Natalia Jaramillo
Escritora colombiana, nacida en Envigado, Antioquia, 1977. Licenciada en Español y Literatura y especialista en Literatura Infantil. Su tiempo de escritura lo comparte con la redacción publicitaria en una agencia de comunicaciones en Medellín. Disfruta de la naturaleza, es amante de la cocina y de la jardinería.
Hasta el momento ha publicado los libros de poemas: Poemas para matar a un hombre, con el que ganó el primer puesto modalidad Poesía en el Festival de Arte Joven 1999, en el municipio de Sabaneta, Antioquia, Poecitas, en edición independiente y Golosinas para comer con las manos sucias.
También ha escrito obras de teatro y cuentos infantiles. Lleva un blog llamado ojodedevino, donde publica crónicas, recetas y relatos para sus amigos y lectores desprevenidos.
Pertenece a los colectivos literarios Edita, Encuentro Editores Independientes, las artes y la poesía, con sede en Punta Umbría, España y Escritores por Ciudad Juárez, Tijuana, México.
Para ella, la poesía es la capacidad que tiene el hombre de volar para acercarse o alejarse de sus demonios. “Al escribir, el poeta se quita la piedra del zapato que no lo deja tener sosiego; en mi caso; trato de leer a la mujer y plasmar en mis poemas su mundo e imaginario, al quitarme la piedra, busco darle vida entre versos, el universo femenino”.
De: Poemas para matar a un hombre
PARTIDA
Sentada,
con la mirada en no sé cuántos rincones
sin despertar de mi letargo
aún trémula decidí partir.
Luego de varios años de encierro
de inagotables silencios
de lágrimas incomprendidas,
decidí partir.
Ahora,
sentada en la mejor silla del infierno
estoy tan lúcida
y todo se ve tan claro.
SOY LA MUJER
Soy la mujer
que tiene un hueco entre los pechos
y no amamanta su presente.
Que se niega a parir un futuro incierto.
Que ha sido de la época
en que hombres y demonios son los mismos.
Que le dijo adiós a las palabras de amor
por ser venenosas y dulces.
Que martilla cada día su cabeza
con la soledad.
Que vende hijos en almacenes de sueños.
Que escribe poemas
para matar a los hombres
porque todavía le teme a las armas de fuego.
De: Poecitas
DEDICO
Hoy dedico:
Al miedo
estos pasos que todavía no han llegado
a ninguna parte.
A la urgencia
toda la saliva, el sudor y las ganas.
Al origen
mis botas de caminante nocturna.
A la caída
el amor que perdí, el que poseo.
Al verde
mi piel y las hadas.
A los sueños
las palabras que no he podido escribir.
A la vida
los fugaces presagios del desdén.
Al vértigo
la caída libre desde el alma.
Al papel
mi tantas veces consagrada soledad.
A la fobia
los escupitajos del olvido.
Al vino
las sonrisas invisibles.
A la poesía
cada cicatriz.
DE MIS PECHOS MADUROS
Soy bella desde el mismo instante
en el que miro al espejo
mis pronunciadas curvas
y no me avergüenzo.
Porque con ellas caliento la aurora.
En mi regazo amplio duerme el horizonte.
De mis pechos maduros
se alimenta la savia.
Sí, no me avergüenzo,
porque con este cuerpo
se han andado maravillosos campos,
se han conocido hermosos lechos
se han degustado inolvidables cenas
se han probado las delicias del vino.
Sí, no me avergüenzo…
Un poco madura,
un poco maltrecha,
un poco imperfecta,
y más viva.
Poemas de: GOLOSINAS PARA COMER CON LAS MANOS SUCIAS
TEMBLOR
Es magnífica la vida
como nos mete de cabeza y corazón
en situaciones como esta.
Vos sabés a que me refiero,
¡Quién mejor que vos!
El leve temblor que siento
anuncia la llegada de tu cuerpo
que todavía se me hace extraño,
que todavía no reconozco.
Ese del que huyo sin saber por qué.
Qué querés que te diga.
Este temblor que siento
trae a mis oídos,
las palabras que no has dicho
y que no dirás,
porque vos sos así.
Que querés que te diga,
este leve temblor que siento
moja mis labios con la saliva
que tu lengua no me ha dado
esa que piensa tanto,
que dice tanto,
que calla tanto.
Que querés que te diga
este leve temblor que siento
viene con tus manos
cerebralmente diseñadas para tocar,
para fumarte el humo de la vida.
Que querés que te diga
este leve temblor que siento
vos.
SI SUPIERA
Si supiera la soledad
que le he puesto nombre a mis caricias.
Que las noches ya no son suyas.
Que mi deseo no busca más su abrazo.
Que le perdí la ruta al taciturno llanto.
Si supiera la soledad
que ahora el café tiene compañía.
Que las sábanas dejan mi olor por otro.
Que mi lengua encontró su gemela.
Que mis muslos abrazan otros perfectos y cálidos.
Si supiera la soledad
que decidí borrar el escrito destino.
Que he vuelto a sonreír.
Que volvieron las mariposas perdidas.
Que ya no estoy sola
Que ya no estoy sola
Si supiera la soledad…
LO QUE BASTA
Hoy que haces parte de mi diciembre eterno,
vienes con alegría, traes alegría, alegras la vida.
Llegas en tu moto despeinado, aventurero
y pronuncias mi nombre
que suena a lo hermoso que eres.
Escribes, diseñas una nueva página en mi vida,
la mejor.
Imborrable, intachable, llena de cambios.
Con tu camiseta, tus jeans y tu amor
te acercas y acompañas lo que estoy siendo
eso que ahora es certeza.
Un te quiero
Una mirada
Un beso
y lo inesperado.
VIENES Y TE QUEDAS
Como si hubieras aparecido en algún rincón
vienes y te quedas.
Le das nombre a mi risa,
a mis sueños le pones color.
Las noches lluviosas son cálidas entre tus deseos.
Vienes y te quedas.
Me sostienes en tu pecho,
me acaricias como si fuera la última, la primera vez.
Me miras y sonríes,
con la boca que besa mis miedos más profundos
con los labios
que definen el contorno sombreado del dolor.
Vienes y te quedas.
Lo decides, lo disfrutas, lo provocas.
Amas mi amor,
extrañas la mirada bajo la almohada.
Sostienes las palabras melodiosas que gritan mis dedos.
Navegas hacia el horizonte de lo que nadie sabe.
Vences el olvido, sobrepasas el abandono.
Y recibes sin dudas, con preguntas
a esta que se ofrece, que se detiene en tu vida.
Vienes y te quedas,
como yo.
.
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