Lorenzo Suárez Crespo
Lorenzo Virgilio Suárez Crespo. Nacimiento 12 de junio de 1943 en Bahía Honda, Pinar del Río (Cuba).
Emblemática figura de la poesía pinareña, especialmente de la Décima.
Desde pequeño percibió por la parte materna el murmullo de los versos a través de la décima y se rodeó de cinco hermanos más para enrumbar los caminos de la vida con ansias permanentes de creación, de amor y de hermandad, pero sobre todo con la aspiración de ser un buen martiano. Un amante de las letras dentro del panorama de las artes y muy apegado a sus orígenes. Autor de profusa obra en versos y narrativa, incluyendo la literatura concebida para niños, es una de las voces imprescindibles de la actual poesía escrita en décimas en la provincia de Pinar del Río, donde nació el 12 de junio de 1943.
Licenciado en Literatura y Español, trabaja como especialista literario en el Centro Provincial del Libro y la Literatura. Cuenta con una amplia trayectoria de trabajo cultural.
Como promotor cultural. Casa de la Décima
Actualmente dirige varios proyectos de apreciación y creación literaria infanto juvenil en la UNEAC, el Centro de Promoción y Desarrollo de la Literatura Hermanos Loynaz y en dos museos de la ciudad, así como espacios dedicados a la promoción de la décima culta y repentista en relación con el Atlas de la Décima en Pinar del Río, desde su sede en la Casa de la Décima Celestino García, donde funge como promotor cultural.
Publicaciones
Para niños y jóvenes
Una pluma en la corriente (Ediciones Matanzas)
Ofrenda lírica
Daniela va al preescolar (Editorial Gente Nueva)
Leyenda de los números
Regalo
Cantos del Pequeño Juglar
Donde vuela el colibrí
Los Pequeños Gigantes (Ediciones Loynaz)
Sin más abras ni cadabras (Editorial Cauce).
Para adultos
Versiones de la nostalgia y otras.
El Frente de Afirmación Hispanista de México le publicó las Antologías de la Décima y la Poesía Cósmicas de Pinar del Río en 2004 y 2005 respectivamente.
En 2008 le publicó el libro Malaras refraneras con 240 malaras (décimas) que terminan con un refrán como pie forzado.
En 2010 se le publica por la misma editorial la antología de poesía Sonetos, Malaras y otros Cantos al Valle de Viñales, libros a cuyas presentaciones ha asistido invitado por el Frente de Afirmación Hispanista de México.
En ese hermano país ha dictado conferencias y ha realizado recitales de poesía y décima, tanto en la ciudad de Morelia como en el Valle de Bravo en ese distrito michoacano. Obras suyas de variados géneros aparecen en antologías, revistas y suplementos, tanto en Cuba como en otros países: Estados Unidos, España, Uruguay, Argentina, México y Puerto Rico.
Reconocimientos
Premio Nacional de Cultura Comunitaria 1999 en la categoría de Personalidad
Premio Olga Alonso 2000 por su labor didáctica y promocional.
Premio Nacional La Rosa Blanca 1994 con el libro Ofrenda Lírica
Premio Internacional de Cuento Carmen Báez de Morelia, Michoacán, México, en 2004.
Premio Nacional de Poesía en el Concurso XX Aniversario de Joven Club y cuya premiación se realizó el Palacio Central de Computación en Ciudad de La Habana, 22 de agosto de 2007.
Lorenzo Suárez Crespo
Publicado en Cubarte.cu
Por Waldo González López
El Poeta Peregrino
Años atrás, conocí en la capital a este poeta-decimista pinareño que, nacido en la Bahía Honda de 1943, posee entre sus mayores virtudes una incambiable bonhomía.
Sí, Lorenzo Suárez Crespo puede darse el lujo de mostrar, sin aspavientos ni pedanterías (dos ‘pecadillos’ no conocidos por él), una modestia y una sencillez (que no son lo mismo, pero sí iguales, parafraseando a Silvio Rodríguez) muy atendibles que, por ello, resultan hermosos atributos de su carácter y su personalidad, no dada a tonterías ni otras naderías (y los ciberlectores me perdonarán la rima).
Por ello, su poesía y, en especial, su décima ─estrofa a la que se ha dedicado desde décadas atrás y en la que constituye uno de sus representantes más definidos en su provincia natal─, posee, del propio modo, características muy propias y afines con su temperamento.
Poeta, escritor para niños y promotor cultural, ha merecido, entre otros, importantes lauros, como el Premio Nacional de Cultura Comunitaria 1999, el Olga Alonso 2000 y el Internacional de Cuentos Carmen Báez, de Morelia, Michoacán, México.
Lorenzo ha publicado diversos volúmenes para niños, como Ofrenda lírica (1994, Premio La Rosa Blanca), Sin más abras ni cadabras (2004), Los pequeños gigantes (2004) y, para adultos, descuella su más reciente título: el decimario Versiones de la nostalgia, aparecido, en su Colección Laurel, por Ediciones Loynaz.
Salvaje nostalgia
Como bien revela su título, Versiones de la nostalgia es un cara a cara con un tema tan acogido por los poetas de todos los tiempos y latitudes. Melancolía, tristeza y, en portugués, saudade, son palabras/ sentimientos tan cercanas a la muy querida voz nostalgia.
Y tal es el hilo conductor de este volumen de Lorenzo a lo largo de sus casi 60 páginas, en las que hace un recuento de asuntos y textos que, acaso suerte de autoantología o resumen de su quehacer en espinelas, ante todo evidencia la sensibilidad del poeta, como su hábil manejo de la estrofa, ya tan dúctil en sus manos, por la gracia de su talento y praxis.
Desde los temas basados en personajes legendarios (Salomé, Penélope, Diógenes, Caronte, Moisés y otros, pasando por los históricos (Juana de Arco, Tina, Caupolicán…) y literarios (El Cid Campeador, Quijote, Sancho Panza, Martí, Gustavo Adolfo Bécquer, Rafael Alberti…), hasta otros más contemporáneos, en todos el poeta muestra y demuestra hasta la saciedad la hondura de su verso, su gracia y su praxis de décadas en la poesía y, por supuesto, en la décima.
Voces y temas esenciales
En algún que otro momento, alude a otras voces esenciales para él y la mayoría de los poetas cubanos, como la enorme obra de Nicolás Guillén.
Así, en su extenso e intenso poema en décimas «Quemar las naves», corrobora lo que digo, al utilizar con acierto dos ya clásicos versos guillenianos de un célebre texto musicado genialmente por Pablo Milanés:
VII
De qué callada manera
se me adentra usted sonriendo
y van mis labios ardiendo
para que el grito no muera.
Qué romántica la espera
de esta tarde tan a solas,
qué espumas sobre las olas
de este mar que se agiganta
y con sus versos me canta
un romance de amapolas…
Otro de los mejores momentos de su poemario es, sin duda, «Evocación», su canto en cuatro estrofas a su querido Pinar del Río que, dedicado a su progenitora, constituye una excelente muestra de apego al lar natal y la identidad. Leamos la final:
Patria pequeña, Pinar
del Río, provincia amada,
en Bahía está sembrada
la raíz de mi cantar.
Si algún día al suspirar
un tomeguín alza el vuelo
pon arco iris al cielo
que no lejos del camino
el poeta peregrino
sueña volver a tu suelo.
Con Versiones de la nostalgia, Lorenzo Suárez Crespo, sin patriotismo de mercachifle ni desgastada pancarta, nos entrega un válido decimario que legitima una vez más lo cubano en la poesía[1].
De la Antología de la Poesía Cósmica de Pinar del Río
UNA TARDE DE GAVIOTAS
Como hálito de fuego que devora
el silencio y la angustia en que la espero
en esas mismas llamas ardo, muero
y un suicidio de estrellas es mi lloro.
Acodado en el puente donde imploro
ver su nave no lejos del estero,
planean las gaviotas y el velero
reserva en soledad vano tesoro.
Los ojos se me van tras el abismo,
el mar y la distancia son lo mismo.
Desde cuándo este ser fía la suerte
a los cruentos requiebros del destino.
De prisa izó las velas cuando vino
tan fugaz como el beso de la muerte.
de su decimario inédito La brújula del viajero
¿POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS?
I.
¿Por quién doblan las campanas?
Por el silencio que agrede,
por esa voz que no puede
ser eco de las mañanas.
¿Por quién doblan? Qué tiranas
golpean el bronce triste,
es que el domingo se viste
de una oración tan confusa
que hasta la iglesia, difusa,
tal parece que no existe.
II.
¿Por quién doblan las campanas?
Acaso por el viajero
que trazó su derrotero
a las rutas más lejanas...?
¿Por quién doblan? ¿Serán vanas
las promesas? ¿Con qué suerte
a cada golpe más fuerte
nuestros sentidos dislocan?
Es que en el bronce galopan
los caballos de la muerte.
III.
¿Por quién doblan las campanas?
Por el pasado que impela
y un presente que recela
en las horas más tempranas.
¿Por quién doblan? Cuán ufanas
viajan de la cruz al viento
y en sus ecos, al portento
de un repetido domingo,
muchas veces no distingo
si las sueño o si las siento.
IV.
¿Por quién doblan las campanas?
Por el recuerdo, la duda,
por la esperanza que anuda
tantas lágrimas y ganas.
¿Por quién doblan? Las ventanas
abren al par las cortinas.
De la calle a las colinas
alguien pregunta al tañido:
¿Dónde están? ¿Dónde se han ido?
¿Volverán las golondrinas?
Crónica de un plagio anunciado
A Fredo, por poner el búcaro en su sitio
La Pasionaria en su brega
con los catorce retoños
cogió a Espinel por los moños
y al señor Lope de Vega.
Quien urde el engaño juega
y hasta el límite no para,
pero el Destino que ampara
la justicia por sufragio,
dictó su fallo: Fue un plagio.
No es Espinela, es Malara.
Verano de 2007
La Malara
Malara, sorbo en un güiro
De un buen café carretero,
El tabaco mañanero
En los labios del guajiro.
Son las dos bestias de tiro
Que esperan por la jornada,
Es el perro que se enfada
Porque se vaya la sombra
O acaso el gallo que nombra
Con su canto la alborada.
Malara, inquietud del río
Que no se cansa de andar,
Son las aves, su trinar
En el jagüey del bajío.
El sol sobre el veguerío
Hecho luz entre las plumas
De la cría, las jocumas
Que engalanan el paisaje,
Cedros, atejes, encaje
Desde el alba hasta las brumas.
Risa de un niño, alegría
De una muchacha que pasa,
Es el canto que la abraza
En voz de la poesía.
La malara es canturía,
Es beso, estrechón de manos,
Guitarra y laúd, hermanos
Del tres, maracas y güiro…
Es la malara al guajiro
Como Cuba a los cubanos.
La malara va conmigo,
Con este, aquella o aquel.
No hay una estrofa más fiel.
Dime si no va contigo…
Perdura como testigo
casi es sombra a nuestro paso.
Sábado, domingo, acaso
Para unirnos, cualquier día.
La malara es poesía
Y aquí tiene su Parnaso.
Octubre de 2008
Reclamo al mar
Bendita calma si arden en diamantes
las leyendas que traen suaves olas
y en milagros de brisa y caracolas
se adormecen tus playas por instantes.
Pero, ¡ay!, si con la sed de los gigantes
en sus iras a Poseidón enrolas
y con furia telúrica tremolas
los horribles presagios, desafiantes...
entonces entre líquenes y espumas
incendios de coral serán las brumas...
Oh, mar, virgen de azul y lejanía,
si no puedo subir a tus escalas,
permítele al poeta en su agonía,
como el albatros, extender sus alas.
La vida pasa
Cuando miro las grietas de mi casa
y lágrimas de otoño entre las hojas,
reflexiono entre tantas paradojas
en qué eterno ritual la vida pasa.
Cada día del pan moldear la masa,
sortear en el azar dichas, congojas,
ver al fuego voraz de lenguas rojas
disiparse el silencio de la brasa.
En vez de intenso verde ver la nieve
y en aspas el molino en que se mueve
cada instante fugaz que no regresa,
es acaso el tañer de un campanario
que al golpear con su bronce el calendario
no ha pasado de ser vana promesa.
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