Enrique Moro
Enrique Moro nació en Valparaíso (Chile) en 1956. Realizó estudios de Cine en París, y estudios de Animación Socio Cultural en España. A los 13 años escribe sus primeros versos. El golpe militar de 1973 en contra del gobierno de Salvador Allende, produjo una notable influencia en su actitud poética y desde su oficio, se sumó a la lucha de la oposición para recuperar la democracia. Realizó conferencias sobre la realidad cultural de Chile bajo la dictadura militar y recitales poéticos en Chile, Alemania, Francia, España y Suecia.
Fue detenido en 1977. En 1978 es liberado por una ley de amnistía. En 1980 es invitado al primer simposio de literatura chilena en el exilio que se llevó a cabo en Alemania y también, a la Feria Internacional del Libro de Frankfurt, donde finalmente queda trabajando como Escritor Investigador hasta el año 1983.
Enrique Moro crea en 1996 el Centro Cultural de Valparaíso. Desde 1999 forma parte del equipo del departamento de Cultura de la Municipalidad de Valparaíso. Actualmente es el encargado de proyectos culturales para el desarrollo y reconocimiento del patrimonio inmaterial e identitario de la ciudad de Valparaíso. Además, es presidente de la Sociedad de Escritores de Chile en su filial de Valparaíso.
Su obra poética se encuentra traducida al inglés, francés, sueco, alemán; y publicada en distintas antologías en diversos países.
Ha publicado, entre otros libros de poesía, Marilyn (1973), Poemas Libro Objeto (1980), La Bolsa: poesía de cordel (1981), Antología de Diez Poetas Jóvenes Chilenos (alemán-español, 1984), Amantina y otros poemas (1987), La piedra feliz y otros tangos (1994), Hay un Moro en la costa (2006), Poetas de la Resistencia (inglés-español/1973-1990) y Poemas últimos (2014).
Gracias Señor
Frankfurt 1983
Gracias Señor,
por el suelo a la altura de la suela
la lengua, el paladar entero hecho polvo
y ceniza por el lacrimógeno.
Gracias Señor
por la justicia (a)divina.
Gracias te damos todos los apaleados
Y llorosos de América por tu bondad
para con nosotros
huéspedes de tu (pre)paraíso.
Gracias por los barcos y los tanques,
por los aviones y los torturadores,
por la Cruz de Hierro.
Señor, tú sabes el paradero
de los desaparecidos, así es tu Gracia.
Infórmanos al comité o a un tribunal cualquiera,
nunca tan justo como el tuyo,
pero danos al menos esa tranquilidad.
Señor, te rogamos,
manda algún ángel desocupado (aquí cesante)
o alguno de tus asesores.
Tenemos hambre de todo.
Señor
Que tu luz divina alumbre en las poblaciones
porque la compañía de electricidad
nos cortó la luz terrena.
De ceniza nuestra sábana
Valparaíso, Abril del 2014
Dónde queda aquello que se busca
Qué es lo que se encuentra
Detrás de cada paso, delante de todo gesto.
En la distancia cercana
o en el olvido más profundo.
Será en la piedra o en el aire
Será en el mar o en la tierra.
Será dolor o alegría
Sed o hambre, soledad o melancolía.
El día detrás de la noche.
No vamos ni volvemos de ninguna parte
Circulo de un cuadrado, recta del triangulo
Dibujo sobre la arena
Apenas espuma en la orilla
Estrella lejana muerta en su luz
Ni vamos ni volvemos
Ninguna parte es todo
Aire que se eleva
Palabra en la sombra
Así vivo en tus ojos
Así muero en tu sonrisa
Vengo a ti, vienes a mí
Desde todas partes y de ninguna.
Duermo en tu sueño
Sueño que duermo
Para abrir tú sueño
Rozo tus parpados.
La noche de Valparaíso
Vacía y dolorosa
Terrible en su fuego
El corazón a mordiscos.
Así nos amamos
Así nos dormimos
Entre ceniza y sabana
El beso que tiembla
La mano que busca.
Las luces y los cerros
El silencio de la muerte
La miseria y el dolor
La ceniza como sábana.
Todo queda lejos
La esperanza y el olvido
Abrazados en su desnudes
Puede que llueva
Puede que no llueva
Da lo mismo, todo es niebla.
La ceniza como sabana
Aquí me quedo
En tu sueño que sueño
Entre tus párpados que arden
La noche en llamas que nos cobija.
Silencio es lo que llena esta pagina
El blanco sudor del frio
Sobre los cerros tiznados
La ceniza como sabana.
Es tarde, para los pobres
Siempre es tarde y más tarde siempre
Arden sus casas, arden sus vidas
Arden y en llamas se hace ceniza todo.
ERA AZUL
Digámoslo:
era azul
recostada en esa cama
y en mi recuerdo era azul
azul
del más antiguo
azul noche
azul de las cavernas
azul de los océanos
azul del infinito
azul del petróleo
era simplemente azul
y simplemente oscura
Entonces su risa
entonces su abrazo
entonces la noche
y entonces la habana
Fue toda la humedad del mundo
fue toda la lluvia caliente del mundo
Aquello fue ir y venir
del deseo a la calle
de los besos al mar
de su cintura al aire
de su abrazo a la noche
Debo decir
esa mujer de la habana
fue lo más cerca que estuve
de la Revolución Cubana
Y era azul
como el olvido.
PEQUEÑA DISLEXIA
Es tanta la bajeza
que elegiste quedarte bajo tierra.
Difícil vivir en la nada
sin ser poeta ni filósofo
cualquier esquina sirve
para despedirse de nadie
y mirar la calle
la gente, el paisaje
la ciudad, por última vez.
Está bien partir sin explicaciones.
Sabemos lo insoportable
que es la soledad
desear y no tener
querer y no poder.
La miseria es miserable
y la dignidad es un cuento.
Sagre
no eres el mejor ejemplo a seguir.
Tomaste al pie de la letra
y de la copa
cuanto se puso por delante.
Donde decía vivir
leíste beber
Pequeña dislexia la tuya.
Por eso tus copas
se llenaban de recuerdos
se vaciaban de soledad
eran copas de humo
eran copas de sal
Fue demasiado lo vivido.
Fue demasiado lo bebido.
Fue demasiado lo perdido.
Espero que ahora sí
descansarás en paz, amigo.
Ojalá te sepultaran con tus lentes
así me reconocerás
la próxima vez
que nos encontremos.
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