domingo, 8 de marzo de 2015

JACQUELINE LAGOS [15.156] Poeta de Chile


Jacqueline Lagos

Nace en Osorno, Chile. Ciudad, que  la ha visto crecer y descubrirse a si misma como un miembro entrañable de la comunidad. Desde niña expresó sus pensamientos en el papel, no obstante solo hace algún tiempo ha dado cuenta pública que esa es realmente su verdadera vocación.

BIBLIOGRAFÍA.- Mis Primeros Años... (2003), Conjuros,  Una Bruja Emplumada en el Tzolkin",(2005), Memoria de una cita inconclusa, 2014 y Mujer, no sé si contarte… (Ediciones Una Temporada en Isla Negra - Mayo, 2016).


Antologías: Magia de Luz y Sombra (2004) en la segunda antología de Escritores.cl, “Voces on line” (2006) y “Osorno Invita” del año 2006.-“Palabra Peregrina”,  13 Mujeres Poetisas,2007 y la antología ESCRITORIO POÉTICO. Colabora en sitios Web, la revista Palabras Diversas, Arenotech, en Francia, Conexáo Maringá en Brasil y colaboraciones a Canadá para ChileInforma, y  Fortín Mapocho. 




Muriendo de pena

“ estoy muriendo de pena, se extingue el bosque de poemas,
a ratos emerge la risa a buscar lo que queda,
el silencio profundo obliga a inclinar la cabeza,
sentencias escupen la piel que va quedando seca.

Hago los últimos bordados,
paredes voy sintiendo...arrugando mi respiro.
Ya no volveré de esta... estoy sucumbiendo,
no hay conjuro que me salve, ni arcilla que cubran las grietas.

El sol ya no calienta,
el frío ya no congela,
hundida en pantano de letras, la Bruja esta muriendo de pena...

Entre arrecifes de mármol quisiera tenerte,
el atrio que fuimos,
en sacrosanto vuelo te dejo cariño...

Me pierdo hoy en día,
entre ciénagas dormidas,
arrastrada, pordiosera,
cielo y trueno se conjugan en un rescoldo que ya no sirve,
ni las hierbabuenas vivirán afuera,
en el ojo del huracán vivo ahora.

Voy perdiendo vibración...
¡profecía infiel sujeta mi andar cósmico.!

Todo gira en un altar de velas,
la hora llega...
Se consuma el mantra entre pastizales embriagados,
la Bruja, muriendo de pena,
Anunciado estaba el último beso, sin flores, a la intemperie,
sin más sonido que el silencio.”
Dormirá, nauseabunda, descamada,
sin fronteras, sin ruidos, sin trompetas.

El Taj Mahal y el hibisco pajizo la esperan,
ilusa, impulsiva, turbulenta...
a la vera del camino, ni margaritas ni serafines.
Ya no serà protagonista del camino rúnico que gritaron...

Hoy, muere de pena,
“Romancera de los lagos”,muere...
entre “peces sorprendidos”, muere,
no habrá momentos, testigos, hechizos..."

¡la Bruja está muriendo de pena.!






Fragmentos: Al Sur, 
cita de una memoria inconclusa

Llegaste a mí
Cuando tenía dobladas las rodillas
Y el vientre cubría margaritas consteladas

Llegaste a mi, código ancestral
Cuando daba la última batalla
Entre los perros de la calle

Llegaste a mi

Cuando poemas olvidados
Hacían el ritual de quitar los cuchillos de mi espalda
Y los poetas de mentira repintaban
Las puntas de sus flechas
Y los santos se tapaban los oídos
En nombre del padre
Del hijo
Del color del espíritu

Así llegaste a mí
Divina Tormenta  Azul





ME DELEITO EN TU DANZA

Me deleito en tu danza, acogiendo tus manías, tu indiferencia,

esa que seduce mi pluma, que trata de bosquejar tu facha.
Eres guerrero empedernido... bufón de mi corazón.
Te pintas las manos y paseas tu destreza en la multitud.
A ratos te pierdo entre la niebla, una mirada cómplice
dice que estás conmigo, aunque no quieras.

A tu pesar... veo el antídoto a mis males
Eres la ilusión de un día que muere
Te registro en mis sentidos y en la piel de mis deseos,
pintas de sonrisas tu cara en una tarde de otoño,
vuelas en el paraíso que es mío.

¡Mi curador de amor divino!

Fortaleces mi ángel y sanas las heridas
Tejes esperanzas en calabazas de gozo...





GITANA DEL TIEMPO

¿Cuándo encorvaste la Esperanza?
¿Cuántas fatigadas noches hambrientas?
Tus pechos lloran recitando las improntas
del hedor tras las rejas...
¡Gitana del Tiempo!
Hoy, las señoritas y las feas no existen...

(Poesia del Libro "Conjuros")




BESOS EXTRAVIADOS

Extraviados están los besos, una mañana de
invierno anuncia ovillada las sábanas, los
recuerdos penden en el techo y la nieve los
derrite.
Las llamas abrigan los dedos que lloran
avanzando en ataúdes viejos.
Queda la tarde y un corazón en la ventana
despide a la lluvia, van muriendo los
sustentos.
Lo que queda…
Siete estrellas piensan, el desvío de la
templanza, preguntas ausentes se lleva el
otoño en murtillas anegadas que rasgan los
sentidos de lo justo, sedosa la vida se retrae
ahora en oxidada esperanza de Luna Creciente
o Menguante.
En suspiro de Mayo, hago costuras nuevas,
eligiendo algodones blancos en línea recta.
Extraviados están los besos…

(Poesia del Libro "Conjuros")





Mujer, no sé si contarte…
Acto Poético
Autora: Jacqueline Lagos Maragaño
© Ediciones Una Temporada en Isla Negra (Mayo, 2016).


En su obra anterior, Memoria de una Cita Inconclusa, Jacqueline se preocupa de denunciar, de demostrar y sacar a la luz la voz silenciada de aquellas y aquellos obligados a cumplir un rol en la sociedad, a través de nuestra sociedad sureña que bien puede constituir una imagen del mundo dividido por la dicotomía patriarcal.

Mientras que “Mujer no sé si contarte” es una invitación. La voz poética es una voz más madura, más plena que la perteneciente a su obra anterior. Nos invita a centrarnos, a recordar, a sanar y avanzar hacia una consciente relación con nuestro interior, en profunda conexión con la tierra de la que provenimos y a la que tan ligadas estamos. Dentro de sus experiencias, nos deja la invitación abierta, a través de pequeñas preguntas, a contarle también a esta voz poética nuestras propias experiencias. Les invito a leer esta obra, les invito a reflexionar, a reconocerse. 

Virginia Moya M.
Profesora de Lenguaje y Comunicaciones  



Nací mirando lánguidamente
el silencio del horizonte…

Libertad
junto al mar
arropada
siento la distancia,
como un ángel caído
cual Zahir esperado
silencio
insondable;
brújula sin estrella Soy
versos robados,
salados
hablan bajito
locas utopías
soles y ocasos
noches,
miserias y virtudes

Llegan sombras
Suelto el puño
despierta
y el canto de mi abuela
me constela
“aquí estoy, aquí estoy”


El chamán lagrimea limpiando el costado izquierdo, ese que aloja el dolor de todas, va tocando espaldas como un instrumento y va pidiendo perdón en nombre del hombre, “que la vida alcance a reparar el daño causado” susurra el humito que va subiendo al cielo. Llora conmovedoramente, hasta que sus lágrimas se mezclan con el agua que pisan sus pies.




Contención agradecida
Emanar vida y amor.
Mito, tejido e historia
Soy
Ánimo recibe el corazón
que se abre
y teje
historias no contadas.


¡Mujer! No cierres la puerta a tu sabiduría. El alma se expande, tus creencias también, tus murallas se derriban, los miedos y las amenazas son barreras para disfrazar la autenticidad que eres.
Soldé mis resortes quebrados


Planté lunas nuevas en el patio
El sol baña un corazón acongojado
Y puede volar
Amando, dando.
Siendo parte del Todo



Hijo, tu cristal me inspira y siento que solo te di la vida, no más.

No tengo la receta de la libertad, puede que duela, como duele el amor o la soledad. Prueba tus alas, quizás te vayas encontrando con esas pequeñas grandes cosas que alimentan el corazón, esas certezas que un Guerrero como tú sabe apreciar, atesorar. Ya me irás contando. Será hermoso.

Yo mientras tanto, vuelvo una y otra vez sobre aquellos pasos de espacios que van de prisa hacia la conversión emplumada... Pareciera estar aireando inviernos que me hacen vagar por las calles vacías de una memoria inconclusa.

Aunque a veces sienta que la lealtad se parece a la utopía de Galeano, siento que constantemente recibo regalos y que soy parte de la trama y los desafíos de la vida.

En la búsqueda del sosiego del alma, admirando en silencio mis rincones, aparece el diagnóstico: melancolía crónica por derechos adquiridos con anterioridad.





Luna roja

Caverna bendita.

Aleteo de palabras
juicios que se desbordan
emoción de saberme
abandonada
a la intemperie
sin más defensas
que el clan de la verdad.

Mirada que no toca
empapa por dentro.

Intuir sin ansias una
melodía chamánica
que todo lo envuelve.

Ha comenzado mi viaje
con la antigua memoria Hilandera.

Con la vejez se pierde el miedo. Dijiste.
Mis antepasados me inspiran
no se hieren
realidad que alienta.

Escucho el silencio
asirse de palabras
que brotan tranquilas
en un día llorado del Sur.

Pensamientos contraídos
como si fueran a crucificar
este albedrío
que llevo
renacida de sudores.

Placer que cultiva
la Diosa de lluvia
que sube y baja
del atrio
como el último gemido
que descansa
alerta
consciente
siempre

conmigo.



Bailo en círculos
éter que embriaga
mis vértices.

Me abrazas en tu océano
y vuelo…

Ahora
soy la Tierra
que espera por ti,
abierta y húmeda.






Al diablo el des-amor

Queda descalza, cultivada y entregada en semilla, queda conmigo, sin demostrar imágenes falsas, sin maquillaje, sin vestiduras esperadas.
Se queda en mis brazos adoloridos, “como juicios”, míos al fin.
Se queda en el bosque soplando mi desesperación.
¡Ay de mí,¡ imágenes de luz...
Me quedo en sus manos unidas a mi sueño.
Se queda finalmente con ilusiones,
Amar por sobre las cosas nunca es un exceso.

La felicidad es una utopía, mas el estado es alcanzable

Soy una indigente que ha llegado tarde, la distancia es una estela que no se nota. Corazón y timón, me gobiernan. Eso eleva al ser humano, pienso. Estoy a punto de partir, no saberte y sin embargo, nada consuela tu ausencia, voy al mar y hablamos de ti, de mis noches, tus noches, esas que iluminan la estrella que soy, dueña del bosque. La que orbita segura y suelta amarras buscando el último peldaño.



Quienes te necesitan, puede que no sean los que te escuchan.

Sueño el día en que las disculpas queden atrás
y amarte no sea el límite.
Y ese delirio estrellado que miramos juntos
sea un velo entre las fibras.

Un corazón doliente es un precio muy caro.
¿Cómo se obtiene el Amor?
Quien ama, cree en ti.



Maga de la Luna Azul, agradezco que existas. Tengo de ti atardeceres de caminos verdes, vientos del sur, aguas mojadas de llanto y muchos ecos de risa cristalina. Sin amor el hombre no es feliz. Tengo la espalda agrietada de tanto grito del alma, de extremos silencios. Resisto sin apariencias. Vivencias que guardo andina en cada nota de tus cañas sublimes.

Camino humilde este regalo, gestándome. Dolor y silencio van de la mano la mayor parte del tiempo.

Encallada en la noche alimentaré mi soledad, en ofrenda llevo tu abalorio de gemas. Añil emplumado tú, eres viento en medio de la inclemencia. Acontecida siento una luz que respiro aceptándonos.

Olvidándote, me recuerdo libre y sin faltas

Cuando mires al cielo estaré allí donde dice: Ahora que soy libre puedo hacer el bien sin estorbos.



Vuelo embrujada
a una
Diosa
ungida y callada
cuyas
Banderas
descienden
la
hoguera
de su
altar enraizado.
Jardín secreto
cuarzo austral
espejo laberinto circular
es Ella.

¿Quién conoce el secreto de su rostro?






Abuela Luna, a ratos me invade esa sensación de volver a las cicatrices que han horadado el alma, no tiene caso asirse a nada, aún sintiéndome como un cuarzo.

Haz que pueda oír el silencio del corazón, el coraje de estar atenta; aprender aprehendiendo donde quiero y deseo, ese que genera encuentros, vida, humildad, integralidad, compromiso, cambios. Ser, donde pertenezco libre.

Abuela Luna, honro la comarca de conversión y nuevo plumaje.

Y todo se redujo al vapor que salió de mi boca cuando noctámbula pinté grafitis sobre nubes pasajeras.




Se humedece la mirada y al otro lado brotan semillas enjauladas, un laberinto inexpugnable, tantas soledades que arremeten en gritos ahogados que parecieran decirme una vez más, lo mismo que antes. ¡No llores más! Oigo decir, no están tus hermanas, ni tu madre. En los ojos de tus ojos yacen los ciclos antojadizos de primaveras que nunca llegaron. Está sola, sola en medio de pupilas anegadas, de dolores trémulos, de estaciones negras. Abrázate y verás que no hay mundo más que el tuyo. El mañana está, se queda. Nada es tan pérfido ni tan vetusto que no se diluya en un abrazo íntimo con gotas de lluvia resbalando por tu espalda, certezas que brotan de esa intuición carcomida por el amor circundante, a palabras anochecidas que arrojé al viento.





Hay un cuerpo de mujer
habita en la tortura permanente,
carne sumisa,
miedo y culpa,
capullo de cenizas,
una embustera resiliencia
arenosa y oculta.

¿Cómo soltar este campanario viejo?
En el paredón
yacen mis oraciones
mis treguas
huesos sentenciados
desventurados jazmines
cabellos gimen encogidos
pañuelos empuñados
luto y rabia.

No escribo de ovejas blancas.
Ellas desfilan
en comedias disfrazadas.
El lamento no se encuadra.
Hay un duelo cotidiano,
en las abrazadas,
en la convivencia
en la búsqueda.
Ese laberinto soñado.

Yo no escribo bonito,
ni en pocas palabras,
hay ocasos invisibles,
lluvias aparejadas,
voces silenciadas
como antologías eternas,
huyen…

Una revolución poco diáfana
para aquellas
que huelen a indolencia.
Hay un luto callado
mariposas
en casas de barro,
en palacios altos.
un hedor machista
que soba las manos.

Helada y tiritando
Se hace malva la vida
urdiendo
soles en macramé
voy en una valija sin fuerza.
Teñida de todos lados,
el dañino invierno
alargado en la espalda,
en los ojos,
en la frente,
en la boca triste que se levanta
y fallece.

Salgo al mundo
nauseabundo, inerte.
Al tiempo robado
voy esculpiendo
páginas blancas
arropadas
en un precipicio
interminable.

Sola y rota
Va el alma a cuestas.
Una luna huérfana
recoge a tientas
a la manada
que me espera.





La lluvia amenaza el insomnio
a este día peregrino.

Fe de hallarte
en cirios encendidos
en una calle postrada afanosamente.

Sal del agujero
y baila conmigo.




.




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