Manuel González Mairena
Aunque nació casualmente en Sevilla en 1981, ha crecido y desarrollado la mayor parte de su vida en Huelva, y se le puede considerar como otro de los poetas que pertenecen a la generación más joven de nuestra guia on-line. Trabaja como docente en la Universidad de Huelva.
Licenciado en Filología Hispánica, ha participado en la tertulia literaria Madera Húmeda. En ese marco surge el proyecto de la "revista Chichimeca", junto a Manuel Arana, una aventura editorial impulsada por ANFI (Asociación Nóvel de Filología ) que comienza a ver la luz en 2001 y prosigue hoy día. Actualmente desarrolla sus estudios de doctorado en la Universidad de Huelva sobre poesía andaluza del siglo XXI.
En UNIRADIO - Radio Universidad de Huelva, junto con Manuel Arana, Tamara Castilla y Juan Macías, realiza el programa semanal “ Las afueras ”; donde se habla sobre el panorama literario actual, con entrevistas, novedades editoriales, agenda literaria, lectura de cuentos y poemas. Se emite en directo todos los miércoles a las 20:00 h., con redifusiones los viernes a las 15:30 h. y sábados a las 18:00 h.
Colabora asiduamente con la Biblioteca Provincial de Huelva organizando e impartiendo diversos Talleres de Creación Literaria.
Obra:
Dentro de la colección Poesía Nueva que con motivo del Ciclo de Conferencias - jrj de fondo - Lecturas en Homenaje a JRJ, organizadas por el Comite Organizador para el Trienio Zenobia-Juan Ramón Jiménez, ha publicado el cuaderno de poemas:
"7 poemas de lejanía" (Huelva : Diputación Provincial, 2007)
"Tribulaciones de don Simbad El Marino" (Sevilla : SIM-Libros, 2010).
"Memoria extraíble", publicado por Ediciones en Huída, 2014.
Destaca también su participación en varias antologías como puedan ser Antropología desnuda - Poesía Joven Onubense, o la reciente Poesía viva de Andalucía, publicada en México con motivo de la última Feria Internacional del Libro, dedicada a nuestra comunidad; y su colaboración en revistas literarias, de formato papel, como Pérez, La cinta de Moebius, o en formato electrónico, como Oniria .
cuatro
así como la lluvia,
como la eléctrica estancia de la sombra,
se halla tu alma desfigurada
aguardando las oraciones agnósticas del anochecer,
el espíritu vertical hacia los abismos,
una leve residencia sin confines
hondo y fuego...
tan sólo el viento conoce tus sospechas
DEL LIBRO: Las Tribulaciones de don Simbad El Marino
Sevilla, SIM libros, 2009.
Los lienzos los poseo negros
para no molestarme en dar explicaciones de la vida
dar matices a estas oquedades inabarcables
*
como en una botella
se contiene el aliento tras los cristales
supurando miradas de lejanía
un día y otro
cristales blandos como relojes blandos
donde el monóxido habita
y se hace cotidiano
el germen de lo caduco
cristales blandos como relojes blandos
para existencias opacas
*
los sueños pueden llegar a repudiarnos
como constelaciones olvidadas
que ratifican
el vacío
la distancia entre dos cuerpos
y no el significado anumérico
de la ausencia
*
resulta que soy un cobarde
que encuentra refugio en los callejones estrechos sin salida
donde la luz apenas llega
y el ruido acaba por vencer al silencio
resulta que me acompaño de una botella
con más grados que el ser humano
para no escuchar y no volverme
para no levantar la cabeza más allá de su fondo
porque me vuelvo agorafóbico
acomodado
sin juicio
pensando que así los días
se consumen a zancadas seguras
sin necesidad de extremos
resulta que soy un cobarde
evaporando el papel
en un callejón con poca luz o nula
con ruido
*
duro muy duro
fingir las pulsaciones
*
en el muelle
la corriente arrastra las aspiraciones
configura remolinos
que succionan libertad y anhelo
es la secuela náutica de aquellos
que sin poder escoger
acabaron con las manos llenas de arena
y un fantasma en la sonrisa
s/t
Perdona si interrumpo algo,
si he movido la almohada
mientras leías
como haces cada noche
justo antes de dormirte
reposando esa paz y ese amor
que amanece y no pide más cuentas
que un café y tostadas.
Perdona si interrumpo algo,
cuando te miro
y tú andas en tus cosas,
aquí, dejando lejos tu ciudad,
familia y amigos,
cuando mi mano roza con levedad tu cuerpo
celebrándote.
*
Yo querría hablarte de lo táctil,
de lo rápido que avanza esta sociedad en sus pantallas,
de cómo ha cambiado de valor lo inasible;
parece que todo es, que todo existe.
Desconozco qué rincón hemos dejado para la magia,
dónde encontrarnos.
No debemos olvidarlo.
De lo táctil, te digo,
y del amor y de tantas otras cosas.
En Alvea, A. y Díaz, J. (2012): La vida por delante. Antología de
jóvenes poetas andaluces, Ediciones en Huida, Sevilla.
Los ojos del papparazzi
Estoy atento. Mi misión es estar atento.
Cualquier abrazo herido,
cualquier gesto furtivo.
Estoy atento:
una mirada, unos labios,
el beso desubicado de la noche.
Estoy atento. La noticia es la imagen de mis ojos.
Memoria extraíble
Manuel González Mairena Ediciones En Huida, 2014
Tú que agarras las manos como nadie
y la gente se acerca como en una peregrinación en espera de
[serenidad, frío, gracia,
prosigues ajena en tu danza ritual, cuestionada en el
[porqué de sus plegarias y sin embargo
los bendices en este cielo de luces y tabaco al otro
[lado del cielo.
*
Cuando despierte mañana
y el día siga siendo día
y las calles lugares donde cruzarse
seguirán tal y como se acostaron
las zanjas entreabiertas,
sin ungüentos ni vendas para sanar
a todos
los heridos leves.
Yo seré uno de ellos como lo fui ayer
por un puñado de grietas, cristales, sangre cauterizada.
En esa huida constante;
los maquillajes, los liftings,
—seguirán tal y como se acostaron—
sobre los ríos del progreso,
en los bares,
los semáforos, heridos leves,
a ambos lados del teléfono,
incubando un luto grueso por las horas,
aislante gris ante los rostros, morfina en las solapas.
*
Aparece la luz de carretera.
Una mano que susurra
interrogación abierta.
Se expanden los límites.
(Abre el plano).
Más allá
hasta los confines
kilómetros sin cartografía.
La lógica de Orfeo
Si me prestas un instante
la ciudad, sus calles, sus farolas,
el rezo de las aves,
algunos viandantes,
prometo devolverte
el titanio fundido de la ausencia,
los restos del dolor
y un caudal pixelazo.
Sin batallas,
no más búsquedas absurdas
en este confín inquieto
bajo placas tectónicas:
aquí se amarán la gravedad y el equilibrio.
*
En los atardeceres claros
se ve la central térmica.
*
Piedra, papel o tijera
Lava,
tú siempre lava.
Incandescente, móvil, rojiza.
Para ti es sencillo venir,
abrasarme,
luego las ampollas, cicatrices y restos de tu paso.
Ahora estoy harto del fuego,
los fósiles y el metal derretido.
Echémoslo de nuevo a suertes,
pero esta vez (por favor) atente a las reglas.
*
Hans regresa con la lluvia,
custodia todas sus plegarias bajo un paraguas de
varillas oxidadas,
el agua moldea los contornos,
indiferente,
ni el escorzo de las aves
modifica su percepción del paisaje.
*
Just to love
Gente que espera.
Espera, como tú, con el móvil en la mano,
la hora, una llamada perdida,
—los autobuses
pasando puertas cogidas a su recorrido—,
como el joven de flequillo tintado
y pantalones blancos
—cuánta lejía en la espera—,
mientras los rostros se suceden
sugerentes y amables,
en tránsito.
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