miércoles, 25 de marzo de 2015

NATALIA TREVIÑO [15.281]


Natalia Treviño

Poeta latina de Estados Unidos

Por Xanath Caraza

Natalia Treviño nació en la ciudad de México y creció en San Antonio, Texas. Treviño es autora del poemario Lavando La Dirty Laundry, (Mongrel Empire Press, 2014), es profesora de inglés en Northwest Vista College y miembro de la Fundación Macondo. Natalia hizo su licenciatura en inglés en la Universidad de Texas y su maestría es de la Universidad de Nebraska en Omaha. Sus poemas han ganado los siguientes premios: el premio Alfredo Cisneros, el Wendy Baker Creative Writing Award, el Dorothy Sargent Rosenberg Poetry Prize y el San Antonio Artist Foundation Literary Prize. Sus poemas han sido publicados en Border Senses, Borderlands, Texas Poetry Review, Sugar House Review, Burnt district y Voices de la Luna. Ha sido mencionada en Sliverof Stone Magazine y en The Harriet Blog en el Poetry Foundation. Treviño también ha sido antologada, como escritora de ficción, en Mirrors Beneath the Earth de Curbstone Press y,como ensayista, Shifting Balance Sheets: Women’s Stories of Naturalized Citizens y Complex Allegiances: Constellations of Immigration. Actualmente está terminando su primera novela, La Cruzada, el testimonio de una madre adolescente que deja su hijo y su hogar en México para trabajar en los Estados Unidos. Natalia creció con dos culturas y con doble nacionalidad, espera compartir sus experiencias con la gente de ambos lados de la frontera, México y los Estados Unidos. Hoy en día vive con su esposo e hijo en San Antonio, Texas.

Natalia Treviño en su poemario Lavando la Dirty Laundry nos comparte un diálogo íntimo de lo doméstico que transforma en poesía. Desde un punto de vista femenino nos habla de deberes cotidianos, de la maternidad, de secretos de las abuelas, de enredos de las tías, de eventos que alguien recuerda pero que preferiría olvidar, y lleva al lector a pequeñas galerías de su niñez; otras son retratos familiares de su vida actual y, en otras ocasiones, son imágenes de las dos culturas en las que le tocó desarrollarse entre México y los Estados Unidos. Por momentos es la abuela a quien escuchamos entre los versos, y la voz poética reflexiona sobre los recuerdos, enseñanzas o secretos de la abuela. Las voces de mujeres en la vida de Treviño hacen eco, una y otra vez, en su poemario. La maternidad es un tema recurrente en muchos de sus poemas y a manera de diálogo interno, con dudas, sorpresa y hasta frustración, empatizamos con la voz poética.  

Treviño, principalmente, escribe en inglés en su poesía. Mas como ella lo dice, creció gringa, y nos comparte una mezcla de códigos lingüísticos inglés y español en sus versos. Resalta palabras en español, que tienen una carga emocional fuerte y que, obviamente, se relacionan con parte de su niñez o con eventos relevantes en su vida actual.  

Treviño dialoga a través de sus poemas con el lector. Es la voz de su niñez, su experiencia como madre, su relación con las tías, la que se percibe fuertemente en este poemario. Algunos de sus poemas son en prosa y, una vez más notamos el diálogo interno que la poeta tiene consigo misma en el que los lectores somos cómplices de los secretos guardados y que ahora están flotando en el aire.

Para esta ocasión he traducido y seleccionado los siguientes poemas, Traducir nacer, De madre a hijo y Lavando la ropa sucia.


Traducir nacer

Mi abuela me dijo una vez
de sus partos,
Todos mis partos fueron bonitos.
En español, la palabra para birth es parto,
y por haber crecido gringa,
he traducido palabras al inglés

nada más quitando la o. Casi siempre funcionó:
banco, bank, santo, saint. Y con la a, también tuve suerte:
computadora, ador-a. Adore, Flor-a.
Mas no a todas las palabras se les puede aplicar esta regla. No había birtho,
y Bertha era un nombre, no un cognado:
a-bierto y a-bierta no funcionaban —abrir no es nacer.

Born en español es nacer. No había nace.
Por lo menos nacimiento y nacer crean aliteración en Tejas.
Nacer y parto no. Oí todos mis partos fueron bonitos:
¿Puede la lengua ser tan sabia?
El niño parte. ¿Partir? De parte de significa de alguien.
Vi al bebé como una parte que vino de la madre.

Pudiera ver el opuesto de lo que ella dijo, los partos son feos.
Cortadas. Partidas. Parte la carne. Se partió por en medio.
Corta la carne. Se desgaja por sí misma en el centro.
Me parto el corazón por mis hijos, dijo tío Jorge.
Y en una mesa de operaciones, se le partió el corazón por sus hijos.

Pregunto esto de una lengua donde
a tres casas, las cabezas de cerdos cuelgan 
arriba de las sodas. Donde los periódicos imprimen ¡Accidente!
Arriba de fotos brillantes de cuerpos a medias, torcidos, rojo metal.
Donde con este mismo papel,
se envuelve la carne que comerás para el almuerzo.




De madre a hijo

Después de una comida, nos recostamos a dormir
mi hijo de cinco años apoya su oreja
en mi vientre, oye la ondulada

conmoción –el vaso de vino,
pedacitos de espinaca y arroz salvaje, un bocado de trufa de chocolate
apoyo mi oreja en su centro aplanado.

Oigo los canales correr dentro de él.
El batir del agua en el puerto en la noche.
Una luna provocando las olas, acercándolas.

Él regresa a mi estómago inflamado,
pregunta, ¿haces esto a propósito?
¿Provocas estos sonidos?

No, digo. Ahora está confundido.
Suena como las burbujas que un pez oye.
Tal vez un bote, contesto.

Le digo que tenemos los mismos sonidos
dentro. Sus ojos se dilatan.
Apoya su oreja otra vez y ve

motores formándose bajo nuestra piel,
agitando nuestras aguas saladas
al unísono. Nuestra primera marea.






Lavando la ropa sucia

‘Uelita, estábamos amasando el harina en tu mesa de metal de la cocina
cuando me dijiste que mi abuelo tuvo novias.

Midiendo gránulos de sal. Dijiste que explicó el día
que tiró tu carga de ropa para planchar al lodo.

Ahí estabas, sosteniendo la plancha
de vapor en tu casa de cemento caliente.

Oíste a alguien en la puerta frontal, preguntaba por mi abuelo
¡Raúl! ¡Raúl! ¿Raúl? Y dejaste que el hombre entrara.

Lo sentaste en tu casa
le ofreciste agua fresca por el calor.

‘Uelito llega en ese momento.
Te ve darle

al hombre un trago,
grita, ¡lárgate de aquí!
¡Lárgate!

¡Lárgate!
¡Hijo de tu madre! ¡Cabrón!

Avienta al hombre y a tu ropa blanca fresca
a la lodosa calle.

Y no te habló
por días. Te dejó adivinar

lo que el hombre había hecho.
Tu pila de ropa

arrojada a un enredado desastre.
La recogiste,

La dejaste hundirse, remojarse en una cubeta
mientras la lluvia no te dejó lavar por días otra vez.

Años más tarde, después de que ‘Uelito muriera
el hombre volvió una vez más:

él pensó que estabas engañándolo conmigo, dijo.
Yo lo había visto con una mujer.

Y él pensó que tú y yo éramos
como ellos.

Me dices esto y sometes la masa al chirrido sonoro
de la mesa, un corazón de metal doblegándose entre tus dedos.




NATALIA TREVIÑO

Born in Mexico City, Natalia grew up in a Texas where her mother taught her Spanish and Bert and Ernie gave her lessons in English. 

Her work captures the voices and lives of women who emerge despite everything that works tirelessly against them.  

Natalia has won several awards for her poetry and fiction including the 2004 Alfredo Moral de Cisneros Award, the 2008 Dorothy Sargent Rosenberg Poetry Prize and the 2012 Literary Award from the Artist Foundation of San Antonio. 

Her first novel in progress, La Cruzada, is a testimony of an immigrant mother's journey to make a life as a servant in the U.S while separated from her daughter.

Natalia became a naturalized U.S. citizen at the age of fifteen after living in San Antonio, Texas since she was four. She graduated with a BA in English when she was 21 from The University of Texas at San Antonio. Two years later, she received her Masters of Arts in English from the same university. After a almost two decades of teaching, she went back to school to study fiction writing. She graduated the University of Nebraska’s MFA program in Creative Writing in 2010.  Her jobs have included teacher, stay-at home mom, a single mom, small business owner/book-keeper, and now, assistant professor of English at Northwest Vista College where she works with students of all levels. 

Natalia's fiction appears in Mirrors Beneath the Earth (Curbstone Press), The Platte Valley Review, and her non-fiction appears in in  Wising Up Anthologies, Complex Allegiances and Shifting Balance Sheets: Women’s Stories of Naturalized Citizens. Her first book of poetry, Lavando La Dirty Laundry, is available from Mongrel Empire Press and most online bookstores.

Natalia's poems appear in several publications including Bordersenses, Borderlands Texas Poetry Review, The Houston Literary Review, Sugar House Review, Sliver of Stone, burntdistric, Voices de la Luna, and North Texas State’s,  Inheritance of Light. 

A member of the Macondo Writers’ Workshop, Natalia has been working to increase young adult literacy since 1992 in her teaching career and through programs sponsored by the Guadalupe Cultural Arts Center, Gemini Ink, and the Bexar County Juvenile Detention Center. 

AWARDS

2012 Artists Foundation of San Antonio Literary Prize
2008 Dorothy Sargant Rosenberg Poetry Prize
2004 Alfredo Moral de Cisneros Award
2004 COLFAH Award from UTSA
2004 Wendy Barker Creative Writing Award

Publications

Inheritance of Light (University of North Texas Press): “Zapatos Blancos,” "Monterrey Complete"
Borderlands: Texas Poetry Review: “Cooling Near the Center”
BorderSenses: "Sometimes In Order to Travel"
Octavo, The Poetry Quarterly for the Alsop Review: “Sacred Heart,” “Mexican Bride,” “Penelope Yes,” and “Bodies of Knowledge”
Voices de la Luna Online Poetry Journal: “Evening Apology,” “It Was the Chef Who Finally Explained”
Houston Literary Review: “Música Caprichosa: For My Mother Who Wanted to Play,” “The Function of Swelling in Pregnancy”
The Sugar House Review: “Tortilla Skins”
burntdistrict: “Graft Draft”
Sliver of Stone Magazine: “The Gyre Up Close and In the Kitchen,” “Second Marriage, Stew,” “After the Melanoma”

Fiction

Mirrors Beneath the Earth: Short Fiction by Chicano Writers, Curbstone Press. "Cardinal Red"
Platte Valley Review, "Two Blessings" (excerpt from La Cruzada)

Non-fiction

Shifting Balance Sheets: Women’s Stories of Naturalized Citizens, Wising Up Press, "The Naturalization." 
Complex Allegiances, Wising Up Press, "And Crown Our Good."




Virgen de San Juan de los Lagos: 
Como Te Vistieron

How they dressed you hundreds of years after you died—
in a blue dress swarming in roses.
Their stems curled like scorpion tails mid sky—
a dress only your mother could have
imagined as you slept in her rough blankets,
as she carried you to water,
as she plucked grit from your closed fingers,
removed the cloth webbing
from between the bent nubs of your toes,
as she warmed water in the cup of her hand
How she may have wanted others to understand—
if she could display it on cloth,
if she could embroider the slow burn
in her chest, put to thread the flood
that could have broken her ribs open
every time she realized you
had weight outside of her body—
that your face purposed
her arm, thigh, and hand.
How she may have wanted a cloth
so wide sky goddesses could see it
spread near the dusty bridge,
to defend you, if needed, with arrows or fatal storms.
And so the man who carved your image into wood
knew how to dress the mother of God.
Had heard how queens’ robes
stretched neck to ground.
Wanted a summit of blue cloth.
Wanted people to think of sails, ships heavy
with raw gems. Imagined the eye of wind
spreading behind the full skin of your dress.
And made it blue as if to say it was made of an ocean
reflecting those constellations
that multiplied inside
your mother
as she fed you her own beams
of human light.




El Cenote de Sandra

for Sandra Cisneros, her generosity that washes across
many shores


The edge of ocean and earth.
What is this beginning and end
that calls to us?
This washing of earth and water
that draws men and women
to its moving, wet hem?
The lure of crushed sand-shells
beneath the feet. We dig our heels in—
an eternity of footprints before us.
So malleable, it becomes moat and castle—
sea turtle, mermaid. Perpetual blessings,
its water twirls in, as asked by some strong force,
to shape the hopes of those who come.
We will be soaked and soaked in salt spray.
Our bodies will glow, a constant shimmer.
We get naked as possible
to enjoy the view, the sting,
the gift of its motion colors.
Earthquakes change the direction
of winds, travel inside
us, break our comfortable landscapes.
We crack open, become gorged valleys waiting for cure,
dry gardens, forgotten by the frogs
and trees, the proud-leaved, alone among the dead.
I cannot count the earthquakes inside you.
Why your aftershocks became poems, songs, y cuentos.
Why you became a tapestry of drinkable rivers
How you brimmed by modest water creatures,
giving shelter for flies and quiet orchids,
hungry bears. Somewhere, your quake
tapped the source,
a cenote feeding the oceans
from the secret unhalting fathoms.



No hay comentarios:

Publicar un comentario