GUSTAVO YUSTE
Gustavo Yuste nació en la Ciudad de Buenos Aires en 1992. Es periodista y escritor. Estudió Ciencias de la Comunicación en la UBA. Colaboró para distintos medios y actualmente es corresponsal de El Ciudadano (Chile) y editor general de la revista digital La Primera Piedra. En 2015 participó de la antología de poesía Apología 2 (Letras del Sur Editora) y publicó su primer libro: Obsolescencia Programada (Eloísa Cartonera). Formó parte de los jurados de selección para Apología 3 (Letras del Sur Editora, 2016) y en abril publicó su segundo libro: Tendido Eléctrico (Objeto Editorial, 2016).
Progreso
En un nuevo capítulo
de la lucha contra cualquier esencia y azar,
un grupo de científicos y publicistas
desarrollaron un veneno
más letal que la personalidad.
Además, avanzan a paso firme
en la histórica meta
de reducir el amor
a un talle único.
Dos versiones
Versión oficial:
con el paso del tiempo
aprendí a convivir
con las particularidades y preferencias
de los demás.
Explicit version:
con el paso del tiempo
aprendí a convivir
con que me importe cada vez menos
todo.
Huésped
El síntoma se retrazó más de lo conveniente
y la enfermedad
-rápida como una laucha-
terminó de acomodarse.
Mientras hace contact con la birome
el médico te cuenta de las alternativas,
te habla de fechas estimadas
y apoya forzadamente su mano en tu hombro.
Todavía incrédulo, no podés aceptar
que un órgano de tu cuerpo
haya logrado lo que la suma de las partes
nunca pudo:
ser un ambiente propicio
para que algo se instale
y pueda proyectarse a largo plazo.
Palpitaciones
Las semillas que plantaste por aburrimiento
en una tarde cualquiera,
mutaron en esas raíces que ahora destrozan
las baldosas de tu casa.
En una esquina,
con tu desesperación como única arma,
esperás el desenlace.
Sensaciones
La pared donde escribiste nuestros nombres
con un marcador robado
hoy tiene un candidato a presidente
pegado encima
Macdonald´s te vende una hamburguesa
con el nombre de tu país
para hacerte sentir cercano
al lugar donde naciste,
pero nadie habla del exilio forzado
al que te obligaron ellos mismos
El amor de tu vida en el secundario
ayer pensó en vos
y hasta te extrañó,
pero todavía no se inventó una tecnología
para avisarte ese tipo de cosas
El póster que dejaste en tu casa de soltero
ayer perdió su última chinche
y ahora junta polvo
al lado de las tarjetas de cumpleaños,
debajo de la cama de una plaza
La mujer arrodillada en su pieza
sin saber que a metros nomás,
en la misma cuadra,
alguien fantasea con su cuerpo
y su sonrisa
La mano nerviosa en su primer asalto
apretando el vaso de plástico lleno de coca-cola,
viendo cómo otro,
sin merecerlo,
besa a la compañera más linda de todas
El eterno neutral
contento por su trabajo en blanco,
enroscándose con gusto
la bufanda del sistema en el cuello
Mala suerte
uno nunca elige
quién va a ser el voyeur
de sus palabras
de Apología 2 (Letras del Sur, 2015).
Buenos Aires
I
La casa de sepelios
anuncia su oferta 2x1
(hasta agotar stock.)
II
Ya de madrugada, las discusiones
van entrando en zona de definición,
y las mesas dan lugar al crecimiento descontrolado
de bosques a escala
hechos de vidrio verde.
III
Mientras todos se encargan de detallar
cómo van a ser las próximas generaciones,
las camadas actuales nos vamos acomodando
en los galpones del outlet.
IV
Blanca y fría como una heladera
la joven se sube a un taxi
para que el día
no la encuentre con ropas de noche.
V
Palermo, como si fuera un pacman,
se va comiendo a los barrios fronterizos;
algo así como hace Internet
con todo lo demás.
Estos poemas forman parte del libro Las canciones de los boliches a salir en el 2017.
Las canciones de los boliches
El viento elige qué ruidos
entran en tu habitación:
trenes lejanos,
sirenas que aturden a contramano por la avenida,
pájaros que cantan a destiempo a las 4 de la madrugada.
No podemos dormirnos
y el sol ya se mete de lleno
por la ventana.
Parece mentira que todavía nos dé vergüenza
escuchar nuestras voces por teléfono
y que yo no te haya podido confesar
que las canciones de los boliches
siempre me parecieron demasiado melancólicas
y por eso llevo más de 5 años
sin poder bailar
ni un solo paso.
Oportunidad
Puedo ser:
- la palabra que queda justo
al lado de las resaltadas;
- la canción del disco
que no escuchás con atención;
- la frase que tapó el colectivo
arrancando por la avenida
- el viento que choca de forma insistente
contra la pared sin ventanas de tu edificio.
Pero, sobre todo,
soy eso en lo que vas a pensar
una sola vez en tu vida
y esa vez ya pasó.
Una estufa irónica
Mientras una estufa irónica
no llega a calentar
todos los ambientes de esta casa
—que ni siquiera es nuestra—,
tratamos de extender la mañana del feriado
para seguir acostados
y contarnos los grandes éxitos
de nuestra adolescencia.
Presos del lenguaje,
hay algo germinando por otro canal,
por más que en el fondo te guste pensar
que todo esto es una gran mentira
y que el amor no es más
que dos colectivos de la misma línea
haciendo todo lo posible para quedar a la par
los dos minutos que dura el semáforo.
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