez y despreocupada
sinceridad presentes en los versos de Anagilda, destaca, que la voz
lírica manifiesta un deseo de romper, de escapar y acabar con todo lo
que cita.
En
el poemario ”Niña intima “de 1961 publicado en Buenos Aires, Anagilda
acentúa la sencillez de su estilo y presenta el tema de la soledad, que
más adelante se convertirá en una constante, en casi toda su obra.
El
tercer poemario de Anagilda, “Abril en mi sangre”, a pesar de
continuar, según refiere Martínez Capo, la línea intimísta e
introspectiva, presenta un nuevo formato. Un extenso poema en prosa en
el cual nos muestra un diálogo, de tono becqueriano entre un tú y un yo.
En Abril en mi sangre” La voz lírica revela el discurrir de un largo
viaje, por imprevistos caminos oníricos de la fantasía, a través de la
palabra, hacia la búsqueda de la autenticidad de su propia voz. Como
veremos en el poemario que estudiaremos en este trabajo, en el que la
autora prosigue tras esa búsqueda existencial para afirmar su
autenticidad.
En
el 1997 Anagilda, publicó sus poemarios titulado “En la noche quieta,”
en Ediciones Mairena. Este poemario, está dividido en cuatro partes de
extensión desigual y en él, se encuentran versos mezclados en
composiciones de ocho, nueve y quince versos.
El
poemario “De mis soledades vengo”, publicado en el 1981, gira en torno
al silencio, al autoanalisis personal y la reflexión sobre la existencia
humana. El amor y la ira, lo angélico y lo demoníaco, la muerte y la
fragilidad del mundo material y la naturaleza. En este libro se presenta
el amor no ya como lo externo sino como algo que se remonta en sueños a
lugares más sublimes . El amor en este poemario, es inherente al ser.
Anagilda
colaboró con diversas revistas y periódicos del país como lo es
Claridad y Zona de Carga y Descarga, en los cuales publicó innumerables
poemas que luego recoge en sus poemarios. Su poesía ha sido catalogada
como la poesía nueva puertorriqueña lírica de tesitura sentimental un
tanto abstracta en la que predomina la naturaleza y un tanto
influenciada por las formas clásicas.
Estos
nuevos poetas puertorriqueños sostienen una autocrítica mas rigurosa
que los poetas anteriores. Como ha señalado Rosario Quiles a la nueva
poesía es presagio y vaticinio . Es la relación entre la ansiedad y la
rebeldía. Sin ponderación el avance y la incitación a la lucha
revolucionaria. Rosario Quiles añade que a todos los jóvenes poetas
reservaron para el canto, la meditación, en hondo sentimiento.
Según
Josefina de Álvarez, Anagilda pertenece a los poetas de la generación
del sesenta, al grupo de voces que representan un conjunto de distintos
niveles de la creación en el tiempo del espíritu literario del 45 y los
nuevos modos que postulan los escritores del sesenta. Son ellos José
María Lima, Jaime Vélez, Estrada, Anagilda Garrastegui, Manuel Fermín
Arraiza, Reinaldo Silvestri, Ediberto Irrizarri, Jaime Luis Rodríguez
Velásquez( en : Rosario Aquiles. (1971 p. 26.)
Todos
estos poetas cultivaron el verso, según ponen de persistencia en la
casi totalidad de las cosas sus respectivos cuadernos de poemas. Entre
los autores mencionados según Josefina Rivera de Álvarez, se definen dos
maneras distintas de trabajar el verso, la primera corresponde a una
labor poética que enlaza en el tiempo con el quehacer de la anterior
generación del 45 afirmada en una armónica fusión de recurso y
procedencia de viejos y nuevos versos en un proceso temporal de la
lírica hispánica de tratamientos temáticos que buscan apoyo con ademanes
neorrománticos.
El grupo Guajana.
Los
poetas de Guajana lo constituyen toda la generación del sesenta, Un
grupo de poetas rebeldes que enfrentaban reacciones contestatarias
abiertas y encubiertas . En esta época el tema del escritor y la
política se debatía en foros impresionantes lo mismo que en los
graffitis
La
poesía sesentista quiso romper con las tendencias metafísicas y
trascendentalitas de la poesía en la que sus mayores buscaron refugio
tras la feroz represión y mordaza a que fueron sometidos los movimientos
nacionalistas y socialistas aplacados por un nuevo régimen político que
rescato no obstante aunque ilusoriamente la bandera, el idioma, la
nacionalidad. El mundo creado por el ELA entro en un estancamiento que
propicio sin quererlo el múltiple rebote de su crisis.
La poética de Anagilda Garrategui en su poemario “Ese ángel desnudo que se llama ternura”
Si
bien es cierto que Anagilda Garrastegui en su larga trayectoria poética
ha sido reconocida por la calidad de su poesía, también es cierto que
se ha escrito se ha escrito poco sobre su obra para haber sido una poeta
de tanta importancia en las letras puertorriqueñas.
Hemos
elegido de su obra este poemario porque percibimos que en el, Anagilda
manifiesta una inquietud constante hacia la búsqueda interior. Una
búsqueda de naturaleza mística como veremos en los poemas que hemos
seleccionado.
Como
en otros poemarios de la autora, en este se refleja una consistente
búsqueda hacia los aspectos existenciales de la vida. Proponemos indagar
en el poemario “Ese ángel desnudo que se llama ternura “, proponemos un
acercamiento al contexto místico en el cual se sumerge la voz dentro de
el espacio de la soledad y esa oscuridad profunda de la que nos habla.
Por
otro lado estudiaremos las distintas voces que se perciben a lo largo
del poemario que se comunican entre si, en un diálogo polifónico,
entendido este, desde la perspectiva de Mijail Bajtin. Además pondremos
atención a los aspectos intertextuales que estan presentes en este
poemario y que la voz poética retrotrae de figuras del pasado y que
inserta en sus poemas.
La
poesía lírica de Anagilda es intimista y la poeta invita al amado a
compartir la colcha de su cama en la oscuridad. Es un canto espiritual
en el que la poeta acepta lo que le da la primavera, seductora y
generosa para que la disfrute hasta un final del dia, a las doce de la
noche y asi vivir desde ese instante en que termina el día hasta la
muerte unida a los recuerdos.. Unida a la ilusión de los sentidos, del
azul que puede ser el cielo en lo alto o el mar en lo bajo pero que
siempre estará unido a un destino el de la voz poética.
Subir hacia la noche
Llegar entera hasta la madrugada
Mirar desde la colcha de mi cama
Como en el día alumbra la tormenta.
Tomar lo que me dé la primavera
Con mano seductora y generosa.
Llegar hasta las doce sin sorpresas
Vivida hasta las doce hasta la muerte
Y hablando con los pájaros que vuelan
Por el tejado azul
De mi destino.
Lo
cotidiano y la naturaleza están presentes en el poema 5 en el que la
poeta, nos parece esta atenta a los sonidos que vienen de la naturaleza.
Lo sensorial se privilegia en una tarde que llueve. Ella escucha los
pájaros cantar , al cantar continuo de la lluvia y observa el paisaje
vecino de la casa de al lado. Escondida donde nadie la ve ni la escucha.
En soledad y repite en otro verso paralelo “donde nadie me ve”, en un
tiempo que es inseguro. Allí, la poeta nos dice que vive junto a su alma
sola inventando lo que cuenta y lo que escribe . Es alucinante su
experiencia y nos retrotrae a un intertexto en el que la voz cuestiona a
Machado hablándole a Guiomar.
Oigo llover
Y oigo pájaros
Llamarse enternecidos
Miro por la ventana
El jardín florecido
De la casa vecina
Aquí nadie me ve
Nadie me escucha
Ni al corazón que late en un tic tac
Inseguro
Vivo junto a mi alma a solas
Sin testigo
Invento lo que cuento
Lo que escribo
Alucino
Pienso en Machado hablándole
A Guiomar
De un limón amarillo y le
Pregunto
Qué se hicieron Antonio
Las llamas
De los fuegos encendidos.
Lo
vital es una constante temática en todos sus libros y veremos como
trascenderá a un plano filosófico en “Este angel desnudo que se llama
ternura”.
Como contar que te he visto?
Como decir que si
Que eres ese grito nocturno
Ese búho enramado
Esa sonrisa pura
Pero también impura?
Como contar
(y quien me lo va a creer)
que te he visto en la sombra
y que he sentido miedo y alegría?
El
cansancio y el hastío invaden la voz poética que clama por el silencio
para dejar atrás recuerdos que la atormentan , cosas que ya la cansan.
Añora en este instante la soledad mas alla de la conciencia, la memoria
en lo mas profundo dentro de ella donde pueda entrar en comunión con los
versos. Cuestona que la musica de su vida ya la cansa.
Cansada
Quisiera hoy
Pararme en silencio
Este volar de rapsoda
Detrás de la memoria
Y detrás
De los parques del alma
Inundados de versos
Va cansando mis alas
¿la música de mi vida
no esta contada ya?
¿pero quien hoy me cura
de esta pasión sonora?
¿de este pulsar de agua
y destino de fuente?
Tras
la búsqueda del ser la voz poética se cuestiona a si misma en el
silencio. Ese ser que se disfraza en los atardeceres al oscurecer
¿Quién eres Tu
que vas por mis sueños
con la calma del que no va
Para ningún sitio?
Tu
que en los atardeceres
Te disfrazas de monje
Para demostrar que en el silencio
Se puede vivir a gusto?
¿…..quien eres tu que habitas este poema
sin haber sido invitado?
La
temática amorosa, delicada, un amor sutil y puro es evocación
constante. La voz poética nos habla de un amor nostálgico en el que el
sujeto se mira en la mirada de esos ojos que puede ser ella misma y se
filtra en este espacio oscuridad y misterio. Un poco romántica con
reminiscencia del romanticismo se reflejan este poema de Garrastegui,
como podemos observar en los siguientes versos.
Descubro en la mirada de sus ojos
Una porción oscura de misterio
Un dolorido mirar de desconsuelo
Un triste palpitar de golondrinas
En la soledad la voz poética dialoga consigo misma y se observa en los versos
cargados de angustia y tristeza.
Se queda tan lejana tan suspensa
Tan llena de otro mundo y otra vida
Tan perdida indefensa pura y triste
Tan sola en soledad como una rosa
Sembrada en un florero de cristal
Y olvidado por todos en la noche.
El
amor se funde con la naturaleza misma, vibrando en cada palabra. La voz
poética expresa en un grito su sentimiento y lo expresa con tal
emotividad.
Y Yo te amo así
Con valentía
Con ceño y con sonrisa
Con curiosa paciencia
Con toda la luz del día.
….y así me amas tu
con pensativo gesto
con dos brazos sedientos
con la razón despierta
y todo el lago dentro
….porque somos un mismo manantial.
Se recoge el estado anímico de la poeta . ante la soledad , la perdida de ese amor :
La soledad como el viento
es mi compañera de juegos
bruja y hada
agua sanadora
y como yo : poeta
El
amor se reviste en angustia existencial, lo busca en el infinito. La
voz poética se refiere a esa soledad que la visita con frecuencia, ese
vacío en el que disfruta del encuentro con su ser. Un espacio en el que
reinventa su vida. Se reinventa abcesando a las fantasías mas
subliminales. Nos habla de sus viajes a lo mas profundo de ese mar que
se encuentra en su interior profundo y sin limites.
La soledad
Me visita con frecuencia
A su lado he aprendido
A disfrutar el silencio
A conversar con mis antepasados
A reinventar mi vida. Con ella
Recostada en su pecho he aprendido
A descifrar los mensajes del jardín
De la calle , del cielo
A volar como las mariposas
A nadar junto a los delfines
De la fantasía
Por las profundidades de ese otro mar
Tan sin fondo y sin limites
Tan lleno de lo tuyo y lo ajeno
Tan impuro e imperfecto
Pero también tan perfecto y puro.
En
esa búsqueda de si misma establece un sueño dialogado con perderse a si
misma al ver que lo ha perdido a el El amor en la obra poética de
Anagilda presenta una posición frente a la vida: sentido del ser que es
fuerza vital y por otro lado impotencia , dolor desesperación.
Frente a la angustia existencial el silencio es reflejo muchas veces de la soledad interior:
El silencio como reflejo del dolor
Y asi temblará
En su recinto de silencio y polvo
El alma (tu alma)
Que clamara entonces por lo desconocido
Y saldrá a flote
Tras el silbido amistoso de tu nombre
En mis labios.
Si
muchos poetas de la generación de Anagilda blasfemaron contra Dios y
dieron testimonio de su ateismo . La fe de Anagilda no se fragmenta, mas
bien su rebeldía va encaminada a una de protesta contra lo establecido y
lo tradicional.
La
presencia del elemento mítico su yo se funde con la naturaleza.La
temática de este poemario va desde el mundo subjetivo hasta el objetivo,
al no. Del ámbito individual al plano colectivo entroncando su palabra,
su imaginación y sus sentimientos en un panorama universal. Parte de un
encuentro único consigo misma a uno ya conocido como la naturaleza.
Los
temas de la obra poética de Anagilda presentan una constante que nos
revela el mundo interior de la autora. A lo largo del poemario se rompe
con el tiempo y el espacio, con lo concreto y lo abstracto hasta llegar a
una temática de gran profundidad filosófica.
Lo intertextual en la poética de Anagilda Margenal
Cuando
hablamos de Intertextualidad en este trabajo nos referimos a un
acercamiento al texto planteada por Julia Kristeva. Ella retoma la
noción de polifonía que había propuesto Mijail Bajtin para describir la
interacción de textos al interior de un nuevo texto, cuyo engendramiento
se verificara precisamente como un dialogo de textos que se consideran
artísticos.
El
concepto de intertextualidad presupone que todo texto está relacionado
con otros textos, como producto de una red de significación. A esa red
la llamamos intertexto. El intertexto, entonces, es el conjunto de
textos con los que un texto cualquiera está relacionado.
La
asociación intertextual que existe entre un texto y su intertexto
depende de la persona (o personas) que observan el texto o que lo
utilizan para algún fin determinado. En otras palabras, la
intertextualidad es, en gran medida, el producto de la mirada que la
descubre. O más exactamente, la intertextualidad es resultado de la
mirada que la construye.
En
los versos de Anagilda abunda la intertextualidad. La poeta dialoga con
algunos poetas, artistas plásticos y monumentos importantes de la Isla.
Como es el caso de lugares y espacios que vienen a su recuerdo como lo
es el Castillo del Morro, monumento histórico donde se vencieron grandes
luchas en la Isla de Puerto Rico. Ella, la voz poética se traslada a
ese espacio que guarda infinitos recuerdos de vidas pasadas. Lugar
histórico cargado de historias rodeado por el mar. Se une al Morro con
un gesto de cariño, lo personaliza.
….hay huellas de mi vida de tu vida
de otras vidas que como El Morro
son testigos del mar y de la historia
De ese Morro que me abraza cuando llego
Y me abraza cuando abandono
Hinchada de pena
Sus murallas .
En
ese espacio del Morro la voz poética trata de comunicarse con los
presos políticos tratando de comunicarse en un canto de tristeza.
…que me lleva y me trae y me impide
olvidar
a los presos políticos
y al joven transeúnte de Mirada ancha
y cavadora.
Por las paredes de las murallas
paso mis manos intentando comunicarme
Las
reminiscencias de Jorge Manrique en el intertexto que cita la autora al
inicio de su verso 19 de cómo pasa la vida y más adelante en el mismo
poema cita a Dario. La vida pasa muy ligero y como el pez que en un
instante pierde la vida al morder el anzuelo. La vida se va y la voz
poética es impotente para poder detenerla . Nos deja reminiscencias del
Caperdium
Y así la vida pasa: tan callando
Tan engañada
Como el pez
Que gusano y anzuelo traga
De una vez
Y ya no hay suerte que valga
Solo estertor
Y ese temor de no saber
A donde vamos que decía Dario
Tan callada se va
Y tan de prisa
Y tu sin frenos para poder pararla
En
el poema 38 la voz poética se traslada al surrealismo de Dalí en un
conversatorio con el yo de su interior grita que quiere vivir subida a
los columpios que invento y nos presenta un símil con Dalí y expresa su
deseo de volar libremente como los pájaros ingenuamente sin temor al
peligro.
Vivir quiero conmigo
Subida a los columpios
Que invente y que colgué
Como Dalí del aire
Y volar entre pájaros
Y no saber que existen cazadores
Hemos
estudiado la voz lírica de Anagilda Garrastegui una poeta
puertorriqueña, que no se le conoce lamentablemente fuera de la Isla,
una poeta que merece ser reconocida como otros tantos escritores de su
generación. Esperamos que este trabajo monográfico sobre su obra sea
apreciado como para invitar al que lo lea a seguir investigando sobre su
poética. …
Soneto 7
por caminos brumosos voló mi juventud
caminos serpenteros de la imaginación
por donde mis anhelos transitaban gloriosos
levantando pirámides para adorar al sol
eran caminos solos llenos de pensamientos
de la cabeza loca que me entregó la suerte
caminos inventados con amor y desvelos
para llenar mi vida de aventuras exóticas
para crear mi historia —los mapas del ensueño—
me encarcelé entre libros y escribí sin respiro
fui feliz, muy feliz, feliz por mucho tiempo
pero entonces Amor invadió mi recinto
regando por el suelo su canasta de lirios
Sucumbí a su perfume Se hizo carne el silencio
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