JORGE MANSILLA TORRES
(‘Coco Manto’)
Contra viento y marea boliviano, Jorge Mansilla Torres, periodista, poeta, escritor, epigramista, autor de doce libros, voz al grano. El alias Coco Manto es una mano de buen humor anticapitalista; estudié en la UCB, fui radialista en Pío XII, Vanguardia, Altiplano.
Nací el año 40 en Uncía y en Llallagua pasé toda mi vida hasta los 22; en la salida viví en Perú y México. Un día fui embajador. Currículum escueto, les dije algo de mí en un soneto.
Filiación.- Periodista, escritor y poeta. Egresado del Instituto Superior de Ciencias y Técnicas de la Opinión Pública de la Universidad Católica Boliviana (1969) y de la Escuela de Escritores de la Sociedad General de Escritores de México (1993).
Experiencia.- Locutor y productor de radioteatros, periodismo y humor en las radios “Pío XII” y “Vanguardia” de los centros mineros (1960-65) y radios “Altiplano” e “Illimani” de La Paz (1966-1971). Columnista de “El Nacional” diario de la revolución de Torres (1970-1971). Reportero y columnista de los diarios “Expreso” y “Extra” de Lima, Perú (1972-1977). Redactor y columnista del Semanario “Aquí” de La Paz, (1978-80) con el sacerdote Luis Espinal Camps. Redactor, editorialista y editor de los diarios “Excelsior” y “Últimas Noticias” de México (1981- 2005).
Premios:
Primer Premio de Literatura “Franz Tamayo”, Alcaldía Municipal de La Paz, Bolivia, 1980. Premio Nacional de Poesía “Ramón López Velarde” por el Instituto Nacional de Bellas Artes de México, Zacatecas, 1982; Premio Nacional de Literatura “Efraín Huerta” de Tampico, Tamaulipas, 1982. Premio Nacional de Periodismo, Club de Periodistas 1992. Medalla de Oro al Mérito Profesional y de Creación Intelectual “Franz Tamayo”, por la Asociación de Periodistas de La Paz, 1996; Premio Nacional de Periodismo “Artículos de Humorismo”, Club de Periodistas de México, 1996. Premio a la Dignidad de la Prensa “Luis Espinal Camps” (placa de plata) del Sindicato de Periodistas de La Paz, 1999. Premio “Boliviano Clase Mundial”, de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap) y Empresa Transredes, Santa Cruz de la Sierra, 2003, entre otros.
Embajador plenipotenciario del Estado Plurinacional de Bolivia en México de 2006 a 2012. Decano de los embajadores de América Latina y el Caribe, Grulac, 2009-2012.
Obra publicada:
Seis libros de poesía; tres de ensayo biográfico; tres de humorismo; coautor-letrista de tres cantatas de sucesos históricos bolivianos; 22 de sus poesías fueron musicalizadas por artistas de Bolivia y México.
En verso y en directo (poesía, Lima, 1978); Huelga de hambre, mujeres mineras (crónica, Lima, 1978); El delito de ser periodista (ensayo, Lima, 1978); ¿Por qué la morenada? Una explicación sobre su origen (ensayo, Llallagua, 1979); Arriesgar el pellejo. Biografía de Mauricio Lefebvre (La Paz, 1983); Pienso, luego exilio (poesía, La Paz, 1986); De puño y letra (poesía, La Paz, 1988); Con premeditación y poesía (La Paz, 1993); Son estos, sonetos de la memoria (Cochabamba, 2000); Animalversiones, zoopatologías de ciertas bestias (crónica de humor, La Paz, 2000), Breverías, el doble sentido nos pone en cuatro (aforismos mexicanos, (Saltillo, Coah.,2002) y Breverías, aforismos a más no joder (La Paz, 2005).
Discografía
Cantata “Sequía”, Poesía Coco Manto, Música Calicanto. Discos Pentagrama, México, DF, 1983.
* Disco “Coco Manto en boca ajena”. Compilación de 18 poesías musicalizadas e interpretadas por artistas bolivianos, La Paz, 2005.
* Disco “El Marifiesto boliviano”. Poesías: Coco Manto. Música: Guillermo Zapata, el Caudillo del Sur, México, 2010.
* Cantata “ Llajta Kanata Cantata”, Textos: Coco Manto. Música “Marco Lavayen”. Bicentenario de la Revolución de Cochabamba, Estudios JMSaudio y Enjoy Musica. Cochabamba, 2010.
* Cantata “Para las Heroínas”. 200 años de la batalla en La Coronilla. Textos Jorge Mansilla Torres. Música: Julio Alberto Mercado y Marco Lavayen. Grabado en JMSaudio y Enjoy Music, Cochabamba, 2012.
México, DF, 2013
Cara de Viernes
El tiempo se ha quedado en los umbrales
de esa mujer de cálida estructura
espiritual que vive y que fulgura
en la sombra y la luz elementales.
El tiempo y la ciudad, como metales,
refulgen en la edad mitad dulzura
y mitad sufrimiento de esa pura
mujer de los amores sin brocales.
troncomama
Parado en la avenida un hombre piensa
en la distancia injustamente inmensa
que lo separa en este mayo herido
de su mamá, el primer vocativo
y el último también ahora que escribo.
Esa mujer, tan ajena al olvido.
(“D´estrés Federal”, página 85)
Hijo de la María
hace que duerme con rictus pedigüeño
en la banqueta, angelito fuereño
puesto a volar en un cielo de arena.
Hijo de la María, su condena
es no tener raíz, tampoco dueño,
ni siquiera un recuerdo, el más pequeño
del sol, la sierra, alguna luna llena.
Puede pasar Dios mismo por la calle,
nadie hará caso, nadie del detalle
de esa piltrafa humana y temerosa.
Y si un día la vida le despierta
de su sopor… Una lágrima alerta
en su propio velorio, pobre cosa.
Del libro: D´estrés Federal,
página 70. México DF,, 2013
Rito y conjuro del carnaval de Oruro
I
Cuando todo era niebla y la luz ensayaba
su claridad chipaya en la pampa indecisa,
Huari, el dios del terror mineral subterráneo,
adormeció a los urus en las idolatrías
del Sapo y del Lagarto, la Víbora y la Hormiga
y les cambió el carácter a huraño oscurecido.
II
Un día de improviso se abrió el cielo cortado
por un largo arco iris y del azul intenso
surgió una Ñusta de ojos de mirar el futuro,
armada su belleza de espadas y coraje
para salvar al uru en nombre de Intiwara
y reponerle el alma de pueblo agricultor.
Huari lanzó furioso cuatro duros flagelos
contra el pueblo disperso cegado por la luz.
III
Una Víbora al sur devoró sementeras
y la Ñusta de un tajo la partió en dos perfidias.
Por el norte un batracio descomunal quemaba
con su erupto la tierra. Según -dijo la Ñusta-,
del tamaño del Sapo ha de ser la pedrada
y el monstruo de Huari quedó petrificado.
Otro certero tajo decapitó al Lagarto
y su sangre en las tardes tiñe aún la laguna
cerca de Kala Kala. El maligno echó mano
de un cósmico Hormiguero para acabar al uru,
y la Ñusta de un soplo creó los arenales.
IV
Acabaron en piedras, cerros, agua y arenas
las iras del dios Huari. Y cuando se creía
ya todo conjurado surgieron de la entraña
mineral y temible unos seres de fuego,
los Diablos, criaturas de soberbia y orgullo,
hijos del Huaricato, con templanza de plata,
estaño y brillos de oro…
V
Densa mitología, inocente y sencilla,
que cuentan en Oruro con las primeras letras
de la vida y la escuela. Leyendas que uno guarda
para airear tanto duelo del hombre en la montaña,
en el seco altiplano y en la muerte que tiene
por aliado al frío.
VI
Oruro se disfraza de Diablo en carnavales
y celebra su alcurnia de tradición minera.
El tiempo y la conciencia salvacionista adrede
hicieron de esa Ñusta precolonial, la Virgen
de la luz Candelaria, la Mamita Cantila
de los originarios que en la ciudad le dicen
del Socavón, la madre del alba y del ocaso,
del amor y esa cosa tan afín al quirquincho:
la soledad más sola.
VII
De antiguo, desde siempre, los orureños visten
al Diablo de colores, no de pena ni miedo,
Luzbel que a nadie asusta, y bailan en su nombre
enmascarado y saltan como retando al cielo,
satanaces descreídos, manipulando rayos,
serpientes y dragones, el ¡ajajajá! del hombre
que avanza porque danza en pos de una esperanza,
bordeado de osos, tigres, cóndores y otros duendes.
Huari reactualizado en el jolgorio colla.
negritos
VIII
La diablada de Oruro se hace seguir de tinkus,
tobas y caporales, pújllay y kullawada,
potolos y negritos, llameradas y chutas,
chiriguanos, pakochis, kusillos, kallawayas,
waca waca, tundiki, taquiraris, chovenas,
chacoreras y ruedas, aukis y macheteros…
patrimonio del hombre, intangible y ufano,
obra maestra del pueblo para asombro del mundo,
bella parafernalia del genio boliviano
sostenida en la calle, la plaza y la avenida
por cien bandas de bronce templadas en el arte
del viento, pentagramas del alma para bailar la vida.
IX
La Virgen y el Arcángel miran este febrero
con ojos de indulgencia. Se vencerán los diablos
en su propio convite y acabarán pidiendo
perdón a la Mamita por los graves pecados
que nunca cometieron (el trauma de un iglesia
que manipula el miedo para sacar ventajas
materiales en nombre de la fiesta del pueblo)
y un velo azul celeste les cubrirá el destino
esforzado y altivo para honrar el recuerdo.
X
Ni tiniebla ni caos.
El orureño vuelve después del Carnaval
a conjurar el rito maléfico del Sapo,
la Víbora, el Lagarto y las Hormigas rojas
que son las viejas formas del hambre y sus urgencias
la enfermedad, la crisis… Y lo hace con la ayuda
íntima de la Ñusta, señora vencedora,
que vino hasta los urus cuando todo era niebla
y la luz maceraba su claridad chipaya.
Coco Manto
México, febrero de 1998
Masacre de Todos Santos
El 1 de noviembre de 1979, día de Todos Santos, el fascismo asestó un sangriento golpe militar a la democracia boliviana. Murieron, se dijo entonces, unos 200 patriotas en las calles de La Paz. El dictador emergente, Cnel Alberto Natusch Busch, estuvo en el Palacio Quemado sólo 17 días. Huyó por la ventana de su cobardía, frente a la aguerrida resistencia popular. Murió en 2011 por una sobredosis de cocaína e impunidad. (JMT)
Masacre de Todos Santos
en la ciudad de La Paz
la ciudad de los encantos
que de aquello no habla más.
Sobre mercados alteños
la muerte viajó en avión
militar y de sus dueños
nadie mereció prisión.
Mataron a la inocencia
en la Plaza San Francisco
no hubo juez no habrá sentencia
ni una oración del obispo.
Horror del 79,
¿para qué ya recordar?
Lloro porque me conmueve
pero yo no sé rezar.
Asesinos y matones
viven en la impunidad
y cobran los setentones
su gran Bono “Dignidad”.
Noviembre de 2013
En el Illimani
Un hombre y una mujer
caminan detrás de un burro,
la imagen es un susurro
para quien lo quiera ver
y entender el ser-no ser.
Ese cuadro de poesía
sobre la nieve solar
tal vez se pueda borrar
cuando el calor lo deslía…
¿Qué hará La Paz ese día?
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