Isobel Dixon
Nací en Umtata en Sudáfrica, donde mi padre era deán de la catedral, y profesor de ciencias en el Colegio de San Juan. Cuando tenía tres años de edad, el asma de mi padre nos obligó a desplazarnos hacia el interior en busca de un clima más seco. Así colinas brumosas del Transkei y el semi-desierto Karoo son dos paisajes que amo.
En Port Elizabeth, mis padres compraron una casa antigua laberíntica que nadie más parecía querer, pero que era perfecta para ellos, sus cuatro hijas - con un quinto antes de seguir - y una plétora de libros. Yo crecí allí, mi padre murió, mi madre aún vive allí, y tenemos más libros que nunca.
Estudié Inglés Literatura en Stellenbosch, en la región vinícola del Cabo, antes de seguir mis raíces rumbo a Escocia para estudiar posgrado en Edimburgo en 1993.
Realicé más estudios en Lingüística Aplicada, escribiendo una tesis sobre los programas de alfabetización de adultos en la nueva Sudáfrica, con la intención de volver a trabajar en el campo. Pero el Masters y Doctorado que estudió mi marido significó un traslado a Londres y, a continuación, a Cambridge. Caí en la publicación, y me encontré muy a gusto, encantada de trabajar con escritores, entre ellos varios autores sudafricanos que había admirado mucho.
Desde entonces he vivido felizmente en dos mundos, volviendo a casa a Sudáfrica dos veces al año y los desplazamientos hasta Cambridge a diario desde Londres. El trabajo que hago es variado, absorbente e inspirador; hay espacio libre para trabajar en los poemas en el tren (en medio de la lectura y la edición de manuscritos ...) y Londres, así, que se cansa de Londres? Me encanta la ciudad, su historia y el multiculturalismo, y todos los sitios artísticos y las oportunidades que ofrece. Es aquí que fui a curso de la Universidad City de Michael Donaghy durante un par de años, y conocí a otros poetas con los que he leído, publicados en la última década.
Isobel Dixon
(Traducción de Emma Julieta Barreiro)
So Many Henries
Thou Upstart Crow, glove-maker’s son,
what a world is this you’ve made?
What right have you to break our hearts so,
foundering nightly on the reefs
of your tempestuous stage?
How could you know so well
our joint and secret griefs,
the schisms national, long jars
of York and Lancaster,
and of our several selves.
From the heavens to the cellarage,
blood’s old parade:
the tinchel closes on the victim,
brothers plot harm, war
issues from a mother’s rage.
Son who has killed his father,
father who has killed his son –
all Falstaff’s merriment
can’t wipe this from the page,
nor right the wrongs we’ve done
to those we love. Do we learn,
rent by these scenes,
or is it bootlessly we burn?
If this whole Globe goes up in flames,
then God have mercy on the man
who seeks to build it up again.
En The Tempest Prognosticator (UK: Salt 2011; SA: Umuzi 2011)
Demasiados Enriques
Tú, Cuervo Advenedizo, hijo de un fabricante de guantes,
¿qué mundo es éste que has creado?,
¿qué derecho tienes a romper nuestros corazones así,
con naufragios nocturnos en los arrecifes
de tu tempestuoso escenario?
¿Cómo puedes conocer tan bien
nuestros pesares compartidos y secretos,
los cismas nacionales, las largas disputas
de York y Lancaster,
y de nuestros diferentes seres.
Desde el cielo hasta el sótano,
un antiguo desfile de sangre:
se cierra el cerco sobre la víctima,
por el daño de un complot de hermanos, y la guerra
surge por la furia de una madre.
Un hijo que ha matado a su padre,
un padre que ha matado a su hijo,
toda la alegría de Falstaff
no puede borrar esto de la página,
ni corregir los errores que hemos hecho
a aquéllos que hemos amado.
¿Acaso aprendemos
desgarrados por estas escenas
o nos consumimos inútilmente?
Si todo este Globo se prendiera en llamas,
entonces que Dios tenga piedad del hombre
que intente construirlo de nuevo.
Essentially British
Alice Unintentionally Offends the Queen,
Who Calls the Executioner: People can
get careless about making tea. The Don bats on,
the glory of Down Under, England’s Despair.
But Alice Growing Bolder, Boxes His Ears.
How can you come to England and not see the Tower?
Let every cup of tea be a cup that cheers,
each teapot warmed, kept scrupulously clean.
“Do tell me, are you boys from the Empire?”
Magic it must be that makes men sit and dream
of beauty of shingle, cliff and moor
and wistful yearnings never quite fulfilled.
“You’re all idealists – practical
idealists if that softens the blow.”
Why travel abroad? Land’s End to John O’
Groats, Tea Revives and We Sing as We Go!
“Ee, custards and all, I call this a bit
of a do!”– In the Confusion That Ensues,
Alice Awakes: “I don’t know how you chaps feel,
but I could do with another pint.”
Citas de películas de la colección “'Essentially British” del Instituto Británico de Cine: Cecil Hepworth Alice in Wonderland (1903), Cricket (1951), From the Four Corners (1941), The Open Road (1927), Sing as We Go! (1934), y Tea-Making Tips (1941) en A Fold in the Map, (Salt/UK y Jacana/Sudáfrica, 2007)
Esencialmente británica
Alicia Involuntariamente Ofende a la Reina,
¿Quién Llama al Verdugo: la gente puede
volverse descuidada para hacer el té. El gran Profesor batea sobre
la gloria del lejano territorio allá abajo, la Desesperación de Inglaterra.
Pero Alicia Crece Más audaz, Encajona sus Orejas.
¿Cómo puedes venir a Inglaterra y no ver la Torre?
que cada taza de té sea una taza que alegra,
que cada tetera caliente, se mantenga escrupulosamente limpia.
"Díganme, ¿son ustedes hijos del Imperio?"
Debe ser Magia la que hace que los hombres se sienten a soñar
sobre la belleza de la teja, del acantilado y del páramo
y sobre los anhelos nostálgicos que nunca se han cumplido.
Todos ustedes son idealistas; idealistas
prácticos si eso suaviza el golpe”.
¿Por qué viajar al extranjero? ¡El fin del mundo está en
John O'Groats, el Té Revive y Nosotros Cantamos mientras Vamos!
"Ayy, con natillas y todo, ¡yo le llamo a esto una pequeña
fiesta con clase!" — En la confusión que se produce,
Alicia se despierta: "No sé cómo se sienten chicos,
pero yo me podría tomar otra pinta”.
Moth Storm
The lamp stands on the stoep
so the moths crash the party,
fighting for the limelight,
their moment of brightness,
their fifteen minutes’ flame.
Tomorrow we’ll dust, and sweep
crisp wing-shreds up, wash
from the window panes the blight
of their massed batterings,
seeking the heart, the heat.
No: the house itself, with us,
has surged forth in the night,
a lit hulk lurching
to the clefted hill, urgently
in search of the ultimate
faraway blue, of the indigo wick,
blinding its placid glass
against this fitful blizzarding.
En The Tempest Prognosticator (UK: Salt 2011; SA: Umuzi 2011)
Tormenta de polillas
La lámpara se encuentra en la veranda
por lo que las polillas arman una fiesta,
luchan por ser el centro de atención,
su momento de brillo,
sus quince minutos de flama.
Mañana vamos a sacudir y barrer
crujientes jirones de alas, a lavar
de los paneles la plaga
que sus embates congregaron,
buscando el corazón, el calor.
No: la propia casa, con nosotros,
ha surgido en la noche,
como un armatoste iluminado que se tambalea
hacia la colina hendida, con urgencia
en busca del último
azul lejano, del fieltro color índigo,
que ciega su plácido cristal
contra esta espasmódica ventisca.
Certus Incertus
Noon classroom heat, the rhyme a perfect whole
shaped in her head, the air
as heavy as a drape about her
as she stands, the clever one,
her hands pressed hot against her skirt.
Then dumb-show swallowing
and mime. The rapid fire of cocked-up consonants.
The stretching out of time -
A sentence come unstrung. And no escape.
God wove humility into my tongue,
stitched knots into its root:
words made my stumbling blocks
and snares. Both gift and downfall,
so a syllable could catch me unawares
despite the careful path
I’d laid about the difficult.
Alone, a poem was paradise.
Aloud, an ambuscade.
And still my name is treacherous:
the first an easy swim,
a sibilance, soft labial,
and then warm lateral rest.
A stubborn plosive bars the last,
refusing. The mouth’s tough muscle trapped,
a clumsy toad that’s scarred and furrowed
as if mapped with all its failed assaults,
the long embarrassments
as listeners’ lips chew silently,
rehearsing what they think I mean.
Pace! I’ve better words inside than these –
gladly abandon sound bytes
and embrace the peace of foolscap,
the pleasure of a faintly humming screen.
En A Fold in the Map, (Salt/UK y Jacana/SA, 2007)
Certus Incertus
El calor en el salón de clases a mediodía, la rima un todo perfecto
configurado en su cabeza, el aire
tan pesado como el vestido que la envuelve
mientras ella está de pie, la inteligente,
sus manos presionan con intensidad su falda.
Entonces sin palabras se atraganta
e imita. El fuego rápido de arruinadas consonantes.
El estiramiento fuera de tiempo:
Una oración llega desencordada. Y no tiene escape.
Dios entretejió humildad dentro de mi lengua,
suturó nudos dentro de su raíz:
las palabras fueron mis escollos
y trampas. Gracia y caída a la vez,
por eso una sílaba podía tomarme desprevenida
sin importar lo cuidado del camino
yo me quedaba con lo difícil.
Sola, un poema era un paraíso
En voz alta, una emboscada.
Y todavía mi nombre es traicionero:
primero un fácil deslizarse
una labial sibilante y suave
y luego un tibio descanso lateral.
Una obstinada explosión impide el último,
negándose. El duro músculo de la boca atrapado
es un sapo torpe que está lleno de cicatrices y fruncido
como un mapa de todos sus intentos fallidos,
las largas vergüenzas
que los labios de los oyentes mastican en silencio,
figurándose lo que piensan que quiero decir.
¡Ritmo! En el interior tengo mejores palabras que éstas:
con gusto abandono los sonidos con gancho
y abrazo una paz tamaño carta,
el placer de una pantalla que zumba ligeramente.
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